Narra Jean:
Extraño a Yamilet. Ella es en lo único que pienso. Ahora me siento culpable. Por mi culpa la secuestraron, por mi culpa le hicieron daño.
Yo la amo y no soporto verla así. Escondida de mi y de todos. Karize me dijo que Teresa se iba a encargar pero una doble personalidad siempre es mala y se quiere quedar con el cuerpo de uno. Andrés ya lo tengo mas controlado. Pero últimamente me estoy metiendo en peleas callejeras, que no me afectan mucho porque aprendí artes marciales en un tiempo y aun las pongo en práctica. Pero de que me sirve saber pelear si ni siquiera puedo protegerla a ella.
[...]
Otro día de escuela y otro día que me levantó por ella, solo para verla y escucharla. Sentir el tacto de sus manos y el dulce sabor de sus labios. La esperaré hasta el fin del mundo si es necesario. Jamás en mi vida había conocido a alguien que se volviera tan importante para mí y que incluso no me tenga miedo. Cuando le dije la verdad a las chicas, gente pendeja hubiera corrido y no me hubiera vuelto a buscar, pero todas se han quedado a mí lado. Incluso mis amigos ya no me hablan como antes y me ven como un bicho raro. Pero ellas son tan sencillas que no necesitan convertirse en el centro de atención para captar la atención de las personas. En especial Yamie, no creía en el amor a primera vista. Pero ¿que creen? Con tan solo verla mi corazón se agito y latía fuerte, tan fuerte que aveces dolía el no tenerla cerca. La quería para mi, aunque no puedo volverla la mujer mas feliz del mundo, ella me puede volver a mi el hombre mas loco y feliz del mundo. Se ha vuelto mi topo favorita, la única y la original, por ella doy un mundo, le doy una vuelta por la galaxia y la llevo a pasear por la luna. Caminamos por todos los planetas juntos de la mano y cada una de las estrellas los días que pasaremos juntos. En este mundo pueden haber millones de estrellas, pero la que yo quiero es a ella.
Me senté en el césped para esperar que todas llegarán y que terminaran de almorzar. De pronto vuelvo a sentir esos brazos rodeándome por la espalda.
-Ya estoy aquí- dijo
No se porque pero...las amargas lágrimas que nunca habían caído de mis ojos, salieron sin control ellas solas. Por fin la tenía conmigo otra vez.