Fue en la primera hora de la mañana, el sonido de la puerta lo despertó.
Eran las siete de la mañana, su celular tenía incansable cantidad de mensajes y llamadas. Pero aquel golpear no lo dejaba tranquilo. Miró a su alrededor, la casa seguía vacía, sus padres no habían regresado.
Quizás del otro lado aparecía Sophia con ellos y todo seria un nuevo dia, no espero encontrar a Sara quien saltó a sus brazos. El no entendía nada, rápidamente se separo de ella, haciendo notar sus ojeras y su poco mal sueño.
El dolor, y la preocupación lo agotaban. Aun se sentía en un transe fuera de la realidad.
- ¿Qué haces aquí a esta hora? ¿Qué sucede?
- Apenas abrí los ojos y encendí la televisión supe que debía verte, no tarde en cambiarme y correr hasta aquí. Amor mío, estabas dormido ¿No sabes nada de lo que pasó?
- Q- ¿Qué pasó?
Ambos entraron a la casa, antes de que pudiese hacer algo Sara lo tomó por el rostro besando su frente, agarraba sus manos con fuerza y encendió la televisión.
Era algo de todos los canales, una primicia única en la ciudad. Habían encontrado una banda con un cargamento de droga, además de ser algunos menores de edad sin tutela específica que se dedicaban a engañar jovencitas citándolas para luego abusar de ellas hasta matarlas. En los últimos meses habían encontrado tres casos con muertes parecidas pero al fin habían dado con la banda y con todo el material secuestrado seguramente las pruebas bastarían.
Ellos eran los responsables de la desaparición de Sophia Gettler de quince años, ella estaba a unos metros del recinto bastante lastimada pero con vida. Las últimas noticias delataban todo el calvario sufrido en las últimas horas mientras intentaban reconstruir el hecho esperaban un parte médico cerca del mediodía.
Noticia nacional en varios canales.
El se quedo helado encendiendo su celular nuevamente y abriendo todos los chats, mensajes llenos de lástima. Su madre diciéndole parte de lo ya escuchado, su padre contándole que apenas pudieran arreglar las cosas lo buscarían, pero preferían que se quedara en casa. Luke no podía articular ni una sola palabra.
Todo su cuerpo estaba cubierto en sudor, sus ojos se inundaban en lágrimas, Sara solo veía a ese lastimero joven que se perdía entre mensajes y mensajes. Hasta que apago su celular y ella le abrió los brazos.
Luke se dejo romper en llanto, sus miedos habían salido de nuevo a la luz, pero esta vez habían alcanzado a Sophia antes que el. ¿Dónde estaba? Perdido en su mundo cuando simplemente depositaba la confianza en ella misma, a sus quince años era fácil caer en tales trampas. Podrían haberla matado. Se repetía una y otra vez. Derrumbado miraba aquel título de noticias hasta que su novia cambiaba de canal buscando algo menos crudo.
- Lo lamento querido, pero mira ella esta bien. Tu la conoces, sabes que se pondrá mejor y saldrá de esto. Ahora más que nada te necesita, y si tu necesitas a alguien estaré yo aquí para apoyarte y sostenerte. Se que no es fácil de digerir todo esto, también acabo de verlo, sigo estupefacta Luke. ¿Cómo alguien puede hacer tanto daño?
El se tiro sobre el sofá recostándose sobre las piernas de su novia quien acariciaba su sudada frente, abría y cerraba los ojos rápidamente como queriendo despertar de algo que era real. Su voz se apagaba, no encontraba ni palabras para explicar el cómo se sentía. No llegaba a digerir todo, solo habían pasado doce horas, ¿Un poco más? Su respiración se aceleraba mientras intentaba conseguir una posición cómoda. Luego de un rato de lucha se sentó nuevamente quitándole el control remoto a Sara, volviendo a los canales informativos. Daban datos de los sospechosos, otros recordaban casos anteriores, otros canales prevenían a padres de adolescentes.
Entre toda la gente del mundo, la ruleta rusa de la vida había girado en tragedia, disparando a su hermana menor e hiriendo a toda la familia.
Luego de unas horas en que Sara ya no sabia que hacer para sacar del trance a Luke, la puerta de su casa se abrió dejando entrar a Joan Gettler, tenía un aspecto desaliñado y su rostro solo delataba su pena y las horas sin dormir.
- Señor Gettler
- Gracias Sara por venir, enserio gracias. Pero ahora necesito hablar con mi hijo si no te molesta. Luego te acercaré a casa, hay mucho aun que hacer
- ¿Cómo está S-
- Limítate a las preguntas luego Sara
- Lo siento señor
Ella se levantó sin decir más y se marchó del cuarto dejando a ambos hombres solos
- ¿Cómo estás hijo?
