Prólogo

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                             -¿Y cuándo pensabas decírmelo?¿Cuándo me  arrestaran?

                             -Cariño, hasta los 18 no podíamos nombrar nada del tema.

                             -¿Ni siquiera decirme que no puedo volver a ver a Alexandra nunca más?

                             -Bueno hijo, es lo único que podíamos hacer tu padre y yo.

                             Y así acaba mi 18º fiesta de cumpleaños. Así acaba mi vida.


                                                 <                         Prólogo                           >

        Me llamo Alexandra, pero mis amigos me llaman Alex, quiero decir, mi amigo. Nací en Rusia, pero desde los 2 años vivo en Londres, cerca del Big Ben, y oigo todas y cada una de las campanadas desde que tengo uso de razón. Este es un mundo distinto a todos, aquí no se puede amar a quien desees, solo los ricos pueden, esos engreídos aprovechados. Lo próximo será pagar por  respirar.

Esta es una vida que pocos querrían, vivo en un sótano, donde lo pagamos entre mi madre y yo. Nuestro casero se llama James, y viene a hacerme compañía de vez en cuando. Si fuera por él, no pagaría nada por dejarme vivir en el sótano, pero sus padres son unos avariciosos y engreídos ricos. Tienen más de 3 habitaciones que no usan para nada, pero este es un tema en el que no me voy a meter.

Hoy es el cumpleaños de James, y le he comprado un candado, como símbolo de nuestra amistad, ya que tanto él como yo, sus padres no nos dejan salir de la mansión, ya que dice que fuera nos podemos infectar. Sí, infectar, ellos al amor lo llaman enfermedad. Que mundo más paranoico es en el que me ha tocado vivir.

Mi madre está acostada, ya que está enferma, y tengo que hacer su tarea más la mía. Fui a ver como estaba.

-Hija, no lo hagas si no quieres, yo me puedo levantar y ayudarte-dijo con una voz bastante ronca.

-No mamá, tu descansa, que cada vez estás peor.

 Cuando iba a subir las largas escaleras del sótano, el sonido de la puerta retumbó en mis tímpanos, y el que la había abierto era James.

-Hola Alex-dijo entusiasta

-¡Felicidades James!- le abracé, pero parecía indispuesto

-Alex, quería hablar de una cosa... Resulta que mis padres me prohibieron enamorarme, ya que a los 18...

-Da lo mismo, el amor es una tontería

-El caso es que...-dijo con voz temblorosa- me han prohibido volver a verte, y me han dicho que me despida de ti. Traigo un candado para cerrar la habitación para siempre, solo se abrirá para traeros comida, no tendrán más trabajo y...

Me fui corriendo a una pizarra blanca donde apuntaba las cosas que tenía que hacer, y cogí el rotulador rojo. Fui donde estaba James.                   

-Si vas a encerrarme, hazlo con esto- tiré el candado que él llevaba en la mano y le puse el que le pretendía regalar, con el rotulador le dibujé un corazón y se lo di.

-Alex, no se que decir...

-No hace falta, vete y enciérrame, pero sé tu el que me traiga la comida.




  Este es el prólogo de mi libro, comenten, voten... En fin, dad vuestra opinión.



                                              ¡Gracias por leer!

El amor es un delitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora