𝖣𝖺𝖽'𝗌 - 𝖶𝗂𝗇𝗋𝗂𝗇𝖺

𝖨 𝖣𝗈𝗇'𝗍 𝖶𝖺𝗇𝗍 𝖬𝖾𝖾𝗍 𝖸𝗈𝗎𝗋𝗌 𝖯𝖺𝗋𝖾𝗇𝗍𝗌

Sonrió enviando tres mensajes seguidos antes de escuchar un fuerte grito.

— ¡Minjeong!

Dejó de mirar su celular para mirar a sus mejores amigos con una sonrisa, absolutamente todos estaban justo en la entrada de la universidad e interrumpian el paso de los estudiantes que querían ir hacia sus clases, porque eran seis personas en el medio haciendo absolutamente nada.

Se acercó a ellos casi corriendo.

— ¿Qué sucede, chicos? —pregunto abrigándose mejor cuando una fuerte brisa se sintió.

— ¿Vas con nosotros a la pista de hielo? —pregunto Hyunjin siendo abrazado por Félix.

Hizo una mueca metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo.

— Pues...

— Minjeong  no irá porque debe ir a ver a su chica mala del sur. —se burló Ryujin colocándose a su lado.

La mayor rodó los ojos levantando una de sus cejas pero no dijo nada. Ningning rió abrazándola con fuerza mientras la movía de un lado a otro.

— Véte antes de que se haga tarde y tus papás se den cuenta que no saliste con nosotros. —soltó la pelirroja aún abrazándola.

— ¿En serio? —pregunto Sunoo frunciendo el ceño. ¿Tu novia aún no conoce a tus padres?

— Estamos trabajando en eso. —dijo a la defensiva apoyando todo su peso en una de sus piernas.

— ¿Segura? Tienen más de un año saliendo.

— ¡Sunoo, déjala en paz! —gritó Aeri tomando a Ningning de los hombros para separarla de Minjeong. —Lo hará cuando crea que sea indicado.

— Yo se cuando es indicado. —soltó Sunoo de brazos cruzados antes de soltar una risa. —Nunca.

— Cierto, tus papás te van a matar si saben qué sales con una chica como ella, una chica que vive en el sur. —soltó Felix sin siquiera mirarla, muy ocupado en acariciar el cabello de Hyunjin.

Ningning negó rodando los ojos.

— No les hagas caso, su historia de amor es muy bonita y cliché, sigan así.

Minjeong imitó a la pelirroja rodando los ojos nuevamente antes de acomodar su mochila en su hombro.

— Como sea, me voy.

— ¡No hagas cosas indebidas o tus padres se darán cuenta! —gritó Ryujin señalandola.

— ¡Cuidate!

— ¡Me llamas cuando llegues a casa!

Rió haciéndole señas para que se callaran y cuando llegó a su auto solo se giró asintiendoles, sabía que no pararían hasta que no los mirara.

— ¡Solo cúbranme si mis papás llaman!

Sin más, se metió a su auto y condujo hasta su destino.

El departamento de Jimin quedaba relativamente lejos de la universidad, Jimin era de la parte Sur de Daegu la cual era considerada como la peor parte de toda la ciudad, como si el norte fuera para los buenos y el sur para los vagabundos y desprestigiados. Hacia un buen tiempo Karina había dejado la universidad y siempre prometía volver. Habían pasado exactamente seis meses y Minjeong no veía ni una sola señal de que su novia quisiera regresar.

Estacionó fuera del edificio casi cuarenta minutos después y con una sonrisa saludó a todas las personas que se encontraban en el primer piso, en su mayoría, mayores. Su lado podría criticar todo lo que quisieran pero la gente del sur no era como la pintaban, o al menos, no la mayoría. Jimin le había dicho que sus vecinos le habían comentado muchisimas cosas sobre ella, cómo que era muy hermosa y tierna, que también era súper educada y que no sabian como una chica como Jimin estaba con la castaña. Y Minjeong no se sorprendió, había escuchado eso más de lo que llegaría a admitir algún día, pero ese era su asunto, le gustaba Karina, y no pensaba cambiarlo.