- A- Aun me c- cuesta di- digerir esto
- Tranquilo, tómalo con calma, las cosas estarán bien, después de todo somos una familia. Estaremos unidos en los buenos y más en los malos momentos.
- La deje sola papá
- No ganaremos nada culpándonos o señalándonos. Cuando la realidad es que los culpables deben ser juzgados ahora. Te necesitamos
- ¿Qué?
- Es parte del protocolo de investigación. Un interrogatorio a todos los miembros de familia y demás testigos. Mientras más se aporte más rápido será todo
- De acuerdo
- Vístete, nos vamos a una dependencia policial, hay gente esperándote. Ha sido algo de toda la maldita noche. Tu madre está en el hospital pero porque ha sufrido un colapso de nervios cuando se enteró de todo eso. Pero esta bien
- ¿Y Sophie? ¿Ella como esta?
- Eso lo hablaremos en el hospital. Primero necesito que hables y si sabes algo que nosotros no, lo único que te pido es que lo digas. En estos momentos me importa una mierda los malditos secretos que pudieron estar ocultando a nosotros. Luke díselo todo a la policía y que eso termine. Que los culpables lo paguen y ya.
- De acuerdo...
El subió rápidamente, pero antes de entrar a su cuarto se detuvo en el de su hermana, lo miraba entre la oscuridad de las luces apagadas y una ventana cerrada. Encendió la luz y puso un pie dentro, estaba todo de acuerdo ella lo dejaba. A su vez lo que decía su padre era verdad, tenían secretos, pero la realidad también era que su relación de hermanos había disminuido en los últimos meses, donde apenas hablaban, era por eso la culpa que sentía. El no sabia nada de eso con su "admirador" tampoco confío en él a la hora de que el la pasara a buscar o cómo habrían sido los casos.
Su hermana se había convertido en otra persona, y él lo notaba. No quería indagarla pues pensaba que era para peor. Mientras la viera bien sentía que no tenía nada en que involucrarse. Pero la realidad era que solo estaba enceguecido entre el romance con Sara.
Sin embargo algo que nunca había cambiado de ella eran sus escondites. Detrás de su escritorio ella logró hacer un hueco para meter una caja rosa que protegía con la vida lejos de las manos curiosas de su hermano. El respetaba eso, solo le gustaba molestarla. En el pasado...
Lentamente entro en su habitación, sigilosamente se dirigió hasta el escritorio como si los fantasmas de Sophie estarían dormidos atentos a la visita de un invasor. Parte de él quería ojear todo, pero prefirió solo hacer a un lado aquel escritorio y dar con la caja rosada, sin dudarlo un segundo la tomó y fue a su habitación antes de que alguien lo viera. Necesitaba ser el primero en saber que tanto había ahí antes de los otros ojos curiosos desesperados.
Se vistió rápidamente, para luego revisarla más tranquilo. Era un montón de envoltorios de todo tipo, algunos dijes que escondía. Conocía a varios como las "sorpresas" que le tocaban en los dulces u obsequios hasta de el.
Pronto al fondo se vio cargado de papeles metódicamente doblados. Muchos se lo veían manchados delatando su antigüedad. Tomo uno de ellos y vio un dibujo que él le había obsequiado hacía bastantes años, cuando él empezaba a dibujar.
Ella aun lo conservaba cuando se imaginó que era parte de la basura hacía mucho. Siguió buscando notas mas recientes, entre ellas dio lo que tanto sospechaba.
Aquellas cartas del admirador también las cuidaba con todo el amor que solo ella podía tener, cuando merecían ser quemadas y arrojadas a la basura. Tomó todas las que encontró y las guardó en su bolsillo. Aunque quería seguir viendo parte de ella, cerró la caja lleno de melancolía, pues en ese momento no quería ni pensar en el estado de su hermana.
Volvió todo a su lugar y bajó las escaleras.
Sara estaba hablando con su padre, ambos tenían la pena pesándole en sus hombros, no había nada que pudiera sacar ese sentimiento de la casa de los Gettler, y el sabia que podría tratarse solo del comienzo y nadie podía digerir todo aquello.
- Estoy listo...
- Sube al auto y vamos.
El prefirió subir adelante mientras Sara quedaba sola en el asiento trasero, por momentos durante el viaje ella palpaba el hombro de su novio o buscaba su mano. Luke estaba en otro lado quería estar preparado para lo que pudiese pasar después de dejarla a ella.
Solo se dirigieron una mirada cuando ella bajó, sus labios dejo salir un "Te amo" del cual no obtuvo respuesta.