Huracán ✔️

De paolacalderongt

103K 9.9K 1.5K

Emily Preston es una joven con muchos sueños; lucha para poder lograrlos día con día, para ello todas sus act... Mai multe

Prefacio
Piloto
Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52

Capítulo 2

3.2K 271 6
De paolacalderongt

La alarma del despertador sonó como todos los días a las 5:00 de la mañana como era costumbre para Emily.

El desvelo de la noche anterior, así mismo como el helado, no hacían que se sintiera bien. Al contrario, había consumido demasiada azúcar para lo que tenía de costumbre, por lo que la pesadez en su estómago era inevitable; realmente batalló para poderse poner de pie, y cuando al fin lo consiguió fue a tomar un baño. Siguió lo más que pudo al pie de la letra su calendario; eso incluía su vestuario, así mismo como el desayuno. Únicamente falló en el dejar ordenada su cama y lavar el plato en el que desayunó.

—¡Buenos días, Emily! —saludó Chuck.

—Buenos días.

Su saludo fue con cierto timbre de malestar.

—¿Todo bien?

—Realmente no —respondió mientras se tocaba la cabeza.

—¿Fuiste de fiesta anoche?

—¡Qué va! Me dormí super tarde y además me devoré un litro de helado yo sola. Prácticamente comí lo de una semana en una sola noche.

—Me sorprendes ¿Qué pasó con no salirse de la línea?

—Justamente eso me estoy preguntando desde que desperté.

—Creo que vives muy estresada, un viaje a la playa te haría bien.

—Lo dice la persona más estresada del mundo. Por si no lo recuerdas he sido yo quien te ha sugerido eso muchas veces, el tráfico de la ciudad te va a matar.

—Eso pensé hasta que el médico me dijo que tengo diabetes.

—Eso no es cierto, por sí lo olvidas eso te lo dijeron hace mucho tiempo, tú mismo me lo contaste y estoy segura de que llevas más tiempo con diabetes que conduciendo en estas calles de locos todos los días.

—Buen punto —sonrió Chuck—. ¿Y en casa cómo va todo?

—Tocas mi tema débil.

—Ok, ¿Y en el trabajo?

—Ese punto es mucho más débil.

—Ahora entiendo lo del helado.

—¿Recuerdas el empleo sobre el que te hablé?

—¿Por el que estuviste trabajando los fines de semana? Estuviste hablando sobre eso todas las mañanas mientras ibas de camino al trabajo.

—¡Exacto! Se lo dieron a otra persona con menos experiencia, una verdadera incompetente y que además, lleva menos tiempo en la empresa que yo.

—No quiero imaginar cómo te debes de sentir.

—¡Estoy muy enfadada!

—Igual no te preocupes. Sí esa persona es mala para hacer su trabajo en algún momento todos se van a dar cuenta y te lo van a dar a ti.

—¿Tú crees?

—Estoy totalmente seguro ¿Recuerdas que te dije que trabajé por casi treinta años en una fábrica de directorios antes de ser taxista y que estos dejarán de usarse?

—Sí, fuiste el gerente según me dijiste.

—Así es. Pero no creas que fue de la noche a la mañana, no, al contrario, me costó mucho. Llevaba casi siete años en el puesto como auxiliar de maquinaria cuando se abrió un puesto en contabilidad. No te imaginas cuánto deseaba ese asenso ya que estaba seguro de que de tenerlo todos verían mi capacidad y eso me ayudaría a ascender más rápido. Pero resultó que le dieron la plaza a un tipo que recién llevaba un mes, me dio mucho coraje, pero luego de cinco meses quedó demostrado que no era apto para el puesto y entonces me lo dieron a mí. Así que estoy seguro de que eso pasará contigo.

—¡Ojalá! No quiero escuchar a mí papá cuando se enteré de que sigo en un puesto que no me permite tener un parqueo para siquiera ir en auto.

Cuando llegaron al destino, allí estaba como todos los días el sujeto de traje formal y bombón rojo.

—Al parecer te están esperando —dijo Chuck.

Emily iba distraída por lo que no notó que está vez, no estaba al otro lado de la calle como normalmente sucedía, si no que del lado en el que ella bajaba.

Y tal como lo dijo Chuck, todo indicaba que la estaba esperando ya que nomás el taxi paró, él inmediatamente le abrió la puerta. Emily estaba atónita, no comprendía semejante atrevimiento de parte de ese tipo. El día anterior no le había importado.

—¿Qué haces? —preguntó luego que el taxi se fue.

—Solamente quiero ser caballeroso.

—Perdón, pero nadie te lo está pidiendo.

—Si dejo que lo hagas, dejaría de ser caballeroso por esperar a que una dama me diga lo que tengo que hacer.

—¿Puedo saber cuál es tú problema?

—¿A qué te refieres?

—Se supone que vienes aquí por Berta, ¿Qué significa el que me deje su número con la recepcionista? —preguntó poniéndose más seria.

—Que quizás Berta no es quién me interesa realmente, además, no comprendo el cambio. Compartimos un café, así que creo que compartir otro no estaría demás.

—¡Vete al carajo! —dijo muy seria y se entró al edificio en el que trabajaba.

Leo solamente se quedó con una sonrisa, y no pudo evitar morder un labio mientras lo hacía. Arregló su corbata y dejando el bombón tirado en el bote de basura que estaba cerca, se fue muy contento, como si de alguna forma hubiese logrado su cometido.

—¿Y esa cara? —preguntó Dany al verla llegar.

—¿Llegué tarde o tú viniste muy temprano?

—La segunda. ¿Qué te pasó?

—Un sujeto extraño me interrumpió el paso allá abajo —respondió mientras dejaba sus cosas en su escritorio e iba a prepararse su típico té de Jamaica.

—¿Te iba a asaltar? —preguntó Dany con cierta incertidumbre.

—No, no creo que sea ladrón. Usa buena ropa, pero... no sé, es extraño. Pero ahora mejor dime ¿De qué me perdí estos días que he estado perdida?

—Solamente que aquí, tú jefe, pero más que eso mejor amigo, acaba de vender un condominio completo.

—¡Esa es una excelente noticia! ¿Por qué no me llamaste para contarme?

—Imaginé que no estabas muy bien que se diga como para compartir noticias como esas.

—Sabes que una buena noticia que tenga que ver contigo, será capaz de alegrarme siempre.

—Lo sé, pero de igual manera no quería molestarte. ¿Cómo van las cosas con tú mamá?

—Ni te digo. Se fue de viaje y ni siquiera se despidió de mí.

—¿De viaje?

—Sí, así como lo oyes. Emmet se encargó de ayudarla mientras yo no sabía nada.

—Me lo dices y no lo creo. No me imagino a tú mamá huyendo.

—Tuve la misma reacción que tú, pero de igual manera entiendo que lo que pasó con mi papá es muy fuerte. Lo único que no me gusta es que no se ha comunicado conmigo.

—Y con tú papá ¿Ya hablaste?

—No, y si te soy sincera no sé qué va a pasar cuando lo vea. Estoy muy decepcionada de él.

—Sabes, con mi esposa estábamos justamente hablando anoche sobre la idea de hacerte algo en nuestra casa. No creas que se me olvidó que será tú cumpleaños, podemos organizar algo, e invitar a los compañeros de trabajo.

—Agradezco mucho tú intención, pero si te soy sincera no estoy para fiestas, y mucho menos que tengan que ver con el trabajo —agregó mientras terminaba de endulzar su té y caminaba en dirección hacía su escritorio.

El tiempo de charlar terminó cuando Matt llegó, por lo que cada quién volvió a su lugar de trabajo.

—Emily esto es para ti —decía Margaret mientras colocaba un arreglo floral sobre su escritorio.

—¿Qué es esto?

—¿Qué más va a ser? Un hermoso detalle de tú novio —sonrió.

Era la primera vez que alguien recibía un regalo como ese, sobre todo por el tamaño, por lo que se armó un completo alboroto.

—Yo no tengo novio —agregó Emily.

No podía dejar de ver el arreglo floral y pensar que quizás era del sujeto del bombón rojo.

—Debería darles vergüenza que les encante el chisme ­—bromeó Dany al ver a prácticamente todo el mundo entrevistando a Emily acerca del detalle.

Él no se había dado cuenta, y se dio cuenta de casualidad cuando salió de su oficina para llevarle unos documentos a Emily.

—¿Quién te lo envió? —le preguntó con mucha cautela, luego que despejaran su escritorio—. Que yo sepa no estás saliendo con nadie ¿O sí?

—No lo sé, no he visto la tarjeta.

—¿Por qué no la ves? Así sales de dudas, esa mirada es de mucha curiosidad.

—Es que...

—¡Ya sé! No incluiste en tú calendario algo como esto.

Emily solamente lo vio con cara de queja, pero luego de unos segundos se animó a leer el nombre de quién la enviaba.

«Eleazar» pensó.

—¿Es bueno o malo? —preguntó Dany luego de verla tan pensativa.

—No lo sé, dice Eleazar —respondió con duda.

—Y ¿Quién es ese?

—Justamente eso es lo que me sorprende. Al único Eleazar que conozco, es a uno con el que salí hace tiempo. Ni siquiera era novia de Julio en ese entonces.

—¿Y qué pasó con él?

—No lo sé, lo dejé de ver luego que se fue no sé a dónde. Me llevaba como siete años.

—¿Cuántos años tenías?

—Como quince, no recuerdo bien. Pero sí estuvo en mi fiesta, así que imagino que fue tipo en esas fechas. De Igual forma si es el Eleazar que yo conocí, no tendría dinero como para pagar algo como esto —señaló el arreglo.

—Quizás se volvió millonario y no te ha olvidado —bromeó, y luego se fue a su oficina sin antes recordarle a Emily que había dejado unos documentos sobre su escritorio.

Su concentración era buena, por lo que luego de un momento volvió a lo que estaba. Incluso cuando fue hora de irse a su casa, ni siquiera recordaba el obsequio por lo que salió sin él. Para su sorpresa, una limusina esperaba por ella a las afueras de las oficinas.

Un tipo de buen vestir, bajó de ella.

Usaba un traje sastre color blanco, pero optaba por algo de informalidad al no usar corbata. Incluso sus zapatos eran blancos, su peinado era hacia atrás y el toque final lo daba su mirada, al igual que una sonrisa coqueta.

—¡Emily! —exclamó con cierta alegría al verla.

Ella estaba pasmada.

—¿Qué? ¿no va a decir nada? —preguntó el tipo muy sonriente, mientras extendía los brazos.

—¿Eleazar? —preguntó atónita.

Le asustaba mucho verlo tan cambiado, y sobre todo con tanta seguridad alrededor. Era claro que no era el mismo Eleazar pobre que años atrás había conocido.

—¿Me acepta una invitación a comer alguito? —preguntó sin dejar su timbre de coquetería, y hacía una expresión de felicidad al colocar sus manos dentro del pantalón como si de alguna forma estuviera nervioso.

—Es que... ¡Wow! Créame que me tiene muy sorprendida de verlo, y más así tan cambiado.

—¿Entonces la sorprendí?

—¡Claro! Años sin verlo, y de la nada se aparece así —señaló la limusina.

—¿Le gustó el arreglo?

—Sí, gracias.

—¿Y entonces qué dice? ¿Vamos?

—Si le soy sincera me encantaría, pero... recién estoy teniendo unos problemas familiares y no tengo cabeza para otra cosa.

—Pues con justa razón entonces, así se distrae. ¡Por los viejos tiempos!

—Está bien, únicamente porque me da mucha curiosidad saber qué pasó con usted en todos estos años que se perdió —sonrió—. Enserio está muy cambiado.

Emily seguía impresionada.

—Ya los treinta años no perdonan —rio.

Él abrió la puerta de la limusina como todo un caballero.

Había cierta emoción por parte de ella, ya que Eleazar seguía siendo guapo, claro que los siete años que le llevaban se notaban, pero la forma de vestir y comportarse le gustaba.

—Cuénteme ¿Cómo ha estado? ¿Qué ha hecho en todos estos años? —preguntaba él mientras servía champán.

—En realidad no tengo mucho que contar, lo mismo que usted siempre supo quería lograr.

—Estudió administración entonces, le siguió la contraria a su papá.

—Totalmente.

—Esa es la Emily que yo conozco.

—Y usted, ¿usted qué ha hecho con su vida? Porque por lo que veo le está yendo muy bien.

—Muchas cosas, pero la aburriría si comienzo a contar. Digamos que solamente entré en un buen negocio.

—¿De qué? —preguntó ella un poco seria.

—Bienes raíces —respondió él con cierta duda.

Sabía que Emily trabajaba en una oficina de bienes raíces por lo que dijo eso, sabía que, si decía la verdad, sería el primer: pero que se encontraría. Ella difícilmente estaría de acuerdo con los negocios que manejaba, y lo más seguro es que hubiera salido huyendo de inmediato de la limusina sí él le contaba la verdad. 

Continuă lectura

O să-ți placă și

260K 19.1K 95
»Te odie o te odio?« »Me quebraste« »Me lastimaste« »Pero ahora cambiaste«- pensó la chica del cabello naranja. OBRA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE. Cód...
3.7K 388 9
Win, Gun, Kris y New decidieron ir a la fiesta bienvenida de la universidad, jurando entre ellos que disfrutarían su primera fiesta de universitarios...
7.8K 1.8K 38
Nosotros somos los que tomamos la decisión, si vivimos o dejamos que el miedo elija. Vanessa es todo lo contrario a Noah, pero, de cierta manera los...
47.5K 2.1K 38
Esta historia se basa en dos chicas con vidas diferentes una es actriz y la otra es una Barista. Daniela Calle sus papas murieron en un accidente de...