SESSHOMARU Y RIN- LA HISTORIA...

Bởi EiiRooMii

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Luego de haber pasado unos años desde que Sesshomaru deja a Rin en la aldea, ella crece y decide entrenarse... Xem Thêm

Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5

Capítulo 1

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Bởi EiiRooMii

-¡Rin!- la llamaba la anciana Kaede saliendo corriendo de la aldea en dirección al bosque buscando a la joven.-¡Rin! ¡Rin!.

-¿Qué pasa abuela Kaede? - Rin Apareció de detrás de un árbol. Ella se encontraba recogiendo agua de un pequeño arroyo hasta que escuchó a la anciana Kaede llamarla.

-Vamos, rápido, otra aldeana esta por dar a luz y necesito tu ayuda. Vamos Rin.

La joven dejó los cubos de agua y siguió a toda prisa a la anciana.

Desde que Sesshomaru la dejó ahí, la anciana Kaede se encargó de cuidarla. Rin le comenzó a tener mucho cariño a ella, logrando llamarla "abuela". Siempre la trataba de ayudar en lo que podía, y fue así cómo aprendió a asistir a partos.

Al llegar a la aldea, Rin vio a la mujer acostada sobre una fina manta en el suelo. Se notaba el dolor que estaba pasando, estaba a punto dar a luz.

Rin se acertó a ella y le tomó la mano.

-Tranquila, todo estará bien, tu hijo saldrá sano y salvo.

La mujer gemía de dolor.

- ¿Ya tomó el caldo fuerte y fue bañada en agua caliente?

-Sí anciana Kaede, lo hemos hecho tal como nos dijo - Respondió el esposo de la mujer que iba a dar a luz.

-Respira hondo y trata de relajarte - Una vez ya acostada la mujer, la anciana Kaede comenzó con la labor del parto. - Respira hondo, retén el aire unos segundo y luego suéltalo.

Rin le tomó la mano a la mujer, ella sabía lo difícil que era dar a luz. Su experiencia en esto no era propia, ella no tenía hijos, pero con solo asistir a los partos podía entender lo doloroso que era. Pero a su vez era un momento en el que la mujer demostraba lo fuerte que podía llegar a ser, el dolor que podía llegar a soportar. Era un dolor que valía la pena, ¿acaso no es hermoso ver como una pequeña vida crece dentro de ti?. Tener la oportunidad de traer vida a este mundo.

-Muy bien joven. Abre las piernas - La anciana Kaede le daba instrucciones a la mujer y esta las seguía. - Puja, vamos.

Comenzó a hacerlo de forma suave, era muy doloroso y sobre todo en aquella época que no había asistencia de profesionales. Todo había que hacerlo con mucho cuidado, de lo contrario, el bebé podía llegar a morir e incluso la vida de la madre corría también peligro.

-Vamos, puja un poco más fuerte

La mujer comenzaba a sudar debido al esfuerzo hecho. Cada vez apretaba más la mano de Rin  cada  vez que gritaba.

-Respira y puja.

-¡¡Ahhhh!!

La mujer cada vez hacía más fuerza.

-Vamos, ya veo la cabecita. Sigue así.

Realmente era admirable ver cómo luchaba la mujer, todo el esfuerzo que hacía, todo el dolor que sentía pero aún no se rendía.

Los gritos de la mujer se hicieron cada vez más fuertes. La anciana Kaede la animaba a que pujara más y con más fuerza.

El padre del niño miraba expectante la escena, estaba distante y Rin lo notó.

-Señor, acérquese - Le pidió Rin tendiéndole la mano de su mujer.

Él miró a Rin, pero inmediatamente tomó la mano de su esposa. Pareciera que esto le dio más fuerza la mujer.

-¡Puja! ¡Ya está saliendo!

Un último esfuerzo más...

Y en la suave noche de primavera se oye los llantos del niño llegando al mundo.

-Felicidades,al parecer su hijo es un hombrecito- Los felicitaba la anciana mientras envolvía al niño en una manta.

-Rin, ven. Sostén al niño mientras corto el cordón.

Se acercó al pequeño y lo rodeó en sus brazos mientras miraba sus pequeños ojitos cerrados, esos ojitos que cuando los abra se reflejarán su inocencia, su genuidad, su curiosidad.

Luego miró a los padres, cuyos rostros era de felicidad. Los ojos de la mujer demostraban el cansancio y esfuerzo que pasó, pero radiaban felicidad, amor. El padre no se quedaba atrás, su mirada era de amor, hacia su mujer por la batalla dada, y a su hijo, a esta nueva criatura que llegaba al mundo.

- Es un hombrecito muy lindo- decía Rin con una sonrisa en su rostro.

- Muchas gracias - agradecieron los padres.

Una vez la anciana Kaede hubo terminado de cortar el cordón, Rin le entregó el niño a sus respectivos padres.

