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Sunwoo caminaba a un lado de Jungwon, ambos manejaban un carrito para echar las compras para la fiesta que darían esa noche.
Era el cumpleaños del menor y querían celebrarlo con mucho alcohol y amigos.
-Gracias por aceptar que hiciera mi fiesta en tu restaurante, Hyung- habló el menor, tomando unas bolsas de frituras y dejándolas en el carrito.
Sunwoo sonrió, ocultando con sus mejillas sus ojos rasgados color chocolate -No es nada, Jungwon- dijo -Sirve que por fin me presentarás a tu novio, ¿Cómo se llamaba?
El menor asintió -Heeseung- respondió -Te caerá bien, es agradable.
Sunwoo asintió, ambos siguieron caminando hasta llegar al pasillo del alcohol y tomar algunas cajas.
Siguieron su plática sobre el novio del menor hasta llegar al mini bar que el mayor tenía en el centro de la ciudad.
Era un lugar transitado, logrando que su pequeño negocio tuviera buenas ganancias y creciera de poco a poco.
El lugar era hogareño, con plantas y dibujos que él mismo había hecho como decoración, las paredes pintadas de beige que combinaban con los muebles color canela.
Y como aroma, una combinación de comidas y bebidas que se volvía agradable en cuanto entrabas al lugar.
-¿A qué hora llegarán tus amigos?- preguntó el mayor, quien cocinaba algunos platillos para los invitados.
Aunque estos estarían más ocupados bebiendo y bailando que preocupándose por si comerían o no.
-Les dije que llegarán después de las ocho- respondió -Tienes tiempo para hacer todas tus comidas, Hyung.
Sunwoo sonrió, asintiendo, siguiendo con su tarea de cocinar mientras que el menor se encargaba de limpiar el lugar.
Cinco minutos antes de que se dieran las ocho de la noche, ambos comenzaron a decorar el lugar con globos, listones y pegatinas relacionadas con el tema de cumpleaños.
Tomaron asiento, llevándose una botella de sojú a los labios, bebiendo al mismo tiempo para después reírse por sus movimientos coordinados.
Las risas se detuvieron al escuchar la campanilla del lugar sonar, indicio de que alguien había llegado.
Lee Heeseung vestía elegantemente unos zapatos y pantalones negros, una camiseta blanca junto a un chaleco café. En sus manos llevaba una caja café con un listón rojo y un ramo de tulipanes.
Y una sonrisa que se volvió más grande en cuanto vio a Yang Jungwon.
Caminaron el uno hacia el otro hasta encontrarse en un cálido abrazo lleno de amor.
-Que lindos los novios.
Aquel ambiente romántico, que tanto le gustaban a Sunwoo, se rompió con aquella frase acompañada del sonido de la campanilla.
