El ojiverde miraba a través del ventanal de la tienda, ese día lo habían dejado a cargo de esa zona del parque, no había mucha gente y lo entendía, el clima estaba denso, otra tormenta llegaría pronto.
Harry tamborilea con sus dedos sobre la mesa de madera y mira hacía su costado, decide prender el hervidor para poder prepararse un té.
Una canción se reproduce una y otra vez en su mente, intenta mantenerse distraído y no quedarse dormido, se sentía un poco cansado y sabía que el té sólo le daría más sueño, pero no tenía café a su disposición.
La campanilla de la tienda suena y Harry alza su mirada, Louis entra totalmente cubierto de nieve, tenía su nariz arrugada mientras se sacudía la nieve en la entrada del lugar.
Alza la mirada hacía a Harry y una adorable sonrisa se forma en sus labios, quita el gorro de sus cabellos y desenvuelve la bufanda de su cuello a la vez que baja el cierre de la chaqueta.
Harry ríe al ver todas las prendas que llevaba puestas, pero se alegra de que haya sido así, se estaba cuidando como era debido.
El ojiazul se acerca hacia el mostrador de Harry y cuelga su ropa sobre el perchero del lugar.
—¿Qué haces aquí, Lou?— Louis se gira hacia a Harry y se acerca a abrazarlo con fuerza en forma de saludo.
—Niall me dijo que tenías este turno y que nadie vendría por el clima, quería hacerte compañía— Harry se enternece y se inclina para deja un beso en la frente del menor— te traje café.
—Mi salvador— Louis ríe ante eso y le tiende el pequeño sobrecito de café a Harry, el sonido burbujeante del hervidor le avisa al ojiverde que el agua se había terminado de calentar.
Harry saca dos taza de una repisa y también el azucar, Louis pone su bolsita de té dentro de una de las tazas y Harry pone su café en la otra.
El ojiverde vierte el agua caliente sobre ambas tazas y Louis se encarga de poner las cucharadas correspondientes de azúcar.
Louis se sienta frente a Harry y ambos se mantienen en silencio mientras compartían miradas, de cierta forma el ojiverde se relajaba ante la presencia del ojiazul.
Era como si su cuerpo dejara de estar a la defensiva, sus músculos se destensaban y sus pensamientos volaban libres.
Harry frunce su ceño ante eso, sus pensamientos lo habían confundido.
¿Qué era lo que estaba sintiendo?
Harry mira otra vez a Louis y este tenía sus ojos cerrados mientras dejaba que el vapor de su taza golpeara con suavidad su rostro, una sonrisa se forma en los labios del ojiazul y vuelve a abrir sus ojos.
El rizado pierde el aliento, los ojos de Louis eran tan bonitos.
El castaño deja su taza sobre la mesita de madera y se inclina hacia a Harry, apoyando una de sus manos en las piernas del contrario en el proceso, para mantenerse estable.
Louis deja un beso en el mentón de Harry y se levanta de su asiento, Harry aleja su taza del castaño para evitar accidentes.
Ese fué el momento perfecto para que Louis se sentara sobre las piernas de Harry y se acomodara en su pecho.
Harry siente su corazón acelerarse y le costaba respirar, se sentía nervioso, pero cómodo.
Se sentía como en casa.
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—Se acaba de formar una tormenta— comenta con suavidad Liam y se gira a mirar a Zayn, el cual estaba mirando atentamente la televisión.
—Louis se quedará con Harry, es demasiado pillo— comenta el ojimiel sin apartar la mirada de la pantalla— sabía que iba a haber una tormenta e igual fué, estoy seguro que lo hizo sólo para quedarse con él.
Liam ríe ante eso y se sienta al lado de Zayn, ahora se podía dar cuenta porque estaba tan metido en la televisión, estaba viendo una película de terror.
—Te traeré palomitas y un chocolate caliente— susurra Liam y finalmente Zayn voltea a verlo, tenía una gran sonrisa en sus labios.
—Eres el mejor— Liam asiente y se levanta para ir a la cocina y preparar lo que había prometido, luego prendería la chimenea porque el frío que se sentía al alrededor, era poco tolerable.