|𝕰𝖓𝖙𝖗𝖊𝖛𝖎𝖘𝖙𝖆|

150 15 15
                                    

"Entrevista"

-El itinerario del señor Luján no se abrirá hoy, joven Pol- alguna vez había venido aquí, y el servicio no se le había hecho tan fastidioso como ahora -Si gusta, puedo agendarle una cita para la próxima semana-

-Usted no entiende, la ceremonia para la inauguración del Derzhavin será en dos días y yo debo tener esta entrevista preparada para mañana- desde que la agencia le notificó su participación en el primer artículo del magazín, Pol no había dejado de soñar con que él tendría la plana más arrebatadora de la temporada para lanzarla en la portada. Por eso había estado insistiendo tantos días, incluso por correo, que se le concediera una entrevista con la personalidad más envalentonada del mundo de la gastronomía.

Enrique Luján, de México, era un hombre que había conquistado los paladares más exigentes del gremio internacional, político, financiero y gastronómico. Minó con un solo restaurante al puntilloso mercado de la capital para trasladarse dos años después a New York, donde recibió su primer estrella Michelin a los 25 años de edad. Pol, estudiante del Instituto Culinario y practicante en el diario de gastronomía, quería que su nombre y su rostro apareciesen en el artículo estelar del Derzhavin para que su carrera se expandiese hasta la dirección de École Hôtelière en Lausanne, Suiza, y ganar la beca que lo posicionaría en el mundo de los chefs más importantes del mundo.

Y daría un salto enorme con Enrique Luján.

-...Joven Pol, ¿Sigue ahí?- de pronto se percató del viaje tan largo que había tenido al imaginarse el escenario más esperado de su vida.

-¡Perdón, una disculpa! Dios, ¿Que dijo?-

La señorita de la recepción solo rodó los ojos y repitió: -Le dije que el señor Luján abrirá una cita, pero hasta las 12-

Hasta las 12 probablemente tenía que estar en su departamento estudiando el manual que le mandó Camila, su amiga italiana que venía de foránea igual que él. A las doce probablemente ya estaría comiendo lo que sobraba del cassoulet y refrigerando la pasta. A las doce tendría que estar mandando el correo a su jefe de planilla avisándole que no tendría la entrevista para la portada y muy seguramente a las doce ya estaría despedido.

-No me importa, agéndela- suplicó.

Eran apenas las nueve y media de la noche, tenía el guion en el antebrazo y unas increíbles ganas de ir al baño para vomitar. Sin embargo, dos horas y media, la furgoneta sin llave, el examen de mañana y el estómago revuelto no lo detendrían para quedarse aquí incluso al día siguiente para hacer esta tertulia.

Se quedó esperando, sentado en un diván junto al recibidor del restaurante; tal vez, pensando en su futuro como el chef más reconocido de Polonia, o siendo solo un mesero en la cocina económica que le dio el sueño de ser el mejor restaurantero del mundo.

"Esta oportunidad va a ser mía..." dijo antes de quedarse dormido.

[...]

.

.

.

-¿Ha esperado mucho tiempo?...- la barulla lejana de los platos y los cubiertos se escuchaban arrastrados por su mente, casi como un tapón en el oído.

-Se quedó desde las nueve- pero el inconfundible siseo de una conversación lo hizo levantarse por completo. Cuando saltó para plantarse, apenas con esfuerzo, del diván, el primer encuentro azagador con su chef favorito le provocó en él un sonrojo aletargado, que si no fuera por su piel pálida: no tendría problema en ocultar.

-¡Señor Luján!- ¿Cuál era la forma apropiada de saludarle? -Perdóneme por este descuido, soy Pol Nowak, estudiante del Instituto Culinario de Chicago, estoy muy emocionado y agradecido de que me haya concedido el tiempo para hacerle esta entrevista-

𝕺𝖓𝖊𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 || RusmexWhere stories live. Discover now