MI CHICO MALO.

Autorstwa AshleyLan2001

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Abby Jones es una chica tímida por un pasado oscuro, con miedo que el mundo se entere de lo que tuvo que pasa... Więcej

prólogo.
1. Qué lástima no decir lo mismo.
2. La apuesta.
3. Conociendo a Vans.
4. Yo nunca he.
6. Cuatro tatuajes.
7. Princesa luna.
8. La feria.
9. el papelito.
10. ¡Virgen!
11. Chica sexy.
12. Globos negros.
13. Mil sensaciones.
14. Canadá
15. Mod club.
16. Helado y uvas.
17. El mismo tatuaje.
18. La pista de hielo.
19. La cachetada.
20.¡Gané!
21. La salida.
22. Hablas Mucho.
23. Fiesta desastrosa.
24. Fuera del juego.
25. Tú no tienes la culpa
26. Gracias
27. Hagamos un trato.
28. Hueles a estiércol.
29. Gracias por el apoyo.
30. la casa del árbol.
31. Bromeas.
32. Pueden pasar.
33. Los tres juntos
34. Bajo su sombra.
35. ¿Por qué lo hiciste?
Epílogo.
Capítulo extra.
Comunicado

5. Ya no tiene caso.

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Autorstwa AshleyLan2001

MI CHICO MALO

Capítulo 5.

—Ades Cooper—

¿Se puede sentir odio y atracción al mismo tiempo? Pues yo tampoco lo sé. Mientras veo a Abby dormida en mi cama solo con mi chaqueta puedo ver su rostro con detenimiento, tiene ese tipo de rostro de niña rica y mimada que puede sacar lo peor de ti, pero que de la misma manera puede volverte loco, la condenada es hermosa. No entiendo su manera de actuar, un día se arregla como toda chica de diecisiete años que quiere conquistar al chico que le gusta, pero al otro día parece que le vale mierda que la vean vestida con ropa que no combina en lo absoluto.

Abby me recuerda a una niña que conocí hace muchos años cuando era un niño, sus ojos azules son idénticos, pero aquella niña le brillaban los ojos con felicidad, y a Abby no. Ayer mientras jugábamos a yo nunca he pude ver la alegría en su mirada, no parecía esa chica triste que anda en otro mundo. La chica que dejó ver ayer me gustó mucho más, me sorprendió cuando tomó de la botella en el momento que dije «yo nunca he tenido faje intenso», estaba seguro de que no iba a tomar, pero me equivoqué. Quise sacarle toda la verdad sobre quién fue el primer chico con el que estuvo, pero se negó a decirlo, algo tiene guardado esta chica y lo voy a averiguar porque puede ser mi manera de hacerle la vida imposible.

Me gustó pasar la noche con ella, que nos besáramos, pero a diferencia de ella, yo lo hice por una apuesta, y ella solo por no aguantarse las ganas. «Besa bien, eso no lo puedo negar».

Me levanto de la cama y me voy al baño, me doy una ducha de algunos largos minutos, regreso a mi habitación y me doy cuenta de que Abby ya no está en la cama. Pensé que seguiría durmiendo, por lo menos se fue, así no tengo que verle la cara, solo fue un beso sin importancia. Decido no buscarla y me pongo un bóxer negro, una bermuda y me quedo sin suéter, quedé de verme con una chica para hoy después de clases, pero ya es tarde y no pienso ir. Estoy por poner música, mi padre entra como una bestia y me da un empujón.

—¡¿Qué pasa contigo?! —me vuelve a empujar—. Te advertí que con Abby no y fue lo primero que hiciste, no quiero problemas con Karla por esto, sabes que me costó estar con ella.

—¿De qué hablas? —pregunto entre dientes.

—Vi salir a Abby de aquí, ¿te acostaste con ella? —me mira esperando una respuesta de mi parte—. Es una niña inocente, no sabes todo lo que ha sufrido y ya la tienes como tu juguete.

—No me acosté con ella, no es una chica con la que me gustaría tener tres minutos de placer —sonrío con descaro, sé que papá odia eso—. Y esa niña como la llamas, no es tan inocente, deja de defenderla, no es tu hija. De esa misma manera debiste defender a mi madre cuando pasó lo de su…

Recibo un golpe en mi pómulo derecho que me hace hervir la sangre, papá odia que hablemos de lo que le pasó a mi madre, pero él no hizo nada por defenderla aquella vez cuando ese hombre le hizo daño.

—No menciones eso, sabes que hice lo que pude, pero tu madre no resistió —su voz se rompe, y no siento lástima por él.

—¡Porque estabas en tu maldito trabajo mientras ese hombre violó y mató a mi madre! Siempre fue más importante tu trabajo, ni siquiera fuiste a su sepelio porque estabas metido en tu mugre trabajo. Papá, yo tuve que pasar todo solo, nunca pude decirle a nadie cómo me sentía porque acababa de perder a mi mamá, un miserable me la mató y tú no hiciste nada.

—Hijo, por favor —se me acerca para darme un abrazo, y lo rechazo—. No podía estar, no me sentía con fuerzas para verte sufrir.

—Ya no tiene caso, tú ahora tienes una esposa ejemplar y una chica que es como tu hija, que es todo lo que quieres que yo sea: una completa estúpida que hace todo para complacer a los demás.

Papá me da una mirada cansada. No dejo salir las lágrimas porque no quiero seguir llorando como cuando era un niño. Mi padre nunca estuvo cuando yo lo necesitaba, no sabe todo lo que sufrí cuando me tocó ver cómo aquel hombre violaba a mi mamá y ella gritaba que la dejara en paz, vi todas las porquerías que le hizo y luego acabó con su vida como si mi madre no valiera nada para el mundo, ella sufrió por defenderme a mí.

Durante mucho tiempo tuve pesadillas y siempre lo veía a él, llevaba tatuado en Escorpión en su antebrazo, lo busqué con esa pista porque quería acabar con su vida, pero cuando di con él me encontré con que su mujer lo había matado y luego se disparó ella. Nunca supe por qué fue que su esposa lo mató, pero juré que no volvería a ver alegría en mi vida y que dejaría de cumplir las reglas. Ese día vigilé esa casa y vi una niña, me acerqué a ella y su mirada estaba triste, pero no dejaba de sonreír, no tuve valor para hacerle daño cuando me confesó que vio cómo su mamá le disparó a su papá porque le hizo daño. Yo era solo un niño, un par de años más grande que ella y no pude ni siquiera causarle daño, ella no tenía culpa de lo que su padre le había hecho a mi madre.

Decido dejar todo atrás y tomo mi celular para escribirle un mensaje a la chica con la que quedé de verme.

Ven a mi casa, no me importa si estás en clases, te necesito aquí ahora mismo.

Espero su respuesta que llega enseguida.

Cálmate, cariño, ya sé que me quieres en tus sábanas. En media hora estoy en tu casa.

No le doy respuesta y tiro mi celular en la cama, no pienso bajar a desayunar, seguro está el «cariñoso de mi padre», la amable de su esposa y la fastidiosa de Abby. Nunca dice nada, pero su presencia lo es todo para joderme el día más de lo que ya lo hizo mi padre. Mi celular suena y pienso en no tomarlo, veo que es Fabián, me ha dejado un mensaje.

¿Cómo vas con la apuesta? Ya me estoy imaginando en tu motocicleta.

Le respondo.

Bájate de esa nube, Abby es tan tonta que ya empezó a caer. Nos besamos.

No tarda en mandar otro mensaje.

Pobre de ti, no me imagino el horror que debiste pasar al besar a la nerd.

No tienes idea, fue el peor beso.

Dejo el celular a un lado. Ya sé que le mentí al decirle que fue el peor beso, pero no le iba a dar detalles de lo que pasó.

«Ay Abby, en la que estás y ni siquiera tienes la menor idea que tu infierno está por empezar».

—Abby Jones—

Miro a mis amigos hablar y reír, mis pensamientos parecen estar en otra parte, no he dejado de pensar en el beso que me di con Ades, el chico besa increíblemente bien, lo sé, para él fue solo un beso. Lo vi levantarse esta mañana y mirarme por algunos minutos, esperé que se fuera para el baño y recogí todas mis cosas para salir corriendo de ahí, no quería verle la cara. Siento el peso de la mirada de mis amigos y vuelto a la realidad.

—¿Qué te pasa? —Liam se me tira encima—. Parece como si estuvieras en otro mundo, aparte, tienes otro golpe en la cara. 

—¿El que te hizo eso fue Ades? —me interroga Dayana y la miro sin decir nada, no les he contado lo que pasó—. Lo sabía, pero me las va a pagar.

—Debes contarle a tu tía, se pasó con esto —Celeste se me acerca—. Tienes que hacerle ver que no le temes, Ades está guapísimo, pero es un patán y eso le quita puntos. 

—Sí fue él, pero por mi culpa. Me metí en una pelea porque estaba matando a golpes a Vans, no podía dejar que lo hiciera y cuando me metí recibí el golpe yo —los tres me miran sin entender—. Ayer salí con Ades, él me invitó y terminó por llevarme a uno de esos edificios viejos donde hacen peleas clandestinas, allí conocí a Vans y a otra chica que se llama Tania, ellos me ayudaron.

—Pasó algo más así que cuéntanos —Dayana une sus cejas—. Por tu cara sé que pasó más que una salida.

—¿Tuvieron una noche muy loca? —Celeste sonríe con gran picardía.

—¡No puede ser! Abby la chica que odia a los chicos malos tuvo una noche desenfrenada con uno —Liam reprime un grito cuando me cruzo de brazos.

—Dejen de hacerse películas, yo no hice nada de eso, solo fue un beso —todos gritan como locos—. Cállense los van a escuchar.

—¡Omg! ¡Mi amiga la santa ha besado al chico más guapo y sexy! —Liam suelta un grito. Trata de hacerme cosquillas, pero salgo corriendo y para mi desgracia tropiezo con Ades. Literalmente, me asesina con su mirada. Me fijo que no viene solo, Yuris una chica popular viene tomada de su mano. Me mira sin entender qué hago aquí y no sé qué hacer hasta que Liam me abraza y besa mi mejilla. 

—Nerdasa, ¿qué haces aquí? —Yuris me mira con altivez—. Y tú, Liam, no sabía que eras novio de ella.

—No tiene caso saber qué hace aquí —Ades le da un apasionado beso y baja sus manos hasta su trasero. Vaya, la besa como a mí—. Vayamos a mi habitación, muñeca. 

—Claro, para eso vine —le sonríe con coquetería—. Tráenos unas cervezas, Abby.

—Vez tú por ellas, esta es mi casa, así que te doy espacio libre para que vayas por ellas. ¿Nos vamos, amor?

Liam me da una mirada llena de confusión, luego entiende y me da una encantadora sonrisa.

—Claro, mi amor —me da un casto beso—. Disfruten de su tarde.

—Patito feo, estás invitada a la fiesta de bienvenida, ya sabes, para conocernos todos, ya tienes con quién ir —Yuris mira a Liam, o bueno, se lo come con la mirada—. Espero que vayas, Abby.

—No irá, a la princesita no le gustan las fiestas, no son lo…

—Sí iré —interrumpo a Ades que me mira—. Gracias por invitarme.

—Adelántate un poco, ahora entro —le ordena Ades a su chica que sin decir nada le da un beso y se va a su habitación—. Déjanos solos.

Liam me mira en busca de aprobación y asiento, nos deja solos y Ades rompe con la distancia quedando cerca de mí. Tiene la misma mirada que cuando lo conocí, fría y sin escrúpulos.

—Lo de nosotros fue nada más un beso, un insignificante beso, así que no quiero reclamos —lo dice de manera tan cruda que me hace sentir mal—. Le dijiste a Yuris que vives aquí por celos y te había dicho que no quería que nos relacionaran. 

—Solo le dije la verdad —bufo—. Y ya sé que lo del beso fue por los tragos, no estábamos en nuestro cinco sentidos.

—No irás a esa fiesta —me ordena—. ¿Entendido?

—Tu chica debe de estar esperándote —me inclino hacia él—. Que te rinda.

—Puedo decirle que se vaya si coges conmigo —tira de mi labio haciéndome quejar.

—¿Y salir sin dignidad? No, gracias —lo aparto—. Por favor, no vayan a hacer tanto ruido.

—Pondré música para que no escuches nuestros gemidos —me aprieta las mejillas.

—Imbécil.

Le digo mientras me voy a mi habitación y cuando entro las chicas tienen una sonrisa, pero me dirijo a Liam.

—No era necesario que me besaras.

—Ya sé que te encantó —se ríe—. Solo para hacer más creíble todo.

—Ese chico te acaba de invitar a follar de manera muy directa —Celeste suelta una risita—. Yo estuviera gritando su nombre ya.

—Hasta yo me excité con sus palabras —Dayana fija su mirada en mí—. Amiga, debo decirte que ese chico puede ser un completo imbécil, pero de que es bueno en la cama lo es, su seguridad lo dice.

—¿En serio iremos a la fiesta? Bueno, nosotros hemos ido, tú no porque dices que no encajas.

—Claro que voy, Liam —los miro—. No quedaré como una niña delante de Ades.

Me siguen haciendo preguntas, mis amigos suelen ser tan curiosos que en ocasiones te pueden sacar de tus casillas, por mucho que hablen un tema de seriedad ellos se ríen, cualquiera pensaría que es una mentira por la manera en la que lo dicen. Son un par de locos.

(….)

Estábamos tan cómodos en clases de trigonometría hasta que Yuris le pidió al profesor que le diera unos segundos, no la odio, pero deseo que un panal de abejas le piquen, es tan estresante y ayer solo podía escuchar su risa acompañada del pesado de Ades, la escuché gemir. Los muy imbéciles no perdieron el tiempo y para mi mala suerte me tuvo que traer porque yo no uso mi auto y Celeste amaneció un poco enferma.

—Hola, chicos. Como saben todos los años hacemos una fiesta de bienvenida a los nuevos estudiantes, este año tenemos a uno solo en nuestro salón, pero igual en los demás salones hay y por eso haré una fiesta en mi casa como siempre —la voz de Yuris suena tan fina que me empalaga—. Todos están invitados, pero este año todos deben ir con antifaz, los llevaremos hasta media noche y luego veremos quién es nuestra pareja, ¿vale? El que no lleve antifaz no lo dejaré entrar, espero que todos vayan.

Todos celebran y yo no digo nada, la temática del antifaz creo que es mucho mejor porque así nadie puede vernos la cara.

—Espero haberte dejado dormir anoche, mi chica era muy escandalosa —el susurro de Ades detrás de mí hace que no siga escuchando lo que dice Yuris.

—Dormí lo más de bien, no escuché nada —hablo de la misma manera que él—. Quizás no eres tan bueno y por eso no escuché ruidos.

—Abby, eso no es lo que vas a decir cuando te tenga encima de mí—lame el lóbulo de mi oreja y temo que nos vayan a ver.

—No estaré contigo —me giro para verlo—. Ya deja de molestar con eso.

—Pareces celosa —se ríe—. Tengo para todas así que cálmate.

—Eres tan antipático —dejo de verlo.

—En realidad, tú lo eres —no lo miro—. ¿Ya sabes que tu tía Karla y mi padre se irán esta tarde a pasar su luna de miel? Tendremos casa para los dos solos.

—Estás mintiendo, mi tía no me ha dicho nada de eso, mientes.

—No lo hago, ellos me dijeron que te avisara, pero se me había olvidado —juega con el palillo que lleva entre los dientes—. Qué pesadilla estar los dos en casa.

—La única pesadilla eres tú —no sigo cayendo en sus provocaciones, no voy a dejar que me saquen de clase por su culpa, aunque bueno, no sé en qué momento nos dejaron solos, no hay nadie en el salón, por estar pendiente a Ades no me fijé. Tomo mi bolso para salir de prisa, los dos solos en un lugar no ayuda para nada, o por lo menos a mí. Voy a salir, Ades se adelanta y me evita el paso, me ruedo para un lado pero él también. Me colma la paciencia este chico—. Soy un desastre, pero quieres estar jodiéndome la vida, ya deja de molestar, ni siquiera sé qué carajos pasa contigo y por qué te comportas como un niño.

—Y lo sostengo, eres un desastre, pero un desastre sexy cuando quieres serlo —me mira de pies a cabeza con una sonrisa maliciosa—. Estás molesta, así no estabas cuando me causaste una erección, ¿qué dirían todos si llegan a saber eso? La nerd causando erecciones, sería un espectáculo.

—No te vayas a atrever a decir nada, ni siquiera estaba en mis cinco sentidos.

—Nadie te va a creer —me guiñe un ojo—. Te llevaré a casa.

—No, tú dijiste que no quieres que nos vean juntos, te da vergüenza.

—Sí me da vergüenza, pero me la aguanto —me pasa el brazo por encima de los hombros y salimos del salón, los pasillos no están para nada llenos y agradezco eso—. ¿En serio irás a la fiesta con ese chico?

—Se llama Liam, y sí voy a ir con él —le doy una sonrisa de boca cerrada—. ¿Irás con Yuris?

—No. Con otra de mis amigas con derecho a rose —lo miro sin entender—. Amigos de esos que follan, Abby, en serio que eres inocente cuando te da la gana.

—No pues, perdón por no tener la mente tan sucia como tú.

Me preparo para escuchar uno de sus insultos, nunca llega. Dos chicos nos interrumpen, sé que van en nuestro salón, y si no estoy mal uno de ellos se llama Owen y el otro Fabián, son populares y, por supuesto, amigos del tonto de Ades.

—¡Hey! —lo saluda uno de ellos—. Te tardaste mucho tiempo, pero ahora entiendo por qué.

—Nunca pierdo el tiempo, Fabián —le doy un codazo a Ades por lo que acaba de decir—. Pero Abby solo me pasaba apuntes de la clase.

—Tienes unos ojos preciosos, no me había fijado antes en eso, será por los lentes que traías —el otro chico castaño me sonríe—. Yo soy Owen.

—Hola —sonrío con mis mejillas coloradas, es muy guapo—. Ades, yo voy siguiendo, te dejo con tus amigos.

—Yo soy Fabián, y no tienes que irte, los dejamos ya.

Le dice algo en un susurro a lo que Ades sonríe, no sé qué le habrá dicho, pero parece algo muy divertido. Le quito el brazo y vuelve a ponerlo donde estaba, hasta que salimos afuera y todos nos miran de manera extraña, bueno, más a mí porque un chico como él me trae abrazada. Por alguna razón miro hacía una de las esquinas y veo a Vans junto a Tania, espabilo repetidas veces por si estoy soñando, pero ellos siguen ahí, vestidos de negro como cuando los vi. Me suelto del agarre de Ades y camino a paso rápido a donde ellos, los dos me saludan con gran emoción y no puedo negar que me alegra verlos.

—Abby, la recibe golpes —me molesta Vans entre risas—. Ya sé te ve mucho mejor, en serio eres tan buena que vienes abrazada del chico que te dio el golpe.

—Buena no, tonta —le sigue Tania mientras me abraza—. Escuela de niños ricos, estúpidos y superficiales, ¿cierto?

—Estás en lo correcto, pero creo que yo no soy uno de esos —pongo los ojos en blanco—. ¿Qué hacen aquí?

—Fuimos a tu casa y nos dijeron dónde podíamos conseguirte, por cierto, ¿qué hacías junto a Ades, acaso ustedes dos tienen algo?

—Vivimos juntos, es hijo del esposo de mi tía, pero no tiene sentido, vayamos a mi casa.

—Son casi hermanitos —bromea Tania—. No te deja de mirar, está con dos chicos más, uno se ve más idiota que el otro, pero igual de guapos.

Volteo a verlos y efectivamente tienen la mirada puesta en mí, o en nosotros. Ades con su porte de niño malo que parece que quiere matar a todos, no sé como puede parecerme sexy cuando es tan tóxico. Fabián y Owen están a su lado y parecen decirle algo que a él no le causa nada de gracia, pero creo que siempre tiene la cara como si comiera mucho limón.

«Tóxico y todo, pero nadie le quita lo guapo» Me recrimina mi conciencia.

«Ya lo sé, así que cállate y no lo andes repitiendo» Respondo mentalmente.

Salgo de mis pensamientos y decido irme a casa con Vans y Tania, creo que vamos a hacer una buena amistad, ya sé que para muchos es raro que una chica como yo sea amiga de chicos que parecen rudos, pero creo que son mejores que esos que parecen perfectos como yo, porque ellos pueden hacer de su vida lo que quieran, a mí me toca vivir escondida de lo que en realidad soy, todo el miedo que me invade es más grande. Le mando un mensaje a mis amigos para que vayan a mi casa y así puedan conocer a los que ahora pueden ser unos buenos amigos.

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