21

3K 381 17
                                    

DALIA

Dejo los cubiertos a un lado del plato al notar que es más fácil sostener la comida con los dedos, Ian me había dicho que era algo llamado panqueques especiales. No eran muchos los que me había puesto, así que fue fácil terminar la comida del plato.

"Conejita" llamó Ian, yo solo levanté los ojos sin moverme. "¿Recuerdas lo que te dije de mi hermana?" Yo solo asentí, terminando de masticar un trozo de manzana. Ian me había hablado de su familia, me sentí confundida cuando mencionó que ella quería conocerme. Ian había hablado con su familia de mí y, a decir verdad, no sabía cómo sentirme al respecto. Sentía algo apretando mi pecho, pero no logré identificar que era, así que simplemente lo ignoré hasta que desapareció. "Bueno, hoy iremos a su casa" menciona, aún no tenía idea de qué día era, o mes... incluso no sé en qué año estamos. Siempre que les quise preguntar, nunca lo lograba, así que simplemente me conformé con no saber nada. No era nada nuevo.

"Saldremos en una hora" indica viendo su celular "¿Qué te parece, sí, te bañas y te alistas?" Pregunta.

"Está bien" Habló, obteniendo una sonrisa de su parte. Parece hacer eso mucho desde que he tratado de hablar más. Mis piernas se encargan de llevarme a la parte de arriba de la casa mientras yo trato de evitar gemir ante la sensación de escozor de entre mis piernas. Sentía esa zona extrañamente más sensible, mientras pasaban los días iba empeorando esa sensación, me dolía y eso me irritaba.

Me peleé conmigo misma al no encontrar el valor de preguntarle a Sean por qué me sentía así, él parecía saber la respuesta a esas cosas. Pero no logré decirle nada. Tal vez simplemente no tenía remedio como mis pesadillas y tendría que aprender a vivir así. Me bañé lo más rápido que pude, no quería que se repitiera lo de la otra vez con Sean. Además, el agua de la ducha no me ayudaba a pasar mucho tiempo bajo ella, no lograba hacer que calentara como los primeros días, salía fría o algo así. Quería evitar lavar la zona que me dolía, pero algo me decía que empeoraría aún más la sensación, así que simplemente me armé de valor e hice lo mejor que pude en aguantar el ardor. Temblando, salí del baño envuelta en la toalla que siempre tenía en el baño. Nunca pensaba en qué ponerme. Ian siempre se encargaba de eso, dejándome la ropa sobre la cama. En silencio le agradecía, si me dejará a mí elegir, no sabría qué hacer.

Cuando menos lo pensé, ya estábamos en el auto con destino a la casa de la hermana de Ian, Sean era el que manejaba. Yo me senté donde siempre. Me gustaba mucho ver por la ventana mientras ellos conducían, todo parecía desconocido, así que asumí que ella vivía en un lugar que no conocía. Mi humor cambió un poco al escuchar a Ian avisar que estaríamos llegando pronto, mis manos sudaban ante lo que se aproximaba. Estaba insegura por conocer a la familia de Ian, no conocía a muchas personas... a las pocas que sí, no eran familia de ninguno de los dos, lo que lo hacía un poco más fácil. No quería dar una mala impresión, y al final de cuentas yo no era nada más que una extraña.

IAN

Dalia se escondió detrás de mí al escuchar el grito de emoción de parte de Beth, la baby de mi hermana y su esposo. Sabía lo que venía, así que me aparté un poco de Dalia para evitar que Bethany me empujara más de la cuenta y eso lastimará a Dalia.

Sostuve a Bethany cuando se me abalanzó encima, la saludé como siempre mientras Sean saludaba a Paul, observé a Dalia detrás de él, tenía el ceño fruncido y parecía nerviosa. Sabía que esta situación sería un poco difícil para ella, así que durante la semana estuve preparándose para esta visita. Ella no hizo muchas preguntas, pero sí estuvo atenta a lo que le decía.

Antes de bajar a Beth, le advertí que Dalia era un poco tímida y que no tratara de abrazarla sin preguntarle antes si estaba de acuerdo. Así que la solté para poder saludar a mi hermana. Ambos, después de un fugaz abrazo, volteamos la vista hacia las dos chicas.

Amarte, Dalia.Where stories live. Discover now