CAPÍTULO 1: RUMBO A GALICIA

138 2 2
                                    

Me despierto con el sonido de la alarma de mi móvil y le envío un mensaje a Yaiza informándola de que ya me había despertado.
Me voy al baño, me desenredo el pelo y me hago una coleta, seguidamente voy a la cocina, donde me encuentro con mis padres y les saludo aún dormida. Mientras desayuno empezamos a charlar.
-¿A qué hora iremos a buscar a Yaiza?- pregunto con interés
-Sobre las diez- me responden casi a la vez.
Yo asiento, mientras pienso en lo genial que va a ser el viaje con mis padres, mi hermano, mi mejor amiga... Y de repente me acuerdo que también van mis abuelos paternos mis cuatro tíos y mi primo, y se me ocurre preguntar por ellos a mis padres.
-Una pregunta, ¿y el resto de la familia cuando va?- pregunto
-Tus abuelos ya están de camino, salieron a las seis de la mañana, Pia y Jorge (mis tíos) van detrás nuestro, y Mónica y Miguel (mis otros tíos) van con tu primo a las dos de la tarde- me responde mi madre.
Asiento y acabo de desayunar. Me visto con un conjunto nuevo que consistía en unos pantalones vaqueros bastante cortos y de tiro alto por la cintura, una camisa muy corta blanca casi transparente, y unas victoria también blancas, todo junto me quedaba perfecto, ya que resaltaba mi figura y dejaba entrever mi piercing del ombligo. Voy al baño, y mientras oigo como mi madre despierta a mi hermano, me quito la coleta, me lavo los dientes y me peino el pelo, a continuación me maquilló un poco (ya que soy morena y no necesito mucho maquillaje), me delineo los ojos por arriba y por abajo con delineador negro, y me echo un poco de labial. Para cuando estoy lista mis padres y mi hermano ya me están esperando. Cogo mi maleta y mi móvil y nos vamos.

Cuando estoy en el coche le mando un mensaje a Yaiza diciéndole que baje que en dos minutos estamos debajo de su casa, salimos del garage y nos encontramos con nuestros tios , los saludamos desde el sitio y vamos en dirección a casa de Yaiza.
Llegamos a casa de Yaiza pico a su telefonillo y le digo que baje. Cuando la veo la abrazo y le doy dos besos, me fijo en su ropa y me doy cuenta que lleva ropa nueva al igual que yo, lleva una camisa vaquera sin mangas, una falda blanca con vuelo y unas sandalias negras. Nos subimos al coche y nos pasamos las dos primeras horas del viaje hablando y escuchando música.

Llegamos a un bar de gasolinera y decidimos parar ahí a tomar algo, los niños pedimos una coca-cola, y los mayores un café. Cuando Yaiza y yo acabamos nos levantamos y fuimos a pasear al perro de mis tíos, un bulldog inglés.
-Menos mal que las aprobamos todas tia -digo yo para romper uno de nuestros inhabituales silencios.
-Ya, si no ahora estaríamos en casa estudiando- dice con cara de asco. Las dos reímos.
-Ya lo verás lo vamos a pasar genial, hay una playa gigante a la que puedes ir caminando, vamos a romerías por la noche, hacemos veladas nocturnas, hay bosques y muchos mas sitios preciosos para sacar fotos... Lo único que no hay son chicos- y las dos ponemos cara triste, la verdad es que llevábamos una época bastante mala en ese tema, debido a que no nos daba tiempo a salir por los exámenes.
-No pasa nada, algo habrá por lo menos en la playa o algo- dice ilusionada
-Tienes razón- digo asintiendo
-¿Lo vas a echar de menos?- me pregunta.
Me esta preguntando por mi exnovio, que me dejó por otra chica.
-No, la verdad es que es la ultima persona a la que quiero ver en estas vacaciones- digo.
-Quiero disfrutarlas al máximo y sin preocupaciones- digo sonriente
-Pues no lo pensemos más, ¿A qué estamos esperando?- dice dando la vuelta al lugar donde estaba mi familia.
Yo la sigo riendo y las dos vamos corriendo hacia el coche, donde ya nos estaban esperando.
-¡Venga subir, o llegaremos tarde!- dice mi padre casi gritando.
Las dos subimos al coche y continuamos el viaje.

Todavía nos queda una hora de viaje y nos pasa muy rápido. De repente veo una carretera que me resulta un tanto familiar.
-¿Ya estamos llegando no?- pregunto con entusiasmo
-Si- responde mi padre
De repente nos metemos por una pequeña carretera en la que hay un cartel con el nombre del pueblo, sonrío y empezamos a ver casas a los dos lados de la carretera, cuando llegamos al centro del pueblo vemos un parque, una cancha de baloncesto y unos bancos de piedra. Mi padre gira la derecha para ir a nuestra casa y cuando llegamos nos encontramos a mi abuela. Cuando nos ve viene a saludarnos.
-¡Hola! ¿Qué tal estas?- exclama mi abuela dándome besos y un abrazo que casi me deja sin respiración.
-¡Muy bien, pero estaría mejor si me dejases de apretar tanto- digo en broma.
Todos ríen y me suelta, después hace lo mismo con los demás. Cuando vamos a por las maletas al coche, Yaiza y yo nos percatamos de la presencia de un grupo de chicos de nuestra edad que estaban sentados en la casa de al lado, les saludamos con un "hola" y nos sonríen en señal de saludo. Cuando entramos en la casa saludamos a mi abuelo y a su perro, un foxterrier, y escogemos la habitación que da a la casa de al lado.
-¿Con qué no había chicos ee?- dice Yaiza con una sonrisa
-Eso pensaba, pero ya ves...- digo riendo
-Vaya chicos que hay en la casa de al lado ee...- dice mi tía irrumpiendo en la habitación. Las tres reímos.
-Si, bueno, son monos...- digo sin ilusiones
-Es verdad, que tu tienes novio ¿no?- dice mi tía
-No, ya no- digo con una falsa sonrisa
-Entonces, ¿Qué ha pasado?- pone cara de tristeza
-Nada que me dejo por otra-
-¡Como lo pille por la calle...!- dice mi tía riendo. De repente me doy cuenta que Yaiza esta asomada a la ventana mirando a los vecinos como juegan a fútbol.
Me acerco a su lado y las dos nos quedamos mirando a ellos, de repente uno se da cuenta de que los estamos mirando y se !o dice a los demás, nos hacen un gesto para decirnos que abramos la ventana, y lo hacemos.
-¿Venis con nosotros a dar una vuelta y os enseñamos el pueblo?- dice un chico rubio con una sonrisa
-Vale- digo devolviéndole la sonrisa- ahora bajamos
-El rubio es mio- me dice Yaiza de broma
-Si, no te preocupes, si a mi los rubios ya sabes que no- río
Nos arreglamos un poco y bajamos.

GOLPE DE CALORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora