𝖲𝗈𝗆𝖾𝗍𝗁𝗂𝗇𝗀 𝖨𝗇𝖼𝗋𝖾𝖽𝗂𝖻𝗅𝖾 𝖨𝗇 𝖳𝗁𝖾 𝖠𝗍𝗍𝗂𝖼

683 81 4
                                    

—Y bien, ¿Quién conoce el cuento de los tres cerditos?

—¡Yo!

Sonrió asintiendo bastante conforme.

—Muy bien, parece que todos, ¿Alguien quiere que lo lea o hablamos de el directamente?

Al principio la idea de contarle cuentos a los niños le resultó algo... Triste, eran niños pequeños y enfermos, algunos de pasada por alguna operacion sencilla pero luego habían otros que estaban ahi esperando que su vida pasara, sus cortas e inocentes vidas. Asi que lo analizo en la noche luego de pasarse casi dos horas mensajeándose con Jimin; si ella podia hacer la vida de esos niños aunque sea un poco mejor contándoles cuentos infantiles, si así podría sacarles al menos una sonrisa pues lo haría con gusto.

— Minjeong Unnie.—la pequeña que sostenía su peluche delante levanto su mano con una sonrisa.

— ¿Si linda?

— ¿La semana que viene puedes contar uno de princesa?

— Por supuesto que si.—asintió entusiasmada.

Para cuando salio de la habitacion habilitada sonreía mientras esperaba en algunos planes para como llevar su clase de cuentos, tal vez los haría sacar papeles para que eligieran su propio cuento, o quizás haría algo más ingenioso, debía pensarlo.

— ¿Minjeong?

Giro a mirar a el enfermero que la llamo, lo conocía, el chico había ido a muchos de los cumpleaños de sus padres y tambien lo habia visto en varias actividades que hacían en el hospital. Era muy agradable.

— Hola, joven Lee.—sonrió inclinándose ligeramente.

—Hay una chica, muy guapa.
—levantó sus cejas.—Preguntando por ti, está en una moto, trae chaqueta, rubia, parece Ulzzang...

Por cada descripción sus ojos se iban abriendo más y más al igual ir a su boca.

— ¿Qué?—señaló afuera.—¿E-Esta ahí? ¿Afuera? Afuera del hospital.

— Si.—asintió con una sonrisa.—Deberías ir ahora, ya casi es la hora del almuerzo de tus papás.—hizo una mueca.

— Dios, gracias jovén Lee, gracias.

Se inclinó nuevamente corriendo hacia la salida de prisa pero no hizo falta correr ni buscar nada más, su novia estaba ahí, sentada en su moto mientras la miraba con una sonrisa, como si nada.

—Te voy a matar.—dijo bajando los escalones.

—Te extrañaba.

— Jimin.—se quejó.

— No, espera.—levantó su mano.
—Los sábados son los únicos días en los que podemos estar juntas desde temprano porque dices que tus tontas clases de chelo son a las 8:00 a.m.

— Ya se, ya se.—miro hacia atrás antes de terminar de llegar a la rubia. —Jimin, ¿Cómo te atreves a preguntar por mi? ¿Y si terminabas hablando con uno de los amigos de mis padres?

— Minjeong.—sonrió.—El chico con el que hable es uno de los míos.

— ¿Qué?—frunció el ceño.

— Si, de esas que no cumplen las reglas.—señaló detrás suyo.

Minjeong giró a mirar lo que la rubia  señalaba, era un cartel que decía "No fumar" aún extrañada giró a mirar a su novia.

— ¿Qué quieres decir?

— Que estaba fumando y la vi.
—rodó los ojos.—No es importante, el asunto es que te dijo y yo por fin puedo besarte.

𝖣𝖺𝖽'𝗌 - 𝖶𝗂𝗇𝗋𝗂𝗇𝖺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora