Alone: In the Dark ©

Prólogo

Aria's POV

Me alejo del enorme mostrador de madera de roble que me separa de la chica castaña que está frente a mí, y dedico unos instantes a mirar por encima de su cabeza las dos enormes tartas de boda que hay colocadas en una fría estantería de metal. Las dos con un aspecto increíblemente delicioso se muestran esbeltas y perfectas, esperando ser recogidas por una feliz pareja de novios que están a punto de dar el paso más importante de sus vidas.

Mientras estoy observando esos dos monumentos pasteleros la chica deja sobre el mostrador dos billetes de diez dólares que corresponden al cambio de lo que le he pagado. Y acto seguido metidos en una fina bolsa blanca, me entrega los dos donuts con glaseado que le he encargado. Recojo el cambio y lo guardo en el monedero, para poco después despedirme con una sonrisa de ella y salir por la puerta de cristal, haciendo que me una al ya notable tránsito de personas rumbo a sus respectivos destinos. Por suerte el ambiente es cálido y se puede disfrutar del paseo. Una vez he dejado la calle y me he introducido en Central Park, disminuyo mi paso y saboreo cada cosa de la cual me percato, ya sea un perro callejero que busca comida, o una pareja de enamorados que caminan de la mano por el hermoso parque.

Al pensar en la pareja de enamorados no puedo evitar recordar a Steven, sentado en el nuevo sofá de cuero negro a la espera de que llegue a casa para prepararle la cena, en verdad no tengo muy claro si le gustará lo que tengo pensado prepararle, pero solo espero que se lo pueda comer, ya que no quiero estropear nuestra primera cena romántica en nuestro apartamento.

-Nuestro apartamento. -susurro por lo bajo asimilando las dos palabras que acabo de pronunciar.

Sigo caminando hasta que llego a la salida del frondoso parque y vuelvo a unirme a los demás transeúntes nerviosos, que por lo que veo, están deseando llegar a casa. Y antes de que me quiera dar cuenta ya estoy frente a una pequeña tienda de comestibles; a la cual entro casi sin pensar, debido a que necesito ingredientes para preparar la tan esperada cena.

Una vez estoy dentro, me doy cuenta de que todo tiene un ambiente realmente pintoresco y agradable a la vista, con paredes decoradas en madera de arce y suelos de baldosa color teja, me siento como si estuviera en casa, y esa sensación me encanta. Recorro uno por uno los escasos pasillos de la tienda hasta que doy con el adecuado; el pasillo de la carne seguido de las especias y las verduras. Me adelanto un poco para agarrar una cesta de mano y empiezo a colocar los ingredientes que voy a utilizar dentro de la cesta. Poco a poco llego a tope de contenido que puede caber en la pequeña cesta y ya estoy lista para ir pagar.

Recorro dos pasillos más hasta que doy con el mostrador de caja y puedo ver que detrás se encuentra una adorable anciana que me mira con aspecto risueño una vez he colocado la cesta encima de la barra de madera ya desgastada que hace de mostrador, y saco el monedero para pagarle.

-¿Tienes una cena importante esta noche? -me pregunta la anciana mientras estoy ensimismada buscando el dinero.

Levanto la mirada para mirarla a sus ojos color verde esmeralda y sonrío en modo de afirmación.

-Espero que a mi novio le guste, voy a tener muy poco tiempo para prepararla. -contesto no queriendo parecer maleducada.

-Seguro que sí -responde- aún recuerdo cuando mi Robert en vida, me preparaba de vez en cuando una cena por sorpresa, que felices eramos con tan poco.

-¿Lo echa de menos? -pregunto ahora mas centrada en nuestra conversación.

-Cada día más.

-Ojalá que Steven y yo duremos tanto tiempo juntos como usted y su marido. -respondo sonriente.

-Seguro que sí cariño, sin conoceros sé que lo vuestro durará.

-Espero que tenga razón. -contesto y le entrego el dinero necesario para cobrarme todo lo que he adquirido.