Cecilia benita: buenos días!
José Federico: buenos días.
Los gemelos desayunaban a gusto.
Valentina y José Miguel se miraron entre si y respiraron profundo.
Iluminada: achis achis, los gemelos se despertaron hace rato y con mucha hambre.
Valentina: no puedo creer que se hayan despertado tan temprano.
José Federico: nos vamos de viaje.
Cecilia Benita: por que no se van a bañar, nos puede dejar el avión.
José Miguel: yo prefiero desayunar de una vez.
Valentina: yo también, sírvenos por favor Iluminada.
Iluminada: si señora.
José Miguel: vayasusto el que nos dieron.
Valentina y José Miguel se miraron y sonrieron.
Mientras desayunaban los niños parecían tener mucha prisa por ir a lavarse los dientes.
Cecilia Benita: ya terminé.
José Federico: yo también.
José Miguel: pero si apenas su mamá y yo nos sentamos a la mesa, cual es la prisa hijos?
Cecilia Benita: no queremos que nos deje el avión, vamos.
Valentina: cuando tienen que ir al kínder, es dificil despertarlos en la mañana y hoy lo hicieron primero que nosotros.
José Miguel: están felices, es como si fueran sus primeras vacaciones.
Valentina: entonces debemos apurarnos, el aeropuerto queda un poco alejado y creo que tenemos el tiempo justo para llegar.
El teléfono sonó.
Valentina contestó.
Valentina: es mi tía Isabel ( dijo en voz baja)
José Miguel: entonces me iré a bañar mientras hablas con ella.
Valentina le dió un besó rápido y retomó su llamada.
Valentina le comentó a su tía sobre su viaje, había olvidado hablarle para comentarle aquella novedad, mientras los pequeños terminaban de arreglarse y Jose Miguel se vestía, ella corrió a darse un baño.
Minutos más tarde Juan acomodaba sus maletas en la camioneta y ellos se subían para dirigirse al aeropuerto.
Los niños iban felices, después de varios minutos de camino llegaron.
Juan: que les vaya muy bien.
José Miguel: gracias Juan.
Valentina: gracias.
Cuando Valentina fue a tomar su maleta...
José Miguel: no! Dejamé yo llevo tu maleta, no quiero que hagas esfuerzo.
Valentina: entonces llevo la de los niños que son más pequeñas.
José Miguel: es buena idea, vamos.
Juan se retiró del lugar y la feliz familia fue entregar sus maletas, entraron a la sala de espera VIP, con todos los lujos de los que podían disfrutar mientras tomaban el avión, cuando llamaron para embarcar, Valentina tomó a su hija y José miguel a su hijo; entraron al avión y los ayudaron a abrochar sus cinturones.
El avión despegó mientras los gemelos disfrutaban felices el paisaje que dejaban atrás mientras observaban por la ventanilla; Valentina y José Miguel se sonreían entre sí al ver la felicidad en los rostros de sus pequeños.
Martina buscó a Analia en la casa donde solian vivir juntas.
Analia: que haces aquí?
Martina: vine a visitar a mi mejor amiga.
Analia: mejor amiga? Yo no puedo serlo de alguien que tiene el corazón de piedra y es capaz de separar una familia unido a punta de mentiras y abusando de niños.
Martina: tú sabes que el fin justifica los medios, yo amo a José Miguel, lo conocí primero que la "Dueña".
Analia: pero eso no te da derecho a creerte su dueña, él ama a Valentina, son un matrimonio feliz; por el amor de Dios, tienen dos hermosos hijos.
Martina: no tendré todo el dinero del mundo como esa mujer, pero soy mejor que ella y puedo hacer más feliz a José Miguel.
Analia: tú no le importas nada, te odia después de todo lo que hiciste.
Martina: eso va a cambiar.
Analia: y se puede saber que vas a hacer?
Martina: no te lo voy a decir, pero tu misma vas a ver que José Miguel va a dejar a su esposa por mi.
Analia: definitivamente no tienes remedio, por favor vete.
Martina: pero podríamos comer juntas.
Analia: no me interesa, además tengo trabajo.
Martina: sigues en el Milagro?
Analia: si!
Martina: que tonta, trabajar para una mujer tan soberbia como "La dueña".
Analia: Valentina no es una mujer soberbia, es noble y buena,además paga lo justo y a diferencia de ti, es sincera y con un corazón lleno de amor, ahora lárgate.
Analia abrió la puerta y empujó a Martina hacia la puerta.
Martina: vas a rogar que seamos amigas Analia, bueno creo que le haré una visita a José Miguel, pero antes debo parar a desayunar, muero de hambre.
Gabriela llegó al kínder con su hija que parecía no estar muy contenta y antes de entrar a su salón quiso despedirse de ella.
Gabriela: que te pasa corazón, porque tienes esa carita de tristeza?
Isabella: es que mis primos no están, y sin ellos va a ser muy aburrido estar aquí.
Gabriela: volverán pronto ya lo veras, además tienes al resto de tus compañeros.
Isabella: pero no es lo mismo.
Gabriela: te prometo que ya no te vas a sentir sola.
Gabriela moría por darle esa maravillosa noticia a su hija pero sabia que era algo debía hacer junto a Horacio.
Isabella abrazó a su mamá y entró a su salón de clases.
Mientras la familia Montesinos Villalba seguía volando hacia su destino "Cancún", el haber despertado para los gemelos tan temprano los tenia algo somnolientos y ya dormían profundamente, mientras José Miguel escuchaba Música,su esposa leía un libro.
Juan y Sabino regresaron a la cabaña, estaba bastante adelantada, ya tenia forma.
Sabino: está quedando rete chula no te parece Juan?
Juan: si Sabino! A los patrones les va a encantar, además están rodeados de la puritita naturaleza.
Sabino: igual que la de sus hijos, bueno que antes era de ellos.
Juan: pero claro que me acuerdo, allí se veían cuando eran novios y hasta creo que estuvieron en su noche de bodas.
Sabino: así es, este lugar es sagrado para ellos.
Juan: y como cuanto tiempo cree que este lista?
Sabino: uy pues en unas dos semanas.
Juan: a poco?
Sabino: pues si, tenemos que apurarnos, además hay que amoblarla.
Juan: en una de esas y le digo a mi mujer que nos eche la mano.
Sabino: no es necesario, Gabriela y Sandra se encargaran de dejarla bien bonita.
Juan: ahh pues quien mejor que las amigas de la patrona.
Sabino: exactamente
Martina se paseaba por el pueblo observando cada rincón, absurda mente estaba segura que esta vez ella vencería a Valentina y se quedaría con José Miguel, estaba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando se cruzó con alguien.
Perdón!! Dijo el hombre.
Martina: fíjese por donde camina.
Cuando aquel hombre se dio la vuelta para disculparse, Martina descubrió que era Horacio, el mejor amigo de José Miguel.
Horacio: otra ves tu por aquí?
Martina: vine a pasar unos días a este pueblo.
Horacio: pues deberías empezar por poner cuidado por donde pisas.
Martina: eres un corriente.
Horacio: y tú una cusca, no te queda claro que José Miguel no te quiere aquí? todo el pueblo sabe lo que hiciste y no tardaran en echarte de aquí.
Martina: no eres nadie para decirme que hacer además estoy segura que mi regreso le va a gustar.
Horacio: pues él ya no cree en tus embustes, ándate con cuidado porque si te vuelves a meter entre él y su esposa vas a salir perdiendo.
Horacio siguió de largo, mientras Martina intento demostrar su seguridad.
El avión ya sobrevolaba Cancún, Valentina despertó a cecilia Benita y José Miguel a José Federico para que vieran a través de la ventanilla el hermoso color del mar, y las playas a medida que se iban acercando.
Pocos minutos después aterrizaron, los pequeños no paraban de saltar de felicidad y sus padres de mantenerlos quietos, tomaron sus maletas y caminaron hacia un hombre que los esperaba a la salida con un letrero que decía "Familia Montesinos Villalba"
Tocaron a la puerta en la hacienda "El Milagro", Iluminada corrió a abrir, al ver de quien se trataba se llevó una desagradable sorpresa.