Cita

17.6K 1K 151
                                    

Capítulo 14

Rebecca

Froto mis ojos con mis manos para despertarme un poco. Me he levantado hace unos minutos y bostezo llena de pereza todavía. Son las doce del medio día y es domingo, día de descanso donde puedo andar con pijama las 24 horas sin hacer nada, solo relajarme.

Salgo de mi habitación y me encuentro a mi tía en la sala, tiene una manta en sus manos la cual borda con mucha concentración.

—Buenos días— saludo y paso de largo a la cocina por un vaso de agua.

—Buenas tardes, diría yo— habló cuando regresé y tomé asiento frente a ella.

—¿Cómo estuvo la fiesta ayer?— inquiere.

Anoche no le había contado nada, ella ya estaba dormida y no quería despertarla así qué me fui a mi habitación.

—Bien— sonrío.

—¿Le diste mi recado a Edna?

—Sí

—¿Qué harás hoy?— me mira por encima de sus lentes de abuelita.

—Nada, es domingo y quiero estar de perezosa.

—La pereza es pecado— me reprende.

—La envida también— río.

—Creí que saldrías con esa tal Adam.

Mi risa paró de golpe y abrí los ojos sorprendida.

Adam.

Había olvidado por completo la cita que tendría hoy con él. Con todo el embrollo de la semana y la fiesta de ayer se me había borrado completamente de la cabeza la salida que teníamos.

—¡No puede ser!— me levanto como rayo y corro a las escaleras pero recuerdo que era a las doce y ya es pasada esa hora.

Me regreso a la sala más tranquila y observo a mi tía desde el umbral de la entrada.

—Dijo que vendría por mí a las doce.

—Ajá— contesta, sin verme.

—¿No llamó?— la miro con los ojos entrecerrados.

—No— asegura y me acerco al teléfono de la casa que tiene por un lado para revisar los registros.

—Deja— toma mi muñeca, impidiendo que agarre el aparato y avivando mis sospechas.

—¿Por qué?

—No sirve.

Mentirosa.

—No es cierto— tomo el teléfono y reviso los números que han entrado hasta dar con el de Adam.

Puede ser muy loco pero el teléfono de mi casa no registra el nombre, pero yo me se el suyo al derecho y al revés.

—¡Llamó!— grito histérica.—¿Qué te dijo?

Duda en decirme y le advierto con la mirada que no me mienta y que me diga la verdad.

—Dijo que se le hizo tarde, tuvo unos problemas con el auto y que pasaría a la una por ti— bufa con fastidio.

—¿Por qué no me llamó a mí?

—Dijo que lo hizo pero no le contestabas. La señorita estaba en el quinto sueño.

—¡Me van a ganar las prisas!

—Pues no vayas— se encoge de hombros.—¿Qué? No me mires así, solo estoy tratando de ayudar, te estoy dando opciones.

Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)Where stories live. Discover now