Novio Falso | Jeon Jungkook [...

Lurini02 tarafından

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Shin MiSuk necesitaba a un novio falso y encontró al candidato perfecto. Jeon JungKook estaba centrado en una... Daha Fazla

✷ SINOPSIS ✷
✷ PRÓLOGO ✷
✷ Capítulo 1 ✷
BARBIE
CONVERSACIONES
KIM TAEHYUNG
ACERCAMIENTOS...
ENCUENTRO COMPROMETEDOR
LA AMISTAD
LA FAMILIA Y... [1]
... Y ACUERDOS [2]
ACLARACIONES
VISITA
BIBLIOTECA
CENA
VIAJE
CERCANÍA PELIGROSA
COMPARTIENDO
HUMO [1]
JEON JUNGKOOK [2]
ANSIAS [1]
NOSOTROS [2]
HOSPITAL
NOVIO FALSO
A SOLAS
PIJAMADA
CONOCERTE
ENCONTRARTE
JUNTOS
CULPABLE
SINCERIDAD
LA VERDAD
LÍNEAS BLANQUECINAS
ENFRENTAMIENTO
FINAL DEL CUENTO
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS

ALGO

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Lurini02 tarafından


Como era obvio, el fin de las vacaciones llegó como un parpadeo.

A pesar de que no eran las vacaciones que esperaba en un principio, no fueron del todo malas gracias a la compañía de Jungkook.

Si debía destacar otra cosa del viaje que no haya hecho ya, sería una ocasión por la tarde cuando Jungkook y yo decidimos darnos un baño en la piscina.

Estábamos solos debido a que padre y madre decidieron visitar un hospital cercano para observar su modo de trabajo en el área.

Así que esto lo vimos bien para relajarnos. Desde aquella conversación que tuvimos en el sofá, acordamos no mencionar nada que estuviera relacionado con lo que sucedía en Gwangju. Por lo tanto, nos concentrábamos en no evidenciar la farsa ante mis padres y a la vez aprendíamos pequeños detalles como las manías, hábitos, gustos y disgustos que teníamos los dos.

El primero que fue a la piscina fue por supuesto Jungkook. Yo me quedé atrás para ultimar retoques y observar que todo estuviera en orden en mi traje. Como era común desde los últimos seis años, ir a este tipo de lugares o playas me ponía de los nervios.

Me miré frente al espejo de cuerpo completo. El traje de baño que llevaba puesto era bonito, la pieza de abajo era de color negro y se asemejaba a un short que quedaba justo por debajo del ombligo. A un costado tenía un trenzado para ajustarlo a la talla de las caderas y era del mismo material que la pieza de arriba. Siendo esta de manga larga, perfecta para cubrir mi muñeca. Era de color negra también, pero tenía un estampado de hojas otoñales, aunque era peculiar porque resaltaba por su color celeste.

Coloqué una mano en mi cintura y posé frente al espejo. Mi cabello negro caía como cascada a los lados en suaves ondas después del pecho. Estaba satisfecha con mi cuerpo después de todo, tenía un prominente busto y unas caderas lo suficiente para ser resaltante a la vista de cualquiera...

«¿Por qué me estoy esmerando tanto en verme bien si sólo voy a la piscina de la casa?»

«Porque sabes quién te espera». Podría susurrar la voz de mi conciencia.

Bufé al espejo y agarré rápidamente la toalla junto a unos lentes que me puse. Salí de la habitación en dirección a la parte trasera de la casa.

En cuanto llegué a la zona de la piscina, Jungkook salió a la superficie del agua, elevó las manos para echar su cabello hacia atrás y así también eliminar los residuos de agua por su cara. Su traje de baño consistía en una camisa negra de licra con mangas largas y que debido al contacto con el agua, se moldeaba perfectamente con su cuerpo.

Subió por la escalerilla mientras sacudía su cabello de un lado a otro, que luego se le unió la mano para remover mucho más rápido. Ahí noté que la otra pieza era un short de la misma tela que llegaba hasta la mitad de sus muslos.

Caminé a las sillas plegables para sentarme e intentar no permanecer con la vista puesta en sus abdominales más tiempo del que debería. Porque sí, en cuanto me di cuenta que se marcaban unos músculos por su abdomen, giré la cabeza.

Si iba a mirar, sería cuando ya estuviera recostada con el cuerpo de frente a la piscina, de ese modo no notaría que mis ojos estaban sobre él.

Jungkook se acercó chorreando por el agua a la silla que estaba a mi lado, donde tenía sus cosas. Agarró la toalla y se lo restregó por el rostro.

  ─No esperaste nada para sumergirte eh ─hablé primero mientras dejaba mi toalla doblada en una mesita.

  ─De las dos semanas que estamos aquí, hoy por fin pudimos usar la piscina. ─Dejó la suya también a un lado de la mía.

Suspiré. ─Hoy es el último día... ─farfullé desganada, echando hacia atrás el cabello.

  ─¿No quieres volver? ─preguntó con una pequeña sonrisa.

Giré la cabeza, mirándolo a través de los lentes. ─El hecho de pensar que volveremos a las habladurías y la presión ya me hace sentir agotada.

Jungkook ladeó la cabeza. ─Misuk, ¿recuerdas una de nuestras primeras conversaciones?

Coloqué mi cuerpo de costado, para dirigir toda mi atención a él. ─Bueno, si eres más específico a cual te refieres, es probable que lo haga.

  ─Cuando hablamos de tu supuesta pasión por la facultad de medicina. ─Apoyó el codo en su rodilla y sostuvo su cabeza con la mano.

Arqueé una ceja. ─¿Qué con eso Kook? ─Regresé mi cuerpo para posicionarlo de frente. Miré hacia el cielo casi despejado.

Percibí movimiento por el rabillo del ojo y entonces la vista del cielo fue opacada por la imagen de Jungkook viéndome desde arriba, donde varias gotas de su cabello cayeron sobre mi. Inclinó su cuerpo hacia abajo ligeramente.

  ─¿Te harás la desatendida en el tema?

Fruncí el ceño y levanté medio cuerpo apoyándome sobre los codos, de esa forma también había acortado la distancia. ─Lo haría si supiera la razón del porqué lo sacas.

  ─¿En serio no quieres ver que estás evadiendo algo crucial? ─Su ceño se frunció también e hizo un pequeño chasquido. Se enderezó y cruzó sus brazos.

  ─¿Evadiendo exactamente el qué Kook? ─pregunté con una notable molestia en mi voz.

Exhaló con lentitud. ─Me he mantenido callado porque realmente no me incumbe tus asuntos personales, pero estas dos semanas me hizo ver lo evidente.

Terminé levantando mi cuerpo de la silla para colocarme frente a él. No me estaba gustando a dónde se dirigía esta conversación. ─Creo que deberías seguir callado como lo has estado haciendo ─musité con frialdad. Nos estábamos retando con la mirada.

Apretó su mandíbula y luego desvió sus ojos hacia un lado, para después volver a fijarse en mí. ─Tienes razón. Al fin y al cabo inmiscuirse en donde no te llaman es de mal gusto. ─Su voz y expresión fue impasible.

Giró su cuerpo para volver al borde de la piscina y realizó un perfecto clavado, hundiéndose en el agua.

Cerré los ojos y terminé suspirando. ¿Esto no puede ser una discusión, verdad? Es cierto que levanté de pronto un escudo al intuir las palabras que quería dar a entender, pero es sólo porque no me gustaba la idea de pensar en algo que había enterrado hace mucho tiempo.

Miré desde arriba como volvió a salir de la superficie y comenzó a nadar. La piscina era lo suficientemente enorme como para nadar con tranquilidad sin temor a chocar con los muros. Llegó al borde del otro lado y colocó sus brazos allí, dándome la espalda. Justamente al lugar donde se detuvo, era el lado con poca profundidad.

Probablemente estaba pensando...

