♮ Capítulo⑭: Pesadilla Durante navidad.

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--------------------------------------------Harley---------------------------------------

Habían pasado dos días desde el horroroso encuentro con John. ¿Quién hubiese dicho que era él? Y lo más importante, lo que más le atormentaba en su cabeza: ¿Qué iba a hacer? ¿Iba a dejar a Erick? No, ni por asomo.

¿Y qué ocurriría realmente si no cumplía lo que le había impuesto su acosador ahora no anónimo? ¿Sería verdad todo lo que había dicho?

Todo eran preguntas, todo eran angustias. Y el hecho de que Erick estuviese de viaje de negocios tampoco ayudaba que digamos en esta situación. Ahora más que nunca lo necesitaba. Por una cosa o por la otra.

Y una cosa estaba más que clara en todo el remolino de pensamientos y sensaciones que habitaba en Harls, tenía que hacer algo y rápido. O su vida personal o profesional se vería gravemente trastocada.

La normalmente molesta Ángela se había percatado del mal semblante que lucía la peli-azul en esos días.  Mientras Harley miraba las tortitas que tenía delante de ella, se acercó a su lado. Sentándose en una de las butacas altas que tenían en la cocina comunitaria.

Ángela con semblante preocupado se atrevió a decir palabra:

-Harls, ¿qué te ocurre? Te veo mal desde hace unos días. Y no creo que esa cara sea solo porque Erick se ha ido de viaje de trabajo.

Harls miró a los ojos a su hermana, y sin poder aguantar más. Simplemente rompió a llorar, después de un rato de consuelo de su hermana, entre hipidos pudo empezar a relatar. Perpleja al escuchar tales hechos, la morena dio un respingo de la butaca al suelo. Negando con  la cabeza.

-Me niego a que ese gusano te imponga una cosa así Harls, no es nadie para hacer tal cosa. Pero… ¿Sabes una cosa? Ya tengo la solución.

Dijo con una sonrisa propia de una triunfadora.

-Me das miedo, Ángela…Pero en estos casos nadie mejor que tú podría dar con el clavo.

Rió vehemente la peli-azul, secándose las lágrimas de la cara mientras escuchaba atentamente a su hermana Ángela.

-A ver Peli-azul, este es el plan. Él dijo que te daba una semana, ¿no? Pues ese día tú vas a llevar una grabadora encima, la que sea. Como si es la del móvil. Y vas a decirle lo que no quiere oír. Y créeme, no hay mejores dos pruebas de cosas como estas que una grabación tanto de voz, como de vídeo. Y si ya pudiésemos conseguir ambas… ¡No tendría nada que hacer ese gusano!

 La morena rebosaba seguridad y felicidad por encontrar una salida para su agobiada hermana mayor.

La peli-azul sonrió a su hermana, abrazándola con fuerza. Y entre tanta muestra de afecto le susurró aún entre hipidos por las lágrimas:

-Ya sabía que en el fondo eras como mamá, rápida y dolorosa para las revanchas.

------------------------------------------------Erick--------------------------------------------

Normalmente un viaje de trabajo para él, era lo mejor. Hoteles de máxima categoría en sitios como: Japón, Estados Unidos… Y demás capitales mundiales del cómic o demás variantes que necesitaran de los trabajos de un buen dibujante del género.

Pero para Erick este viaje no le estaba siendo tan satisfactorio. Nunca es plato de buen gusto, y menos si se trata de las primeras navidades con la que para él era la mujer de su vida. Y su pequeña familia recientemente adquirida.

Quién le hubiese dicho meses antes que conocería a su Harls en el café en el que trabajaba su hermano, Gio.

El mero hecho de pensar en ella, en su sonrisa… Todos sus atributos eran perfectos, dignos de una diosa de la mitología griega. La mismísima Afrodita sería una vagabunda al lado de su amada.

Y por cosas como esas extrañaba especialmente a su princesa peli- azul. La necesitaba.

Y más ahora, en Tokio. Con las mejores vistas posibles, en la mejor suite del hotel más emblemático del lugar y sin ella. Y lo peor de todo, en navidades.

Después de suspirar pesadamente, buscó su ordenador portátil. Encendiéndolo mientras se cambiaba de ropa, quitándose la formal por el pijama. 

Mientras llevaba a cabo dicha tarea, escuchó un aviso de un programa que utilizaba más que nunca por trabajo o en este  caso para darle las buenas noches por video llamada a su amada. Con rapidez se abalanzó sobre la cama, poniendo el portátil sobre su regazo. Buscando con desesperación un aviso de su Harls.

 Y así era, su hora de video llamada antes de dormir le aguardaba. Con la mejor de sus sonrisas de alegría al ver el pálido rostro de su amada por la pantalla.

---------------------------------------------------John-------------------------------------------------------------

Se supone que las navidades son un tiempo de felicidad, familia, regalos, banquetes que te hacen engordar 8 kg de una sentada... Y demás tópicos de la época.

Pero John no experimentaba lo mismo, ni desde su más tierna infancia.  Era el hijo más pequeño de una familia aburguesada. Siempre había sido la oveja negra de la familia, motivo por el que se apasionó tan profundamente por los estudios. Se pasaba la vida en su habitación, estudiando sin parar. No tenía amigos, y mucho menos novias y demás cosas que se suelen hacer cuando tienes cierta edad.

Se sentía dolido, odiaba ver a la gente feliz. Y, ¿por qué? Simple, el siempre implantaba la misma regla a todo: Si John no lo puede tener, no lo puede tener nadie.

Por ello había sembrado muchos problemas con personas de toda índole. Desde familiares, los pocos amigos de verdad que había tenido en un sus 32 años… alguna que otra novia. O simplemente chicas en las que había clavado su punto de mira.

Odiaba que una persona le negase algo, desde un paso hasta su amor incondicional.

Y ahí aparecía su alumna más aplicada y de mejores resultados académicos y prácticos de cardiología. La bella y única Harls.

Había sido motivo de obsesión desde que entró por la puerta y clavó sus ojos color verde en ella. Y por desgracia era de las pocas desde que empezase a cuidarse y esculpir su cuerpo que le diese una negativa para una cita.

Eso le hervía la sangre, y más aún cuando se enteró de que había empezado a salir con un chico. Un dibujante.

-¡Menudo mierdecillas!  

Espetó para sí mismo mientras se servía una generosa copa de whisky  y se sentaba en el elegante sillón de cuero de presidía la sala de estar.

Se moría de envidia por ese dibujante, había conseguido el santo cáliz peli- azul.

Y como no podía ser menos, había tomado la decisión de hacer presencia de su regla de oro: 

-Si no es mía, no es de nadie.

Se susurró para sí mismo antes de tragar un gran trago de la bebida dorada que sostenía entre la cavidad del vaso que sostenía en su mano.

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¡Y aquí termina el 14 capítulo!

Sé que he tardado mil siglos en actualizar, mil disculpas. Pero sinceramente me encontraba en una encrucijada de la que no conseguía salir. Y en fin, espero que os haya gustado este nuevo capítulo. :3

Espero que ahora pueda mantener una regularidad respecto a las subidas de caps.

Y no sé si os habréis dado cuenta, pero he omitido el tema de los símbolos a la hora de los diálogos. Que en este caso han sido casi nulos. Pero en fin, había mucha trama que contar y poco dialogo  en sí.

Os adjunto aquí al lado una canción que creo que iría a la perfección del retorcido John. :3

Y sin más dilación.

¡Besos!

Cuckie.

La vida a través de un Violonchelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora