Capitulo 29. LA BATALLA FINAL II

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HARRY P.V.O

La cosa se estaba poniendo fea. Despues de que Morgana invocara aquellos nubarrones, los Lestrange metieron a los inferi en el juego. Aquellos repelentes seres avanzaban por entre los combatientes arrasando con todo, amigo y enemigo. Eran una fuerza imparable. No podíamos matarlos porque ya estaban muertos. Y el único hechizo que podía acabar con ellos resultaba inutil por culpa de la lluvia torrencial.
-Tenemos que acabar con los Lestrange-Justin apareció a mi lado cubierto de barro y sangre. En una mano llevaba la espada y en la otra una mini ballesta que se recargaba mágicamente- Muertos ellos estas cosas dejarán de moverse.
-Eso es lo jodido- Seamus se colocó a mi derecha. Tenía una brecha sobre la ceja izquierda, que sangraba cosa mala- Los muy cabrones se esconden tras la manada de inferis.
-No me agobieis- atravesé a un soldado de Morgana que estuvo a punto de dejarme sin brazo- No se me da bien pensar bajo presión. Eso es cosa de Hermione.
- Pero no está por aquí, asi que dale a la neurona y busca algo que nos pueda ayudar -Justin atravesó el cuello de otro enemigo con su espada mientras convertía en un alfiletero a otro.
Me concentré en el problema de los inferi mientras acababa uno tras otro con nuestros enemigos. Aquellas cosas estaban haciendo mucho daño y ninguno de los nuestros se atrevía a utilizar el fuego maldito por temor a achicharrar a algún inocente. Los bombarda ayudaban a ralentizarlos, pero estábamos en las mismas. Si utilizabamos el bombarda maxima podíamos volar en pedazos a alguno de los nuestros. Al final, la unica salida era matar a los Lestrange. El problema era cómo llegar hasta ellos. Permanecían bien escondidos, como las ratas que eran.
-No pienses tanto, Potter. No es lo tuyo.
Zabinni pasó por mi lado como un rayo. Iba acompañado por dos vampiros. A pesar de llevar el rostro cubierto con la máscara pude imaginarme sin ningun problema su expresión: sombría. No había estado de muy buen humor a primera hora. Y cuando le comunicaron que Luna no estaría junto a él durante la batalla, no hubo ser vivo que se quedara a su lado. Hasta Luna, que es la paciencia reencarnada, le mandó a la mierda cuando le reclamó que se fuera con los licántropos y no con él.
-Dónde va? -Justin siguió con la mirada al enfunfurruñado Slytherin. Zabinni giró un poco la cabeza y voceó:
-A salvaros el culo.

DRACO P.V.O

Putos inferi. Putos Lestrange y puta lluvia. Preferiría enfrentarme a mil acromantulas antes que a esos jodidos no muertos. Nos estaban jodiendo a base de bien. Y mis adorados tíos bien escondiditos tras sus queridas creaciones.
-Creo que Blaise se ha vuelto loco.
Demelza estaba junto a mí, intentando recuperar el aliento y parcheandome un feo tajo en el brazo derecho.
-Blaise está loco desde que nació, Demelza.
-No. Digo que se ha vuelto loco. Acaba de meterse de lleno en la manada de inferi con la única compañía de dos vampiros.
Busqué a mi amigo entre la masa de combatientes. Y Demelza estaba en lo cierto. Ese loco se estaba abriendo paso a través de los inferi a golpe de bombarda y estocada limpia. Los dos vampiros le cubrían las espaldas evitando que alguno de aquellos engendros le arrancara algo vital. Por la tension en sus hombros y sus movimientos rígidos, comprendí que se estaba lanzando a una pelea suicida con mis tíos.
-Demelza, busca a alguien que no esté muy machacado y que intente llegar hasta Blaise. Si va a donde creo que va, tiene todas las papeletas para no contarlo. Date prisa.
La chica salió escopetada en busca de alguien que detuviese a Blaise. Yo seguí a lo mío, machacando enemigos uno tras otro. Necesitaba encontrar a alguno de los antiguos mortifagos para sonsacarles dónde estaba Morgana. La muy perra había sabido ocultarse muy bien. Podía sentir su magia, su esencia, pero resultaba imposible ubicarla en aquel pandemónium. Tendría que esperar a cazar una de las piezas mayores.

