โž€ Yggdrasil | Vikingos

ุจูˆุงุณุทุฉ Lucy_BF

230K 21.6K 24.8K

๐˜๐†๐†๐ƒ๐‘๐€๐’๐ˆ๐‹ || โ La desdicha abunda mรกs que la felicidad. โž Su nombre procedรญa de una de las leyendas... ุงู„ู…ุฒูŠุฏ

โ€– ๐˜๐†๐†๐ƒ๐‘๐€๐’๐ˆ๐‹
โ€– ๐๐‘๐„๐Œ๐ˆ๐Ž๐’ ๐ˆ
โ€– ๐๐‘๐„๐Œ๐ˆ๐Ž๐’ ๐ˆ๐ˆ
โ€– ๐€๐‚๐‹๐€๐‘๐€๐‚๐ˆ๐Ž๐๐„๐’
โ€– ๐๐„๐‘๐’๐Ž๐๐€๐‰๐„๐’
โ€– ๐†๐‘๐€ฬ๐…๐ˆ๐‚๐Ž๐’ ๐ˆ
โ€– ๐†๐‘๐€ฬ๐…๐ˆ๐‚๐Ž๐’ ๐ˆ๐ˆ
โ€– ๐“๐‘๐€ฬ๐ˆ๐‹๐„๐‘๐’
โ” Proemio
๐€๐œ๐ญ๐จ ๐ˆ โ” ๐˜๐ ๐ ๐๐ซ๐š๐ฌ๐ข๐ฅ
โ” ๐ˆ: Hedeby
โ” ๐ˆ๐ˆ: Toda la vida por delante
โ” ๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Fiesta de despedida
โ” ๐ˆ๐•: Una guerrera
โ” ๐•: Caminos separados
โ” ๐•๐ˆ: La sangre solo se paga con mรกs sangre
โ” ๐•๐ˆ๐ˆ: Entre la espada y la pared
โ” ๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Algo pendiente
โ” ๐ˆ๐—: Memorias y anhelos
โ” ๐—: No lo tomes por costumbre
โ” ๐—๐ˆ: El funeral de una reina
โ” ๐—๐ˆ๐ˆ: Ha sido un error no matarnos
โ” ๐—๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Un amor prohibido
โ” ๐—๐ˆ๐•: Tu destino estรก sellado
โ” ๐—๐•: Sesiรณn de entrenamiento
โ” ๐—๐•๐ˆ: Serรก tu perdiciรณn
โ” ๐—๐•๐ˆ๐ˆ: Solsticio de Invierno
โ” ๐—๐ˆ๐—: Limando asperezas
โ” ๐—๐—: ยฟQuรฉ habrรญas hecho en mi lugar?
โ” ๐—๐—๐ˆ: Pasiรณn desenfrenada
โ” ๐—๐—๐ˆ๐ˆ: No me arrepiento de nada
โ” ๐—๐—๐ˆ๐ˆ๐ˆ: El temor de una madre
โ” ๐—๐—๐ˆ๐•: Tus deseos son รณrdenes
โ” ๐—๐—๐•: Como las llamas de una hoguera
โ” ๐—๐—๐•๐ˆ: Mi juego, mis reglas
โ” ๐—๐—๐•๐ˆ๐ˆ: El veneno de la serpiente
โ” ๐—๐—๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: ยฟPor quรฉ eres tan bueno conmigo?
โ” ๐—๐—๐ˆ๐—: Un simple desliz
โ” ๐—๐—๐—: No te separes de mรญ
โ” ๐—๐—๐—๐ˆ: Malos presagios
โ” ๐—๐—๐—๐ˆ๐ˆ: No merezco tu ayuda
โ” ๐—๐—๐—๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Promesa inquebrantable
โ” ๐—๐—๐—๐ˆ๐•: Yo jamรกs te juzgarรญa
โ” ๐—๐—๐—๐•: Susurros del corazรณn
โ” ๐—๐—๐—๐•๐ˆ: Por amor a la fama y por amor a Odรญn
๐€๐œ๐ญ๐จ ๐ˆ๐ˆ โ” ๐•๐š๐ฅ๐ก๐š๐ฅ๐ฅ๐š
โ” ๐—๐—๐—๐•๐ˆ๐ˆ: Donde hubo fuego, cenizas quedan
โ” ๐—๐—๐—๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Mรกs enemigos que aliados
โ” ๐—๐—๐—๐ˆ๐—: Una velada festiva
โ” ๐—๐‹: Curiosos gustos los de tu hermano
โ” ๐—๐‹๐ˆ: Cicatrices
โ” ๐—๐‹๐ˆ๐ˆ: Te conozco como la palma de mi mano
โ” ๐—๐‹๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Sangre inocente
โ” ๐—๐‹๐ˆ๐•: No te conviene tenerme de enemiga
โ” ๐—๐‹๐•: Besos a medianoche
โ” ๐—๐‹๐•๐ˆ: Te lo prometo
โ” ๐—๐‹๐•๐ˆ๐ˆ: El inicio de una sublevaciรณn