Aquel ambiente era uno de paz. A pesar de toda la sangre que se derramó hace años atrás, todo los que los pueblos sufrieron, todas las desgracias que trajo la Perla de Shikon, muchas personas lograron reconstruir su vida.

Incluso Rin logró tener una vida común, logró sentir la calidez de tener una familia. Ya no se sentía sola.

Aunque ella hace mucho tiempo que no se sentía sola, y no fue precisamente cuando comenzó a vivir en aquella aldea que dejó de sentirse así.

Ella estaba rodeada de personas que las querían, personas que la cuidaban y protegían, y estaba muy feliz de ser así, pero había algo que le faltaba, había un pequeño hueco en su corazón que no podía ser llenado.

-Ya vuelvo abuela Kaede, voy a buscar Yerbas Medicinales para la recuperación más rápida de la señorita-Decía Rin.

-De acuerdo Rin, pero ten cuidado en el bosque por si aparece un demonio-Le advertía la anciana.

- No te preocupes Abuela Kaede, tengo veinte años, sé cuidarme- Le decía la joven mientras iba saliendo de la cabaña.

Era verdad, ella se había convertido en una hermosa joven de veinte años. Seguía teniendo aquella amabilidad, aquella inocencia. Aquel gran corazón. Seguía siendo la misma que cuando fue niña. La diferencia era que había crecido y lucía realmente hermosa.

Con su cabello negro y fino que le cubría su espalda. Con aquel cerquillo característico de ella que llegaba a peinar aquellos brillantes ojos castaños con los que poseía una dulce mirada. Con aquella piel medianamente blanca y suave, tal como la seda. Con aquel kimono azul que le había regalado años atrás el señor Sesshomaru. Y con aquellas sandalias, se dirigió al bosque.

- Señor Sesshomaru... Susurró para sí.

Lo extrañaba mucho. La última vez que lo vio fue aquella vez que le dijo aquellas palabras que la hicieron sonrojar. Aquella vez que aseguró que sus corazones estaban conectados. Y si es así, ¿Él siente la angustia que ella posee por no verlo?. Si es así, ¿Por qué no la ha venido a ver?.

Él dijo que ella tenía que analizar su corazón, pero nunca hizo falta. Siempre supo que quería estar a su lado, él era su familia.

Al llegar al bosque comenzó a recoger hierbas medicinales. No tardó demasiado, ya que al poco tiempo regresó a la aldea donde inmediatamente preparó la receta.

-Aquí tiene, esto le ayudará a que se recupere pronto. - Rin le alcanzó a la mujer un pequeño tazón de madera con un líquido dentro.

-Muchas gracias Rin, eres muy dulce- le agradeció la mujer y lo bebió.

- Es hora de irnos Rin

-Sí abuela Kaede. - Luego se dirigió a la mujer - Espero que recupere. Felicidades por el hijo, adiós.

-Adiós Rin, cuídate.

-Gracias, lo haré.

-Es una buena chica, se merece a una buena persona a su lado - Comentaba la mujer una vez que Rin cruzó la puerta.

Pero Rin demoró un rato en salir de la cabaña y la anciana Kaede comenzó a caminar sin percatar que la joven no la seguía. Rin había perdido de vista a la anciana Kaede. Debería encontrarla pronto. Era de noche y en la oscuridad acechaban peligrosos demonios en busca de carne humana

-¡Anciana Kaede! - Gritó, pero nadie respondió a su llamado.

-¡Anciana Kaede! - Volvió a intentar.

Inconscientemente se fue alejando de la aldea en dirección al bosque.

Intentó llamarla una y otra vez, pero nadie respondía. Cada vez se sentía más perdida.

¡Cruck!. Hubo un sonido seco.

-¿Abuela Kaede? - Al voltearse no fue precisamente con la anciana Kaede que se encontró, sino con ciempiés gigante.

-¡AHHHHHH!

El demonio trató de atacarla, pero ella comenzó a correr. El miedo le invadía, y esto provocaba que sus pasos sean torpes, tropezándose con todo lo que estaba a su paso.

No sabía donde estaba, ni sabía hacia dónde corría.

Estaba tan nerviosa y, sobre todo, tenía mucho miedo.

¿Acaso iba a morir en ese momento?. ¿Iba a morir sin poder ver el rostro de su Amo Sesshomaru una vez más?

-¡Señor Sessh...! - No, él no estaba ahí. Él no podía salvarla. ¿Por qué debía depender siempre de los demás?.

Cuando era pequeña siempre estaban para protegerla. Siempre estaba Jaken o su Amo Sesshomaru. Pero ahora él no estaba.

¿Por eso la dejó en la aldea? ¿Acaso ella era una carga para él?.

Lo extrañaba mucho, deseaba verlo.

