Los días pasaron, las semanas pasaron.
Casi se cumplía un mes desde que Jungkook descubrió aquella horrible infidelidad de parte de TaeHyung, y sin embargo, las cosas seguían igual.
Dolorosamente iguales, para ambos.
Jungkook, aquel día, antes de recibir el desayuno, se sentó en la cama, y, sacó un pequeño cuaderno de aquella mesita de noche al lado de su cama.
Marcó con pesar las veintiocho semanas cumplidas.
Empezaba a sentirse asustado, mucho más asustado que cuando se enteró de que estaba en cinta. Era un poco obvio, sin embargo, después de todo faltaban dos meses para que diera a luz.
Quizá hasta un poco menos.
Mordió su labio inferior.
—Joven JungKook.
La llegada de Hye, una de las mucamas a la habitación, lo sacó de sus pensamientos.
Guardó rápidamente aquella libreta antes de recibir el desayuno que esta le había traído. Para JungKook ya era costumbre comer en su habitación, tampoco es como si quisiera salir.
—Gracias.
Murmuró, reverenciando a la mayor mientras empezaba a comer.
La mujer lo veía con una pequeña sonrisa. Le hacía grato ver como el pequeño por fin estaba comiendo sin dar demasiadas vueltas.
O excusas, como en algunos otros casos.
—Por favor, trate de no dejar nada en el plato, ¿sí? Volveré en unos minutos para recoger la bandeja y demás. Muchas gracias.
La mayor se aproximó hasta la puerta con el fin de abandonar la habitación, mas sin embargo, Jungkook dejó de comer con rapidez, justo para poder hablar.
—T-TaeHyung... ¿TaeHyung hyung ya fue a trabajar?
La mujer lo vió de forma ligeramente desconcertada.
Después de todo, era la primera vez que JungKook preguntaba por TaeHyung en casi tres semanas enteras.
—El señor Kim fue a trabajar temprano, comentó que tiene una junta importante que atender y probablemente no vuelva hasta la noche.
Junta.
Una junta.
¿TaeHyung vería a personas muy importantes y poderosas en aquella junta?
¿Esa chica... También estaría ahí?
Por un momento, se sintió mareado.
Aunque bueno, tampoco era la primera vez que se preguntaba si TaeHyung iba a encontrarse con... Esa mujer. Eran pensamientos que todavía no podía superar.
Muy probablemente no lo haría en un buen tiempo.
¿Cómo se supone que debía llamar a aquella chica? ¿Amante de TaeHyung? Bueno, era lo más probable, legalmente ambos seguían casados, después de todo.
Apretó sus labios.
—¿Por qué, joven JungKook? ¿Ha ocurrido algo en específico?
Negó con su cabeza, aunque, ya había bajado su vista, para no ser tan notorio respecto a lo mucho que lo afectaba pensar en TaeHyung y... Esa chica.
—No es nada, muchas gracias.
Respondió apenas, sintiendo un asco por la comida. Asco que ya no iba a dejarlo comer en paz.
Fue muy bueno disimulando, sin embargo, pues la mujer salió sin interrogar alguna otra cosa. Un punto a favor de Jungkook, quien no quería dar otra explicación.
Dejó la bandeja a un lado, ya había comido lo suficiente, según él.
Antes de poder hacer algo más, sin embargo, apretó sus ojitos. Una vez más, el bebé estaba pateando.
Había fracaso por completo en su intento por controlar aquellas patadas de parte del más pequeño.
—¿Estás emocionado por ir con el doctor?, yo no lo estoy... Lo más probable es que me regañe, bebé, no me he estado alimentando tan bien que digamos...
Murmuró, acariciando su vientre con dulzura y cuidado.
—Prometo que trataré de hacerlo mejor en estos días, ¿sí?
Debes hacerlo, de otra forma nuestro bebé va a ser tan mimado como tú, mi amor.
Mordió su labio.
Debía dejar de pensar en TaeHyung.
Debía aceptar que el alfa ya no estaba a su lado.
Debía empezar a hacer tantas cosas que era una lista interminable.
Suspiró, sintiendo como las lágrimas invadían sus ojos sin siquiera poder retenerlo.
—Papá TaeHyung no nos va a acompañar esta vez, mi amor.
[...].
La visita al doctor fue realmente exitosa, claro que aquello era si nos centrábamos meramente en el estado del bebé que esperaba.
Todo estaba en orden, según el médico, aquello traía tan aliviado a Jungkook.
Lo que tal vez no lo traía tan tranquilo era que, a partir de ahora, el bebé podría nacer en cualquier momento.
Lo más recomendable era que naciera a los nueve meses, pero tampoco se iba a descartar la posibilidad de que naciera antes de esa fecha.
¿Era normal sentir ansiedad de que, en cualquier momento podría tener a su bebé en brazos? De alguna u otra forma no se sentía listo, no cuando su estabilidad mental no era la mejor de todas.
¿Y si al final de cuentas no era un buen padre?
¿Y... si a pesar de haber estado preparándose todos estos meses terminaba siendo malo para su bebé?
No conocía a su bebé, y sin embargo, quería lo mejor para él.
¿Él sería lo mejor?
Apretó sus ojitos.
Necesitaba dejar de lado esos pensamientos tan negativos.
En aquellos momentos ya se hallaba en la sala de espera, con la diferencia de que, ahora, estaba esperando a que Jimin viniera a recogerlo.
Él usualmente hubiera vuelto solo a casa, el alfa, sin embargo, insistió.
Al parecer el rubio no quería dejar a su amigo solo en la noche, no en un estado tan vulnerable como eran los siete meses de embarazo.
Así que, allí estaba.
Viendo aquella puerta de vidrio del pequeño hospital, esperando a Jimin de forma paciente.
¿TaeHyung estará muy ocupado?
Sus pensamientos lo estaban traicionando demasiado aquel día.
¿Sería solamente coincidencia, o era su perversa mente buscando traicionarlo?
Aunque no podía culparse, después de todo esa había sido la excusa que le comentó al médico cuando le preguntó sobre dónde estaba aquel alfa que tan emocionado se había visto por su cachorro hace un mes.
Soltó una vaga risa.
Con quién estaba, mejor dicho.
Estaba en una junta importante y... Esa mujer era importante, ¿no es así? Se trataba de alguien que anteriormente estuvo en el círculo social de TaeHyung.
Alguien que podría entrar de nuevo en cualquier momento.
Si es que ya no lo estaba.
Se trataba de alguien importante para TaeHyung, después de todo.
Ella había sido la encargada de ayudarlo en los momentos más difíciles, ¿verdad? Ella... Había estado ahí cuando él no lo estuvo.
Era importante.
¿Había llegado a ser incluso más importante que nuestro hijo?
—¡Kook!
La exclamación del alfa lo sacó de sus pensamientos de forma abrupta, sacudiendo su cabeza se levantó de la banca.
Sus ojos, por suerte, no llegaron a derramar lágrimas.
—Gracias por venir, Jimin hyung.
Murmuró el más pequeño, poco después de haberse levantado de la banquita en la que estaba, haciendo una pequeña reverencia ante su mayor.
En su voz había cierta melancolía, después de todo, durante sus visitas al doctor no iba acompañado de nadie... Acompañado de nadie que no fuera TaeHyung, claro.
Iba a ser difícil acostumbrarse a ir sin el alfa.
—Ah... ¿Kookie? ¿Cómo fue todo? ¿El doctor te dió buenos resultados?
Preguntó el más alto, mientras colocaba un pequeño gorrito a su menor, acompañado de una bufanda.
Hacía frío en la calle, y Jimin quería cuidar a su amigo, después de todo.
—Todo fue bien, Jimin hyung... El pequeño está más que bien.
Las palabras de Jimin eran felices, las palabras de Jungkook, sin embargo, parecían vagas. Casi como si ocultaran algo, aunque no de forma explícita.
No si ocultaban la enorme tristeza que sentía.
¿Era una tristeza que siquiera tenía el derecho de sentir?
Él... Al fin y al cabo había ocasionado toda esta situación.
—¿De verdad? ¿Qué es lo que te dijo el médico?
Volvió a interrogar el más alto. Esta vez, entrelazando su brazo con el pequeño de forma graciosa, como solían hacer, mientras ambos salían de aquel hospital.
Antes de que siquiera pudieran caminar, sin embargo, frenó, haciendo que el rubio lo mirara con cierta duda.
—¿Qué pasa, Koo?
Jimin trataba de buscar la mirada del menor, mas sin embargo, parecía que este no quería ser visto.
No dejaba verse.
Jimin solamente pudo notar esta tras haberse inclinado un poco hacia su menor. ¿Tan mal estaba el pequeño como... Para no querer ser visto?
—El bebé puede nacer en cualquier momento, Jimin hyung, yo... Yo debo estar preparado p-por si eso sucede, ¿lo sabe? Estoy... E-estoy nervioso.
Allí estaban, esos ojos tristes que Jimin pudo ver.
Esos ojos tristes que veían hacia todos lados buscando algo... A alguien, quizá.
TaeHyung.
—JungKook...
El alfa empezó a hablar, queriendo ayudar al omega, queriendo que este dejara de sentirse tan... Triste.
Se trataba de su amigo al fin y al cabo.
—Es muy loco, ¿no? P-puedo tener a mi bebé en cualquier momento y... Y abrazarlo, besarlo... Es-stoy tan emocionado.
Pero JungKook... Tal parece que no quería ser ayudado.
—JungKook.
—Se trata de mi bebé, ¿sabe? Lo he estado esperando por tanto tiempo que- que simplemente no...
—JungKook.
Esta vez, habló con fuerza, pudiendo captar por fin la atención del más pequeño.
Una vez sus miradas se cruzaron, el rubio sintió que se quebraba al ver de forma directa a esos ojitos tan... Apagados. Sin vida.
Todo lo contrario a lo que los ojitos de Jungkook solían ser.
—¿Qué pasa, pequeño? ¿Qué es lo que pasa?
—TaeHyung hyung... Él... Él no va a venir... ¿Verdad?
Jungkook se sentía tan patético.
¿Por qué se sentía tan mal? ¡Vamos! Su bebé estaba bien, él estaba bien, todo había ido bien en aquella consulta.
¿Por qué entonces se sentía así? ¿De verdad era por TaeHyung? ¿Por aquella persona que tanto lo había lastimado con una sola acción?
Él mismo había decretado que su relación no tendría arreglo, que apenas el bebé naciera ambos iban a separarse de forma definitiva, entonces... ¿Por qué se ponía así?
¿Por qué seguía esperando algún arreglo a algo que simplemente no lo tenía?
Quizá... Era aquella sensación de querer sentirse importante para el mayor.
Quería sentirse importante para el alfa que significó su todo durante tantos años.
Quería que TaeHyung al menos lo intentara, quería que el mayor hiciera algo por remediar las cosas, aunque le llevara la contraria, él... Simplemente lo anhelaba.
Y se sentía patético por ello.
—Oh, bebé...
Jimin lo abrazó, y eso fue suficiente para que el más pequeño rompiera en llanto.
¿Estaba actuando bien? ¿Estaba actuando mal? ¿Qué es lo que tenía que hacer? Se sentía tan perdido respecto a sus sentimientos.
Solamente quería hallar el rumbo correcto, ¿por qué era tan complicado?
Se mantuvo abrazado al alfa durante tanto tiempo que no pudo percatarse que había empezado a llover.
El peor momento para que la lluvia se hiciera presente.
Al menos su hyung era precavido, habiendo traído un paraguas pudo proteger a ambos sin necesidad de dejar de abrazar a aquel pequeño que tan frágil se veía.
Mismo pequeño que no sabía que aquel alfa del que hablaba sí había llegado, pero que sin embargo estaba tan lejos... Casi no lo podía ver.
TaeHyung, en cambio, sí podía verlo.
Podía ver como aquel pequeño al que tanto amaba lloraba por él, podía ver como, a pesar de los días, el menor seguía igual de triste que el primer día.
Sus lágrimas se mezclaron con la lluvia, siendo algo obvio al no tener paraguas ni protección.
A TaeHyung, sin embargo, no le molestaba mojar su ropa, aún si se trataba de prendas realizadas por un diseñador.
Tampoco le molestaba mojar sus zapatos, mismos que habían comprado en una de las mejores tiendas dentro de toda Corea del Sur.
Mucho menos le molestaba mojar aquel gorro hecho a la medido.
A TaeHyung... Lo único que le molestaría mojar en esos momentos era aquel anillo de bodas que portaba en su dedo.
Anillo que jamás dejó de usar.
perdonen la demora, je