Todoroki descubre que está enamorado de Midoriya Izuku pero este se siente atraído por Uraraka Ochaco.
Todoroki lo único que quiere es una oportunidad y cuando una noche ve una estrella fugaz pide un deseo.
"Desearía que Midoriya se fijara en mi"
...
Don't Blame Me de Taylor Swift. "Por ti, yo cruzaría la línea, perdería mi tiempo, perdería la cabeza; dirán: "ha ido demasiado lejos esta vez." No me culpes el amor me enloqueció Señor, sálvame mi droga es mi amado; mi nombre es cualquiera que decidas, yo solo te llamaré mio, estoy demente pero soy tuyo. Ecos dentro de mi cabeza, si te vas, Te rogaría de rodillas para que te quedes." De Todoroki Shōto para Midoriya Izuku.
Le da un poco de nostalgia tan solo pensarlo, pero no puede dejar de hacerlo, no cuando ve pasar una de ellas, tímida entre todas las demás inmóviles en el cielo.
Recuerda pedir con todas sus fuerzas, todas las noches, como su madre le decía, pero nada nunca se cumplía.
Tampoco es como que pidiera deseos muy maduros, para su corta edad de 4 años, pero después de eso ocurrieron varias tragedias en la familia entonces dejó de pedirle deseos a las estrellas.
Justo ahora se siente un poco infantil por lo que está apunto de hacer, pero no pueden culparlo, se siente triste, celoso y desesperado, así que suelta un suspiro pesado, antes dé hincarse en el tatamis y mirar con nostalgia el cielo.
"Desearía que Midoriya se fijara solo en mi"
Así después de sus palabras espera que algo pase, alguna señal, pero simplemente no hay ninguna, solo silencio y el sonido del viento fresco a través de la ventana.
-soy un estupido por pensar que una insignificante estrella cumpliría eso.
Se regaña a si mismo y se deja caer en su futón con un suspiro, mejor se empezaba a resignar a una vida sin Midoriya a su lado.
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Esa noche cuando cierra los ojos siente que cae en un sueño muy profundo y tan rápido como un parpadeo se encuentra recostado en un lugar que no es su cómodo futón.
Un viejo muelle de madera lo sostiene bajo aguas cristalinas, el reflejo de la luna y unas brillantes estrellas irreales adornan el cielo, levanta la mirada para observarlas mejor y siente que puede tocarlas con la punta de sus dedos, la luna tan brillante y grande que le causa vértigo.
Se pone de pie asombrado por la belleza del paisaje, piensa que si esto es un sueño, que nadie lo despierte porque le quemará las pestañas, aun así, siente que esto se ve tan real que no parece que esté soñando.
Escucha el tranquilizante sonido de los grillos y las ranas y decide asomar la cabeza hacia el agua bajo el muelle donde muchos peces de colores nadan felices.
Está por meter la mano para tratar de tocar los pequeños peces pero una risita en su oreja lo sobresalta y termina resbalando al agua.
Tan pronto como un gato que odia mojarse trepa de nuevo al muelle con la respiración agitada del susto, pero rápido se da cuenta que salió completamente seco, ni siquiera se sintió hundir en el lago.
