Capítulo 29: Mi niña.

217 16 1
                                    

Capítulo 29: Mi niña.

Idris

Sus manos viajaron de mi cintura a mis piernas, me alzó, mi pecho quedó contra el suyo y mi respiración se aceleró. Mi cuerpo reaccionó, pase las manos por su cuello, pero eso no evitó que me lanzará al suelo, mi espalda dolió, no soltó mis piernas, impulse mi cadera para girarnos, quedé arriba y Manuel se rio.

—Nunca entenderé cómo haces eso— yo sonreí también, quitándome.

Tome posición defensiva, él también. Manuel lanzó unos golpes, logro conectarme dos, yo cuatro, lanzó uno con la izquierda y aproveché para tomar su cuello, lo rodeé con todo mi brazo, tirándonos al suelo en el proceso, enredé mis piernas en su torso para inmovilizarlo, apreté más para asfixiarlo, Manuel se resistió, no lo solté, dio la señal y lo solté rápidamente.

Cómo me gustaba entrenar con él.

—Duraste menos esta vez — le dije.

—No me hables — dijo bromeando mientras tosía un poco.

Levanté la vista para ver a Sage, pero me encontré con Tristán observándome.

Sentí como si un balde de agua fría cayera lentamente por mi espalda para luego ser reemplazado por un fuego de ira.

Estábamos en entrenamiento, estaban todos los estudiantes avanzados, pero todo eso se me olvidó cuando caminé en su dirección.

Tenía el traje lleno de tierra, tenía media cara llena de tierra, pero no me importo.

Llegué a centímetros de él.

—¿Qué haces aquí? — pregunté más alto de lo que pretendía.

Tristán me recorrió con la mirada y después me miró serio.

—Observar— solo dijo eso.

Me acerqué más, con toda la intención de darle un puñetazo, pero Sage me tomó por el codo sin darme oportunidad.

—Cariño, debes estar cansada ¿Quieres descansar? Puedo terminar de dar la clase yo — se me había olvidado, yo estaba dando la clase.

Me solté de su agarre bruscamente.

—No, yo seguiré —Dije bruscamente, pero al girarme todo me dio vueltas, Sage me tomó por la cintura impidiendo que cayera, pude sentir como sus brazos me rodeaban y él se giraba para dar órdenes.

—Se acabó la clase — aviso a todos mientras me tomaba en brazos.

No podía moverme. ¿Por qué no podía moverme?

Sentí como Sage me levanto y como caminaba, trotaba, corría.

No podía mantener los ojos abiertos y parecía tener los oídos obstruidos por algo.

Caí

Caí

...................................

Caí, pero no estaba cayendo, estaba sentada.

Mis manos estaban de nuevo manchadas, o marcadas.

Tenía frío, había mucho frío, estaba descalza, mi cabello llegaba hasta arriba de mis hombros, mis tobillos se veían más delgados, igual que mis muñecas, mis uñas estaban cortas sin pintar.

Era la misma habitación, la cama blanca, el piso blanco, todo blanco. Mucho silencio, demasiado silencio.

No encontré mi voz, no encontré mi fuerza, solo una presión en el pecho, solo una lágrima bajando por mi mejilla.

El secreto de Idris y Tristán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora