EMERY.
Todo el aire es retenido en mis pulmones mas tiempo de lo necesario, observo al chico extraño sorprendida, es él.
Este suelta mi brazo, introduce sus manos a sus bolsillos y me mira con una sonrisa de medio lado, cuando este da media vuelta para seguir su camino de inmediato mi mano toma su brazo.
Sus pasos se detienen, voltea su cabeza y me mira elevando sus cejas, humedezco mis labios y aclaro mi garganta.
Observo a mi alrededor, las personas me miran, frunzo mi ceño y bajo mi mirada, por que me miran de esa forma, no lo entiendo.
Creo que intentaba suicidarse...
Craig murió por su culpa...
Dejo caer mi mano del brazo del chico extraño, me quedo quieta en mi lugar y comienzo al escuchar los murmullos.
Frunzo mi ceño al escuchar con claridad algunos de ellos, no es verdad, no intentaba hacerme daño, mi pecho se oprime y mi labio comienza a temblar.
Mi mano es tomada por otra más grande, elevo mi mirada y me encuentro con esos ojos profundos del chico extraño.
Lo miro confundida al sentir como entrelaza mi mano con la suya, ignoro la electricidad que produce en mi cuerpo y entrecierro mis ojos.
Abro mis labios para decir algo, pero mis palabras se ven cortadas cuando el tira de mi mano caminando al interior del instituto.
—¿Qué haces?— Pregunto en un susurro tratando de seguir su ritmo, él no responde, solo sigue caminando.
Nos detenemos frente a mi casillero, el jala mi brazo y me empuja suavemente hacia mi casillero chocando mi espalda contra este.
Su cuerpo se acerca peligrosamente al mío, elevo mi mirada hasta la suya.
Es apuesto, mucho, y lo sabe, pero hay algo en él, un misterio en sus ojos que me llaman para resolverlo.
Su mandíbula se marca, mi corazón comienza a golpear contra mi pecho, suspiro para tratar de calmarme.
Error, su aroma entra en mi sistema y un fuerte mareo hace que todo en mi cabeza de vueltas.
Conozco este aroma, es dulce y prohibido...
—Oye, ¿estas bien?— Escucho como intenta llamar mi atención, cierro mis ojos y frunzo mi ceño.
Siento dos manos en mis mejillas, obro mis ojos e intento enfocar a la persona frente a mi, al distinguir el rostro del chico extraño tomo sus manos de mi rostro y las aparto.
—¿Quién eres— Pregunto con voz dura, el me mira unos segundos y luego sonríe de medio lado, maldición.
—Me llamo Claxton— Dice elevando sus hombros.
Una vez que me recupero de mi mareo totalmente, coloco mis manos en su pecho y hago distancia entre su cuerpo y el mío, el eleva sus cejas pero no dice nada.
—Creo que no entiendes, lo que pregunto es, ¿Qué eres?, se que estuviste en el incendio del bosque y me salvaste de ese lugar- Acuso mirando directamente sus ojos.
El me mira en silencio, jadea y ríe negando con su cabeza, pasa su mano por su cabello y ladea su cabeza mirándome sin decir ninguna palabra.
—Dime que eres— Murmuro dando un paso hacia él, este entre abre sus labios y los vuelve a cerrar bajando su mirada.
Aprieto mis labios en una línea dura, miro hacia un lado y todo mi enojo se esfuma al ver a un grupo de chicas mirarme y murmurar entre ella, frunzo mi ceño y bajo mi mirada intimidada ante las miradas.
—No dejes que te intimiden— Susurra con voz ronca el chico frente a mi, aprieto mis puños y lo miro elevando mi barbilla.
—¿Piensas que me intimida el que hablen de mi?, no me molesta- Murmuro tratando de aparentar voz tranquila.
Claxton me mira y puedo ver compasión en su mirada, me enderezco, y lo miro de forma seria mi cuerpo se estremece al recordar sus ojos en llamas, frunzo mi ceño confundida.
El doctor dijo que podría tener alucinaciones.
La voz de Carter hace eco en mi cabeza, y si todo fue una alucinación, tal vez nada de lo que vi ese día fue real.
Elevo mi mirada, él aun me mira, tan profundamente como si pudiera leer mis pensamientos, muerdo el interior de mi mejilla.
—Gracias por lo del auto— Susurro, acomodo mi bolso en mi hombro y doy la vuelta para caminar hasta el aula.
Cierro mis ojos unos segundos al sentir su presencia caminar a mi lado, al doblar por el pasillo miro de reojo como el me sigue, suspiro y detengo mis pasos.
Cruzo mis brazos y volteo, el se detiene y eleva sus cejas, sonríe y me mira en silencio.
—¿Acaso eres un acosador?, ¿podrías dejar de, seguirme?- Murmuro incómoda.
—¿Acosador?— Dice mientras su sonrisa se amplia.
Muerdo el interior de mi mejilla, parece divertido con la situación, humedezco mis labios y asiento.
—Tengo que ir a clase también, pero si te incomoda puedo tomar el otro pasillo— Miro a mis lados, le doy una ultima mirada y asiento para luego seguir mi camino.
Mientras camino por el pasillo aparentado que me encuentro bien recibo miradas de diferentes personas.
Pasará, con el tiempo todo volverá a la normalidad, volveré a ser invisible para ellos, solo tengo que ser paciente.
Repito en un susurro varias veces para mi misma.
Aprieto la tira de mi bolso al sentir la presencia de ese chico extraño detrás mío nuevamente, puedo sentir su aroma, respiro profundamente molesta.
—Podrías dejar de...— Mis palabras se cortar cuando volteo y no encuentro a nadie —Seguirme— termino en un susurro, bajo mi mirada confundida.
***
Me acomodo en mi asiento, generalmente me siento en las primeras mesas pero ahora estoy en una de las últimas.
Tomo el libro de química de mi bolso y lo coloco en la mesa, con una de mis marcadores comienzo a subrayar algunas formulas importantes.
Mi cuerpo se tensa cuando los alumnos comienzan a entrar, los campos poco a poco se van llenando y agradezco no recibir tantas miradas.
La silla a mi lado es retirada, enfoco mi mirada en la persona y sonrío cuando me encuentro con los grandes ojos de mi mejor amiga, ella sonríe y se acomoda.
—¿Te encuentras bien?, he escuchado algunas cosas realmente jodidas, desearía patearles el trasero a todos— Sonrío débilmente y me enfoco en mi libro.
—Craig no debió de buscarme, él era realmente importante aquí, muchos de ellos lo amaban, ahora soy la villana, lo sé— Mi voz se va debilitando en un susurro inaudible.
Mi amiga se levanta de su asiento y me abraza, aclaro mi garganta y sonrío.
Cuando el profesor Kerrington ingresa, todos toman asiento, su mirada cae en mi aclara su garganta y comienza la clase.
***
Observo el reloj en mi muñeca, falta una hora para terminar la ultima clase, lo peor es que está realmente aburrida.
Miro a algunos de mis compañeros, bostezos adornan a cada uno de ellos, volteo mi mirada hasta mi amiga, sonrío al verla dormir con su libro frente a ella ocultándola.
Escucho al profesor explicar la materia, un sonido agudo atraviesa mi oído, frunzo mi ceño y cierro mis ojos, esperando a que pase.
Jadeo al sentir que el sonido se intensifica, llevo mis manos a mi cabeza, abro mis labios pero mis palabras no salen, mi vista se distorsiona.
Logro enfocar al profesor pero el sigue explicando. Cuando el sonido pasa, puedo escuchar con claridad, respiro pesadamente.
El profesor deja la pizarra y se sienta en su escritorio, volteo a mi amiga pero aun esta dormida con su libro en su rostro.
El sonido del reloj en la pared se hace más fuerte ante el silencio, tomo mi lápiz para copiar la materia, intento leer lo que dice en la pizarra, entrecierro mis ojos y las palabras se aclaran.
Los demonios están ocultos entre nosotros...
Frunzo mi ceño, sacudo mi cabeza y bajo mi mirada hasta mi cuaderno, parpadeo al ver la hoja de mi cuaderno llena, escrita con las mismas palabras.
Ángeles Caídos.
Cambio la hoja pero también esta llena, sigo pasándola continuamente de forma desesperada, todas tienen las mismas palabras.
—Emery— Escucho una voz profunda, elevo mi mirada pero no encuentro a nadie.
—¡Emery!—
Doy un salto y abro mis ojos, me acomodo en el asiento y elevo mi mirada hasta la del profesor Kerrington, este acomoda sus lentes y cruza sus brazos.
—Le recuerdo que dormir en clases no esta permitido— Dice con voz reprobatoria.
Bajo mi mirada, y trago con dificultad, escucho un suspiro por parte del profesor.
—Ve a la enfermería, pareces cansada— Murmura ahora en silencio para dar la vuelta y caminar hasta su escritorio.
Me quedo unos segundos quieta y río suavemente sin gracia, supongo que hasta el profesor Kerrington siente pena por lo ocurrido.
Comienzo a guardar mis pertenencias, una delicada mano pálida toma la mía deteniéndome, enfoco a Carrie, una mirada preocupada remplaza la brillante mirada de siempre.
—Lo siento, pensé que no te notaría desde aquí atrás, nunca duermes en clases, así que supuse que no has esto durmiendo bien— Explica preocupada.
Sonrío para mostrar que no pasa nada, pero su mirada no cambia.
Es verdad, las pesadillas en las que aparece Craig no me dejaban conciliar el sueño, una vez que despertaba no podía volver a dormir.
—Te veré en el almuerzo— Susurro.
Tomo mi bolso y camino hasta la puerta, sintiendo las miradas en silencio de los demás.
Salgo del aula y camino por el pasillo hasta la enfermería, paso mi mano por mi rostro y me detengo, me recargo en la pared y suspiro.
Bajo mi mirada hasta mis zapatos, un nudo se forma en mi garganta, suspiro de manera temblorosa, los pasillos están vacíos.
—Emmy— Levanto mi mirada y observo a Carter caminar hacia mi.
Me acomodo y limpio mi mejilla rápidamente, aclaro mi garganta y lo observo hasta que llega frente a mi, este sonríe de manera brillante e introduce las manos en los bolsillos de su jersey.
—Carter— Digo y simulo una sonrisa.
El ladea su cabeza, baja su mirada y la levanta para mirarme de forma seria, me estremezco en mi lugar, algo en mi me advierte sobre él.
Carter a cambiado, hay algo distinto en el.
....
Capítulo nuevo 💚
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