My life

Todo salió como esperaba.

Al terminar la obra, que afortunadamente salió bien, me despedí de mis padres y mi hermano, y Patrick me llevo al paintball. Se me había olvidado presentároslo bien. Patrick, como os dije antes es mi hermanastro, mi madre y su padre se casaron hace un mes. Pero ya eran novios desde hace un año. Si te digo la verdad, no me hizo mucha gracia que mi madre  tuviera novio, sentía la muerte de mi padre aún muy cercana y me asustaba pensar que me olvidaría de mi padre. Poco a poco me di cuenta de que eso nunca pasaría, pues, puede que mi hermano de cinco si lo hiciera, pero yo ya tengo dieciséis, y me aseguraría de que mi hermano se acordara de su padre. 

Patrick y yo no nos llevábamos muy bien, eso cambió el día que nos dieron las notas del primer trimestre. Patrick parecía el típico niño que saca buenas notas y es un angelito, pero todo lo contrarío, saca pésimas notas, como yo, todos los días desde que vivo con el, volvemos en su choche del instituto, ese día me subí al coche y me pregunto que tal notas y yo se las enseñé con cara de me iban a matar, el se reía y yo no entendía la razón. Me dijo que las suyas eran mucho peores, cosa que no era cierta, eran prácticamente iguales. 

El caso es que en paso por casa y dejo las notas en el felpudo, toco el timbre y salió corriendo de nuevo al coche, esperamos a que salieran nuestro padres y cuando las vieron les saludamos desde el coche y Patrick aceleró el coche a toda leche, a los cinco minutos tenía diez llamadas perdidas de mi madre, pero dijo que se encargaba el. Me llevo hasta un sitio donde nunca había estado, un paintball a las afueras de la ciudad, me baje del coche y me dio una tarjeta, dijo que fuera entrando y que dijera a la recepcionista que iba de parte de Patrick. El mientras se encargaría de hablar con nuestro padres. 

Al rato entro en el local, y nos pusimos a jugar, fue divertidísimo, y lo mejor fue que cuando llegamos a casa no nos riñeron ni nada. No se que les dijo Patrick, pero había funcionado. 

Desde ese día vamos al paintball todos los findes y nos escapamos de vez en cuando al centro comercial con la tarjeta que la abuela de  Patrick le dio cuando le toco la lotería. JAJAJA