Maratón 5/5
Dylan
-¿Y por qué no le dices quién eres? -pregunta mi papá. Sé que siente pena por mí.
-No lo sé. Si le digo se va a sentir pérdida o... quizá se enoje porque se lo hemos ocultado...
-Si se tiene que enojar con alguien, es con su madre. Ella fue quien se la llevó sin decir nada. -Dice enojado.
-Por ahora solo quiero que este bien. ¿Ok? Por cierto, eres abuelo de ese niño también.
-Lo supe en cuanto lo vi. Ese niño es una versión de ti pero en pequeño. Holland debería usar lentes si no lo nota.
-Bueno, solo les pido que no digan nada. Finjan que no la conocen.
Mi papa niega con su cabeza en desacuerdo pero no puede hacer nada.
Regresamos a la sala. Joey y Dylan ya no están con Holland. Ahora está mi madre con su disfraz de maléfica.
-Mmm... creo que no los presenté bien. Pa, Tori, ella es Holland. Holland, mi papá y su esposa Tori.
Todos se saludan, felices, contentos, todo normal.
Todos fingen que nunca habían visto a Holland en su vida, le hacen preguntas sobre sus gustos y cosas así.
Subimos un rato con los niños para jugar. Primero nos enseñan todos los dulces que juntaron y después Joey saca un mini jenga para niños.
-Ustedes no estarán en mi fiesta si no se pintan al menos como vampiros. ¿Dónde está su disfraz? -pregunta Julia abriendo la puerta del cuarto de Joey de repente.
Nos asustó un poco porque está vestida de Tinkerbell pero su vestido está lleno de sangre falsa.
-¡Mami! ¿Eres una bruja? -pregunta Joey.
Julia lo mira con los ojos entrecerrados sin decir nada.
La escena se ve graciosa.
-Tinker Bell. Señor bombero -dice ella.
-¡Soy policía! -dice el pequeño haciendo un puchero.
-lo que digas, bombero! -mi hermana saca la lengua burlona. Después nos señala a Holland y a mi -¡disfraz! -y se va, cerrando la puerta.
-Deberíamos cambiarnos. -dice ella.
-Sip. Niños, jueguen un rato más y cuando el reloj marque las 9, vendré para apagar las luces y que se duerman.
Holland toma su bolso en donde supongo trae su disfraz y la llevo al baño del pasillo que está frente a mi cuarto.
Holland
Dylan me dice que puedo cambiarme en el baño que está frente a su cuarto y que cuando termine golpee su puerta.
Me pongo el vestido de la sirenita, me hago un peinado parecido al de ella y me retoco el maquillaje.
Guardo mi ropa y mis cosas en mi bolso y antes de salir me miro en el espejo una vez más.
Salgo y golpeo la puerta del cuarto de Dylan.
Grita un "ya voy" y abre la puerta solamente asomando su cabeza.
-¿Estás lista para ver mi disfraz? -sube y baja sus cejas.
-¿Dime que no estás desnudo? -digo.
Se ríe y niega con la cabeza. -¿Lista?
Asiento.
Abre la puerta y se muestra de cuerpo completo.
Está vestido como el príncipe Eric. El príncipe de la sirenita.
-¡Guau! –digo como si estuviera muy, muy sorprendida.
-¡Lo sé!
-¡Eres un pirata! ¿Dónde está tu parche?
Entrecierra sus ojos y me mira enojado, según él. -¿Es enserio?
-¡Estoy jugando, amargado! Te ves bien, príncipe Eric.
-¡Somos adorables!
-Ahora veo porque Allison estaba tan aferrada a qué comprara este disfraz. –señalo mi vestido.
-Te ves muy bonita. –Dylan da un par de pasos hacia mí.
-Tú te ves lindo... -muerdo mi labio. Ahora mis rodillas están temblando un poco.
-Guapo. -dice 'corrigiéndome' y da otro paso hacia mí, quedando aún más cerca.
Sé que Dylan es muy respetuoso y siempre ha mantenido su distancia para no ponerme incómoda, pero ¡DIOS! ¡Debería de besarme y ya! ¡Quiero besarlo!
-Ok. Guapo... lindo, tierno, adorable...
-Sexy... -dice.
-Más o menos. –admito.
Se ríe. –¡Terminarás aceptando que me deseas!
Suspira y me agarra la mano.
-vamos a ver qué hacen estos pequeños diablillos. -se refiere a Dylan y Joey.
Los Dos niños están acostados en la cama de Joey, cuando entramos se tapan con la cobija hasta la cabeza haciéndose los dormidos.
-¡guau! Ya se durmieron. -digo exagerando mi voz con sorpresa.
-¡Que policías tan disciplinados! -dice Dylan.
Se escucha la risita de Joey por debajo de la cobija y un 'shh' de mi hijo.
Luego ambos empiezan a reírse fuerte. Se destapan y gritan 'buuu'.
Dylan y yo fingimos asustarnos.
-¡guau! ¡Mi mamá es la sirenita y tu tío es el príncipe Eric! -mi pequeño sale de la cama y se acerca para abrazarme. -¿ya son novios?
-No... -me rio. -Ustedes no tienen porque andar pensando en si somos novios o no! Esos son asuntos de adultos.
-Vamos a apagar las luces y la televisión y ustedes se van a dormir. -dice Dylan.
-Pero tienen que quedarse hasta que nos durmamos. -dice Joey.
Dylan apaga las luces, la tv y los dos nos acostamos en la cama. Yo en una orilla, Dylan en otra y Joey y Mi hijo en el centro de la cama.
Hay una lámpara de lava que alumbra un poco la habitación. Dylan y yo estamos acostados de lado, así que podemos ver la cara del otro.
-Mami, ¿Podemos vivir con el tío Dylan y Joey? -pregunta mi hijo en voz bajita.
-No, mi amor. El tío Dylan no vive aquí. Él vive en otra casa. Joey vive aquí con sus papás.
-Bueno, ¿podemos vivir en la casa del Tío Dylan?
Dylan se ríe.
-Tu tranquilo, campeón. Ya verás que en un futuro así será. -asiente muy seguro sin despegarme la mirada.
A decir verdad, eso me encantaría.
Nos quedamos hasta que los niños se quedan dormidos y después bajamos a la sala.
Ya hay invitados de la hermana de Dylan esparcidos entre la sala, el recibidor y la cocina. Todos disfrazados.
Algunos beben cerveza en botella, jugo de frutas e incluso hay copas con bebidas preparadas. (eso no estaba hace un momento).
Julia puso también charolas con canapés en una mesa larga que puso en la sala y postres.
-¿En qué momento preparó todo? –digo sorprendida.
-Seguro la ayudaron Tori y mi mamá. ¿Ves a Isaac y a Allison por algún lado?
Escaneo con mí mirada todo el lugar. No pasamos tanto tiempo arriba, ¿o sí? Pero el lugar está un poco abarrotado de gente.
Me pregunto de donde conoce tanta gente.
Logro ver a Allison con su disfraz de pirata y a Isaac vestido también de pirata. Dylan y yo nos acercamos.
Allison hace un corazón con sus manos al vernos... -ustedes son tan tiernos. ¡Adorables! Me debes una. –señala a Dylan.
La hermana de Dylan tiene organizados varios juegos y concursos para cuando sus padres ya no están presentes, el castigo para cada persona que pierda implica tomar tequila.
Yo decidí no jugar porque la verdad es que no bebo, y no me gustaría hacer un ridículo frente a Dylan.
Allison ya está un poco borracha pero se está divirtiendo junto con Isaac.
-¿Quieres que vayamos al jardín antes de que nos obliguen a algo? –Pregunta Dylan.
Asiento y nos dirigimos al jardín.
Nunca había visto un jardín tan bonito más que en las películas.
Hay como un estanque que simula un pequeño lago en medio del jardín y un puente para cruzarlo. Por todos lados hay flores hermosas y un árbol de naranjas.
Hay un quiosco (palapa, la verdad no sé cómo se diga XD) y una mecedora columpio a un lado del estanque.
Me quedo realmente impresionada al ver todo lo que hay frente a mí.
-¿Que...? -miro a Dylan. Creo que hay un poco de incredulidad en mi cara. Es un jardín de ensueño. Parece de mentiras. –Es hermoso.
-A mi hermana y a mi mamá les encantan las flores. –toma mi mano y me encamina hacia la mecedora.
La detiene para que yo pueda sentarme sin que se vaya hacia atrás el asiento y luego se sienta a mi lado.
-¡Woow! De verdad estoy impresionada. Realmente, realmente es muy bonito aquí. De hecho toda la casa. ¡Es Grandísima! –un salario como maestra jamás me daría una casa así. Y no me importa, la casa de mis sueños es donde estemos mi hijo y yo juntos.
-Sí, eso creo. La compraron entre mi mamá, Julia, Joseph y el esposo de mi mamá. Creo que prefieren tener una casa enorme a vivir cada uno en una casa pequeña. –dice.
-¿Por qué no vives con ellos? –pregunto.
-La verdad, la verdad... no me gustan las casas grandes. –se encoge de hombros. –me dan miedo. Están llenas de fantasmas. –bromea.
Me rio fuerte –no te da miedo que te disparen con un arma o te hieran pero te da miedo una casa grande.
-También me dan miedo las mariposas. –asiente, serio.
-Las mariposas son temibles. –digo siguiéndole la corriente.
-¿A ti que te da miedo?
-Mm... las ratas, las cucarachas...
-Bueno, además de eso. Me refiero... ¿Cuál es tu miedo más grande? –con su pie mueve la mecedora.
-Mm... Que le hagan daño a mi hijo. Él es lo más importante para mí. -me sincero.
-Nadie va a hacerle daño ni a él ni a ti mientras yo esté vivo. -me mira directo a los ojos. -te lo prometo.
Y sé que dice la verdad y que cumplirá con esa promesa.
Él podría prometerme justo ahora que mañana tendré una estrella del cielo en un frasco y sé que de alguna forma él la conseguiría para mí.
-¿Por qué... desde que te conocí has sido tan bueno conmigo y con mi hijo? -digo en voz baja. No porque no quiera que alguien nos escuche, sino porque tengo ganas de llorar.
Dylan toma una de mis manos con la suya y con la otra acaricia mi mejilla.
-Desde el día en que tus compañeros y tu desayunaron en la sala de maestros del kinder. Desde que adivinaste como me gustaban los hot cakes y que prefiero jugo y no café. -recuerdo que eso fue lo primero que me sorprendió de él.
-Porque los quiero, Holly. -ahora su rostro se encuentra muy cerca del mío. -desde el primer momento en que te Vi... -se aclara la garganta... -quizá suene tonto y cursi pero desde el primer momento en que te Vi decidí que tú serías mi esposa, la madre de mis hijos...
Oh por dios. De verdad quiero llorar... me hace sentir tantas cosas.
Él se acerca y creo que por fin va a besarme...
-Dylan... -susurro. El esta a nada de chocar sus labios con los mios.
-Dylan! -Grita una mujer.
Ambos volteamos hacia donde proviene la mujer alejándonos tan rápido como si estuviéramos haciendo algo mal y no quisiéramos que nos vieran.
Es una mujer alta, delgada, cabello rubio y ojos enormes y bonitos que viene caminando hacia nosotros. A decir verdad, es una mujer hermosa.
-Hola. Te he estado buscando. -dice cuando llega a nosotros. Se inclina para besar la mejilla de Dylan.
Ella ni siquiera me mira pero Dylan tiene una sonrisa incómoda.
-Ho...la. Mm... Lucy. -es como si él no recordara su nombre.
Me pregunto de dónde la conoce.
Y... no estoy celosa.
"Lucy" sonríe pero se ve un poco molesta porque Dylan casi había olvidado su nombre.
-Te he estado llamando últimamente pero no respondes tu teléfono. -me lanza una mirada recorriéndome de pies a cabeza borrando su sonrisa pero cuando mira de nuevo a Dylan de nuevo sonríe.
-Oh... es que no te tengo registrada y la verdad no contesto números que no conozco. Lo siento. -dice apenado.
Pero es como que él en realidad no ha querido responderle.
-Bueno, es el número que termina en 33. Para que respondas la próxima.
-Claro. Mm.. ella es Holland. Es la maestra de Joey. Holland, ella es Lucy. Es amiga de mi hermana.
-Hola... -digo pero ella me interrumpe.
-Bueno entonces me voy. ¡Espero que me contestes para así poder quedar para ir a tomar algo o salir al cine -lleva su mano al cuello de Dylan y lo acaricia.
-Ah... si. -se agacha como para quitar una basura de su zapato y así poder alejarse del tacto de Lucifer. Digo Lucy.
Ella agita su mano y se va un poco enojada.
Quiero reírme por la cara de incomodidad que tiene Dylan. Como si él creyera que me enojaré o algo así.
-Así que... ¿Lucy? -digo subiendo y bajando mis cejas para molestarlo.
-Es una amiga de mi hermana. Solamente he hablado con ella una vez. Lo juro. -explica rápido.
-Oye, no tienes que explicarme nada. -me encojo de hombros y me pongo lo más seria que puedo.
-Pero quiero hacerlo. A ella la conocí antes de... conocerte.
-Ok. Entonces todo está bien. No te preocupes. -sonrío.
Asiente.
Ahora nadie dice nada por algún par de eternos minutos, entonces él habla.
-Yo... ésta mañana vi a tu ex prometido.