El pequeño Chris miraba a su padre dormir; aún era pequeño para poder entender el porqué su padre aquellos días no había podido jugar con él.
— Papi pronto jugará contigo amor, te llevará a perseguir las gaviotas junto con Dodger.
Scarlett suspiró agotada mientras sentía los pequeños brazos de su hijo abrazarla; después de su boda y su luna de miel, el actor había recaído a causa de la migraña, los doctores le habían dicho que era algo normal debido a las secuelas de su accidente, pero ellos comenzaron a preocuparse.
Dos años después ahi estaban, amándose cada día más, pero tambien preocupados por el actor quien debido a su salud había dejado la actuación; él decía que era por precaución, pero Scarlett comenzaba a sospechar que algo le ocultaba.
— Mami, ¿Aquí está bebé? — el pequeño Chris acarició la barriga de su madre quién tenía seis meses de embarazo.
— Si, aquí está tu hermanita — Scarlett sonrió al sentir a su hijo acariciar con sus manitas su vientre, observó a la niñera de su hijo acercarse a ellos; era hora de su siesta por lo cual la madre se despidió de su hijo viendolo salir de la habitación.
— Pensé que estabas grabando.
La voz de Chris la hizo sonreír ampliamente, se metió a la cama donde su esposo la recibió con los brazos abiertos.
— Sólo teníamos dos escenas por grabar, así que me di prisa, debía venir a cuidarte.
Chris hizo una mueca mientras sentía a Scarlett abrazarse a su cuerpo.
— Sabes que no es necesario.
— Sabes que sí, me preocupa que sean constantes, deberíamos revisar otro especialista, por favor.
La voz alarmada de su esposa lo inquietó, se reincorporó sobre las almohadas, tomó ambas mejillas de ella con sus manos y la miró fijamente.
— Amor, no debes preocuparte, no quiero que te agobies, por tu bienestar y por el de nuestra pequeña Marie, todo está bien amor.
Scarlett suspiró un poco aliviada, besó los labios de su esposo y después decidió rendirse en sus brazos en una merecida siesta.