โ” ๐—๐‹๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Que los dioses se apiaden de ti
โ” ๐—๐‹๐ˆ๐—: Golpes bajos
โ” ๐‹: Nos acompaรฑarรก toda la vida
โ” ๐‹๐ˆ: Una red de mentiras y engaรฑos
โ” ๐‹๐ˆ๐ˆ: No tienes nada contra mรญ
โ” ๐‹๐ˆ๐ˆ๐ˆ: De disculpas y corazones rotos
โ” ๐‹๐ˆ๐•: Yo no habrรญa fallado
โ” ๐‹๐•: Dolor y pรฉrdida
โ” ๐‹๐•๐ˆ: No me interesa la paz
โ” ๐‹๐•๐ˆ๐ˆ: Un secreto a voces
โ” ๐‹๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Yo ya no tengo dioses
โ” ๐‹๐ˆ๐—: Traiciรณn de hermanos
โ” ๐‹๐—: Me lo debes
โ” ๐‹๐—๐ˆ: Hogar, dulce hogar
โ” ๐‹๐—๐ˆ๐ˆ: El principio del fin
โ” ๐‹๐—๐ˆ๐ˆ๐ˆ: La cabaรฑa del bosque
โ” ๐‹๐—๐ˆ๐•: Es tu vida
โ” ๐‹๐—๐•: Visitas inesperadas
โ” ๐‹๐—๐•๐ˆ: Ella no te harรก feliz
โ” ๐‹๐—๐•๐ˆ๐ˆ: El peso de los recuerdos
โ” ๐‹๐—๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: No puedes matarme
โ” ๐‹๐—๐ˆ๐—: Rumores de guerra
โ” ๐‹๐—๐—: Te he echado de menos
โ” ๐‹๐—๐—๐ˆ: Deseos frustrados
โ” ๐‹๐—๐—๐ˆ๐ˆ: Estรกs jugando con fuego
โ” ๐‹๐—๐—๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Mal de amores
โ” ๐‹๐—๐—๐ˆ๐•: Creรญa que รฉramos amigas
โ” ๐‹๐—๐—๐•: Brezo pรบrpura
โ” ๐‹๐—๐—๐•๐ˆ: Ya no estรกs en Inglaterra
โ” ๐‹๐—๐—๐•๐ˆ๐ˆ: Sentimientos que duelen
โ” ๐‹๐—๐—๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: ยฟQuiรฉn dice que ganarรญas?
โ” ๐‹๐—๐—๐ˆ๐—: Planes y alianzas
โ” ๐‹๐—๐—๐—: No quiero perderle
โ” ๐‹๐—๐—๐—๐ˆ: Corazones enjaulados
โ” ๐‹๐—๐—๐—๐ˆ๐ˆ: Te quiero
โ” ๐‹๐—๐—๐—๐ˆ๐ˆ๐ˆ: La boda secreta
โ” ๐‹๐—๐—๐—๐ˆ๐•: Sangre de mi sangre y huesos de mis huesos
โ” ๐‹๐—๐—๐—๐•: Brisingamen
โ” ๐‹๐—๐—๐—๐•๐ˆ: Un sabio me dijo una vez
โ” ๐‹๐—๐—๐—๐•๐ˆ๐ˆ: Amargas despedidas
โ” ๐‹๐—๐—๐—๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Te protegerรก
โ” ๐‹๐—๐—๐—๐ˆ๐—: El canto de las valquirias
โ” ๐—๐‚: Estoy bien
โ” ๐—๐‚๐ˆ: Una decisiรณn arriesgada
โ” ๐—๐‚๐ˆ๐ˆ: Tรบ harรญas lo mismo
โ” ๐—๐‚๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Mensajes ocultos
โ” ๐—๐‚๐ˆ๐•: Los nรบmeros no ganan batallas
โ” ๐—๐‚๐•: Una รบltima noche
โ” ๐—๐‚๐•๐ˆ: No quiero matarte
โ” ๐—๐‚๐•๐ˆ๐ˆ: Sangre, sudor y lรกgrimas
โ” ๐—๐‚๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: Es mi destino
โ” ๐—๐‚๐ˆ๐—: El fin de un reinado
โ” ๐‚: Habrรญa muerto a su lado
โ” ๐‚๐ˆ: El adiรณs
โ” ๐„๐ฉ๐ขฬ๐ฅ๐จ๐ ๐จ
โ€– ๐€๐๐„๐—๐Ž: ๐ˆ๐๐…๐Ž๐‘๐Œ๐€๐‚๐ˆ๐Žฬ๐ ๐˜ ๐†๐‹๐Ž๐’๐€๐‘๐ˆ๐Ž
โ€– ๐€๐†๐‘๐€๐ƒ๐„๐‚๐ˆ๐Œ๐ˆ๐„๐๐“๐Ž๐’
โ€– ๐Ž๐“๐‘๐€๐’ ๐‡๐ˆ๐’๐“๐Ž๐‘๐ˆ๐€๐’
โ€– ๐’๐„๐†๐”๐๐ƒ๐Ž ๐‹๐ˆ๐๐‘๐Ž

โ” ๐—๐•๐ˆ๐ˆ๐ˆ: No es de tu incumbencia

2.4K 297 436
ุจูˆุงุณุทุฉ Lucy_BF

N. de la A.: cuando veáis la almohadilla #, reproducid la canción que os he dejado en multimedia y seguid leyendo. Prometo que no os arrepentiréis.

✹.✹.✹

────── CAPÍTULO XVIII ──────

NO ES DE TU INCUMBENCIA

────────ᘛ•ᘚ────────

( NO OLVIDES VOTAR Y COMENTAR )

◦✧ ✹ ✧◦

        CON LAS ENERGÍAS COMPLETAMENTE RENOVADAS, Drasil ingirió lo que le quedaba de jólaöl de un trago, para después entrelazar su mano con la de Aven y arrastrarlo hacia el exterior, donde un gran número de personas —entre las que se encontraban Astrid y Eivør—, continuaba danzando alrededor de las hogueras. La skjaldmö, con las mejillas rojas y una sonrisa bastante sugerente coloreando sus facciones, pasó airosamente junto a los Ragnarsson, pudiendo percibir la crispación que expelía el mayor.

Ubbe frunció el ceño mientras observaba cómo la pareja abandonaba la taberna y se dirigía hacia una de las piras, concretamente a la que más cerca quedaba del establecimiento. Desde su posición, oculto en las sombras, pudo vislumbrar cómo aquel muchacho comenzaba a bailar con Drasil, apegando su cuerpo al de la bella escudera. Aunque eso no fue lo que más le enervó, ni mucho menos, sino la forma en que ella le sonreía.

Aún recordaba la primera vez que Drasil le sonrió así: fue el día que se conocieron, durante la fiesta de despedida de Björn y Hvitserk. Ya habían transcurrido varias lunas desde entonces, pero jamás olvidaría ese momento, así como tampoco se desvanecerían de su memoria los recuerdos de aquella noche en Hedeby. Sus besos le supieron a gloria y sus caricias despertaron en su interior un sinfín de emociones insospechadas.

—¿Por qué miras tanto a esa chica? —La voz de Ivar lo sacó de su ensimismamiento.

Ubbe volvió la vista al frente, topándose con los gélidos orbes del menor de sus hermanos, que lo escudriñaba con una ceja arqueada. 

Se maldijo en su fuero interno. Por culpa de sus irrefrenables impulsos había conseguido justamente lo que quería evitar.

—¿No es evidente? —intervino Sigurd, empleando ese tono burlón que tanto le caracterizaba—. Ansía hacerla suya. —Realizó una pequeña pausa, lo justo para poder darle un sorbo a su cerveza—. ¿Ya te has cansado de Margrethe? —apostilló, punzante.

Ubbe comprimió la mandíbula con fuerza.

—Cierra el pico, Sigurd —bramó, dejando entrever su irritación.

Puede que llevara varios meses acostándose con Margrethe —al igual que Hvitserk y Sigurd—, pero lo que había empezado como un fuerte encaprichamiento había terminado convirtiéndose en un mero pasatiempo. Se lo pasaba bien con la joven esclava, no lo iba a negar, sin embargo, el hecho de que tuviera que compartirla con sus hermanos había provocado que poco a poco fuese perdiendo el interés por ella.

Aunque ese no era el único motivo, obviamente.

—¿Es eso cierto, Ubbe? —quiso saber Ivar—. ¿Quieres poseerla?

El mencionado chistó de mala gana.

—Eso no es de tu incumbencia —refutó.

Ivar esbozó una sonrisa afilada, mostrando una hilera de dientes blancos y bien alineados. No era estúpido. Se había dado cuenta de lo interesado que estaba su hermano por aquella muchacha desde el instante en que esta había irrumpido en la posada. Era cierto que Ubbe había sido bastante discreto a la hora de cruzar miradas con ella, pero no lo suficiente.

—Permíteme discrepar, hermano. Sí es de mi incumbencia. —La voz del Deshuesado era tan ponzoñosa como su mirada—. Porque si mal no recuerdo, esa zorra es una de las hirðkonur de Lagertha. —Ante el calificativo que había utilizado para referirse a Drasil, Ubbe cerró las manos en dos puños apretados. Aquello no le pasó desapercibido a Ivar, que frunció los labios en una mueca desdeñosa—. ¿Acaso has olvidado que participó en la conquista de Kattegat? ¿Que ayudó a Lagertha a usurpar el trono y que la apoyó cuando esta asesinó a nuestra madre? —masculló entre dientes.

—Yo no olvido nada —sentenció Ubbe con un brillo amenazante en sus iris celestes. Le estaba costando bastante no caer en sus provocaciones, aunque lo prefería antes que enzarzarse en una discusión con él. No eran el momento ni el lugar más adecuados para iniciar una pelea.

Ivar negó con la cabeza, tozudo.

—Pues no lo parece —impugnó—. ¿Qué pensaría madre si te viera revolcándote con ella?

Aquella interpelación hizo que Ubbe riera de manera sarcástica, ocasionando que el semblante de Ivar, todavía aniñado a causa de su corta edad, enrojeciese de la ira. La expresión de Sigurd, en cambio, no varió lo más mínimo.

—Bueno, eso es algo que jamás sabremos.

Dicho esto, el primogénito de Ragnar y Aslaug se puso en pie y echó a andar hacia la barra, ignorando los comentarios hirientes del tullido, que parecía estar al borde de la histeria. No estaba de humor para aguantar sus desvaríos, ni mucho menos para dar explicaciones. Lo que hiciera o dejara de hacer con su vida era algo que solo le concernía a él.

Suspiró, justo antes de pedirle al tabernero una jarra de jólaöl. Aquellos eran días de celebración y disfrute, de modo que no iba a ser él quien se dejara ahogar por las penas y las preocupaciones.

Drasil era liviana como una pluma. Aquello había podido comprobarlo Aven, quien, tras varios minutos de indecisión, se había aventurado a tomar a la skjaldmö de la cintura y elevarla varios palmos del suelo, haciendo que esta carcajeara y extendiese los brazos hacia el cielo estrellado.

En cuanto sus pies volvieron a tocar tierra firme, Drasil brincó, meneando la falda de su vestido con la diversión relampagueando en sus titilantes pupilas, y acortó nuevamente la distancia que la separaba del joven para que este pudiera hacerla girar sobre sí misma.

Astrid y Eivør también parecían estar disfrutando enormemente de la velada, puesto que, entre baile y baile, no dejaban de reír y cuchichear entre ellas. De vez en cuando le dedicaban algún que otro comentario a Drasil, recalcando lo bien acompañada que se encontraba, aunque esta apenas les prestaba atención.

La hija de La Imbatible estaba muy ocupada coqueteando con Aven, más ahora que había divisado a Ubbe en la multitud que se había congregado en torno a ellos. Y es que le hacían mucha gracia las caras de contrariedad que ponía el primogénito de Ragnar y Aslaug cada vez que la veía flirteando con el aprendiz de herrero. No cabía la menor duda de que le encantaba regocijarse a su costa.

Fue entonces cuando aquella música alegre y vivaracha llegó a su fin, dando paso a una totalmente distinta. El aire fue llenado por una melodía grave y pausada, fruto de la percusión de los tambores y de otros instrumentos similares.

Algunas personas dejaron de danzar, ya que estaban exhaustas, pero no fue el caso de las tres escuderas, quienes se habían propuesto continuar hasta que no pudieran tenerse en pie. Estas comenzaron a moverse al son de los timbales, agrupándose de dos en dos: Astrid y Eivør por un lado y Drasil y Aven por el otro. Se arrimaron a sus respectivas parejas y se dejaron llevar por la magia y el erotismo del momento.

Drasil se relamió los labios al notar las manos de Aven en sus caderas y rio cuando el muchacho le susurró al oído lo mucho que le gustaba estar con ella. No obstante, en cuanto vislumbró que Ubbe sacaba a bailar a una jovencita bastante hermosa y despampanante, su expresión jocosa no tardó en ser sustituida por otra mucho más seria y adusta.

Frunció el ceño, poblando su frente de arrugas. El Ragnarsson, por el contrario, sonrió con suficiencia y altanería. La belleza que tenía ante él era digna de admirar y alabar: pelo oscuro, piel pálida, ojos grises, labios carnosos y un cuerpo bien proporcionado. Siempre había tenido mucha suerte con las mujeres, y aquella vez no había sido la excepción.

#

Drasil observaba a la pareja de reojo, sintiendo cómo la sangre le hervía cada vez que Ubbe paseaba sus manos por las prominentes curvas de aquella misteriosa mujer. Apretó los labios en una fina línea y, luego de proferir un breve resoplido, giró sobre sus talones, dándole la espalda a Aven. Con toda la sensualidad que fue capaz de reunir, se agachó, restregando su anatomía contra la del aprendiz de herrero, para después volver a erguirse.

No fue hasta que recuperó la verticalidad que se percató de que Ubbe la miraba fijamente, provocando que algo dentro de ella se encendiera.

—¡Cambio de parejas! —exclamó alguien desde la muchedumbre.

