15-confesiones

88 2 0
                                    




CONFESIONES


El hospital realmente había sido agotador gracias al cielo ya estaba en casa, había llegado y lo único que quería hacer era recostarme en mi cama y descansar, la cabeza se me partía de dolor por el golpe recibido.

Estaba algo inquieta, lo que el doctor Arias me había dicho si que me había preocupado, la posibilidad de no ser madre me asustaba, siempre había deseado tener un hijo en mi vientre, sentir sus movimientos y saber que quizás mi estado lamentable de desnutrición podría afectar mi cuerpo y generar que mi útero no sea capas de retener un bebe si que me había puesto triste por lo que estaba decidida a hacer todo al pie de la letra y alimentarme correctamente, solo esperaba que no sea demasiado tarde.

Por otro lado Nicolás se había empeñado en no dejarme sola por lo que ahora se encontraba a mi lado.

-¿quieres cenar ya pequeña? -pregunto.

A decir verdad lamentablemente la presión que había ejercido zulima sobre mi había hecho efecto en mi cuerpo, mi estómago se había cerrado y no tenía la necesidad de comer, sentía que ningún tipo de alimento lograría llegar a mi estómago, no tenía hambre, me había acostumbrado a estar casi todo el día sin consumir alimento y solo hasta ahora me había dado cuenta de la gravedad de la situación por lo que se me dificultaba enormemente ingerir algo solido, pero estaba dispuesta a intentarlo.

-yo... no tengo hambre.

-oh no, ni lo sueñes muñeca, vas a comer y yo me ocuparé de eso– dijo dirigiéndose a la cocina.

Nicolás se encargó de ordenarle a la cocinera que haga una cena especial rica en proteínas, una rica tarta de verduras y carne para comenzar a mejorar mi estado.

-¿como te sientes pequeña? - pregunto Nicolas sentándose a mi lado en el gran sofá.

-el dolor de cabeza ya esta pasando solamente tengo sueño –dije un poco somnolienta.

-vamos pequeña, aguanta un poco más, debes comer y cuando lo hagas prometo llevarte a la cama y dejarte dormir cuanto desees.

-disculpe señorita – dijo la cocinera – la comida ya esta servida.

-ahí vamos – dijo Nicolas respondiendo.

Con su ayuda me levanté lentamente y nos dirigimos al comedor, me senté en la cabecera de la mesa y Nicolas a mi derecha, tenía una gran porción de tarta, se veía deliciosa pero aun así no tenía apetito.

-vamos... come pequeña- dijo Nicolas mientras empezaba a probar de su plato.

Tomé un poco de comida con mi tenedor y me llevé un poco de tarta a la boca, estaba rico, hice tres bocados mas y ya sentía que mi estomago no podía recibir nada mas de comida.

-¿que sucede pequeña? ¿Por qué no comes? - pregunto Nicolas sorprendido al ver que estaba revolviendo mi comida una y otra vez.

-no lo se, es solo que... con las exigencias de zulima me acostumbré a no comer.

-¿que quieres decir? - pregunto mirándome fijamente.

Suspiré profundamente.

-que... mi estómago no logra recibir mucho alimento, cada vez que intento comer mas simplemente... termino vomitando todo, yo... no tengo poder sobre mi cuerpo, quiero comer pero mi cuerpo no acepta nada de alimentos – dije mientras una lágrima se derramaba por mi mejilla.

me esperarasWhere stories live. Discover now