4. Tercera Guerra Mundial
Rebecca Montelli.
Roma, Italia.
Presente...
La oscuridad es mala. La oscuridad es mala. La oscuridad es mala.
La oscuridad, las sombras, amar, sí, amar es malo, muy malo. El amor nos mata. Nos mata y nos da vida ¿se puede ser veneno y antídoto a la vez? La confianza en los demás es como la luz en un mundo moribundo... De hecho tiene sentido, la oscuridad somos todos nosotros, los humanos, y somos malos, matamos a la Tierra poco a poco, la hundimos, irónicamente al acabarnos el agua, contaminamos el aire hasta hacerlo venenoso, hasta que convertimos eso que nos salva en nuestro asesino también.
Nosotros somos la oscuridad viviendo, o mejor dicho sobreviviendo, entre más oscuridad.
Mi maestro de historia dijo que la Tercera Guerra Mundial inició por culpa del miedo. Yo añadiría que fue también por culpa del egoísmo. Mi maestro nos contó a mis hermanos y a mí que el medio ambiente era insostenible, toda Europa agonizaba, sabían que estaban en sus últimos momentos; la lluvia ácida mataba a las pocas cosechas que quedaban y que hubieran podido ayudar a las personas, al menos los ayudaría a no morir tan rápido porque la muerte seguiría ahí; al fin y al cabo. La capa de ozono a nivel global, prácticamente, se había vuelto tan delgada que era como si no existiera, los rayos solares entraban a la atmósfera sin filtros, y poco pasó para que comenzaran a darse cuenta de las consecuencias: personas muriendo quemadas. Los protectores solares eran una burla, no servían de nada, la gente tapizaba las ventanas con pintura negra y madera para que ni un rayo de sol entrara, comenzaron a salir sólo por la noche, y aun así el calor era desesperante, salían para buscar y robar comida, agua, medicinas... la sociedad era cada vez más reducida, no había más qué robar, no había medicinas, se habían agotado, o quizá los ricos las habían acaparado para ellos, no se sabe, no había comida, la lluvia ácida la volvía inservible y no era lo único que hacía, sino que también volvía inservible al agua misma, era tóxica, como el aire y las personas continuaban usando automóviles... personas estúpidas, el petroleo había perdido importancia, la gasolina casi se regalaba, a nadie le interesaba, era como darle al mundo, o mínimo a Europa, su última cena, esa cena que se les da a los presos la última noche que vivirán porque están condenados a morir.
Entonces, alguien recordó que el instinto natural del hombre es sobrevivir.
La Unión Europea, que parecía haberse disuelto cuando el apocalipsis iniciaba, reapareció. Dijeron que tenían una solución, siempre dicen que tienen soluciones, necesitaban que un país de La Unión se ofreciera como voluntario para ver si funcionaba, Italia lo hizo, el presidente aceptó. En ese entonces aún se vivía bajo la idea de una República, de que la democracia era lo mejor, de que un presidente era lo más oportuno. En ese entonces... cuando la Tercera Guerra aun no empezaba.
Primer paso del plan-salvemos-al-mundo: Se lanzaron misiles al cielo, misiles que no tenían como objetivo atacar a ningún país, sólo se dirigían al espacio, una vez que llegaron a la estratosfera los misiles detonaron lanzando sobre el territorio de Italia sustancias químicas, ya no para salvar a la capa de ozono, eso ya había quedado muy atrás, sino para crear un sustituto, pero como todo lo que se copia, no era igual al original. Se creó una especie de cúpula sobre el país, ésta tenía la apariencia de humo gris, un humo que se mantuvo en lo más alto del cielo, los rayos solares volvían a ser detenidos, eran menos mortales. Un punto a favor para los seres humanos. El sol se vio desde ese momento como una bruma dorada, espesa, pesada. Pero eso era mucho mejor que morir con la llamarada solar.
