última oportunidad

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LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

Roque Pérez Gómez

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Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier método o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. ©Roque Pérez Gómez, 2011 Blog: www.miscelaneareligiosa.blogspot.com Depósito Legal: (Oficina provincial del registro de la propiedad intelectual.Madrid nº 70293)

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A todos aquellos que lleguen a reconocerme

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Y le dijo Yahvé: “Si hallare en Sodoma cincuenta justos, perdonaría por ellos a todo el lugar. Prosiguió Abrahan y dijo: Mira, te ruego. Ya que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza: Si de los cincuenta justos, faltaran cinco, ¿ Destruirías por los cinco a toda ciudad? Y le contesto: No la destruiría si hallare allí cuarenta y cinco justos. Insistió Abrahan todavía y dijo: “Y si hallare cuarenta”. Contestole: “También por los cuarenta lo haría”. Volvió a insistir Abrahan……………….. ……………………….Perdona, Señor, sólo una vez más: ¿ Y si se hallasen allí diez? Y le contestó. Por los diez, no la destruiría”

(Génesis)

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ÍNDICE

PRELUDIO……………………………………………….9 ÉPOCA BLANCA…………………………………….17 EPOCA DORADA……………………………………41 ÉPOCA ROJA……………………………………….139 ÉPOCA NEGRA…………………………………….181 ÉPOCA REGENERADORA…………………….207 EPÍLOGO……………………………………………..219

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PRELUDIO AL LEER HACE TIEMPO en una revista un reportaje sobre los cartujos, me vino el deseo de visitar alguna Cartuja de las que hay en España para intentar conseguir el relato de alguno de ellos que pudiera ser interesante. Pensaba que si un hombre escoge voluntariamente un sistema de vida tan sacrificada e inhumana, posiblemente sería por haber tenido una vida turbulenta o fuera de lo normal; de lo contrario, no se explicaría ese auto condenarse a una vida casi carcelaria. Cogí el coche y me dirigí, no directamente al monasterio, sino al pueblecito más cercano para conocer las opiniones de sus gentes sobre los cartujos. Visité el bar más concurrido y me acerqué a la mesa donde estaban jugando al dominó. - Perdonen - les dije - me gustaría saber qué opinan Vds. de sus vecinos los cartujos. - ¿ Quiere hacerse cartujo ? me preguntó uno - De momento no es esa mi intención. - Menos mal, aquello debe ser un manicomio comentó uno de los que estaba jugando. - ¿Tan locos los estima Vd.? – pregunté. - Sí, locos, como Jesucristo y como Dios. Hay que estar loco para haber creado este mundo lleno de contradicciones y misterios y haber cometido la mayor locura de haberse dejado ajusticiar como un malhechor y encima quedarse aquí con nosotros en la Eucaristía -sentenció el que luego supe que era el cura. No quise conocer más opiniones. La del cura me dejó pensativo y con más ganas de acercarme al monasterio y hablar con el Prior. Después de comer en aquel bar-restaurante me puse en camino, a pesar de que estaba nevando con bastante intensidad. La fachada pétrea y solitaria daba la sensación de que allí no había nadie. Pulsé la puerta y al rato me abrió un fraile con hábito de color

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hueso, la cabeza rapada y con mucha amabilidad me preguntó qué deseaba. - ¿Podría recibirme el Prior? - Aguarde un momento que voy a consultarlo. Al rato volvió y me pidió que lo acompañara .Le seguí a través de un claustro lóbrego y solitario. A un lado, puertas cerradas, al otro, arcos por donde se veía el patio cubierto por la nieve que seguía cayendo copiosamente. Al llegar a una puerta un tanto más grande que las demás, el fraile, (que luego me enteré llamarse hermano lego, por no tener estudios y dedicarse a las tareas domésticas), llamó a la puerta y al oír “entre” abrió y dijo: - Padre, aquí está el visitante. Me hizo entrar y sentarme frente a él en una silla bastante austera y nada cómoda. - ¿Quiere ingresar en la Cartuja y por eso nos visita? - ¡Ojalá fuera yo capaz! La opinión que de ustedes tiene el cura del pueblo me ha hecho reflexionar, pero no tanto como para quedarme. Mi visita tiene otros motivos más humanos. - Vd. dirá - ¿Sería posible que uno de sus hombres, el que usted. estime más idóneo me relatara su vida anterior y los motivos que le indujeron a ingresar aquí?, respetando, por supuesto el anonimato. - Ya veré si hay alguien que esté dispuesto y cuya vida anterior sea interesante. - Por si le es más fácil y le da menos trabajo, le dejo esta grabadora y todas estas cintas, por si, en lugar de escribirla, la cuenta “viva voce”. Que numere las cintas en el orden en que él quiera que vaya la narración. - ¿A qué edad se puede ingresar aquí? - No hay edad prefijada, aconsejamos que no se haga antes de los 21 años, ni después de los 45. Existen casos excepcionales. - ¿De dónde vienen más vocaciones, de entre jóvenes más o menos piadosos, o de grandes pecadores que ingresan para hacer penitencia? - De estos últimos son las excepciones.

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