Abbie me miraba igual de sorprendida que yo a ella.
-¿Harler?- dijo.
-¿Os conoceis?- Preguntó mi padre.
-¡Claro que sí, ella hizo que todo el instituto se burlara de mí!.
-Si no fueras tan puta, nadie lo haría- escupí, su madre me miró con asombro.
-¿Cómo te atreves a llamar a mi hija de esa manera?.
-Estáis en mi casa, y en mi casa puedo decir lo que me salga de los ovarios.
-Ahora esta también será su casa, Harler.- dijo mi padre y las dos avestruces que tenía a su lado sonrieron para burlarse de mi.
-¿¡Qué?!-grité- ¡Yo no viviré con estos dos bichos mal paridos!.- las dos me miraron indignadas.
-¡Harler! ¡A tu habitación, ahora!-gritó mi padre señalando las escaleras.
-No- dije firme.
-¿Dejas que tu hija te hable así?- dijo aquella señora, recien llegada y ya me caía como una patada en el trasero.
-Tu cállate garrapata, no eres nadie para decirme como tengo que hablar a mi propio padre.
-¡Harler, a tu habitación! No lo pienso repetir dos veces.- dijo mi padre enfurecido.
-¿Eres conciente de que ésta es la segunda vez que me lo repites, verdad?- mi sarcásmo salía a la luz.-Me voy a la calle- finalicé andando pasivamente hacia la puerta.
-No puedes salir, estás castigada- informó mi padre.
-¿Ah no? Mírame- abrí la puerta, miré a mi padre y a las dos deformes que tenía por hermanastra y madrastra, les enseñé mi hermoso dedo del medio, crucé la puerta y me fui.
Empecé a caminar para la casa de Matt, necesitaba desahogarme con alguien. Ahora mismo solo tenía ganas de coger del pelo a las dos zorras que estaban de ocupas en mi casa y sacarlas de ella por la ventana.
No puedo creer que mi padre se haya comprometido con esa tía, y por si fuera poco, tengo que convivir con la chica que me robó a mi novio. Perfecto. Simplemente genial.
Llegué a la casa de Matt y toqué en la puerta, a los pocos segundos abrió la puerta su madre.
-Hola Harler- dijo con una sonrisa.
La señora Gemma me caía realmente bien, era sencilla, buena persona, comprendía a las personas y daba buenos consejos, era la madre perfecta, Matt tenía mucha suerte de tenerla.
-Hola Gemma- dije devolviéndole el gesto.
-Pasa cariño, Matt estará en su habitación, ¿quieres algo de comer?.
-No gracias, estoy bien por ahora- dije mientras subía las escaleras.
Abrí la puerta de la habitación de Matt y me tiré en si cama y empecé a gritar mientras me tapaba la boca con su almohada.
-Hola, me alegro de verte, ¿qué tal estás? Yo bien, gracias por preguntar- dijo Matt y la miré entrecerrando los ojos- Esta bien, ¿qué ha pasado?.
-El estúpido de mi padre se va a casar con la madre de Abbie y tienen que vivir en mi casa.- dije apretando los dientes.
-No puede ser- dijo tapándose la boca y después soltó varias carcajadas.
Vaya amiga, con personas como ella si que podía contar con su seriedad en momentos como este.
-Cuando termines de reirte me avisas- dije cruzandome de brazos- idiota.
-Lo siento- dijo limpiándose las lágrimas- pero es que es muy gracioso- dijo riendo otra vez, le dí un puñetazo en el brazo.
-¡Ah! bruta, eso dolió- se sobó el brazo mientras hacía una mueca.
-Te avisé- la señale con el dedo- Ahora actúa como una buena amiga y dame un buen consejo- exigí.
-Esta bien, esta bien- alzó las manos.- tú sabes perfectamente lo que hacer- dijo.
-Pues no, si lo supiera no estaría aquí- dije irónica.
-Hazles la vida imposible para que se vayan de tu casa.
-¡Claro!- me palmeé la frente- ¿cómo no se me había ocurrido?.
-Estabas demasiado ocupada planeándo el funeral de esas dos.
-Sí, y tienes razón, conseguiré que se larguen de mi casa de una manera u otra- dije con expresión pensativa.
-¿Qué vas a hacer?- dijo Matt divertida.
-Ya veras.
***
Ya lo tengo todo, nata en bote, mantequilla, miel, pintura roja, decolorante y tijeras.
Nunca dejes a mi alcance unas tijeras, puedo llegar a ser muy peligrosa.
Lo tenía todo encima de mi cama. Eran las tres y media de la mañana y todos estaban dormidos. Decidí ir primero por la cacatúa Nº1 . Cogí las tijeras y caminé despacio y de puntillas hacia la habitación de mi padre. Parece mentira que donde antes dormía mi madre, ahora ocupe su lugar ese lagarto disecado.
Giro el pomo y los veo ahí. Caminé hacia el lado de la cama de Tiffany, así se llama ella, si es que hasta el nombre lo tiene de puta. Cojo su pelo con cuidado de no despertarla y le corto un mechón, sonrio y corto otro. No quiero imaginar su cara cuando se despierte, tengo que taparme la boca para no soltar una carcajada, eso lo arruinaría todo. Continúo cortando su pelo rubio teñido hasta que decido que es bastante sesión de peluquería por hoy. Dejo todo el pelo cortado desperdigado por la almohada y vuelvo a mi habitación.
*Venganza para la promiscua Nº1 : hecha.
*Venganza para la promiscua Nº2: en proceso.
Agarré la nata, la mantequilla, la miel, la pintura roja y el decolorante. Anduve hasta la habitación de Abbie. Abrí su puerta y tuve que morderme la lengua para no reír.
Ella estaba con todo el pelo en la cara, la boca abierta y tenía una posición bastante rara.
Cogí la nata y se la restregué por toda la cara, tenía que tener el sueño pesado porque ni se inmutó.
Le unté matequilla en las plantas de los pies y vacié el tarro de miel por todo su pelo. Por último, tomé la pintura roja y dibujé en sus brazos unos arañazos, como si tuviera sangre. Agarré mi movil y le hice una foto, no pude resistirme, esto me animaría cuando tuviera días tristes, estaba segura.
Reprimí una carcajada y me dirigí en silencio hasta el baño de su habitación. Añadí a su champú decolorante para pelo y lo agité para que se mezclase bien. Después salí de su habitación y volví a la mía.
(***)
Varias voces me despertaron de mi sueño, y me dieron ganas de meterle un calcetín en la boca a quien estuviese gritando tan temprano. Agarré la almohada y me acurruqué hacia el otro lado de la cama. Cuando estaba volviendo a dormirme escuché otro grito, abrí los ojos, apreté la mandíbula y escuché otro chillido seguido de mi nombre.
Fruncí el ceño y recordé. ¡Oh Dios!.
Corrí hacia donde provenían los gritos y me encontré una escena digna de ser grabada y subida a Youtube.
Tiffany tenía un puñado de pelo en su mano y una expresión de furia mezclada con horror, y hasta parecía que quería llorar, lo que era aún más gracioso.
A su lado estaba Abbie, con los ojos cerrados, y andando como un zombie. Cuando dió tres pasos se cayó al suelo, claro, por la mantequilla en los pies. Solté una gran carcajada y mi padre me miró enfadado.
-Mamá ayúdame, ¡No puedo abrir los ojos! Y Dios, ¿que tengo en el pelo?- dice Abbie sollozando.
-Ay hija, ¡me ha cortado el pelo!- dice su madre a punto de llorar.
-¡Pero ayúdame, mamá!- se quejó ella y mi padre corrió a ayudarla, ya que su madre estaba en shock, por Dios, solo es pelo, eso vuelve a crecer. Que no le había cortado las tripas ni nada de eso.
Mi padre levantó a Abbie del suelo, pero ella se escurrió otra vez haciendo que mi padre cayese con ella. No podía parar de reír, debería de ir al servicio a hacer pis antes de que sea demasiado tarde, pero no podía, simplemente no podía dejar de observar esa escena.
-¡Harler, esta te la cargas!- dijo mi padre intentando levantarse del suelo. Estaba muy enfadado, tan enfadado que si fuera un dibujo animado le fuera salido humo por las orejas.
-Mira mi cara de preocupación- dije sonriendo y soltando otra carcajada.
-¡MAMÁ!- Gritó Abbie- ¡TENGO SANGRE EN LOS BRAZOS!
-¿¡Qué le hiciste a mi hija?!- me gritó Tiffany, Dios, se ve tan cómica con el pelo en escalones.
-¿Yo? Nada, si yo soy un ángel- dije poniendo cara de inocente.
-¡Harler, no te pases!- interviene mi padre.
-¡Es solo pintura roja! Jesús, que gente... ¿creeis que soy una psicópata?- dije divertida.
-Pues ya es lo que te falta- dijo Abbie furiosa.
-Que desagradecida, con lo guapa que te he dejado... oye, ¿le gustarás más a Alan así?.
-¡Harler, he dicho que basta!- Dijo mi padre y volví a reír. Es gracioso, cuanto más me dicen que me calle, más hablo y río, solo para joder. Él bufa y respira hondo- Tiffany, ve a la peluquería a que te arreglen eso- dice señalando su pelo.
-Sería mejor que le arreglaran la cara, ¿no crees?.
-¡Que te calles!- me gritaron los tres a la vez y levanté los brazos en señal de paz.
-Hey, paz y amor, yo solo decía- aguanté una carcajada.
-Abbie, ve al baño a ducharte y a lavarte el pelo- dijo mi padre haciendo caso omiso a mi comentario.
Oh si, lávate el pelo, querida Abbie.
Cuando las dos se fueron, mi padre me miró y yo sonreí satisfecha.
-Espero que estés orgullosa.
-No sabes cuanto- sonreí.
-Tu madre tendría que verte- dijo y apreté la mandíbula- Ella no querría esto.
-Sabes que sí, mamá era igual que yo - dije y él bajó la cabeza con el ceño fruncido- Reconócelo, ella era igual que yo cuando la conociste, y estoy orgullosa de ser como ella. No voy a cambiar porque tú quieras.
Cogí mi mochila y la colgué en mi hombro para salir por la puerta dando un portazo.
Anduve hasta el instituto y cuando llegué, le conté a Matt toda mi venganza, ella rió sin parar y me chocó la mano.
-¿En serio le dijiste eso a tu padre?- dijo riendo y abrió su taquilla.
-Claro que sí.
-No puedo creer que...- empezó a decir Matt pero las carcajadas de la gente del pasillo la cortaron. Miramos hacia todos lados para ver de qué se reían las personas. Matt tocó mi hombro y me señaló una chica que caminaba por el pasillo con el pelo de un color muy extraño.
El decolorante.
Empecé a reír como una foca retrasada.
-Wow, ¿vienes de Narnia o te salieron canas?- dije y los alumnos del pasillo rieron más.
-Apuesto a que se escapó de la pelicula "El señor de los anillos"- dijo Matt.
-¡GORUM!.
Abbie se puso roja y pasó de largo.
Todos seguían riendo y yo y Matt chocamos los puños.
Que se jodan las dos perras.
Holaa!! siento la tardanza, de verdad, pero tenía examenes y tenía que estudiar y en fin, no me dio tiempo, perdonen. Bueno, aqui esta el capitulo 3, espero que os haya gustado. Prometo subir otro capítulo a lo largo de la semana.
Gracias por los votos y comerntarios del capítulo anterior!! enserio, sois geniales, os amooo :)
PD: Una amiga mía está empezando una novela y le vendría bien un poco de ayuda, así que seríais geniales si os pasarais por la novela: "¿Recuerdas cuando...?" y el usuario es "erg_00"
VOTEN Y COMENTEN SI LES GUSTÓ EL CAPÍTULO!!
Besos, Ylena :)