Comenzó a llorar, su vista se nublaba cada vez más y esto hizo que no viera el pozo el que se dirigía, y fue así como se tropezó y cayó.

¿Iba a morir sin ver a su Amo Sesshomaru?.

El ciempiés se preparó para atacarla.

Al parecer sí.

Cerró los ojos. ¿Qué más iba a hacer?. No podía defenderse, no sabía cómo hacerlo.

Iba a morir allí...


Algo atravesó el cuerpo del demonio provocando la muerte.


- ¿Señor Sesshomaru? - Susurró para sí misma.

Su expresión pasó a ser una de felicidad a una decepción.

No, no era él. ¿Por qué no aceptaba ya que él ya no estaba con ella?.

-¿Estás bien?

-Sí señorita Kagome.

-Nos tenías muy preocupados. La anciana Kaede te buscó por todos lados y no te encontraba. Pensé que quizás te habrías perdido en el bosque. Menos mal que vine.

-Muchas Gracias señorita Kagome.

-No es nada Rin. Vamos, toma mi mano y sal de ahí. - Le extendió la mano y la ayudó a salir.

Definitivamente él no estaba ahí. Hace más de dos años que no lo veía y lo extraña de la forma más dolorosa. Hay momentos en los cuales quisiera volver a ser pequeña, donde permanecía a su lado. Aunque es cierto, debía ser sincera consigo misma, ella llegaba a perjudicar al señor Sesshomaru. ¿Cuántas veces Naraku la tomó como señuelo para intentar matar a su amo?. Y en todas aquellas veces no pudo hacer nada más que mirar.

-¡Rin! Que bueno que estés bien.

-Anciana Kaede - Susurró, y luego fue envuelta en sus brazos.

-Estábamos preocupados por ti. Venías caminando detrás mio y de pronto no te vi. Le tuve que pedir ayuda a Kagome para que te fuera a buscar.

-Un ciempiés casi ataca a Rin. He llegado justo a tiempo - Comenta Kagome - Debo irme, mis hijos me esperan. Adiós anciana Kaede.

-Muchas gracias señorita Kagome - Rin la vio cómo se alejaba.

-¿Te ocurre algo Rin?

-Abuela Kaede, necesito hablar contigo.

-Entremos.

Ambas entraron a la cabaña para hablar más augustas.

-Abuela Kaede - Comenzó una vez tomado asiento - Debo irme.

-¿Qué? ¿Cómo dices Rin? ¿Por qué?

La anciana se mostraba notoriamente sorprendida por aquella repentina noticia. Nunca pensó que Rin se marcharía de allí, pensó que estaba muy cómoda allí, que vivía la vida que siempre soñó desde que murieron sus padres. Sabía que cabía la posibilidad de que Sesshomaru la fuera a buscar, pero siempre lo veía tan lejano, pero estaba más cerca de lo pensado, y debía admitir que le costaba aceptar aquello, la había criado como la nieta que nunca tuvo. Ahora podía comprender el inmenso cariño que llegó a sentir Sesshomaru por aquella pequeña humana. Los sentimientos de ella eran tan puros, su corazón era tan cálido. No ponía en duda que ella había logrado despertar la mejor parte de él, podía ablandar hasta el más duro corazón.

-¿Acaso Sesshomaru te ha venido a buscar?

-No, y ese es el problema. -Bajó la mirada - No ha venido porque aún no estoy preparada, abuela Kaede. Yo... debo entrenar duro. Lo he decidido, quiero que Kohaku me entrene para ser una exterminadora, solo así lograré defenderme ,sólo así podré estar junto al amo Sesshomaru.

-Rin...

La anciana Kaede no podía creer aquello. ¿Realmente Rin estaba dispuesta a hacer todo aquello por un demonio que recalcó hasta el cansancio el odio inmenso que le tenía a los seres humanos?. ¿Realmente él se merecía el amor tan grande que albergaba Rin en su corazón?. Un demonio que está dispuesto a matar a cualquier ser que se interponga en su camino, ¿merecerá semejando amor?

-Abuela Kaede, por favor...

-Rin - Miró directamente aquellas perlas marrones - ¿Sesshomaru merece tu esmero para permanecer junto a él?

Silencio.

Rin pensaba. ¿Qué clase de pregunta era aquella?. Claro, él se merecía eso y más. Él fue su familia cuando más sola se encontraba. Él le dirigió la mirada cuando nadie más lo hacía. Él la defendió cuando era atacada, a diferencia de aquella aldea que vivía agrediéndola. Él se merecía eso y más.

-Sí, abuela Kaede.

-Está bien pequeña, ve con Kohaku.

Los ojos de la joven se iluminaron. ¿Realmente la anciana Kaede la había dejado?. Su felicidad era inmensa, pero su angustia no quedaba atrás. Sabía que al irse de la aldea implicaba alejarse de su abuela Kaede, la persona que más le brindó cariño y amor en los últimos años. Con ella pudo volver a sentir aquel sentimiento de familia que tanto anhelaba desde que fue dejada allí.

La abrazó.

-Muchas Gracias Abuela Kaede. Nunca me olvidaré suyo. - Sus ojos comenzaron a humedecerse - Pero debo hacer esto.

-No llores Rin - Se apartó de ella para mirarla a los ojos - Ven a visitarme.

-Claro que sí abuela Kaede - Volvieron a abrazarse.

Y así transcurrió la noche...

A la mañana siguiente comenzó a juntar sus cosas para comenzar la partida. Quizás era un poco pronto, pero ¿por qué esperar a mas?.

-Esta bien, anda y conviértete en una exterminadora, pero ten mucho cuidado Rin -La anciana Kaede la ayudaba a juntar sus cosas, esto hizo que el trabajo hubiera sido mucho más rapido y que antes del mediodía ya podía partir de allí.

-No te preocupes abuela Kaede, ya soy grande-Le decía Rin mientras se acercaba a ella y le daba un abrazo. Luego la soltó y le dijo"Adiós", mientras se iba de la cabaña. Fuera de ella estaba Kirara esperándola, donde previamente fue llamada por la Anciana Kaede.

-Vamos Kirara, llévame a donde se encuentre Kohaku.

Kirara alzó vuelo. Se sentía tan bien el viento golpear en tu cara, se sentía tanta libertad.

No veía a Kohaku hace ya algunos años. Antes solían jugar de niños. Ambos pudieron vivir algunos años de infancia que les fueron arrebatados. Se hicieron buenos amigos, pero luego Kohaku decidió marcharse hacia unas montañas al oeste para mejorar en su entrenamiento. Desde ahí Rin no lo volvió a ver. Al fin lo volvería a ver. ¿Habrá cambiado mucho?.

Ojalá él esté dispuesto a ayudarla, era la única persona. Sango también es exterminadora, pero ella tiene a sus niños que cuidar y Rin no quería molestar.

Finalmente Kirara aterrizó luego de un largo viaje.

-¿Quién está ahí?- Se oía la voz de un chico. Si, esa voz era Kohaku.

-¿Kohaku?-Preguntaba dudosa la joven.

-Rin,¿eres tu?- El chico comenzó a acercarse a ella.

-Si que has crecido Kohaku, desde que te has venido para aquí ya no te he vuelto a ver. He tenido noticias por la señorita Sango. 

-Rin,si que has crecido. Permíteme decirte que te ves más hermosa- Tanto Rin como Kohaku se sonrojaron por aquel alago

-Muchas Gracias Kohaku

-Y ¿qué haces aquí?.

-He venido a pedirte que me ayudes a volverme una exterminadora como tu Kohaku

-Pero...¿porqué quieres volverte una exterminadora? Vives en la aldea que tienen a los guerreros mas fuerte del mundo. No tienes de que preocuparte Rin 

-Lo sé Kohaku, pero quiero salvar vida así como lo haces tu, conocer el mundo y quizás ayudarte a exterminar demonios. Por favor, ayúdame.

-Rin, puede ser peligroso para ti

-No importa, prometo que haré todo lo que me digas. Me esforzaré mucho, pero por favor.

Kohaku suspiró. No podía decirlo que no cuando ella lo miraba directo a los ojos.

-De acuerdo Rin

-¡Gracias Kohaku!

-Pero primero que nada debes tener otra vestimenta. Ven - Se dio vuelta y le indicó que lo siguiera.

-¿Adónde vamos?

-Iremos a mi casa. Allí tengo el traje de un exterminador que murió.  Creo que te quedará genial. Ven, pasa - La invitó a entrar a su casa. No era muy grande ni muy lujosa. Era pequeña y de madera, pero muy acojedora.

-Que linda casa tienes Kohaku  - Rin observaba con detalle aquella pequeña casa, observaba cada rincón.

-Gracias Rin - Le extendió la mano junto con el traje de exterminador - Ten, pruébatelo.

Kohaku salió de la cabaña para dejar su espacio a Rin.

-¡Listo! - Gritó Rin, y acto seguido salió.

-Wow, te queda increíble Rin.

Aquel traje era de la medida de Rin. No era muy diferente al de Sango, solo que los lugares donde su traje era colorido con rosado, el de Rin era coloreado de negro.

-Te queda muy bien Rin, pero empezaremos mañana,aprovecha hoy para ponerte cómoda.

-Sí,-respondió animada la chica.

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No me maten please, pero hice algunos cambios. La historia principal es la misma, solo cambié la narración y corregí muchas faltas ortográficas, espero que haya quedado mejor. Me gustaría leer sus comentarios. Y muchas gracias por todo ^^.

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