Antes de que Drasil pudiera reaccionar unos fuertes brazos rodearon su cintura y un olor a bosque y cerveza inundó sus fosas nasales. Sus iris verdes buscaron los de Aven, pero no eran estos los que la escrutaban con ferocidad, sino unos increíblemente azules.

El corazón le dio un vuelco al reparar en que su nueva pareja era nada más y nada menos que Ubbe, aunque hizo todo lo posible para que su apocamiento no se percibiera. En su lugar, se limitó a centrarse en la enorme satisfacción que la había embargado, ya que al primogénito de Ragnar y Aslaug le había faltado tiempo para ir junto a ella.

Drasil se mordisqueó el labio inferior.

Esa noche Ubbe lucía más apuesto que nunca.

—¿Quién es ese? —preguntó el hombre, señalando con un suave cabeceo a Aven.

Sin dejar de bailar, la skjaldmö esbozó una sonrisa torcida.

—¿Se puede saber a qué se debe ese repentino interés? —Juntó su palma con la de Ubbe y ambos dieron una vuelta completa, justo antes de repetir el mismo procedimiento con la otra mano y en dirección contraria—. ¿Desde cuándo te importa con quién pase mi tiempo libre? —continuó picándolo, consciente de que la presencia de Aven le había puesto celoso.

—Simple curiosidad. —El chico se encogió de hombros.

—Ya... —Drasil reprimió una carcajada—. ¿Seguro que solo es eso? —Sin romper el contacto visual con él, contoneó grácilmente las caderas.

Al verlo, Ubbe rebasó los escasos centímetros que los separaban y, en un mohín posesivo, la cogió de la muñeca y tiró de ella con suavidad, atrayéndola hacia sí. Su mano derecha recorrió su brazo hasta llegar a su hombro, bajando finalmente por su espalda, en tanto la izquierda resbalaba a su pelvis. Su nariz prácticamente rozaba la de la castaña y sus orbes celestes le dedicaban una mirada hambrienta.

Aquello dejó sin aliento a Drasil, que sintió cómo la chispa que se había prendido en su interior se transformaba en un incendio abrasador. Sus pulsaciones se habían disparado ante el toque del Ragnarsson y sus mejillas ardían debido al calor que se había concentrado en ellas.

—¿Y qué debería ser si no? —cuestionó Ubbe con voz ronca.

No hubo ninguna respuesta a esa pregunta, puesto que los dos se sumergieron en un baile primitivo y libidinoso. Drasil apoyó los brazos en los hombros de Ubbe, entrelazando las manos detrás de su cuello, y él deslizó los dedos por los fuertes muslos de la muchacha, que se movían al compás de aquella música tan sugestiva.

Ambos se balanceaban de un lado a otro, sufriendo por culpa de la pasión y el deseo que flotaban entre ellos. El esfuerzo que estaban realizando para no besarse desenfrenadamente los tenía resollando como animales, presas de sus más puros instintos. Sus hálitos se entremezclaban debido a la cercanía entre sus rostros, incrementando la lujuria que se había adueñado de su sentido común y que parecía abstraerlos de todo cuanto les rodeaba.

Drasil se había desconectado del mundo exterior. Había dejado de pensar en todo aquello que durante esos últimos meses la había mantenido apartada de Ubbe. Porque, aunque dudara de su lealtad y honestidad, no podía evitar sentirse atraída por él. Era algo que se escapaba de toda lógica y razonamiento. 

Estar junto al primogénito de Ragnar y Aslaug la enloquecía.

Lo que sentía Ubbe no era muy diferente. Desde que su progenitora había muerto, había hecho todo lo posible para odiar a Drasil. Sin embargo, por mucho que lo hubiese intentado, sus esfuerzos por despreciarla habían sido en vano. Aquella chica tan valiente y arrolladora se había convertido en la reina de sus pensamientos y en la protagonista de sus fantasías. Tal era el poder de su embrujo —porque estaba seguro de que lo había hechizado— que no lo había dudado a la hora de enfrentarse a sus propios hermanos por ella.

Cuando pensaban que ya no podrían aguantar más sin atacar la boca del otro, un nuevo «cambio de parejas» hizo que volvieran a la realidad. En un acto reflejo, Drasil se zafó del agarre que Ubbe ejercía sobre ella y reculó unos pasos, azorada.

Por todos los dioses, ¿qué le había ocurrido?

La escudera echó un vistazo rápido a su alrededor, alarmándose ante la cantidad de gente que se había congregado en torno a ellos y que, por ende, había sido testigo de aquel comportamiento tan indecoroso. 

Quiso marcharse de allí, desaparecer antes de que sus malditos impulsos la llevasen a cometer una imprudencia, pero de nuevo alguien la abordó por la espalda, impidiéndoselo. Frente a ella apareció Eivør, que la miraba con un rictus severo contrayendo sus facciones.

—¿Qué diantres ha sido eso? —preguntó su mejor amiga.

Drasil se restregó los lagrimales, aturdida.

—¿El qué?

Eivør bufó.

—No te hagas la tonta. Sabes muy bien de lo que estoy hablando —le reprochó—. ¿Qué hay entre Ubbe y tú? —exigió saber. No le había pasado desapercibida la inmensa afinidad que existía entre el joven guerrero y su compañera, y eso era algo que la inquietaba a más no poder.

—¿Qué va a haber? Nada —se defendió Drasil.

La morena negó con la cabeza.

—La gente habla, Dras —puntualizó. La susodicha tragó saliva, sabedora de que tenía razón—. ¿Cómo crees que le sentaría a Lagertha enterarse de que una de sus más fieles escuderas anda coqueteando con el primogénito de su mayor enemiga? —insistió Eivør, que no había dejado de bailar en ningún momento.

Drasil se pasó una mano por la cara. Estaba empezando a agobiarse.

—Estás viendo cosas donde no las hay.

—Ubbe no es de fiar —manifestó Eivør.

La hija de La Imbatible chasqueó la lengua. No quería escuchar más, por lo que se separó de su amiga y, sin mediar ni una sola palabra más con ella, echó a andar, ansiosa por marcharse de allí cuanto antes. 

En el proceso chocó con varias parejas que le increparon que tuviera más cuidado, pero ni siquiera eso hizo que se detuviera. Solo cuando abandonó la zona de baile y dejó atrás aquel tumulto de gente ebria notó que alguien aprisionaba su brazo derecho, impidiendo que se perdiera en la oscuridad de la noche.

Drasil se volteó, encontrándose con los cálidos ojos de Aven, que la observaba con preocupación.

—¿Te encuentras bien? —consultó el aprendiz de herrero. La había visto marcharse apresuradamente, de ahí que no hubiese podido resistirse a ir tras ella. Quería asegurarse de que no le sucedía nada.

La castaña carraspeó.

—Sí, es solo que... —Se rascó la nuca sin saber muy bien qué decir—. Me estaba agobiando un poco.

Aven asintió, no muy convencido.

—¿Quieres sentarte? —inquirió al darse cuenta de lo pálida que estaba.

Drasil inspiró por la nariz, meditando su respuesta.

—No, lo que quiero es que me lleves a un lugar más tranquilo.

▬▬▬▬⊱≼≽⊰▬▬▬▬

N. de la A.:

Hello!

Menos mal que al final me decanté por dividir el capítulo en dos partes, porque, de haberlo dejado todo junto, os habríais tenido que leer un total de 5000 palabras, y como que no x'D Btw, todo el salseo intensito que no hubo en el anterior capítulo lo ha habido en este, así que espero que hayáis disfrutado porque yo he fangirleado muchísimo mientras escribía la escena del baile. Me estaba poniendo hasta tontorrona y todo jajajaja.

Y sí, por si a alguien le ha quedado la duda, Drasil pasó la noche con Aven. Sorry, pero, tal y como están las cosas ahora mismo, era evidente que entre ella y Ubbe no iba a pasar nada xP Peeeeeero, al menos ha habido momento de calentura entre ellos. Decidme, ¿qué os ha parecido esa parte? Estoy ansiosa por leer vuestras opiniones jajaja.

También quisiera comentaros una cosilla. Bueno, más que «comentaros» quisiera desahogarme, porque si me lo callo durante más tiempo voy a acabar explotando, y no es plan. El caso es que, en estos tres últimos capítulos, he notado un considerable descenso en el número de votos, y eso me ha hecho pensar que, quizás, no esté haciendo las cosas tan bien como pensaba. Esto me tiene bastante desanimada, porque es evidente que algo está fallando. Hace que me cuestione como escritora y que dude de la calidad de esta historia. Tengo la impresión de que os estoy empezando a aburrir, que no estoy cumpliendo con vuestras expectativas y que la trama no es tan atrapante como lo creía en un principio. Pero, claro, esas personas que desaparecen de repente nunca me han dejado una opinión constructiva, de ahí que todo esto me tenga bastante desconcertada. Porque no sé qué estoy haciendo mal. Y todo esto también me da mucha rabia por el simple hecho de que me estoy matando a escribir para actualizar prácticamente cada semana (cosa que nunca antes había hecho) y, aun así, no veo que mi esfuerzo esté siendo recompensado. Conclusión: si hay algo que no os esté gustando, decídmelo, por favor. No seáis lectores fantasma y no me hagáis pasar mal rato.

En fin, sé que la mayoría no leerá esta nota de autora, pero necesitaba desahogarme. Asimismo, quisiera dar las gracias a aquellas personitas que, pese a todo, siguen brindándome su apoyo incondicional, pues es por ellas por lo que sigo publicando. No sé qué haría sin vosotros, en serio =)

Espero que empecéis el año con muy buen pie.

Besos ^3^

P.D.: creo que es evidente por la canción de multimedia, pero la escena del baile está inspirada en una que aparece en la película Red Riding Hood, protagonizada por Amanda Seyfried <3

ูˆุงุตู„ ุงู„ู‚ุฑุงุกุฉ

ุณุชุนุฌุจูƒ ุฃูŠุถุงู‹

ยฒ GREEK TRAGEDY! leo valdez ุจูˆุงุณุทุฉ โœถ

ู‚ุตุต ุงู„ู‡ูˆุงุฉ

3.8K 788 9
โ”โ” ๐†๐‘๐„๐„๐Š ๐“๐‘๐€๐†๐„๐ƒ๐˜! โ no puedo controlar la tragedia, sรณlo mi miedo a ella โž en el que la hija ...
Empezando de cero. ุจูˆุงุณุทุฉ Eliza

ู‚ุตุต ุงู„ู‡ูˆุงุฉ

24.6K 871 30
-ยฟIrme con vos o vivir en la calle?-preguntรฉ de brazos cruzados. -Tenes cinco minutos para elegir la mejor opciรณn. -Adiรณs, hermano. Tras mis palabra...
2.2M 226K 131
Dรณnde Jisung tiene personalidad y alma de niรฑo, y Minho solo es un estudiante malhumorado. โ โ”๐˜”๐˜ช๐˜ฏ๐˜ฉ๐˜ฐ ๐˜ฉ๐˜บ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜จ, ยฟ๐˜ญ๐˜ฆ ๐˜จ๐˜ถ๐˜ด๐˜ต๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ด ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ซ...
Mi Cenicienta De Hielo ุจูˆุงุณุทุฉ RM1806

ู‚ุตุต ุงู„ู‡ูˆุงุฉ

285K 14.7K 118
No se aceptan copias ni adaptaciones.