ADÁN Y LILITH

147 10 10
                                    

Jamás he visto un lugar más bello que el Edén, tan majestuoso que no hay palabras que lo describan; Los frutos más deliciosos lo adornaban, las mejores plantas y árboles lo cubrían, increíbles animales iban y venían, el maravilloso sonido del agua cayendo desde las cascadas, todo en él era perfecto, y esa perfección fué el hogar de Adán Y Lilith.

Adán parecía aceptar la presencia de Lilith, y hasta su compañía, al menos por cortos periodos de tiempo, Lilith hacía su mayor esfuerzo por complacerlo en todo momento y en todo sentido, tratando de replicar las acciones de Adán, pero esto sólo hacia que él la viera con torpeza, oh Lilith aún recuerdo cómo llorabas cada vez que él te llamaba inútil, recuerdo cómo decía que tú única función y utilidad era reproducirte con él, recuerdo que incluso invento una nueva palabra para tí, quería darte un nombre cómo lo hizo con todo en el Edén, excepto contigo, ahora te llamaba Adorno.

Sus quejas constantes se convirtieron en noches de llanto y gritos contenidos para tí, una noche te escuché decir que eras un error, algo que no debió haber sido creado, estoy seguro de que no fueron tus palabras, juraría que incluso mis hermanos podían escuchar la horrible manera de Adán al tratarte, esa noche fué el límite, no podía,no quería creer que empezabas a aceptar las palabras de Adán como verdades, cuándo lo que salía de su boca era el veneno de la más peligrosa víbora.

Tú sólo podías verme sí así lo quería yo, al ser el único Arcángel y ser celestial que podía bajar a tierra, mi padre me dió la habilidad de volverme humano, al menos en apariencia, el no quería que vieran mi forma real, mucho menos mis alas, ya conoces a Dios y sus maneras misteriosas de actuar Lilith, pero aún así a veces sólo me gustaba estar ahí en silencio, sin que supieras que yo estaba ahí, aunque creo que siempre supiste que había un ángel cuidándote.

Recuerdas el árbol? El ahora llamado árbol de la vida, y los humanos no saben el por qué.
Su tronco era tan alto que parecía tocar los cielos, tan frondoso que hallaba refugio bajo su sombra y con un aroma tan exquisito que me invitaba a soñar, ah y claro esas hermosas manzanas rojas que lo adornaban, pero no eran la mayor tentación del jardín.
Las únicas veces que te vi sonreír fueron bajo ese árbol, mientras te cantaba para animarte de discusiones con tú hombre, siempre he disfrutado cantarle a mi padre y a mi hermanos, quién diría que fué una de las habilidades que Dios me dió, pronto me dí cuenta que disfrutaba haciéndolo más para tí, pensaba en qué melodía sería de tú agrado, y confieso que a veces hasta me preocupó desentonar, era tan divertido y tierno verte reír y bailar con mis canciones, tan hipnotizante, esto no lo sabes, pero una tarde olvidé la letra de la canción, así que improvise, al final creí que salió bien, porque me preguntaste que inspiraba tan bellas palabras, y te respondí que la belleza que vivía en el Edén, pensaste que me refería a sus árboles y plantas, hasta en sus animales pero no pensaste en ti.

Oh pequeña, mi querida y encantadora Lilith, la historia se ha contado mal, yo no pude tentarte a ti, jamás te habria impuesto nada, pero tú, tú llegaste a lo más profundo de mi ser.
Una tarde, después de tus ya famosas peleas con Adán , él se atrevió a empujarte, caiste y una espina de rosal hirió tú espalda, sentí una punzada dolorosa y aguda, pero también pude sentir algo nuevo, enojo, quería hacerle lo mismo a Adán, pero con todas las espinas de ese rosal, creo que lo pensé en voz alta, por qué me oíste, me pediste que me alejara, fuiste al árbol, tomaste una manzana y mientras la mordias tus lágrimas no paraban, tus gritos te los comías con cada mordida a esa manzana roja, creía que no podías llorar más, jamás te había visto así, no me aleje, me quedé, ahí en silencio invisible para tí, o eso creí, parecía que aunque no hablara y tú no me pudieras ver, de alguna forma sabías que yo estaba ahí, así que pediste verme, habían pasado horas pero de tus ojos aún asomaban lágrimas, era la primera vez que lo haría, la primera vez que me verías cómo humano, te agradaría? Te daría miedo? Te resultaría desagradable? Todo me decía que no, pero yo te dije que sí.

Una luz blanca iluminó el Edén, y por primera vez me viste, me viste cómo humano, aunque ya me conocías bien, eso era diferente, el vernos a los ojos, tocar tú cabello, Dios, me perdí en tus hermosos ojos cafés, un laberinto sin respuestas, pero yo quería encontrar esas preguntas, hablamos toda esa noche, y antes de amanecer me besaste, tus labios tocaron los míos, jamás creí que los segundos parecieran siglos, estire mi mano y toqué tú pelo, luego resbaló a tú mejilla, disfrute tus deliciosos labios, no quería que acabará, quería que esos siglos fueran una eternidad, entonces sentí un extraño calor en mi parte baja, trate de ignorar esa extraña sensación, y para concentrarme más en tí tomé tú rostro entre mis dos manos, parecía que tenías un rostro pequeño porque el tamaño de mis manos lo cubrió suavemente, entonces tú mano tocó mi abdomen, te separaste para respirar, me miraste a los ojos y me sonreiste, parecía irreal, entonces empezamos de nuevo el beso, tú mano jugueteo entre mi rizado cabello, algo se puso duro, ah, me estabas volviendo loco, mis manos también comenzaron a bajar, tus pechos, tus caderas, definitivamente el ser más perfecto, te recosté, bajo la sombra de aquel árbol, quería tener una mejor vista de tí, me coloque arriba de tí, pero al acercarme demasiado mi miembro tocó tú muslo y este dolió, ya estaba muy duro, me retire, te miré a los ojos y te pregunté sí estabas segura, jamás había deseado nada, jamás había pedido nada, y casi me pongo a rezarle a mi padre para que dijeras que sí Lilith, lo hiciste me dijiste que sí, entonces te di un pequeño beso en la frente, abriste las piernas para darme un mejor acceso, las recorrí a besos, tan suaves, quería disfrutar cada segundo, cada respiro, quería guardarte para siempre así, felíz, segura, confiada, entonces penetre, escapaste un ligero gemido, temí lastimarte, mi complexión era más del doble de la tuya, temí hacerte daño, me sonreiste cómo diciendo que todo estaba bien, tú sonrisa era mucho más bella que todo el Edén, el sabor de tú cuerpo más tendador que esas manzanas, tú pequeña, tú eres perfecta, mis manos sostuvieron tus caderas para acostumbrarte al vaivén de mis movimientos, empezaste a jadear más y ese sonido me dió aún más placer, aumente la velocidad, mientras más me hundía en tí más te quería, mis manos subieron a tus pechos, disfrutabas eso, tú respiración en mi oído mientras me susurrabas lo confirmaba, volvimos a hacer contacto visual, nos sonreímos y luego nos besamos, mis manos arquearon tú espalda, tú recorrías con tus manos mi abdomen, seguimos casi por inercia, rápido, lento, aún más rápido, llegamos al éxtasis y tus manos rasguñaron mi espalda, me sonreíste y a partir de ese momento no quería nada más, que ver esa sonrisa por el resto de mis días.

El veneno de Adán nos alcanzó, la serpiente mordió, no pude evitar lo que vino después, enfureció y un hombre ciego de furia y orgullo herido nos vio, una manzana tomó y sin querer esta me condenó.




















El Diario De LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora