IV CAPÍTULO

105 7 2
                                    

Su primer día de trabajo le fue un tanto difícil ya que ,en su vida, jamás le había sido necesario trabajar. Tenía los dedos llenos de pinchazos por su inexperiencia al tejer. Estaba zurciendo un vestido sentada en una silla en frente de la puerta de madera y cristal  de aquella tienda color morado y un tanto desgastada, cuando apareció un apuesto hombre de mirada cautivadora, con un traje negro muy elegante. Después miró a Charlotte y la miro fijamente. Se acercó al mostrador y le dijo a madame Corvely.

-Hola, mi bella dama quisiera que sus modistas me arreglaran el bajo de este pantalón.

Madame Corvely llamo a una de sus mejores modistas que fue a toda prisa, pero este quiso que Charlotte se lo cosiera. Madame Corvely quiso impedirlo advirtiendole que era nueva y apenas no tenía experiencia, pero el impasible llamo a Charlotte.

-Ven bella dama, necesito que me cosas el pantalón.

Ella a prisa fue hacia él a remendarle el roto. Él intentaba entablar una conversación.

-Y dime bella dama ¿como se llama?

-Chatlotte, ¿y yo? Con quien tengo el placer de conversar?

-Con el Sr Santiago, pero para usted soy el Sr  S

Mientras hablaban Madame Corvely observaba con ojos de alcón.

-Bien ya esta listo ¿Qué le parece?

-Bien pero falta algo...

-¿El qué?

-Daros mi dirección, me gustaría que cenase conmigo hoy, si le parece bien claro.

-Me lo pensare...

Se dirigió al mostrador para pagarle a Madame Corvely  2£, le besó la mano a Charlotte y se marchó.

CharlotteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora