El día

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Todo estaba planeado, tenían los planos del edificio, las armas estaban listas e incluso el plan B estaba pensado.

Nada podía salir mal, excepto por...claro, la traición de Arsyn.

[...]

—Muy bien, hoy es el día, A.-Mencionó la rubia ojiazul, Arsyn rodó los ojos al escuchar el entusiasmo de la otra chica.

—Vamos a robar, Cat, no a un día de campo.

—¿Está todo listo, ya?-Catastrophe ignoró el comentario de la pelinegra.-Faltan dos horas para que sean las 5, tenemos que irnos.

Arsyn se levantó de su asiento con desgano, las botas altas negras resonaban con cada paso y su pequeña falda de cuero se balanceaba con sus caderas.

Catastrophe era bella, pero Arsyn era elegante.

La rubia sonrió y caminó tras su amiga, la ropa ajustada que vestía se ceñía a sus curvas como pegamento, su corto cabello rubio le daba la libertad de moverse y pelear.

Sus largas piernas eran su arma más letal, de una matada podía dejarte inconsciente.

Sin contar, claro está, que sus armas escondidas en sus cosméticos podían matar a cualquiera en cuestión de segundos.

Sus sonrisa amigable era sólo un señuelo para que la gente confiara en ella.

Y para suerte de ambas, Cat sabia como usarla.

—Buenas tardes, señoritas, ¿en qué puedo ayudarlas?-Arsyn agradeció al cielo que el recepcionista de la empresa Tomlinson Inc, fuera hombre, así que mantuvo la boca cerrada y dejó que su rubia amiga se encargara de ello.

—Verás, ahm...Stan.-El chico sonrió, Cat gritó en su mente, ya lo tenia en su mano y ni siquiera habían pasado cinco segundos.-Esta mañana pasamos a darle una visita a mi primo y dejamos unas cosas en su oficina y queremos recuperarlas, tal vez tú podrías ayudarnos.-Cat se mordió el labio y Arsyn casi rió por la cara del pobre recepcionista.

"Tonto, tonto, tonto."

—Oh, y ¿cuál es su oficina?-La rubia miró a su amiga, Arsyn sonrió despreocupada.

—Supongo que la conoces, digo, su nombre está por todos lados.-El chico parpadeó sin comprender, Arsyn tomó una pluma de la mesa y la agitó.-Señor Tomlinson.

—Oh, claro.-Stan se rascó el cuello en un gesto nervioso.-Pero no puedo dejarlas entrar, el señor Tomlinson no está y no le gusta que entren en su oficina sin permiso.

Catastrophe frunció el ceño, Arsyn la imitó.

—Claro que no, pero somos sus primas, no creo que se moleste.-Dijo Cat en un tono poco amigable, las piernas del chico temblaron.

—No, no, tienen razón, pasen.-El chico les entregó la tarjeta de acceso, ambas caminaron al elevador.

—Vaya, cobarde.-Murmuró Arsyn.

—Pude oler la orina en su pantalón desde la entrada.-Arsyn arrugó la nariz.

—Eso es asqueroso.

—Pero cierto.

Treinta pisos más arriba, la oficina del presidente de la empresa apareció.

Las dos esbozaron una sonrisa llena de malicia.
Cinco pasos más y podrían sus manos en aquel maletín lleno de secretos.

—Hola.-La cabeza de Arsyn casi se desprende de su cuello cuando giró hacia la persona que habló. —Linda ropa, estoy seguro de que el señor Tomlinson las contrató.

Cat estuvo a punto de hablar pero Arsyn la interrumpió.

 —Sí, sí ya sabes "Fantasías sexuales a domicilio: 8361catastrophe"  tal vez deberías llamar, luces un poco... enojado.- Las chicas sonrieron con inocencia, el chico frente a ellas estaba echaba humo.

 —Ese maldito bastardo.-Se alejó de ambas, maldiciendo entre dientes.

—¿Quién era ese?-Preguntó la rubia.

—Harry Styles, esposo de Louis Tomlinson.

—Vaya, estoy segura de que provocaste un divorcio.

—Es el menor de mis problemas.

—Nos llamó putas.-Arsyn rió.—Y tú le seguiste la corriente.

—Era eso o dejarlo inconsciente.-Alzó un hombro.—No quería arruinar su cara bonita.

—Vale.-Murmuró la rubia.—Ahí está la oficina.-Apuntó al frente, los ojos de Arsyn brillaron con anticipación.—Abriré yo.-La ojiazul caminó hasta la puerta y trató de abrirla, pero ésta simplemente no cedía.—Está cerrada.

 —Hazte a un lado.-Catastrophe se movió, Arsyn levantó la pierna y con una fuerte patada quebró las bisagras, la puerta se abrió justo en el momento en el que una alarma resonaba en todo el edificio.

—Mierda.

—Ese maldito bastardo.

La rubia corrió dentro de la habitación, mirando alrededor encontró lo que buscaba, un reluciente maletín plateado.

—¡Cat!-Su mano fue bruscamente apartada del objeto.

—¿Qué mierda?-La sala estaba llena de hombres, todos vestidos con traje, todos con armas.

Su espalda chocó con la de Arsyn.

—Hora de la diversión, nena.


{...}       

El maletín volaba por los aires, pasando de una mano a otra, las chicas trataban de agarrarlo pero tenían que pelear para salir vidas.

Un solo hombre quedaba, ambas corrieron hacia él y lo derribaron, Catastrophe tomó el maletín y cuando iba a celebrar con Arsyn esta sacó su polvo compacto y le sopló en la cara.

El maletín salió de sus manos, su espalda chocó contra el frío vidrio y lo último que vio fue la sonrisa de su compañera de crímenes.


Bad BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora