No me conoces, pero soy tu me...

由 CataKaoe

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Sinopsis
. . .
1. Día Cero
2. ¿Qué está pasando?
3. Ley del hielo
4. Disculpas
5. Investigación
6. Evidencia
7. Trampa
8. Búsqueda
9. Entrando en calor
10. A prueba
11. La excusa perfecta
12. Encuentros cercanos
13. Retirada
14. ¿Más que amigos?
15. Apariencias
16. Tomando la iniciativa (primera parte)
16. Tomando la iniciativa (segunda parte)
17. Persona non grata
18. Leña al fuego
19. Efectos secundarios
20. Desolación
21. Elefante en la habitación
22. Reacción Química
23. Trinidad (primera parte)
23. Trinidad (segunda parte)
24. Reacción Física
25. Día Cero
26. Levántate (y anda)
27. Punto ciego (primera parte)
27. Punto ciego (segunda parte)
28. Verdad o consecuencias
29. Número desconocido (primera parte)
29. Número desconocido (segunda parte)
31. Beneficio de la duda
32. A escondidas (primera parte)
32. A escondidas (segunda parte)
33. Deseos ocultos
34. Despertando sospechas
35. Miradas indiscretas (primera parte)
35. Miradas indiscretas (segunda parte)
36. Pensamiento recurrente (primera parte)
36. Pensamiento recurrente (segunda parte)
37. Opuestos equivalentes
38. Gran hermano
39. Fashion Emergency
40. El Tri
41. Ruleta rusa
42. Déjate llevar
43. Lo que me hiciste hacer (primera parte)
43. Lo que me hiciste hacer (segunda parte)
44. Pieza oscura
45. Ahora o nunca
46. No te vayas
47. ¿Dónde estás? (primera parte)
47. ¿Dónde estás? (segunda parte)
48. Revelaciones
49. Lo que nunca te dije
50. Todo lo que siempre quise oír
51. Cuenta regresiva
. . .
52. Reset (primera parte)
52. Reset (segunda parte)
Epílogo
Fanarts I
Fanarts II
Fanarts III
Fanarts IV
Fanarts V
* ¡NMC SE PUBLICARÁ EN FÍSICO! *
Fanarts VI y Recomendaciones
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30. Café con leche

13.5K 1.9K 501
由 CataKaoe

⚠ Nota de la autora: dejo la canción para quién quiera escucharla cuando se mencione más adelante, pero no es imprescindible para la lectura.


Terminaba el último módulo del día y aún miraba mi invitación sin convencerme de que la había conseguido. ¡Podría ir al Tri y además tenía un plan que podría llegar a funcionar! Ahora solo me restaba resolver un pequeñísimo detalle: lograr que Solae me escuchara, me perdonara, creyera en mí y además que accediera a llegar temprano al Tri, y sin Anton.

«Fuck!»

Guardé la invitación y comencé a recoger mis cosas. Joto y Ame me esperaban y hacían señas desde la puerta para que me fuera con ellos.

—¿A dónde vas tan apurado, Alex? —me preguntó Anton, aún sentado en su puesto, al ver que me dirigía hacia la puerta. —¿No estarás pensando en escaparte, cierto?

«Doble fuck.» ¡El castigo! Lo había olvidado por completo.

Me tuve que despedir de mis amigos y me arrastré de vuelta hacia mi asiento a esperar que todos los demás se fueran. No pasó mucho tiempo hasta que quedamos los dos solos en la sala.

Uno de los conserjes pasó a darnos instrucciones y a dejarnos los implementos necesarios para limpiar. Tuve que recibirlos yo, ya que el príncipe Anton estaba muy cómodo reclinado en su asiento, piernas sobre la mesa y sin intenciones de moverse.

—¿Por qué no sacas tu varita mágica para hacer que todo quede reluciente y así nos ahorramos esta estupidez? —le reproché lanzándole un trapo para que se pusiera a trabajar. Lo único que se dignó a mover después de mi ataque, fue su brazo para atajar el paño, diestramente, en el aire.

—¿Otra vez buscas pelea? Te advierto que esta vez no seré tan amable. —dijo tocándose el labio con el pulgar. Su herida ya no se percibía tan terrible.

—Claro, porque acá no hay nadie con quien puedas hacerte el inocente. —le dije apoyándome sobre su puesto para hablarle de frente, pero el imbécil ni me miraba. Sus ojos me atravesaban, como si el muro detrás mío fuera mucho más interesante que mi presencia.

—Por más que lo desees, Solae jamás se acostaría contigo. —soltó de pronto, a título de nada y sonriendo satisfecho.

—¿Que qué? ¿Cuándo dije qu-? —pregunté tardando demasiado en darme cuenta que Solae había entrado a la sala y se encontraba justo detrás mío. Caminaba hacia nosotros, cargando dos latas de refresco. Anton tenía su propia forma de atacar.

—¡Solae! ¡Yo nunca dije eso! Él empezó a...

—Da igual, Alex. —me dijo pasándole a él una de las bebidas—. Además Anton tiene razón. —añadió cortante. A continuación se sentó sobre su mesa, abrió la otra lata y le dio un sorbo largo. Su expresión traslucía cuán enojada seguía aún conmigo. Con eso también estaba claro que no habría un refresco para mí.

—Tampoco es como que me interesara. —alegué.

—Por supuesto que no, Alex. —replicó Anton, aventando contra mi estómago el trapo que le había lanzado—. Mejor terminemos rápido con esto. —añadió, por fin dignándose a levantarse, y se dirigió a buscar una escoba. Mientras iba hacia la entrada, aproveché de acercarme a Solae.

—¿Por qué te quedaste con nosotros si no estás castigada? —le pregunté mientras ella buscaba algo dentro de su mochila.

—Porque por tu culpa se arruinó el panorama que teníamos hoy con Anton. —reclamó, poniendo sobre la mesa una bola rosada con cara tierna y orejas sobresalientes. A continuación presionó la nariz del aparato dando lugar a un particular sonido de encendido. Era su parlante inalámbrico con forma de cerdito que solía usar para conectar la música de su móvil.

—¿Trajiste a Piggy B-pod? —pregunté extrañado y Solae se volteó de golpe hacía mí.

—¿Cómo sabes que se llama así? —me preguntó sorprendida.

—Porque...

—Porque yo se lo comenté cuando estuvimos en tu casa. —intervino Anton, ubicándose delante mío.

—¡Mentira! —atajé, quitándomelo de enfrente—. ¡Yo estaba con Solae cuando ella le puso ese nombre! —dije desafiante. Ya estaba harto de que Anton me pasara a llevar cada vez que podía. Solae nos quedó mirando a ambos, que parecíamos a punto de iniciar otra pelea.

—Tranquilo, Alex. ¿Por qué no mejor te vas a tu casa y nosotros terminamos de limpiar por ti? —propuso Anton, poniendo sus manos sobre mis hombros, haciendo el amago de masajearlos. Hirviendo en coraje, lo rechacé de un codazo y me aparté. No podía entender cómo Anton lograba sacarme tan fácilmente de quicio. Yo que antes no manoteaba ni a las moscas, ahora lo único que quería era golpearlo de nuevo. Pero esta vez me contuve. Más que nada porque el ventanal que daba hacia el pasillo nos dejaba bastante expuestos ante quienes aún transitaban por ese piso, y justo en ese instante pasaba por ahí un inspector.

Mordiendo el interior de mis mejillas y tragándome las ganas de rebatirle, cogí el trapo y me fui a limpiar las mesas del fondo, mientras que Anton tomaba la escoba para barrer adelante. Por su parte Solae conectó su música y, asignándose las ventanas, se puso a limpiarlas moviéndose armónicamente al ritmo de la letra. A continuación comenzó a cantar, poniendo delante de sí un micrófono imaginario.


Ask me no questions, I will tell you no lies

Careful what you wish for

We're looking for angels in the darkest of skies

Saying that we wanted more


La canción no la conocía, pero el inglés de Solae como siempre era perfecto. Y su voz... su voz estaba bastante bien. Suspiré. Okey, quizás estaba mejor que bien...


...And I need you to know, I'm not askin' for a miracle

But if love is enough, could you let it show?

If you feel it could you let me know?


Verla tan relajada y feliz de alguna forma me tranquilizó. A pesar de todo y de la influencia de Anton, Solae seguía siendo la misma. La misma que le sacaba provecho hasta a las peores situaciones, y es que solo ella era capaz de transformar un castigo en algo entretenido. Quizás había necesitado tomar distancia para apreciar que todas esas cosas que antes percibía como negativas, eran ahora las que más extrañaba de ella. Las que más me agradaban.

Cuando sentí la mirada de Anton clavada en mí, fue que me percaté que seguía pegado limpiando la misma mesa hacía más de cinco minutos. Carraspeé y pasé a la siguiente intentando concentrarme. Fue en eso que, sin darme cuenta, la música animada de Solae me contagió y comencé a avanzar con más entusiasmo, y el tiempo empezó a volar.


Luego de terminar de limpiar mi sector, fui en busca de mi mochila. Al levantarla, noté que junto a ella había una lata sellada de café con leche. Me volteé sorprendido. Anton iba saliendo de la sala a vaciar los basureros, mientras Solae seguía cantando y limpiando las últimas ventanas. Cuando ella reparó en que la estaba mirando, se giró con brusquedad para evitarme. Estaba claro que intentaba fingir que no había sido ella quien había dejado la lata ahí, cuando resultaba más que evidente.

Cogí el café y lo examiné, desconcertado. Antes de perder la memoria, Solae siempre me compraba ese refresco porque sabía que era mi favorito, pero ahora que no me recordaba, aquello no tenía sentido. Sobretodo porque se suponía que estaba enfadada conmigo. Entonces ¿Qué significaba todo esto?

—¿Tú me diste esto? —le pregunté acercándome a ella, pero seguía limpiando como si yo no estuviera ahí—. ¿Me lo compraste porque me recuerdas? —insistí, buscando sus ojos, pero Solae para evadirme se giró a limpiar una de las mesas que tenía detrás.

—¡Solae! —le dije ahora poniéndome frente a ella y reteniendo su mano con la mía.

—¿Qué? —me preguntó, mirándome por fin. Se veía más confundida que enojada.

—Gracias. Ya sabes cuánto me encanta este café. —Le sonreí. Solae bajó la cabeza, al mismo tiempo que quitaba su mano de debajo de la mía.

—Aún sigo enojada contigo. —dijo dándome la espalda y se fue a buscar algo al balde con productos de limpieza.

Solae había bajado la guardia y hasta podría jurar que se había puesto nerviosa. Sonreí en dirección a ella, cuando advertí que Anton otra vez estaba en la sala. No me había percatado desde qué momento había estado observándolo todo, pero por su expresión deduje que había oído lo suficiente.

Mirándolo fijo y sin amilanarme, abrí mi lata de café y la bebí con ganas; casi con lujuria frente a él. Por suerte Anton decidió no decir nada y seguir en lo suyo. Fuese como fuese, después de haber recibido aquel regalo de parte de Solae, ni siquiera Anton sería capaz de afectar mi buen humor. 


🌟🌟🌟


¡Hola! Como se habrán dado cuenta, estoy saltando en una pata, porque "No me conoces, pero soy tu mejor amigo" ha entrado a la lista larga de los Wattys2018 🎉 ¡¡Yay!! Y además superamos a las 40mil lecturas! 🎊(¡¡Doble yay!!)

¡No me canso de agradecerles, porque todo esto es también gracias a Uds! 

¡¡Gracias, gracias, gracias!!

Perdón si no logro responder a todas sus solicitudes de saludos, creanme que las tengo todas muy en cuenta, pero con lo tortuga que soy para escribir acá, editar capítulos, avanzar en terminar los capítulos finales, sumado a tener que trabajar y sobrevivir en el mundo real, se me dificulta mucho saludarlos siempre, pero ustedes saben que los/las amo, ¿verdad? ❤️

Nos vemos en el próximo capítulo ❤️


Historia publicada en papel por Penguin Random House.
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