Como un bombón...

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-Ya, habrá que sentarse acá no ma'- El Naiko, totalmente resignado tomó una silla y se sentó. Lo mismo hicimos el Edgar, Oscar (*nota: Hablo del Bestia, no del Choreza)y yo.
¿Desde cuándo está tan llena esta wea de Papa Jones?
-Ahora, que vaya alguien a decirle al Nico donde estamos- Todos nos miramos las caras esperando que alguien se parara y fuera donde "este weón".
-...Jaime, anda tú- Edgar me miró como si yo fuese a aceptar en algún mundo paralelo.
-Qué wea?, yo ya me senté, no pienso volver a pararme- Ya empezamos...menos mal que no peleamos tan en serio.
-Y además, ¿Por qué yo?- Sé que parezco muy pajero, pero tener que ver la cara de ese weón maraco...en la mañana me dejó unos bombones en el bolsillo de la chaqueta. Aunque sería una oportunidad de preguntarle que wea con los bombones, debo aceptar que es medio rarito preguntarle si siente algo por mí. Después puede pasarse rollos conmigo...y me van a decir maraco a mí.
-...puta, se va a parar un culiao' o no?!- El Oscar ya se exasperó. Si no voy yo, este me va a sacar la cresta...
-Ya, yo voy...son de cartón ustedes- Me paré del asiento que ya estaba muy cómodamente calentado por mi trasero...me encanta cuando pasa eso.
Caminé entre la gente que estaba puro estorbando parada allí hasta que llegué a la fila. Busqué al Nicolás por ahí...Lo ví!
Avanzé un poco más para pararme a su lado y llamar su atención.
-Oye, Nico, los chiquillos están ahí- Me miró y le apunté el lugar en donde nos habíamos sentado. Pero había tanta gente que casi no se veía.
-...¿Dónde?- Nicolás se acercó un poco más a mí tratando de ver a donde se dirigía mi dedo.
-ah, ahí po'- Acercó su rostro más al mío, tanto que casi quedamos mejilla con mejilla. Y eso, (por alguna razón), me dió un poquito de vergüenza.
-...Mmm...Ah, ya los ví- se separó de mí y los saludó con su mano derecha. Si será ridículo.
-Ya cumplí mi cometido...apúrate si.- metí mis manos a los bolsillos, listo para irme.
-Ya...estas perfumadito- Voltié a mirarlo pero él ya estaba en la caja, hablando con el cajero ese.
No puede dejar de ser tan fleto ni en frente de mucha gente. Pareciera que no tuviera vergüenza de lo que dice o hace.
Y lo más raro es que es el más vergonzoso de todos nosotros...aunque entre amigos se entienden las "tallas"...
Volví a seguir el camino ya hecho hacia el Nico, solo que de vuelta. Pedí permiso entre varias personas mientras pasaba, aunque ni siquiera pescaran. Claro, si uno no les pide permiso se indignan por la falta de educación...Dios mío, el estrés.

-Ah~, no era realmente tan difícil- dijo el Naiko con su tono burlesco. Mejor no me quejé. Tomé la silla y la acerqué un poquito hacia mí para sentarme más cómodamente.-Oye, Edgar, ¿Has hablado con el Manu?- Ayer, en un momento de nostalgia revisé su página de Facebook. Ahora me acordé del Yelito.

-Si!, ayer le mandé un wasa' y el Yelo me respondió al instante. Fue impresionante esa wea- El Edgar sonrió junto con sus palabras. Sonaba alegre, aunque tratándose del Manuel es raro que últimamente esté libre hasta para contestar un mensaje. Igual me da penita no verlo desde hace tanto.
-Oye, pero eso es señal de que por fin está libre, este es un buen día para tomarse unas chelitas- El Bestia se acercó aprovechando la ocasión. Lo que quiere el perla.
-Yaaaa!, querí que vayamos a tu departamento otra vez. No te aproveches- Dijo Edgar entre leves risas.
-Solo quieres aprovecharte de nuestra inocencia- el Naiko puso carita de puro.
-ja, pero recuerden de que eso puede ser también sinónimo de que quedó sin pega. Necesita un hogar donde vivir, Edgarito- les recordé que no está muy seguido con nosotros por que trabaja.
-jajaja, se quedó conmigo por que justo andaba enfermito. Un poco de piedad por el niño pueh-
-Claro, como tu casa es el hogar de Cristo- Mencionó el Oscar. Y tiene razón, creo que varias veces se quedaba el Manu en la casa del Edgar o viceversa...

Miré si el Nicolás venía ya con la pizza y las cositas por que, puta que tenía hambre.
Oh, que coincidencia, viene la salvación.
-Cabros, viene quien tanto deseaban- El Nico dejó la comida sobre el mesón y mientras todos atacabamos él se sentaba.-Es un palito de ajo por cada uno, así que aprovechen de chupetearlo bien- Aclaró Nicolás tomando uno de los mencionados palos de ajo que tan característicos eran del "Papa Jones".
-¡¡Por fin!!, no comí en toda la tarde para disfrutar de esto.- Comencé a saborear el trozo de pizza en mi boca. Wea más rica que esta no hay.
-No era necesario dejar de comer para disfrutar de algo- Comentó Edgar con la pizza a tan solo unos centímetros de su boca.
- Que es aweonao'- Aprovechó de decir el Bestia con una cara de lamentar mi situación.
-Es que está cuidando la línea, Edgar-se burló el Naiko. Todos reímos ante eso. Ya no me queda mucho ánimo para enojarme.
-jaja, mínimo, por amor al prójimo- respondí entre risas y mascando el trozo que aún quedaba en mi mano (no homo). No me duró mucho aquel pedazo de deliciosa pizza.

¿Quién es el maraco ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora