WE BELONG | Leon Goretzka

By goretzkart

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Un rumor bastó para que dos personas que estaban destinadas a ser tomaran diferentes caminos. ¿El tiempo los... More

OO: Introducción + personajes.
O1: Fiesta de cumpleaños.
O2: Hasta pronto, cielo.
O3: ¿Podemos hablar?
O4: Me cansé de ti.
O5: Te equivocas.
O6: ¡Déjame en paz!
O7: Lo arruinaste todo.
O8: Lamento lo que pasó.
O9: Adiós definitivo.
1O: Te amo.
11: ¿Un abrazo?
12: Estoy bien.
13: Mooi.
14: ¡Una tonta, Erin Keller!
15: Frenkie.
16: Suerte.
18: Lo lamento.
19: ¿Qué hace él aquí?
2O: Ven conmigo.
21: ¿Lo prometes?
22: Barcelona.
23: Recuerdos.
24: Campeones.
25: Charlas.
26: Es lo mejor.
27: La verdad.
28: Es por él, ¿no es así?
29: ¡Me encantaría!
3O: Feliz cumpleaños.
31: Sorpresas.
32: Londres.
33: Feliz Navidad.
34: No puedo.
35: Despedidas.
36: Múnich.
37: Mein herz.
Epílogo.
Extra: Especial San Valentín.

17: ¡Me aceptaron!

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By goretzkart

01 de agosto, 2020.

Limpié las gotas de sudor que se deslizan por mi rostro con la manga de mi hoodie, luego pausé la música para quitarme los auriculares y entrar a casa. Caminé hasta el living para verlo vacío, seguramente mamá y papá no se encontraban en casa. Antes de dirigirme a la habitación unos sobres en la mesa del centro llamaron mi atención, me acerqué y las leí por encima.

Agosto había llegado, y con él habían llegado las cartas de admisión a las universidades de arte a las que había aplicado, varios meses atrás.

Cuando apliqué a estas universidades aún estudiaba administración de empresas, lo había hecho para tener alternativas, porque una parte de mí, siempre supo que tarde o temprano me decidiría a hacer lo que amaba.

Miré las tres cartas provenientes de Barcelona, Ámsterdam y Múnich, las tres en la mesa del living, alguna de ellas tendría mi futuro, o tal vez ninguna, aunque debía mantenerme optimista.

Estaba por abrir la primera, pero no me animé, así que la dejé donde estaba, no quería hacerlo sola. Rápidamente tomé las tres cartas, subí a mi habitación, me duché en minutos, y tomé de lo primero que vi en mi armario por último me puse una chaqueta encima, el clima comenzaba a ponerse un poco más frío. Metí las cartas en una pequeña mochila negra y salí de mi habitación a paso apurado para después salir de casa directo al auto y ponerlo en marcha.

•••

Llegué a la ciudad deportiva donde entrenaban los chicos. El guardia me dejó pasar, así que caminé por aquellos pasillos que conocía muy bien. Finalmente cuando llegué a la sala de conferencias entré en silencio para ver a Alessia entrevistando a Robert.

Escuché como le hacía preguntas sobre la final de la Champions que sería el veintitrés de este mes. Me senté en una de las sillas y esperé a que terminara. Casi quince minutos después su entrevista acabó, Robert pasó a mi lado saludándome luego Alessia me miró.

—Que sorpresa, no te esperaba.— dijo viniendo hasta mí.

Me quité la mochila de los hombros, la abrí y saqué las cartas, luego se las mostré.

—¿Qué es eso?— tomó una y la leyó luego abrió los ojos sorprendida. —¡¿Las cartas de admisión?!— chilló. —¡Vamos a abrirlas!— Alessia me tomó del brazo y me hizo caminar rápidamente con ella hacia la cafetería. Nos sentamos en una de las mesas.

—Bien, primero con Ámsterdam.— murmuré tomándola. Alessia apretó mi mano reconfortándome. —estimada Erin Grease Keller Weber, es un honor darle la bienvenida... ¡Me aceptaron! ¡Me aceptaron en Ámsterdam!— solté un grito eufórica llamando la atención de algunas personas pero no me importaba. Mi mejor amiga y yo nos levantamos de la mesa y nos abrazamos emocionadas.

—¡Sabía que lo lograrías! ¡Dios estoy tan orgullosa!— chilló.

—Bien, ahora Múnich.— dije tomándola.

—Tú abre esa y yo abriré Barcelona, las leeremos al mismo tiempo.— asentí mientras ella hacía lo dicho.

—¡Me/te aceptaron!— gritamos fuertemente al unísono.

—¡No puede ser! ¡No puede ser!— exclamé mientras saltaba emocionada. —¡Me aceptaron en las tres!— pegué las cartas a mi pecho mientras seguía saltando, Alessia saltaba conmigo.

—Pero bueno, ¿por qué tanto gozo por aquí?— las dos nos volteamos a la voz que tenía acento español para encontrarnos con Alexandra quien venía entrando al lugar.

No respondí, sin embargo no dejé de sonreír, así que Alessia respondió.

—¡Erin fue admitida para las tres universidades de arte a las que aplicó! ¿Puedes creerlo? Mi mejor amiga es toda una genia.— aplaudió emocionada.

Alexandra elevó ambas cejas mientras asentía.

—Es asombroso, felicidades, eh.— esbozó una pequeña sonrisa.

—Gracias.— dije correspondiendo su gesto.

—Esto por supuesto merece celebración.— exclamó Alessia viéndonos a ambas. —Esta noche se sale.

—¡Esta noche se sale!— repetí emocionada. Miré a Alexandra y ni yo podía creer lo que iba a decir. —deberías venir.

Ella pareció sorprendida ante mi invitación así que lo pensó y luego respondió.

—Creo que ahí estaré.

•••

Junto con Alessia y el resto de las chicas habíamos quedado para salir a algún bar para celebrar que me habían aceptado en las universidades.

También le había contado a mamá y papá sobre las cartas, se emocionaron mucho y me felicitaron, mamá en segundos llamó a mi abuelo para hacérselo saber, y él reaccionó más que feliz.

Regresé a casa para arreglarme y cambiarme ropa (multimedia) a eso de las ocho de la noche, Andrea pasó por mí y juntas llegamos al lugar.

Al llegar, observé a Alessia, Vic y Ariana, supuse que Alexandra no vendría.

—¡Felicidades, Erin!— chilló Vic en cuanto me vio, se levantó de su asiento y vino a abrazarme. Ariana vino detrás de ella uniéndose al abrazo.

—¡Señoras tenemos a la próxima Pablo Picasso!— exclamó Ariana y no evité soltar una carcajada. Porque aunque mi estilo de pintar era diferente al de él, sin duda alguna era uno de mis artistas favoritos.

—¡Yo ya te felicité pero nunca viene mal hacerlo de nuevo!— dijo Alessia, finalmente Andrea también se unió y nos abrazamos las cinco. Al separarnos nos ubicamos en la mesa que estaban las chicas antes.

—¿No vendrá a Alexandra?— no evité preguntar, todas intercambiaron miradas.

—¿De qué me perdí? ¿Tú y Alexandra ya se llevan bien o cómo?— Andrea me miró confusa y yo me encogí de hombros, estuve a punto de responderle cuando me vi interrumpida.

—¡Sorpresa!— gritaron distintas voces que llamaron mi atención. Volteé hacia la izquierda, encontrándome con Serge quien traía un pequeño pastel en manos y una vela que tiraba chispas, pude observar detrás de él al resto de los chicos, Manu, Joshua, Álvaro, Corentin, Benjamin, Robert, Alexandra e incluso a la única amiga que había hecho en la facultad de administración; Eleanor, por último observé a Leon.

Abrí los ojos emocionada al verlos a todos, me tapé la boca sin poder creerlo, no esperaba verlos y menos así, definitivamente era una gran sorpresa.

—¡Felicidades, perra!— gritaron Vic y Ariana al unísono, vaya que las españolas eran eufóricas. Me levanté de mi asiento cuando Serge dejó el pastel en la mesa.

—¡Felicidades hermanita!— exclamó dándome un gran abrazo que correspondí enseguida. Me dio un beso en la sien, luego me soltó para que pudiera abrazar a los demás, incluyendo a mi media hermana, digamos que decir que me sentía feliz, era poco.

Finalmente el último en acercarse a felicitarme fue Leon, quién estaba con Camila al lado.

—Felicidades, he visto algunas de tus pinturas y he de decir que eres muy buena.— me sonrió amable y yo correspondí su sonrisa.

—Muchas gracias.

—No es nada, tía.— dijo. —ahora iré por un trago porque siempre es buen momento para uno o varios, realmente.— rió. Se fue sin esperar respuesta, de verdad no me equivocaba, las españolas eran todo un caso.

—Felicidades.— Leon, por fin habló. —siempre supe que tarde o temprano comenzarías a cumplir tus sueños.— murmuró y metió las manos en los bolsillos de su pantalón.

Recuerdo que cuando estábamos juntos siempre le decía lo mucho que me gustaría dejar mi antigua carrera para estudiar en Bellas Artes, luego ser una gran y reconocida pintora como mi abuelo, entonces él me decía que lo hiciera, y yo le respondía que papá no iba a aceptarlo, su respuesta siempre era un no importa, yo siempre te apoyaré.

—Gracias.— sonreí y jugué con mis dedos. —también gracias por apoyarme.— me sinceré.

Leon apretó los labios y suspiró, luego esbozó una bonita sonrisa.

—Sabes que no tienes que agradecer.

Mantuvimos el contacto visual hasta que Alessia llegó.

—¡Mira a quién tenemos aquí!— alzó la voz emocionada, puso una tablet frente su cara, y así vi el rostro alegre de Frenkie.

—¡Frenkie!— exclamé emocionada. Tomé la tablet con mis manos, le di una mirada rápida a Leon y él asintió, luego se dio la vuelta para ir hacia donde Manu y Joshua quienes se encontraban bebiendo.

—¡Felicidades, mooi!— escuché su voz igual de emocionada que la mía.

Observé al rededor para ver a todos mis amigos, charlando entre sí. Entonces no evité pensar en que así se sentía ser realmente feliz.

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