La Fea Más Bella: Y Llegaste...

Autorstwa maybeiris

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Todos hemos escuchado la historia de la secretaria que se enamora de su apuesto jefe. Leticia Padilla Solís e... Więcej

Acerca de mi historia
Capítulo 1: Soy un imbecil.
Capítulo 2: Mi Lety.
Capítulo 3: Digame que me perdona.
Capítulo 4: Ya me cansé.
Capítulo 5: La necesito.
Capítulo 6: ¿Qué hice?
Capítulo 7: Te amo.
Capítulo 8: Desayuno de Negocios.
Capítulo 9: ¡Adelante!
Capítulo 10: No te merezco.
Capítulo 11: No Lety
Capítulo 12: No me arrepiento.
Capítulo 13: Mi mayor deseo.
Capítulo 14: Casate conmigo.
Capítulo 15: No quise incomodarte.
Capítulo 16: Solidaridad.
Capítulo 17: Un favor.
Capítulo 18: Te vez hermosa.
Capítulo 19: ¿Cómo te sientes?
Capítulo 20: Te extraño.
Capítulo 21: Calme Lety, calme.
Capítulo 22: Felicidades.
Capítulo 23: ¿Lista?
Capítulo 24: Lety es la razón.
Capítulo 25: ¿Qué lado?
Capítulo 26: Amor y familia.
Capítulo 27: Gracias por ese regalo.
Capítulo 28: Relajate.
Capítulo 29: Calmo.
Capítulo 30: Suegro.
Capítulo 31: Amor es...
Capítulo 32: Y Llegaste Tú.
Capítulo 33: Amor del Bueno.
Capítulo 34: ¡Ya voy!
Capítulo 35: Acepto.
Capítulo 36: Leticia Mendiola, mi esposa.
Capítulo 37: No soy de piedra.
Capítulo 38: Un sueño.
Capítulo 39: Eso es diferente.
Capítulo 40: Bienvenida a casa.
Capítulo 41: Nuestro bebé.
Capítulo 42: Ay Lalito.
Capítulo 43: Mucha risa.
Capítulo 44: Cuentenos.
Capítulo 45: Libres.
Capítulo 46: Licenciada Mendiola.
Capítulo 47: Donmenzolín.
Capítulo 48: Loca.
Capítulo 49: Eres maravillosa.
Capítulo 50: ¡Sueltenme!
Capítulo 51: Nada de eso.
Capítulo 52: Chismes.
Capítulo 53: Cuéntame Carbajal.
Capítulo 54: Juntos.
Capítulo 55: ¡Maldita sea!
Capítulo 56: Piedad.
Capítulo 57: ¡Está loca!
Capítulo 58: ¿Me cree?
Capítulo 59: Miedo.
Capítulo 60: Chef.
Capítulo 61: Dinero.
Capítulo 62: Fuego.
Capítulo 63: ¿Marcia?
Capítulo 64: Increíble.
Capítulo 65: Mucha información.
Capítulo 66: Tranquilízate.
Capítulo 67: Brother.
Capítulo 68: Omar Carbajal, papá.
Capítulo 69: Oportunidad.
Capítulo 70: Sálvelas.
Capítulo 71: ¡Nada está bien!
Capítulo 72: Tengo miedo.
Capítulo 73: Perdónenme.
Capítulo 74: Andrea.
Capítulo 75: Mi Niña.
Capítulo 76: Alivio.
Capítulo 77: Ustedes son mi vida.
Capítulo 78: Cosas de trabajo.
Capítulo 79: Más respeto.
Capítulo 80: Control.
Capítulo 81: Padrino.
Capítulo 82: Culpable.
Capítulo 83: Buen humor.
Capítulo 84: Mi paz.
Capítulo 85: Neurótico.
Capítulo 87: Conceptos.
Capítulo 88: Un año.
Capítulo 89: Familias.
Capítulo 90: Tranquilos.
Capítulo 91: Voluntarios.
Capítulo 92: Terca.
Capítulo 93: Miguel.
Capítulo 94: Estamos bien.
Capítulo 95: Calme.
Capítulo 96: Shhhhh.
Capítulo 97: Tía Lety.
Capítulo 98: Te entiendo.
Capítulo 99: Tranquila.
Capítulo 100: Doña Julietita.
Capítulo 101: Terapia.
Capítulo 102: Exito.
Capítulo 103: Huevos.
Capítulo 104: Ay Lety...
Capítulo 105: ¡NO Leticia!
Capítulo 106: Papi.
Capítulo 107: Exploté.
Capítulo 108: Dolor.
Capítulo 109: Pesadilla.
Capítulo 110: Viejitos.
Capítulo 111: ¿Doctor...es?
Cápitulo Final.
Epilogo: Sueños Cumplidos.

Capítulo 86: Felicidad.

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Autorstwa maybeiris

Fernando y Lety fueron a almorzar a un restaurante no muy lejos de Conceptos. Después de ordenar su comida, Leticia alimentó a la bebé. Se pasaron la hora de la comida hablando de todo un poco, incluyendo el futuro de la empresa. De camino de regreso a la empresa, Leticia había insistido en quedarse, aunque fuera un rato para hablar con sus amigas. Cuando regresaron a la empresa, el piso administrativo estaba vacío, gracias a que las secretarias seguían en su hora extendida de almuerzo. Esta vez era Fernando quien empujaba el cochecito donde encajaba el asiento de su hija con una mano y la otra entrelazada con la de su esposa. Cuando entraron a presidencia, Andrea dormía felizmente en su asiento y Fernando la empujó hasta la salita antes de sentarse en su silla presidencial. Leticia se sentó en una de las sillas frente a él regalándole una sonrisa.

"¿Y esa sonrisa?" Fernando le preguntó.

"¿Necesito una razón para sonreír?" Ella levantó una ceja.

"Claro que no. Solo pensé que había una razón especifica." Él le regaló su sonrisa favorita.

"Simplemente soy feliz." Lety se puso de pie y se paró detrás de él, abrazándolo por el cuello para reposar sus manos sobre su pecho. "En esta oficina hemos pasado por muchas cosas y hoy una nueva; aquí duerme nuestra hija. Nuestra hija Fernando. ¿Te das cuenta de lo maravilloso que es eso para mí? Cuando yo llegue a esta empresa, hace casi dos años, era una niña con muchos sueños e ilusiones. Y cuando te digo sueños, te estoy hablando literalmente. Mas de una vez me despertaste de ellos, cuando me imaginaba como seria que tú te fijaras en mí. Pero ni el más creativo de mis sueños se pudo comparar con esta felicidad que estoy viviendo."

"Yo también soy muy feliz. A pesar de haber estado siego por mucho tiempo..." Fernando tomó una de las manos de Leticia y la jaló para sentarla sobre sus piernas. "Le doy gracias al cielo por traerte a mi vida... aunque si soy sincero, me falta una cosa para ser completamente feliz." Fernando le dijo, acariciando una de sus piernas.

"¿Oh sí?" Lety se mordió el labio inferior sensualmente, conociendo muy bien a su esposo. "¿Y qué cosa será esa?"

Fernando, en lugar de contestarle, tomó su rostro en sus manos y comenzó a besarla sedientamente, acariciando su suelta cabellera. Lentamente bajó a su cuello, provocando que ella soltara un suave suspiro. Fernando la tomó por la cintura y la sentó sobre su escritorio, abriéndole las piernas y sin dejar de besarla abrió los botones de su camisa. Lentamente bajó hacia su pecho, acariciándolo por encima de su sostén antes de seguir su recorrido por su estómago.

"Licenciada Mendiola," Fernando suspiraba agitado al llegar al borde de su pantalón, "como su jefe y esposo, le prohíbo rotundamente el uso de pantalones. Me complican demasiado la vida."

"Hay Don Fernando," Le susurró Leticia al oído completamente excitada, "¿Me va a decir que no está dispuesto a asumir el reto?"

Para Fernando, las palabras de Leticia fueron como gasolina sobre un fuego que ya ardía por sí solo. Rápidamente se puso de pie para dominarla por completo sobre el escritorio, deshaciéndose del jeans de su esposa, junto con su ropa interior, de un solo movimiento.

"¿Decías?" La retó el, provocando que ella también le arrancara la ropa entre besos y caricias, facilitándole la entrada a su cuerpo.

Fernando abrazó a Leticia a su cuerpo, para sentarse nuevamente y sin detenerse Leticia se acomodó sobre él, con una pierna a cada lado. Lentamente, ella comenzó a moverse sobre su miembro ahogando los gemidos que le provocaba semejante penetración con los labios de él. Leticia comenzó a moverse muy sensualmente sobre su esposo, susurrando su nombre una y otra vez, provocando que los dos llegan al clímax mucho más rápido de lo acostumbrado.

"Leticia Mendiola," las manos de Fernando reposaban sobre la cintura de ella "¿de cuándo acá tan desesperada?"

"¿Yooooo?" Le contestó ella, sonrojándose por completo. "Lo único que quería es asegurarme que seas completamente feliz." Leticia lo besó nuevamente, aun sobre él.

"Tú siempre me has hecho feliz." Fernando le dio un suave beso en los labios antes de que ella se levantara y comenzaron a vestirse. "Oye mi amor, ¿cuándo tienes cita otra vez con el doctor Meléndez?" Fernando no recordaba que se lo hubiese dicho, ya que el día de la última cita, Fernando se quedó en casa cuidando de Andrea y Lety fue con Carolina.

"No tengo una cita programada con él. ¿Por qué?" Le preguntó Lety distraída abotonándose su jeans.

"Porque como que nos fuimos de cero a sesenta sin que te lo aprobara." Fernando también se vestía mientras hablaba.

"No necesitamos su aprobación. En la última cita lo dejó a mi discreción. Mi cicatriz estaba sanando adecuadamente y ese mismo día me dio la receta para los anticonceptivos. Tu solito te inventaste el pretexto de que necesitaba aprobación médica para rechazarme." Le dijo ella concentrándose en abotonar su blusa para evitar su mirada conocedora.

"Leticia no digas eso." Fernando se acercó a ella, levantando su rostro con un dedo debajo de la barbilla. "No sabes lo difícil que se me hizo controlarme por casi dos meses."

"Si tú lo dices." Leticia se encogió de hombros.

"Leticia Mendiola, ¿dudas de mí?"

"Claro que no, no te ofendas." Lety besó su mejilla antes de darse la vuelta y sentarse en una de las sillas frente al escritorio.

"Amor, ¿dijiste que te recetó anticonceptivos? ¿Para qué?" Fernando se sentó en su silla confundido.

"Prevención. Mientras mi útero cicatriza por completo, podría volver a quedar embarazada, lo que sería muy peligroso para mí, causándome una hemorragia interna."

"Leticia Padilla Solís de Mendiola," Fernando levantó la voz. "¿Y por qué demonios no me habías contado eso?" Golpeó su escritorio con la mano abierta, asustando a la bebé quien empezó a llorar en el instante.

"Cálmate Fernando, por Dios." Dijo ella poniéndose de pie para cargar a su hija.

"¿Como quieres que me calme? Tu debiste contarme lo que dijo el doctor para yo también cuidarte."

"Tienes razón, debí habértelo dicho, pero yo pensé que sabias los detalles de mi infertilidad."

"Lety, ¿tú crees que si lo hubiese sabido me hubiese pasado todos estos días haciéndote el amor sin tomar más precauciones?" Fernando intentaba controlar su voz para no asustar más a su hija. "¡Claro que no! Yo no arriesgaría tu vida de esa forma. Yo pensé que al un doctor decir 'infertilidad permanente' ese era el fin de todo."

"Calme Don Fernando, calme." Leticia le hablaba suavemente, meciendo a su hija de lado a lado en la silla frente a él. "Es permanente en el sentido que no hay ningún remedio. Cuando mi útero cicatrice por completo, va a ser tan pequeño que un embrión no podrá pegarse nunca para crecer y convertirse en bebé. Pero hasta que eso ocurra, sigo siendo igual de fértil que antes. Pero un embarazo con mi útero tan débil resultaría en un desgarre de la matriz que es prácticamente imperceptible hasta que es demasiado tarde."

"Leticia, Leticia, Leticia." Fernando puso su cara entre sus manos. "Maldita sea, ¿por qué no me lo habías explicado antes?"

Leticia se puso de pie y se acercó a él, abrazándolo por los hombros con su brazo libre. "Perdóname mi amor. Yo pensé que el doctor ya te lo había explicado cuando estábamos en el hospital aún." Leticia acarició su mejilla, antes de levantarle el rostro para que la viera a los ojos. "Pero, amor, no te pongas así. Hace mucho que estoy tomando las pastillas. Desde que salí del hospital. Tranquilo."

"A lo mejor sí, pero yo también te podía haber estado cuidando todo este tiempo. No me perdonaría que te pase algo porque yo solo estuviese buscando mi placer."

"Nuestro placer." Lo corrigió ella.

"No me quieras hacer sentir mejor." Fernando sacudió su cabeza. "Espero que hayas disfrutado esta tarde, porque no habrá más hasta que estés completamente fuera de peligro. Y eso es final."

"¿No quieres saber cuánto puede tardar eso en ocurrir, antes de tomar una decisión como esa?" Leticia se sentó nuevamente sobre el escritorio de Fernando, meciendo a la bebé con ambos brazos.

"No importa lo que tarde. No voy a poner tu vida en riesgo por placer."

"Entonces eres más fuerte que yo. Va a ser un año y medio muy, pero muy largo."

"¿QUEEEEEEEEEEEE?" Fernando se puso de pie de un brinco. "¿Año y medio?" repetía el, caminando nerviosamente frente a la ventana con las manos en los bolsillos.

"¿Sigues pensando igual?" Leticia presionó sus labios para evitar reírse.

"Ehhh, yooo, ehhh, si claro que sí." Fernando se pasó una mano por el cuello.

"Fernando..."

"No." Fernando se acercó a ella, tomando su rostro entre sus manos para cubrirlo de besos. "Claro que no. Pero mi Lety esto es muy peligroso para ti."

"Mi amor, doctor Meléndez y yo ya vimos todas las posibilidades, y él está seguro de que no tendremos ningún problema mientras yo sea diligente con las pastillas. Y en año y medio las dejare de tomar por completo."

"Está bien. Te creo. Pero Leticia estas cosas las tenemos que hablar, nunca asumas que yo sé o que yo entiendo por qué podre ser todo un encanto, pero no soy adivino. Yo sigo siendo un hombre que solo puede pensar con una cabeza a la vez."

"Jijijiji. Eso no es absolutamente cierto. También piensas con el corazón."

"Solo cuando de ustedes se trata." Fernando besó la cabeza de su esposa y luego la de su hija quien se había vuelto a dormir en brazos de su madre. Él tenía otra cosa que decirle, pero un golpe en la puerta los interrumpió.

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