Segundo paso del plan: revitalizar el aire. El gobierno repartió latas de alimentos y galones de agua potable entre el pueblo, estaban apostando todo a esta solución, entregando las últimas reservas que poseían. Durante 235 días nadie salió de sus casas, las familias debieron racionar su comida y agua. Dos semanas antes habían llegado enormes maquinas plateadas que se movían tan lento como tortugas, o eso se dijo, se distribuyeron en varías zonas estratégicas por todo el país, eran maquinas creadas por los alemanes que no quisieron ponerlas a prueba en su país por miedo a los efectos negativos que éstas podrían traer, como mutaciones en el aire a largo plazo. Las maquinas atraían el aire contaminado, pasando por diminutas cámaras de purificación extrayendo las partículas venenosas de las moléculas de H2O, una y otra vez, cada vez de manera más meticulosa, hasta que... 200 días después se dijo que el aire estaba limpio, otra vez. Durante 25 días se repartieron tanques de oxígeno por familia, se les obligó a respirarlo, dolía hacerlo, la gente se había acostumbrado a un aire sucio, contaminado, se había adaptado, pero los estaba matando. 10 días y todos se acostumbraron al oxígeno, entonces se les dejó salir al exterior.
El plan de La Unión Europea estaba funcionando, se tenía programado ponerlo en práctica con el resto de Europa, unos antes que otros, claro... España, Francia, Alemania, Reino Unido, Portugal, todo el continente... Y entonces pasó.
El miedo del que habló el profesor... Estados Unidos de América atacó a Italia, con algo simple, una muerte, un golpe de Estado. El presidente de Italia muerto. El caos se extendió por todo el país y sin embargo, habían atacado a la persona incorrecta. Estados Unidos quería detener el progreso del país, la guerra inició. La Unión Europea defendió sus países, a la par que toda América, salvo algunos países del sur, se unieron a ella. Luego Asia, se dividió. China y Rusia con Europa, el resto con América. África y Oceanía se mantuvieron al margen. Y así La Tercera Guerra Mundial se convirtió en La Guerra de los Continentes. Armas bioquímicas ¿por qué no envenenar más al mundo? Muertes por millones ¿no moría ya gente suficiente? Hundimientos de islas y grandes porciones de tierra, el mundo se hacía más pequeño.
Después, cuando la Guerra se volvió insostenible, se acabó. Mejor comida que balas. Supongo que pensaron eso en aquellos años. América se rindió, no tenían nada que Europa quisiera realmente, los dejaron morir solos. No pasó. No murieron, o al menos no todos.
Mientras todo eso pasaba, con la muerte del presidente de Italia, una guerra civil se abría paso en el país, todos querían el poder del mejor país de toda Europa, de todo el mundo. Una familia lo obtuvo. Una familia con poder económico, una familia con muchas promesas de mejora para el pueblo, para el país entero. La familia Radetti.
Usaron un argumento que todos creyeron; un presidente estaría muy poco tiempo para crear un cambio verdadero, una dictador siempre tendría miedo de perder el poder con su muerte, y puede que cuando acabase su vida, también sus mejoras. Sólo una solución. Una monarquía que viera por el bien del país sobre todas las cosas.
La familia Radetti, se volvió la familia real de Italia. Sus hijos y los hijos de sus hijos gobernarían al país. Por siempre... Las cosas por su nombre.
La Tercera Guerra había acabado con La Unión Europea y con ella, se acabaron los planes, las naciones no tenían los recursos necesarios para salir a flote y nadie ayudaría al otro con la posibilidad de que fuera más poderoso que él. Prefirieron morir antes que ayudar, es como esa tonta frase de "si no lo tengo yo, no lo tendrá nadie" Los demás países jamás serían como Italia pero quisieron ser como ellos tanto como pudieron, cambiaron su forma de gobierno por monarquías.
Las ideas de los Radetti habían convencido a más personas de lo que ellos esperaban.
Una nueva era.
Italia quiso más poder. Se adueñó por las malas a toda África. Su poder aumentó. Mejor comida. Mejor medio ambiente, parecía que todo marchaba como debía, al menos dentro del país.
A la muerte de la primera generación de los Radetti, su hija subió al trono junto con su esposo. La reina Sofía y el rey Carlo I. Pusieron en marcha las cuatro leyes. Procrear hijos. Entregarlos a ellos. O morir. También estaba la opción de morir. Que buenos, amables, condescendientes y benévolos gobernantes.
Los Radetti eran la luz, la esperanza, la fe...
La oscuridad es mala.
Pero la luz... La luz no es mucho mejor.
"Rebecca. Rebecca. Rebecca" Escucho mi nombre, parece un susurro viajando desde ninguna parte llegando a mí casi por casualidad. "Rebecca..." Lo pronuncia un hombre.
―Rebecca... ―sí, estoy segura, es un hombre, es su voz, es un susurro con la urgencia de un grito―. ¡Rebecca! ¡Despierta!
Abro los ojos. Garnett. Las venas de su cuello están hinchadas, las sienes enrojecidas.
Cierro los ojos. Oscuridad.
―¡Rebecca! ―Garnett agita mi brazo derecho, mi espalda se mueve y un dolor recorre mi cuerpo entero, obligándome a abrir los ojos―. Rebecca. No tengo tiempo, debo huir del país. Debo irme antes de que sea muy tarde ―sus palabras van tan rápido que mezclados con el dolor vuelve todo desesperante―. Debo irme, Becca, debo irme. Busca a Estefan, no puedo... ―sus ojos viajan de la puerta a mí cada cuatro segundos―. No puedo llevarte conmigo, estás en mal estado, pero sé que mejorarás. Mi padre ―se limpia el sudor de la frente― no es lo que todos piensan.
Mi cuerpo me vence. Mis ojos se cierran, siento mucho frío, el pecho me duele, siento que mi corazón aumenta su ritmo. Su voz sigue ahí pero no la entiendo.
Lucho en mi contra y vuelvo a abrir los ojos, muerdo mi labio tratando de ahogar los gritos que el dolor me está provocando, entierro la uñas dentro de mis palmas, fijo mi vista en los labios de mi amigo.
Mi mejor amigo.
―Volveré por ti y por tu familia. Volveré por mi madre. Volveré por... ―Edeline, sé que le gustaría decir, pero no lo hará―. Lo prometo ―sus ojos se llenan de lágrimas, se acerca más a mí y pega sus labios a mi frente, se sienten tan fríos―. No les creas sobre nada de lo que te digan, sobre todo si lo dice mi padre. No creas nada de lo que veas o escuches.
Aprieta los puños, lleno de ira.
Una caricia sobre mi cabello, una despedida, odio las despedidas. Nunca sé si volveré a ver a esa persona.
Camina a la puerta, toma su abrigo negro, se lo pone casi corriendo mientras que a mi vista se vuelve borroso, parpadeo una y otra vez, ahora veo dos de Garnett, dos como él, aun lleva la ropa del baile, el abrigo le ha cubierto una mancha de sangre en la camisa blanca al nivel del abdomen, debió ser mi sangre. Ahora recuerdo porqué me duele tanto mi cuerpo. Llevo mi mano al abdomen, Garnett se asoma por la ventana, revisa su reloj, se pone la capucha sobre su cabeza ocultando la mitad de su rostro. Observo mi mano, está llena de sangre.
―Lamento lo del disparo, ya sabes... No era la intención. Pero creo que debo darte las gracias, jamás me hubiera perdonado hacerlo ―matar a Edeline, no lo hice por eso, ella no debía morir, así de fácil―. Las puntadas se abrieron, en ―ve denuevo el reloj― siete minutos llegará un médico, no te preocupes.
Tres minutos después la puerta se abre y entra una chica de piel morena, lleva otro abrigo puesto. Es Lara.
―Vamos, todo listo ―le dice a Garnett y éste asiente.
―Adiós, Becca ―susurra él. Abre la puerta, sale Lara, se pone la capucha, y Garnett me lanza una última mirada―. Volveré.
Y se va dando grandes zancadas por los pasillos del palacio real, se va mi mejor amigo cerrando la puerta tras de él, dejandome a sus espaldas, huyendo del país por alguna razón que no me ha confiado con una chica casi desconocida. Las garras de la oscuridad se vuelven despiadadas y me toman entre ellas, rasgandome el alma, el frío aumenta, suelto un grito que me lastima la garganta, me duele todo, incluso los dientes.
La oscuridad es igual que la luz. Ya no hay salida.
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Bien... Como pueden ver Sin Luz no es narrado como Sin Alas lo fue, con casi el 80% de los capítulos contados desde el punto de vista de Edeline Radetti. Sí, ella inició como la protagonista de la historia pero ha dejado de serlo, desde mi punto de vista personajes como Carson, Garnett, Rebecca y Enrico son mucho más que personajes secundarios o incidentes, son tan importantes como Edeline y este segundo libro lo demostrará.
Ahora, si hay algo que haya duda con gusto puedo responder, amo ver sus comentarios, espero que este capítulo haya dejado más clara la situación global y de como pasó todo con Italia.
Los capítulos serán narrados por los personajes que mencioné antes según la historia lo requiera.
Besos, mis flechas de oro. (A veces soy demasiado melosa jejeje).
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