Capítulo 10

2 1 0
                                    


—Jane estuvo esperándote anoche, Em.

Ryan se sentó a mi lado, en el patio de su casa.

—Lo sé. Ni me lo recuerdes —me lamenté.

—Estaba realmente molesta. No enojada, sino triste.

—¿Quieres dejar de repetir siempre lo mismo, Ry? Decepcionada.

—¿Qué?

—Jane está decepcionada, no triste...

—Su mundo no gira alrededor de ti; lo de Caleb todavía la tiene mal.

—Lo sé.

—Entonces ¿Por qué no haces algo al respecto?

—¿Tú también quieres psicoanalizarme?

—¿Ves? ¡Ahí tienes! ¡Siempre tan a la defensiva! Tu siempre te victimizas por todo.

—Oh, no. Por favor, Ryan, no empieces tú también con esto.

—No, déjame terminar. ¿Te das cuenta que castigas a los que más te aman?

—¿Eh?

—Tu amiga, Jane, tu amiga de toda la vida, la dejaste esperando mientras... ¿qué hacías? Estabas con Kyle, seguramente. Y yo... Y yo...

—Ya te pareces a Mandy con tus sermones... —dije, entonces—, pero estoy dándome cuenta de que tienen razón.

A los pocos minutos, Jane se hizo presente. Me saludó, pero no me dirigió la vista durante un buen rato.

—¿Y qué tal tú día? —le pregunté como para entrar en tema.

—Bien, normal... Ya sabes.

—Si...

—Iré a ayudar a mamá —dijo Ryan, interrumpiendo el silencio—. Nos vemos luego.

Ambas lo saludamos desde el piso, estábamos sentadas en el césped. La situación me ponía nerviosa, por lo que me dedicaba a arrancar el pasto, tirándolo. Finalmente, tomé coraje y hablé.

—¿Cómo es que llegamos a esto, Jane? No solíamos ser así... Jamás existió un momento de incomodidad entre nosotras.

—No lo sé... Oh, espera. ¿Será que ahora tienes un novio por el cuál preocuparte?

—Jane, ¡lo siento! Kyle estuvo contándome de su vida... De todo lo que le ocurrió desde pequeño, y... Me dejé llevar por lo que vino después...

—Te acostaste con él, ¿cierto? —La miré a los ojos y bajé la mirada—. Lo sabía.

—Bueno, pero eso no importa ahora... Quiero saber de ti y Caleb, ¿qué sucedió?

—Olvídalo, empezaste tú —dijo Jane—. Ahora termina.

—No. No quiero que todo gire en torno a mí, Jane... Tú tienes la palabra ahora. Tú eres mi amiga y lo que me importa.

—No pareció importarte ayer.

—Siempre tan honesta.

—Anda, cuéntame. —Me esbozó una pequeña sonrisa.

Me acomodé en posición para contarle en voz baja, casi susurrándole.

—Verás... No sé. No... No me siento cómoda con Kyle...

—¿Por qué lo dices?

—Por eso. No sé, no sentí que hubiera conexión entre ambos... Por un momento, llegué a sentir que yo era la que aportaba todo. Nada salía por su propia voluntad. No lo noté interesado.

Cuando el galope se oyeWhere stories live. Discover now