Y en ese momento tampoco me gustaba la idea de que un día antes de volver, las cosas entre nosotros se tornaran tensas por el hecho de esquivar un tema en particular.

Me senté con cuidado y hundí las piernas en el agua para acostumbrarme al cambio de temperatura. Me quité los lentes y los dejé con cuidado en el borde. Sin pensarlo mucho, hundí completamente mi cuerpo y rápidamente comencé a nadar en su dirección.

En cuanto mis pies tocaron el fondo, detuve mis movimientos y fui andando con lentitud. En mi cabeza repetía diferentes maneras de entablar nuevamente una conversación. Lo único que se me ocurrió mientras tanto fue colocarme a su lado, con la mirada perdida en distintos árboles a lo lejos.

  ─No quería decirlo de esa forma, lo siento ─murmuré rompiendo el hielo que se había instalado unos segundos.

Noté que Jungkook dejó de mirar al horizonte y recostó su cabeza en sus antebrazos. ─Yo tampoco quería acorralarte de ese modo, lo siento ─murmuró también.

Imité su posición para mirarnos mutuamente. Inhalé y exhalé en profundidad, pensando cuidadosamente lo que diría. ─Ahora estamos disculpados... ─Cambié la pose por mi mentón en mis antebrazos. ─Y respecto a lo que estábamos hablando, realmente me gusta lo que estoy estudiando.

Escuché el movimiento del agua y alcé la cabeza al percatarme de que Jungkook se había puesto a mi lado muy cerca. De tal forma que a medida que se acercaba, yo retrocedía, llegando a un punto en el que pegué toda mi espalda en el muro de la piscina y Jungkook me atrapó en sus brazos apoyando sus manos en el borde. No tenía escapatoria.

  ─¿De verdad? ─Me observó fijamente, escudriñando mi rostro. Como si estuviera diciendo «Repite lo que dijiste mirándome a la cara».

Tragué saliva ante su intensa mirada. ─Por supuesto.

Apretó los labios al escuchar mi respuesta. ─Aún sigo comprendiendo la razón de tu negación a lo evidente.

  ─¿Lo evidente a qué? Llevas repitiendo eso, pero no terminas de completar la oración.

Elevó una mano y con cuidado retiró unos mechones pegados a mi frente, deslizando los dedos por el contorno de mi rostro hasta colocarlo detrás de mi oreja. ─No quería decirlo, pero es difícil no mencionar que durante estas vacaciones, en las conversaciones con tus padres acerca de tu educación, tu ánimo cambia notablemente.

Ladeé el rostro, acercando más mi cabeza a su mano que todavía no había bajado. Rozando su palma con mi mejilla. ─¿Y qué quieres dar a entender con eso?

Sonrió sin muchas ganas. ─Es obvio que no estás para nada satisfecha con la facultad que eligieron para ti.

Apreté los labios. Otra vez Jungkook parecía ver a través de mí. ─Yo... será mejor que no hables sobre eso frente a nadie más ─farfullé. No tenía caso seguir negando si él estaba convencido.

  ─Me gustaría escuchar sobre ello.

Bajé la cabeza un poco y mi vista cayó en su pecho. ─A mi no la verdad.

Entonces sentí unas palmaditas en mi coronilla. ─Escucharé lo que tengas que decir cuando estés lista. Ahora... ¿Qué tal si hacemos una carrera? Parece que sabes nadar.

Y como el experto que es en cambiar fácilmente de tema. El asunto de mis estudios quedó en el olvido y nos pusimos a echar varias carreras en la piscina, donde la mayoría las ganó él.

Como había dicho, no era la primera vez que Jungkook daba mención respecto a la facultad que elegí... Eligieron para mí.

Aunque en ese entonces mi mentalidad repetía una y otra vez que fue mi propia decisión continuar con la facultad de medicina, en realidad me estaba haciendo daño a mi misma inconscientemente. Porque era como Jungkook decía, la medicina no era algo que me apasionaba y no me veía en un futuro ejerciendo eso en mi vida.

Pero claro, la negación siempre es lo principal si hablamos de asuntos en lo que nosotros debamos darnos cuenta. Tomar el rumbo de la negación resulta más fácil de llevar que afrontar la realidad de lo que sentimos. Ya sea en el aspecto de lo que queramos ser en el futuro, en la vida sentimental o al no creer hechos fundamentales.

Pero profundizar ahora acerca de eso no es el momento. Estábamos hablando del viaje en familia que hubo. Y si tuviera que dar una conclusión o traer a colación de lo que surgió en esas vacaciones, sería:

Que Jungkook y yo nos volvimos cercanos significativamente. Si poníamos aparte los momentos en que uno de los dos se cerraba en ciertos temas, era mucho más cómodo charlar de cualquier cosa banal con él y la confianza se estrechó de forma mutua.

Así que luego de pasar nuestro último día de forma tranquila, regresamos sin ningún inconveniente en el avión. Aterrizamos cerca de las siete de la noche y los cuatro andábamos juntos en un mismo auto, con mi padre conduciendo.

  ─¿De verdad no quieres que te dejemos querido? ─Madre se asomó desde el asiento del copiloto para mirarnos a Jungkook y a mi que estábamos atrás.

Él negó con suavidad, adornando su rostro con una pequeña sonrisa. ─No hará falta, ya avisé a mi conductor. Es probable que ahora esté esperando en su casa.

Después de ese intercambio de palabras, nos sumimos en un silencio por diez minutos hasta llegar a la casa. Y como había dicho Jungkook, al otro lado de la calle aguardaba el mismo auto que lo dejó aquí hace dos semanas. Sólo que el conductor se hallaba afuera esta vez.

Cuando padre estacionó y todos nos bajamos. Su conductor con una estructura imponente e intimidante, se acercó unos cuantos pasos a la parte trasera del auto e hizo una elegante reverencia a Jeon.

  ─Bienvenido de vuelta señor Kim. ─Tanto Kook como yo elevamos la mirada en cuanto se irguió, porque nos sobrepasaba en altura.

  ─Hanson. ─Jungkook le dio una tierna sonrisa y un pequeño golpe en el hombro. ─Ten, puedes ir colocando esto en el maletero. ─Le entregó su maleta y bolsa. El conductor llamado Hanson lo tomó de inmediato y nos dio otra pequeña reverencia antes de retirarse.

Jeon bajó mis maletas que eran las últimas y cerró el maletero. Guardó sus manos en los bolsillos de su sudadera y me sonrió levemente.

    ─El señor Hanson es peculiar... ─murmuré cuando volví a echar un vistazo a su conductor.

Y aquella sonrisa suya se anchó al mirar también en dirección a Hanson. ─¿Lindo verdad?

  ─¿Ah? ─Arqueé una ceja. Luego carraspeé al escucharlo reírse. ─Digo, ambos tenemos visiones diferentes a lindo, pero creo que puedo ver el encanto. No es lo que esperas de un conductor la verdad. ─Asentí suavemente.

Jungkook volvió a reírse, volviendo sus ojos en dos delgadas rendijas. Se inclinó para acercarse a mi oreja. ─Si te cuento un secreto, Hanson es un ex-convicto.

Alcé las cejas por sorpresa. No tenía palabras para ello. Y viendo Jungkook eso, continuó:─Mi papá lo salvó del mundillo de la mala junta hace mucho tiempo. Ahora es muy manso e inofensivo.

Se alejó solo un poco, manteniendo aún la corta distancia entre ambos. ─Manso eh, creo que también puede funcionar como guardaespaldas, ¿has visto esos brazos? Un puño y se te reinicia la vida ─murmuré asombrada, mirando a escondidas por un costado de Jungkook a Hanson.

Kook carcajeó y asintió repetidas veces. ─Sí, es cierto. Se ha sentido en deuda con mi padre y es por eso que ha estado con nosotros desde hace unos años.

  ─Que lindo, es leal ─Sonreí elevando la vista a Jungkook. ─¿Pero lo has puesto al tanto?

  ─Tuve que. No te preocupes por él, es muy confiable.

Ambos miramos a Hanson que ya había guardado el equipaje de Jungkook, permanecía de pie aun lado de la puerta del conductor, esperando a que Kook fuera al auto.

Suspiré porque era momento de la despedida. Regresé la vista a Jungkook. La distancia aún era mínima y sinceramente eso ya no importaba tanto a esas alturas. Yo ya no sabía lo que quería realmente. ─Kook, de verdad te agradezco lo que estás haciendo.

Jungkook elevó una mano y dio varias palmaditas en la parte superior de mi cabeza. ─No me agradezca Misuk. ─Sonrió levantando una comisura.

  ─No. En serio debo. Que me hayas ayudado sin quejarte y de buena gana por mi apuro, no sabes cuanto te lo agradezco e incluso cediste parte de tus vacaciones.

  ─Bueno, tampoco es que lo haya pasado mal ni fui forzado a ir.

  ─No sé cómo compensar lo que haces por mí. Pero haré lo posible en hablar con ellos rápido como te prometí.

Kook volvió a sonreír enternecido. ─Ya te dije que no pienses mucho en ello. Estoy bien continuando en ayudarte.

Fruncí sutilmente el entrecejo. ─Hace días dijiste que puedo preguntar lo que quiera, te tomaré la palabra. No lo he preguntado antes, pero, ¿hay alguna razón por la que me ayudes sin rechistar?

La mano que mantuvo en mi coronilla la bajó y la otra la elevó, acunando mis mejillas con sus manos. ─¿Me creerías si digo que es porque tengo un noble corazón y soy demasiado altruista?

Parpadeé varias veces porque comenzaba a sentirme nerviosa. ─Lo habría hecho si no me hubieras agarrado de esta forma. Ahora pienso que tienes una intención oculta... No olvido lo que sucedió con aquella lección en la habitación. ─En cuanto solté las últimas palabras, de inmediato me arrepentí. Se suponía que eso era un tema zanjado y olvidado. Y tampoco lo quería acusar de tener otras intenciones.

Pero Jungkook se lo tomó con gracia y me apretó un poco los cachetes. Haciendo que mis labios se abultaran y formaran un puchero. Estaba sonriendo con buen humor y se acercó un poco más. ─¿Estás asustada de que te haga algo?

Mordí suavemente mi labio cuando dejó de presionar, el cual solté rápido. Pero fue un movimiento que capturó su atención. ─¿Que no me aleje no te dice algo?

  ─Me dice que confías mucho en mí, me siento honrado. ─Entornó sus ojos, que resplandecían con un lindo brillo.

  ─Todavía no respondes mi pregunta.

Levantó sus ojos de mis labios y los conectó con los míos. ─Cierto... Mmm, debo de confesar que nuestro primer encuentro fue en un bar. Presencié cuando estabas hablando con hyung.

Lo miré con desconcierto. ─¿Qué?

  ─También fui testigo de la discusión que tuviste con tus amigas. Así que la razón es sencilla, la curiosidad me ganó y quise ayudarte.

  ─Pe... ─Lo que iba a decir fue interrumpido debido a Jungkook que se acercó y posó sus labios con delicadeza en la comisura de mi boca. Volviéndolo un beso de media luna.

Fue tan rápido, pero a la vez suave, casto y cálido.

Él se alejó con una pequeña sonrisa y dejó de sostenerme con sus manos. ─Lamento interrumpirte, sé que no te gusta, pero Hanson me está esperando. Podemos hablarlo en otra ocasión.

Lo único que pude hacer fue asentir, porque seguía procesando lo que había sucedido. Lo vi caminar con lentitud al auto donde Hanson esperaba. Le abrió la puerta y al cerrarlo, se giró en mi dirección, dándome una pequeña reverencia para luego irse.

¿Estaba aturdida? Lo estaba.

Al ver la parte trasera del auto distanciarse, reaccioné colocando mi palma en la zona donde Jungkook había posado sus labios.

No fue un beso como tal, pero... ¡Eso no quitaba el hecho de que hubo un mínimo contacto de labio sobre labio! Otra vez.

¿Qué significaba eso?

Mientras entraba al interior de la casa, no paraba de darle vueltas a ese pequeño momento. Dejé en la entrada los zapatos y le di mi equipaje a Soora que llegó a mi en cuanto me escuchó entrar.

  ─¿Ya se fue querida? ─Me habló madre sentada en el sofá, todavía sin mirarme, tenía la atención en su teléfono.

  ─Sí, se acaba de ir.

Madre levantó sus ojos de la pantalla y me miró. De inmediato comenzó a sonreír. ─¿Tuvieron una linda despedida? Estás sonrojada mi niña.

  ─¿Qué? ─Oculté mis mejillas con mis manos y sí pude sentir que estaban más calientes de lo normal.

Madre se carcajeó y sondeó la mano. ─No dije nada. Ve a descansar hija.

Apresuré los pasos y me dirigí a mi habitación. Fui directo al espejo de cuerpo completo y observé mi reflejo.

Efectivamente tenía las mejillas sonrojadas y con un brillo en los ojos. Suspiré profundamente. Me acosté abrazando con fuerza una almohada.

Por supuesto que entendía lo que había pasado. Para los dos no pasaba desapercibido que existía una tensión desde que casi nos dejáramos llevar la primera vez en mi habitación. Aquel día en la cena.

Pero yo tendía a evadir esos sentimientos de atracción. Si dábamos un paso en falso, podríamos arruinar la bonita amistad que estábamos construyendo.

Sin embargo, si él se animaba a corresponder también ese deseo. Entonces no sería malo aceptarlo, ¿verdad?

Creo que ambos habíamos dado señales de que entre nosotros ocurría algo. Quizás él se sentía de la misma forma que yo... Siendo demostrado por el beso de media luna.

Mi teléfono vibró en el bolsillo trasero de mi pantalón.

«¿Crees que deberíamos hablar de algo?»

Era un mensaje de Jungkook.

Hablar de algo... ¿Deberíamos?

«No lo sé.»

Fue lo que respondí. Porque sinceramente no estaba segura de querer tocar ese tema. ¿Qué pasaría cuando lo hagamos? Seguramente habría un cambio...

¿Quiero ese cambio?

Mi teléfono volvió a vibrar en un son constante, era una llamada, aunque creí que sería Jungkook, el remitente en esa ocasión fue Jiah.

  ─¿Sí? ─respondí en voz baja.

  ─Acabo de leer que la burbuja del amor reventó ─habló entusiasmada Jiah.

  ─¿Qué?

Escuché un suspiro de su parte. ─Que ya supe de Jungkook que llegaron. Así que decidí a hacerte una llamada.

  ─¿Para preguntarme cómo estoy?

  ─Y que me cuentes los detalles por favor.

Rodé los ojos. ─¿Qué te hace pensar de que algo ocurrió? Solo tuvimos una estadía agradable con mi familia.

Bufó. ─Ay muñequita. No me vengas con esos cuentos de cuarta. ¿En serio piensas que me voy a creer que nada sucedió en dos semanas de vacaciones? ¡Dos Misuk! ─remarcó con una elevación de voz en el número. ─¡Encima ustedes solos en una misma habitación!

Di varios toquecitos con el dedo índice sobre la cama. Nada ocurrió como dije, ya que... Esas distintas situaciones en las que hubo acercamiento no puede considerarse como algo, ¿verdad?

Cerré los ojos al darme cuenta de que con tan solo considerar esos momentos ya cuenta como algo.

  ─Ese silencio para mi es que definitivamente algo sucedió entre ustedes dos.

  ─De todas maneras Jungkook te contará, ¿no? ¿Para qué preguntarme?

Jiah se rió. ─Sé que parezco como una metiche aunque no quiera, pero me es imposible no tener curiosidad porque Jungkook dejó de contarme sobre ti hace un tiempo. Aunque le haga mil preguntas, no las responderá.

Escuchar eso me desconcertó. ¿Por qué Jungkook guardaría silencio? Me estaba generando expectativas sobre algo que no sabía si debía.

  ─¿Exactamente qué preguntas haces para que no quiera responder?

  ─Jeje ─rió burlonamente. ─Es secreto. Pero la pregunta correcta sería, ¿qué es lo que no le pregunto?

  ─¡Jiah! ─chillé por lo bajo. ─Es por eso que no te responde. Lo incomodas.

  ─Mmm, puede ser. ¿Entonces me dirás o no? También te pregunto porque quiero saber el punto de vista tuyo.

  ─Nada ocurrió Jiah.

  ─¿Nada de nada significativo o nada de nada que contar por ahora?

  ─¡Nada de nada Jiah! ─gimoteé exasperada.

  ─¡Ay! Entonces... ¿Si hubiera ocurrido algo me contarías?

  ─No. ─Sin querer soné tajante.

Jiah hizo un sonido de inhalación al asombrarse. ─Fuertes declaraciones. Ahora tengo la duda de si realmente nada pasó o me lo estás ocultando.

Exhalé en un pequeño suspiro. ─Jiah, ahora estoy un poco cansada. ¿Qué tal si hablamos mañana?

Volvió a bufar. ─Bien, dejo de molestar con eso. Iré ahora con Minmin a ver a Jungkook, veré si puedo sonsacarle información ─susurró lo último con una risita malévola.

Cortó antes de que pudiera despedirme. Y terminé suspirando nuevamente. Una pequeña conversación con ella me hizo agotarme más. Dejé el teléfono sobre la cama y más pensamientos revoltosos se mezclaron.

Que Jiah y Yoongi vayan tan tarde en la noche era probable que sea por el hallazgo acerca del señor Jeon.

Quizás hablarían de su siguiente estrategia...

Y yo tenía un poco de envidia de que ellos pudieran ir a la casa de Jungkook.

Desde que vi un pequeño fragmento de su casa en la videollamada con Jiah, me invadieron las ganas de conocerla.

¿Si le preguntaba a Jungkook aceptaría que fuera? Seguramente que sí, pero basándonos en lo que sucedía entre nosotros, mejor sería en un momento dado cuando hubieran muchas personas.

Miré el techo con la mirada perdida.

Era innegable desde ese punto. Esas dos semanas fueron un peligro para revolucionar y acentuar muchos más el deseo de querer besarlo.

Una atracción surgía y se quedaba. Y no parecía correr en un solo sentido.

Elevé una mano hasta la comisura de mi labio.

  ─Si no me controlo, la próxima vez que lo vea saltaré encima de él ─murmuré, intentando apartar la alta imaginación de escenarios en que los protagonistas éramos Jungkook y yo.

Pataleé en la cama y me levanté de un salto. Un baño, necesitaba un baño con urgencia para enfriar mi cabeza. Antes de deshacerme de la ropa, agarré el teléfono para ponerlo a cargar. Y noté que me había llegado un mensaje.

«No quería decirlo por mensaje, pero creo que es necesario. Tú y yo sabemos que algo está pasando y me parece que debemos hablarlo.»

Mordí mis labios al leer el mensaje de Jungkook. E inesperadamente esas palabras bastaron para que mi corazón se acelerara.

Mi única respuesta fue mandarle una imagen de un perrito chihuahua asustado cerca de una mesa. Él me devolvió una respuesta con una imagen también de un chihuahua con los ojos entrecerrados.

Involuntariamente sonreí y negué con la cabeza. Dejé el teléfono sobre una mesita de noche que estaba cerca de un enchufe.

En algún momento teníamos que hablar de ello. Seguir evitando lo que sucedía como si nada estuviera pasando nos cansaría a los dos con el pasar del tiempo.

Así que era mejor afrontarlo ahora que podíamos.

Saldría todo bien... ¿Cierto?


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