Entre Prendas de Encaje (AQS #2)

Capítulo 01.

KATHERINE

¿Alguna vez han tenido el presentimiento de que una persona va a cambiar tu vida por completo? Porque es justo lo que pienso cuando viene Brennan a mi mente.

El papel que tengo en mano lo he releído infinidad de veces, realmente no sé qué me falta porque incluso creo que me lo he aprendido de memoria de tanto que lo he leído sin embargo sigo sin poder creer las reglas tan absurdas que este hombre ha impuesto.

1. No llamar al hombre en cuestión.

2. No pedir favores o más tiempo al lado del susodicho.

3. No puedo presentarme en su casa, oficina, entrenamiento, trabajo ni en ningún lugar para buscarlo a no ser que él me lo pida.

4. Queda terminantemente prohibido para mí el poner un pie dentro del club en el tiempo en que dure el contrato.

5. Tengo prohibido mantener relaciones íntimas con otras personas mientras el contrato continúe vigente.

6. Y la más importante, queda prohibido tener alguna clase de sentimiento amoroso por Brennan O'Hare, de lo contrario debo presentar mis excusas por escrito lo que cancela de inmediato el contrato.

¿Es una locura? Sí. ¿Debería desecharlo? Por supuesto.

A pesar de no haber respondido esa noche, llevo dos semanas con los papeles que me ha enviado su abogado quien suele llamarme todos los días recordándome que su jefe solo tiene dos meses libres, por lo tanto estoy haciendo que pierda dos semanas de su despedida de soltero, lo cual me tiene sin cuidado porque he sido clara con que de hecho necesito tiempo para pensar. Si bien me han ofrecido esto como un contrato de trabajo las preguntas no abandonan mi mente. ¿Si va a casarse por qué hace esto? Siento pena por su futura esposa, el tener que contraer matrimonio con un hombre que sacó a relucir muy pronto que no va a ser fiel.

Aquello no es algo que me incumba, solo que se me hace sospechoso que alguien que está enamorado y a punto de casarse, busque a una dama de compañía, le pague un sueldo más alto que cualquier otra persona con trabajo promedio en la ciudad y que incluso quiera pasar este tiempo conmigo cuando se supone que los meses antes de pararse en el altar son los mejores de una pareja para reforzar los lazos que los llevaron a ese momento tan crucial en la vida de una persona.

En fin, dejo los papeles sobre mi mesa de la cocina girando el rostro para ver mi móvil el cual se enciende demostrando que tengo una llamada entrante de mi casero. Los nervios se me ponen de punta enseguida porque sé que estoy debiendo dinero, que incluso está esperando el dinero del mes anterior y el de este pero no tengo ni una sola moneda.

Uno de mis mayores problemas son los gastos innecesarios. Me gustan las cosas de diseñador, los objetos caros, el estilo de mujer rica empoderada cuando en realidad mi salario es bueno pero no lo suficiente.

Suelto un largo suspiro, yo tuve que haber nacido rica o al menos no tener gustos de gente rica.

Pasan los minutos cuando mi casero vuelve a llamar. Me preocupa que me desalojen, a pesar de llevar años viviendo aquí no tengo una buena relación con el casero porque no está de acuerdo con mi estilo de vida por lo que sé que para él no supondría ningún esfuerzo el llamar a la policía para quitarme mi lugar, sin embargo no le cojo el móvil.

Me hago la desentendida rebuscando en mi alacena algo para comer antes de que comience mi programa favorito. El frío del suelo me hace sonreír al estar descalza en mi apartamento, uno de los pequeños gustos que más disfruto y cuando suena la música de fondo anunciando el comienzo de mi canción favorita, es imposible no moverme, bailando sola al ritmo de la canción.