Capítulo 1.

63 6 0
                                    

No sabía cuánto tiempo había pasado, lo único de lo que era consciente era en todas esas paginas de internet, posteos en redes sociales y noticias que no se cansaban de pasar una y otra vez el momento más vergonzoso y doloroso de su vida, tal vez hubiera estado mejor nunca despertar o eso era lo que le decía sin cesar la voz en su cabeza.

“La caída lo dejó con una lesión que perjudicará su vida laboral…”

“Un bailarín muere dos veces…”

“Se pudo escuchar sus huesos crujir en el teatro…”

“Lo lamento mucho…”

“Nada será igual…”

“Una enorme tragedia para el mundo del baile…”

Era todo lo que escuchaba y veía, por más que quisiera escapar de ese horrendo recuerdo, el mundo parecía estar empeñado en recordárselo hasta el cansancio. A su casa habían llegado un mínimo de 50 arreglos florales con palabras “reconfortantes”, había perdido la cuenta de cuantos “Lo lamento” había escuchado desde que salió del hospital y maldecía cada una de esas palabras que lo hundían más de lo que ya estaba.

Cuando llegó a su departamento aun le costaba moverse, pero estaba tan dolido que sacó las fuerzas suficientes para romper su enorme vitrina donde colocaba sus fotos y trofeos, su exmánager lo había dejado solo porque debía ir por su maleta, para cuando llegó notó todo el desastre y preocupado trató de hablar con JiMin, pero ya era muy tarde, se negaba escuchar una sola palabra más, estaba asqueado de todo y simplemente lo corrió de su casa, el hombre mayor le miró anonadado.

--Sé que es duro, pero no puedes hacer esto… --trató de hablar. –P-Podemos solucionar…

--¡¿Qué mierda vas a solucionar!? –gritó desde el suelo, su cabello rubio cubría su pálido rostro por el cual corrían gruesas lágrimas. --¡Esto esta jodido! ¡No hay manera de que se solucione ni un carajo y no quiero volver a verte, lárgate!

El hombre en realidad no se tomó personalmente los comentarios del rubio, sabía que debía ser doloroso, devastador estar en su condición y no lo iba a justificar, pero tampoco lo culpaba… Si era honesto consigo mismo, se sentía igual de impotente, había llorado un sinfín de veces desde el accidente, porque conocía perfectamente que ese sería el trágico final.

Sin decir una sola palabra abandonó el departamento, no sin antes sentar al joven en su sillón y besar su frente con pesar.

--Cuando estes listo, llámame, hijo. –el rubio sólo le dio la espalda.

Cuando a sus oídos llegó el sonido de la puerta cerrándose, lloró como nunca en su vida, gritaba tan fuerte que en un punto habían tocado a su puerta, sin embargo, no se molestó en abrirla, no quería más de esa mierda, estaba tan cansado… que ni siquiera notó en el momento que se quedó dormido; así fue por más o menos una semana hasta que nuevamente llegó su exmánager, ahora padre…

--Lo siento… --dijo desde el sillón.

--No, tranquilo. –el hombre lo abrazó. –No pasa nada, no estás solo y no te dejaré solo ¿Entendiste?

El hombre limpió todo el departamento, con las instrucciones de que tirara todas esas fotos y trofeos, él sólo asentía, pero se llevó los trofeos junto a las fotos a su casa.

Who are you? 국민 Where stories live. Discover now