BLAISE P.V.O

Sabía que mi cabreo con Luna era de lo más infantil. Pero el saber que no estaría a mi lado durante la pelea me enervaba. Y que ese maldito perro pulgoso todo sonrisas se quedara a cuidarla en mi lugar me tenía de los nervios. Lo se. Comportamiento pueril hasta decir basta. Pero hay algo en los ojos de ese licántropo cada vez que mira a mi Luna... Pfff, mejor no pensar en eso.
- Señor Zabinni...
Ls voz de ultratumba de uno de los vampiros que me acompañaban me sacó de mi ensimismamiento. Lo miré fijamente, esperando a que hablara.
-Uno de los Lestrange esta muy cerca. Puedo olerlo.
-Bien. No ataqueis. Solo estais aqui para localizar a esa escoria y para cubrirme las espaldas. Quiero ser yo quien acabe con esos cabrones.
Acabé con dos inferi realmente molestos y caminé hacia Rodolphus Lestrange, que reía como el maníaco que era. Cuando me vio su sonrisa se ensanchó.
-Pero mira lo que nos ha traído la tormenta. Un gusto el volver a verte, joven Zabinni.
-Lastima que el sentimiento no sea recíproco. Si estoy aqui es porque voy a acabar con tu despreciable vida.
Rodolphus comenzó a reír a carcajadas. El muy maldito se estaba tomando a broma mis amenazas. No esperé. Me lancé a por el espada en mano. Logré hacerle un tajo bastante profundo en el brazo derecho. Pero fue mera suerte. No se esperaba un ataque físico. Tardó menos de dos segundos en reaccionar. Hizo aparecer una espada y se lanzó a por mí. Estocada a estocada nos fuimos separando de los inferi. Sentía a los dos vampiros eliminando a todo aquello que se acercaba a Lestrange y a mí. Y por el rabillo del ojo pude ver a Luna defendiendo a los heridos mano a mano con el licántropo. No se les daba nada mal. Un dolor lacerante me devolvió a la pelea. Rodolphus había conseguido enterrar su espada en mi pierna. Lancé cuanto insulto se me pasó por la cabeza y contra ataqué. Aunque estaba en clara desventaja. Él estaba herido en el brazo, pero eso no lo ralentizaba. En cambio, mi pierna no me dejaba moverme todo lo rápido que yo quisiera. Y si a eso le sumamos la pérdida de sangre, estaba más que jodido.

LUNA P.V.O

Jezz intentaba mantener a raya a varios de los hombres de Morgana mientras yo intentaba atender a los heridos que me iban llegando. Tenía que agradecer que el joven licántropo hubiese decidido quedarse a mi lado para protegerme. Hacía que me sintiese a gusto mientras ayudaba a los que lo necesitaban.
-Vas bien, Luna?
Asentí mientras terminaba de vendar la cabeza a uno de los montañeses que luchaban a nuestro lado. Jezz lanzó un zarpazo a un enemigo y lo lanzó contra los árboles. Menuda envidia tener esa fuerza. Me tomé unos minutos para desentumecer los músculos de mi castigada espalda. Estaba estirandome cuando una de las dagas de Jezz pasó zumbando por mi oreja. Giré para miras detrás mío. Un soldado de Morgana agonizaba ahogándose con su propia sangre e intentando quitar la daga que atravesaba su cuello. Miré al licántropo y sonreí.
-Muchas gracias.
-No puedo dejar que nada te pase, Luna.
Aquellos impresionantes ojos azules brillaban con intensidad. Iba a regañarle por ser tan sobreprotector conmigo cuando se transformó por completo. Seguí su mirada y el mundo dejó de moverse para mí.
Blaise estaba peleando con Rodolphus Lestrange. El mortifago estaba herido en el brazo y Blaise en la pierna. Debía ser bastante grave, pues le costaba mantener el equilibrio y sus movimientos no eran muy precisos. En una de sus embestidas consiguió atravesar a Rodolphus con su espada. El mortifago cayó al suelo cob expresión de sorpresa. Blaise alzó la cabeza y me miró, sonriente. Iba a devolverle la sonrisa cuando Rabastan Lestrange se apareció a su espalda y le inmovilizó agarrándolo de los brazos. Sacó una daga y la deslizó por el cuello de Blaise. Sólo pude gritar su nombre.
-BLAISEEE!!!

HARRY P.V.O

El grito de Luna llamando a Zabinni me heló la sangre. Estaba muy cerca mío. Vi como el subia a su espalda y se lanzaba a la carrera hacia Rabastan Lestrange, que soltaba a un ensangrentado Zabinni.
Corrí detras de ellos. Luna gritaba una y otra vez el nombre de Zabinni, mezclándolo con la maldición cruciatus. Rabastan cayó al suelo retorciéndose de dolor. Cuando pude ver el rostro de Luna, me asusté. Nunca creí vivir el día en el que el siempre afable y dulce rostro de Luna se transformara en una máscara de puro odio. Crucio tras crucio, el cuerpo de Rabastan se iba retorciendo por el inmenso dolor que se le estaba infringiendo. Y cuando vomitó sangre, Luna se detuvo. Desenvainó su espada y la alzó, el brazo temblandole como una hoja. Jezz tomó con delicadeza la espada y abrazó brevemente a Luna.
-Dejamelo a mí. Tú despidete de Blaise.
Jezz se acercó al mortifago y clavó la espada en su estómago, para retorcerla con suma lentitud. Los gritos de Rabastan se elevaron por encima del esteuendo de la batalla. Yo me dejé caer al lado de Luna, que abrazaba a un agonizante Zabinni mientras le susurraba al oído. Cuando el Slytherin cerró los ojos para siempre, Luna lanzó un grito desgarrador que no logró expresar todo su dolor.
-Potter, podrías llevar el cuerpo de Blaise a la zona donde están los heridos? Yo llevaré a Luna.
Asentí, aun en shock. Levité a Zabinni y seguí al licántropo, que llevaba en brazos a una deshecha Luna.

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2015 ⏰

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LA ORDEN DE NATHAIR (La Órden de la Serpiente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora