Parte 2/2: POV HARRY.
Después de ir al baño volví a la cocina para buscar a Louis. Habíamos pasado toda la noche ahí, solamente hablando y riendo. Él seguía bebiendo pero yo decidí parar, sólo por si Liam olvidaba que él era el conductor designado.
–¡Harry! –al llegar a la cocina él se acercó a abrazarme–. ¿Donde estabas?
–En el baño, te lo dije Lou –reí sintiendo como apoyaba todo su peso en mí. Me acerqué con él a la mesa y lo apoyé ahí.
–Uh, ¿de verdad? –frunció el ceño y levantó un vaso rojo para tomar un trago.
–¿Qué es eso? –le quité el vaso y olí el contenido para después probar un poco–. Lou, esto es vodka.
–Si, Zayn llegó y me ofreció –rió y estiró su mano para tomar el vaso, pero lo alejé–. Oye, eso es mío.
–Louis.
–Consíguete el tuyo, ese es mío –se cruzó de brazos, con un puchero–. Uy bueno, puedes tomar si no te importa compartir babas.
Arrastraba sus palabras y apenas podía mantener el equilibrio, por lo que supuse que ya estaba borracho.
–No, ya bebiste suficiente –negué tomado el último sorbo del vaso para luego dejarlo en la mesa.
–Hazza, te quedó un poco ahí –subió su mano y pasó su pulgar mi labio, limpiándolo–. Listo.
–Yo..gracias –tragué saliva sintiendo mis mejillas calientes. De repente estábamos muy cerca.
–Harry –rió tomándome de las mejillas–. Eres muy lindo, ¿te lo he dicho alguna vez?
–Lou, ya cállate –reí tomando sus manos para bajarla–. Estás borracho.
–Bueno, sí –hizo una pausa y frunció el ceño–. Pero eso no te quita lo lindo.
–Louis...
–Eres hermoso Harry –negó con una sonrisa. Apenas podía entender lo que decía–. Me encantan tus ojos, tu cabello, tu nariz –se acercó y besó la punta de mi nariz, riendo–. Y eres el chico más dulce que he conocido, eres tan amable y cariñoso...me gusta todo de ti.
–Ya basta Louis –tragué saliva intentando alejarme un poco de él, pero estaba entre su cuerpo y la mesa–. No sabes lo que dices, después te arrepentirás.
–Jamás me arrepentiría, todo lo que te digo es verdad –se encogió de hombros y se acercó para abrazarme–. Te quiero Harry.
–Yo también –acaricié su espalda sintiendo su respiración en mi cuello.
Nos quedamos unos minutos así, y cuando creí que Louis se había quedado dormido, Liam y Niall aparecieron en la cocina con Zayn casi en brazos.
–Hora de irnos –dijo Liam señalando la puerta.
–Vamos, es hora de irnos –lo alejé de mi cuerpo y tomé su mano para guiarlo entre el mar de gente que bailaba.
–No me empujes, idiota –se quejó Louis detrás de mí, y me giré para verlo discutir con un chico.
–Lou, vamos –tiré de su mano para salir de la casa.
Los chicos estaban ayudando a Zayn a subir a la parte de atrás, así que fui por el otro lado para subir a Louis.
–Vamos, arriba –abrí la puerta del auto y lo miré, el cuál me miraba fijamente con una sonrisa–. ¿Qué?
–Gracias por cuidarme Hazza –se acercó y me dio un corto beso en los labios, para luego subir y caer arriba de Zayn.
Me quedé quieto ahí, sin poder procesar lo que había pasado.
–Harry, ¿estás bien? –Niall llegó a mi lado y me miró.
–Eh, sí –pestañeé y subí en el asiento del copiloto. Liam me dio una mirada antes de encender el auto para partir.
–Iremos a mi casa –habló después de unos minutos de silencio–. Mis padres no están, y no podemos dejar a Zayn y a Louis así en sus casas.
–Está bien –asentí tomando un hilo de mi abrigo mientras jugaba con él. Sentía mis mejillas arder y de repente el clima ya no era tan frío.
–¿Todo en orden? –preguntó un poco más bajo. Me giré para mirar a los tres chicos en la parte de atrás, dormidos apoyados entre sí.
–Luego te cuento –respondí y Liam asintió.
Al llegar a su casa, despertamos a Niall y bajamos a los chicos del auto para después subirlos a un cuarto de invitados. Salimos cerrando la puerta detrás de nosotros y nos quedamos en el pasillo.
–Yo dormiré en uno de los sofás de abajo –habló Niall bostezando. Se giró y comenzó a caminar a las escaleras–. Buenas noches.
–Descansa Ni –se despidió Liam y luego se apoyó en la pared del pasillo, mirándome–. Ahora si, cuéntame qué ocurrió.
–Yo...dios –pasé mis manos por mi rostro, suspirando–. Louis me besó.
–¿QUÉ? –le tapé la boca rápidamente, rezando para que no hubiera despertado a nadie–. Lo siento, dime cómo fue.
–Fue cuando estábamos subiendo al auto –sonreí involuntariamente mirando la puerta donde Louis estaba durmiendo–. Antes de que él subiera me agradeció por cuidarlo y simplemente se acercó y me besó, fue un beso corto pero...ya sabes.
–Aún así es un beso –rió y se cruzó de brazos–. ¿Y tú qué piensas?
–Hm, ¿de qué? –lo miré sacando la escena del beso de mi mente.
–¿Qué sientes por él, Harry?
–Yo...–miré la puerta de la habitación y volví mirarlo a él–. No lo sé Liam, es mi mejor amigo.
–No, yo soy tu mejor amigo, con Zayn y Niall somos mejores amigos –sonrió y posó una mano en mi hombro–. Pero lo que Louis y tú tienen es diferente, y todos nos damos cuenta. Ahora te vuelvo a preguntar, ¿Qué sientes por él?
–No sé qué etiqueta ponerle a lo que siento por Louis –negué sintiéndome de repente frustrado–. Sólo sé que lo quiero, amo pasar tiempo con él y que me de atención. Me gusta verlo reír y me encantan esas arruguitas que se le forman a los lados de sus ojos cuando sonríe, al igual que sus ojos, dios, podría admirarlos todo el día –una sonrisa apareció en mi rostro sin poder evitarlo–. Quiero protegerlo siempre y verlo feliz, porque con solo una sonrisa hace que todo mejore...
–Harry, estás enamorado de él –sonrió apretando un poco mi hombro.
–Dios Li, no lo sé –resoplé tirando mi cabeza hacia atrás, frustrado–. Y ni siquiera sé si él siente lo mismo que yo, soy un idiota.
–No, no lo eres –negó y se acercó un poco–. Y no me sorprendería que Louis sintiera lo mismo.
–No lo sé...
–¿Has notado cómo te mira? Harry, te cuida más que a él mismo y siempre está pendiente de ti, su trato hacía a ti y con nosotros es totalmente diferente.
No respondí. No sabía qué más decirle. Liam me guió por el pasillo hasta su cuarto y se sentó en su cama.
–Hay algo más, puedo sentirlo –me palmeó la cama a su lado invitándome a sentarme.
–Es una estupidez...
–Vamos Harry, solo dilo –sonrió y me dio un empujón suave en el hombro, haciéndome reír.
–Es que...tengo miedo –entrelacé mis dedos y tragué saliva–. Nunca había sentido esto por nadie, y me da miedo pensar que me estoy enamorando de Louis porque veo a mi alrededor, y tengo a papá y a mamá como ejemplo. Ellos siempre decían que se amaban, y luego papá nos abandonó y mamá quedó destrozada...y siento que si puedo evitarme ese dolor, lo haré.
–Harry, no puedes vivir con el miedo de salir herido, así no es como funcionan las cosas –me miró apenado y posó su mano en mi hombro–. No hay forma de saber cómo pasarán las cosas con Louis, pero tienes que dejarte llevar, porque puede que te pierdas lo más hermoso de tu vida y solo por miedo.
–¿Cuál es la probabilidad de que tu primer amor sea, a la vez, el amor de tu vida? –mordí mi labio, sintiendo como de pronto mis ojos ardían–. Soy un idiota, lo sé, pero me da tanto miedo salir herido Li.
–Está bien amigo –pasó un brazo por mis hombros para reconfortarme–. Te entiendo, de verdad, pero no dejes de hacer algo solo por miedo, ¿Está bien? Además, todos podemos ver lo mucho que Louis te quiere.
–Eso no lo sabes con seguridad. No quiero ilusionarme y que él solo me vea como un amigo –negué fijando la mirada en mis pies.
–Lo entiendo, hay que tomarlo con calma, ¿si? –se levantó y se acercó a su closet para sacar un par de mantas–. Ahora ve a dormir y mañana veremos qué sucede.
–Bien –tomé las mantas y lo miré–. Gracias Li.
–Descansa ricitos...
Bajé y me acomodé en el sofá, al lado de Niall, quien ya se encontraba durmiendo. Tomé una almohada y la acomodé debajo de mi cabeza antes de caer dormido.
——————————————
–HARRY –el grito de Niall me despertó de un sobresalto.
–Idiota, no me asustes así –me quejé golpeando su pierna.
–Liam está preparando el desayuno, vamos –tomó mi brazo y me arrastró con él hasta la cocina, donde Liam estaba revolviendo huevos.
–Arriba hay cereal, y hay leche dentro del refrigerador –apuntó un mueble y me miró–. Los chicos aún no despiertan.
–¿De quien hablas? –Zayn apareció en la cocina sin camiseta–. Dios, mi cabeza va a explotar.
–¿Donde está Louis? –pregunté sacando un pocillo para servir cereal en él.
–Sigue durmiendo –respondió el moreno buscando una pastilla.
–¿Por qué no vas a despertarlo Harry? Antes de que Niall se coma todo –habló Liam con una sonrisa burlona.
Hice un puchero en su dirección a lo que él me respondió con un guiño. Salí de la cocina, subí las escaleras y entré en el cuarto, encontrándome con Louis recostado diagonalmente en la cama.
–Lou –lo llamé sacudiendo su brazo–. Despierta.
–Hm, cinco minutos más –se quejó sin despegar el rostro de la almohada.
–Vamos Louis –reí sentándome a su lado–. Liam preparó el desayuno.
–Me duele mi cabeza –balbuceó abriendo un ojo para mirarme.
–Lo sé, abajo hay pastillas –acaricié su cabello mientras lo miraba–. No debiste haber bebido tanto ayer.
–Ugh, no me lo recuerdes –se quejó y me tomó del brazo para empujarme contra él, quedando recostado a su lado–. No recuerdo nada de lo qué pasó.
–¿Nada? –pregunté sintiendo como los nervios abandonaban mi cuerpo de a poco. Lo último que necesitaba era enfrentarlo cuando ni siquiera sabía qué sentía por él.
–No, solo espero no haber hecho el ridículo o algo así –hundió su rostro en mi cuello y suspiró.
–Esperemos que no –acaricié su espalda mientras agradecía que no recordara el tema del beso–. Ahora vamos a comer, antes de que Niall acabe con todo.
–De acuerdo –rió y se separó para mirarme. Sonrió y se acercó a besar mi frente–. Buen día Hazza.
–Buen día –sonreí y me levanté para alcanzarle sus zapatillas.
Bajamos y nos sentamos con los demás para comer antes de que cada uno se fuera a su casa.
–Los iré a dejar a sus casas –habló Liam dejando los platos sucios en el fregadero.
–Liam, eres un amor –Niall se acercó a besar su mejilla riendo.
Subimos el auto y durante el viaje Louis volvió a quedarse dormido en mi hombro, así que al llegar a su casa lo removí un poco.
–Llegamos Lou –lo llamé y a los segundos vi como abría sus lindos ojos. Me miró unos segundos y sonrió.
–Gracias por traerme Liam –se despidió de nuestro amigo con un pequeño saludo. Se giró hacia mí y besó la punta de mi nariz–. Hasta luego Harry.
Se bajó del auto y entró rápidamente en su casa.
–¿Ves? A mi no me dio un beso –se burló Liam mientras me pasaba el asiento del copiloto.
–Cierra la boca –reí abrochando mi cinturón.
–Yo solo digo, los amigos no se tratan como tú y él lo hacen...
No, no lo hacen.
–C.