★CAPÍTULO 17

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"Es un mal día, un mal mes, un mal año. No una mala vida"

ESTELA TESSIER

Lo sé.

Me lo repito todos los días.

Suele ser difícil creerlo.

Pero hago mi mayor esfuerzo…

Las demás personas no lo ven.

Un ejemplo es, puede que veas a la chica más hermosa del mundo para ti pero ella también tiene inseguridades. Al decir sus inseguridades la toman como burla.

“¿Tu que problemas tendrías?”

“Eres el tipo de chica perfecta.”

“¡Ja! Deja el drama, cualquiera quisiera ser como tú.”

Y quizás, esa chica no se ve como la perciben los demás.

Es complicado tener un proceso sano de salud mental cuando tantas personas interfieren con sus comentarios que, se pueden ver cómo inofensivo pero nunca llegamos a saber cuánto podría afectar realmente.

Cada persona tiene un tipo de lucha diferente, no hay porque rebajar sus problemas porque los tuyos o de alguien más se ven en mayor cantidad.

—Esta bien el esfuerzo que pusiste, ¿Si?

Asentí, no quería hablar sobre eso.

Estaba siendo muy dramática e inconforme.

Eso es egoísta, no quería ser egoísta.

Sacudí mi cabeza un poco—. Dejemos el tema —dije entre dientes.

Hades se acerco un poco, solo un poco más. Ladeó una de esas sonrisitas suyas de diversión, sin embargo su mirada no decía lo mismo. Se veía como, ya saben, ese tipo de miradas cansadas.

¿Él estaba bien?

Nunca me ha hablado sobre cómo se siente. Se detallar muy bien cuando una persona no tiene su estado al 100%, pero si le pregunto solo evadirá la articulación.

Su próximo acto hizo que un escalofrío recorriera mi espina dorsal de manera dramática. Él tomo mi mentón entre sus dedos y su meñique subió hasta la curvatura superior de mi labio, para luego acariciar entre el camino de allí hasta una de las comisuras.

Entrecerré los ojos cuando lo escuché soltar una risa suave y mostrarme su dedo con rastros de lo que había tomado unos minutos atrás.

El hecho de sentirlo tan cerca de mis labios me haría poner nerviosa o más bien a la defensiva, no me gustaba que tener contacto tan cerca así y menos en esa zona. Sin embargo, con él se sentía diferente, no era como si tratará de hacerme algo.

Pero, ¿Por qué no me lo dijo para quitarlo yo?

—Tenías… —observo su dedo de nuevo y luego a mi—. ¿Qué tomaste?

—Café —le hice saber con incredulidad.

¿Debería sentirme avergonzada? No lo sé, digo: media escuela me vio con un bigote causado por café.

Seguramente se imaginaron memes mientras me observaban.

—¿Sabes, estrella? Desde que entré al salón vi tus labios con café —sonrío más—. Pero era tan divertido verte con eso, disculpa.

Fruncí mis cejas mientras mi boca se abría en protesta.

Que ser tan…agh.

Golpee suavemente su hombro con mi puño. Hades siguió riendo hasta darse la vuelta, dando pasos para salir del salón que yacía vacío desde hace unos minutos.

Un beso bajo las estrellas ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora