Wattpad Original
Masz jeszcze 4 darmowe części

Capítulo 11: El palacio en llamas

4.7K 305 135
                                    

Acto II: Un pacto por una vida

Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.

Acto II: Un pacto por una vida

Tú crees que Dios es uno; haces bien. También los demonios creen, y tiemblan.

Santiago, 2:19.

Jarodes estaba sentado detrás de mí y leía El retrato de Dorian Gray con una agilidad asombrosa

Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.

Jarodes estaba sentado detrás de mí y leía El retrato de Dorian Gray con una agilidad asombrosa. Mientras tanto, yo estudiaba mis apuntes de historia una y otra vez, pero no lograba concentrarme. Resoplé mientras apoyaba mi cabeza en el escritorio. Estudiar se había convertido en mi última prioridad después de todo lo que había pasado.

—¿Te molesto? —preguntó Jarodes con una pizca de culpabilidad—. Puedo marcharme si quieres.

—No. Eres como el silencio personificado —bromeé.

—Quería decirte algo... —interrumpió en un hilo de voz—. Estoy impresionado por tu valentía. Debo darte las gracias por incluirme en ese acuerdo para protegerme.

—No es nada —dije mientras le miraba a los ojos—. El acuerdo es una salida provisional. No quiero que termines perjudicado, y tampoco voy a permitir que Lucifer se salga con la suya sin descubrir antes si me está diciendo la verdad.

—Lo sé, pero ha sido muy arriesgado por tu parte.

—Jarodes, debo arriesgarme porque es la única manera de conocer las respuestas que necesito. Hay datos sobre mí que él me ha contado, y apuesto a que tú no los sabías.

—Tenía mi sospecha pero preferí callarme porque no estaba seguro en su momento.

—¿Qué sospecha?

—Acerca de tu... don. —Jarodes resumió toda la historia en esa última palabra—. Pero no puedo obligarte a tomar el mismo camino que yo si te has negado a tener fe. Prefiero dedicarme a mantenerte con vida.

—Admiro tu tolerancia —mencioné.

Él permaneció quieto durante unos segundos en la misma posición, y me miró como si tuviera algo más que decir. Estaba paralizado, sin moverse ni un centímetro. Parecía una representación de El Pensador de Rodin.

El último solsticioOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz