I. Víspera de Navidad

31 3 5
                                    

Diciembre 16, 2023.

Esto comenzó como una idea simple, después de, por onceavo año consecutivo, haber hecho una invitación para cenar en Navidad, invitación que fue nuevamente rechazada, aunque en esta ocasión, de manera menos directa y mucho más adecuada que los diez años anteriores.

Descubrí que la herida de siempre no sólo seguía ahí, sino que seguía abierta como cada año, pero aunque en el momento dolía abrirla de nuevo, finalmente dolía cada año un poco menos.

Y entonces volvía a pensar nuevamente en la muerte, para tratar de perder el miedo a desaparecer y dejar todo aquello que amo muy atrás, como si no me hubiera dado satisfacción y felicidad.

Pero realmente no existe prácticamente nada ya que me dé satisfacción o felicidad, al menos no por períodos largos. La mayoría de acontecimientos que pudieran hacerme sentir mejor, lo hacen de manera esporádica, fugaz y cada vez más breve. Y me doy cuenta cuan insignificantes son mis emociones y mis sentimientos, mi existencia misma, para todos aquellos a quien aprecio, por quienes me preocupo y por quienes usualmente hago todo tipo de esfuerzos en complacer y hacer felices.

No conozco a ninguna persona que me haya preferido a por encima de sus compromisos, de su entorno, de lo que disfruta. Nunca la he conocido. Siempre fui una especie de segundo lugar en todo, un premio de consolación, alguien que no es nunca la protagonista de su propia historia, sino apenas una espectadora, alguien que no es amada y apreciada por encima de todo, sino simplemente alguien a quien está bien hacérselo creer, pero que finalmente no será elegida por encima de otros porque todos los demás son mas importantes, más relevantes, que tienen mucho más poder para obtener lo que necesitan de lo que yo lo obtendré jamás.

No busco lloriquear o jugar el papel de víctima. Sólo me expreso aquí. Sólo necesito escribirlo, para sacarlo de mí, para finalmente hacer válido mi afán de conformarme con las cosas como son y con lo poco que podré obtener de las mismas, porque finalmente no hay nada que pueda hacer, pedir o rogar para obtener lo que me gustaría.

Amarlo duele muchísimo.

Porque por un lado, es una persona tierna y amable, pero por el otro, esa naturaleza le hace tibio e incapaz de luchar realmente por nada que desee. Y no importa cuanto me desee o me ame, no luchará por mí, no me pondrá antes que a otros y definitivamente no hará absolutamente nada para cambiar nada de eso, como no lo ha hecho los últimos once años.

El siguiente año, representa una especie de declive personal evidente, porque cumplo 40 años de vivir en este mundo. Pero sinceramente, esta vida ha sido tan difícil e insatisfactoria que siento que deberían ser los únicos 40 años que viva. ¿Por qué debería cambiar de opinión, si lo único que tengo en mente como "futuro" literalmente no significa nada?

No voy a vivir con él o a estar con él o a tener una vida con él. Continuaré esperando que me elija por encima de todo, y estaré un año más completamente resentida y decepcionada, de la misma manera que he estado los últimos once años. Sé que no va a cambiar. Sé que esto es lo que hay. Y sé que debo conformarme con eso porque no hay nada que él vaya a hacer o que yo pudiera hacer.

Sé que no tengo a nadie a quien yo le importe verdaderamente al punto de renunciar a lo que ya tiene. Y él no es la excepción. Sí ha habido un montón de excusas y sí han habido aparentes intentos de que dejen de ser una excusa. Pero, eventualmente, volvemos al mismo punto muerto de excusar toda clase de situaciones inexcusables.

Ya no lo soporto. Mi cansancio es grande y mi tiempo se acaba.

Desearía que me amara de la misma forma en que yo me enamoré un día de él.

Mi vida pensando en la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora