No te enamores de Ángel

Daniel_Richards

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Alex no tenia la mas mínima intención de enamorarse, no estaba en sus planes ayudar a un hombre que no era su... Еще

Un Ángel en Halloween (I)
Un Ángel en Halloween (II)
Un Ángel en Halloween (IV)
Un Ángel en Halloween (V)
Un Ángel en Halloween (VI)
Un Ángel en Halloween (VII)
Un Ángel en Halloween (VIII)
Hey :D

Un Ángel en Halloween (III)

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Daniel_Richards


III

Angel y Alex se comunicaron regularmente después del primer día, eran conversaciones cortas pero agradables. Un día antes de la fiesta Alex le envió una fotografía de un par de zapatos rojos que encontró en una tienda de segunda mano, de donde también había sacado los pantalones de cuero y la playera de mangas caídas que necesitaba.

"¿que te parecen?"

Pregunto y guardo el celular mientras tomaba los zapatos y los observaba, parecían estar en buen estado, no daba la impresión de que el dueño anterior los hubiesen usado mucho.

"Me gustan, la chaqueta deportiva acaba de llegarme esta mañana. Creo que soy algo mayor para usar estas cosas*

Alex se rio, desde luego la chaqueta estilo deportivo-escolar no encajaba precisamente en él y menos en un hombre de apariencia intelectual como Ángel. Pero no iba a decirle que podía no llevarlo si deseaba. Iba a hacer que aquel aburrido sujeto se pusiera aquella ropa si o si.

"si travolta podía ponérsela tu también"

"Siento que debo advertirte que muy probablemente no luciré como Travolta"

Alex le dijo que era lo de menos, de cualquier forma, Travolta tampoco era su tipo. Pasaron a hablar de sus zapatos y de que medidas debería tomar dado que eran de uso. Alex desde luego era un experto, no era la primera vez que usaba cosas de segunda mano, de niño probablemente decir de "segunda mano" era un privilegio, a él le habían tocado de varias manos más. En el orfanato nada se desperdiciaba y lo que habían dejado los hermanos mayores se aprovechaba para los pequeños.

Pese a eso, Ángel era un hombre con siempre algo interesante que decir y con buenos consejos que dar. La noche de Halloween Ángel pasó por él y viendo su auto Alex supo porque él no podía entrar al club y Ángel sí. Aunque lo que más le llamo la atención fue que Ángel no usaba nada para cubrir el disfraz que había sido obligado a llevar.

—Lindo auto— lo alabo cuando Ángel salió de este, rodeando el vehículo para abrirle la puerta.

—El recurso de los que no somos tan guapos— bromeó y Alex se rio mientras subía.

Cuando el auto arranco Alex puso observar a Ángel a placer mientras este conducía.

—tienes todo el juego, la chaqueta deportiva, el auto, pero esas gafas no encajan en nada— se burló, Ángel sonrió y le vio de reojo por un segundo.

—no te burles de los menos desafortunados, ni siquiera puedo pensar en algo que pueda criticarte— y Ángel era un hombre de mente muy imaginativa. Sin embargo, Alex en los ajustados pantalones de cuero, la playera negra ajustada y la chaqueta de cuero encima parecía toda una fantasía. Los zapatos de terciopelo rojo destacaban pero era fácil omitirlos solo de encontrarte de frente con su hermoso rostro enmarcado por el cabello rubio que esa noche parecía algo más rebelde— ¿le hiciste algo a tu cabello?—pregunto curioso, se veía muy sexy ondulado como lo tenía.

—no lo planche hoy— se rio.

Cuando llegaron al lugar entraron sin problemas y aunque era un sitio considerablemente mejor que los que frecuentaba, no se sintió diferente a estar en otros pub, excepto claro, el tipo de gente que asistía. Colocó las manos en los bolsillos de la chaqueta y habló al oído de Ángel, le había tomado bastante confianza en aquel tiempo.

—No parece que tus "amigos" piensen como tú— podía darse cuenta de quienes eran los que tenían la entrada libre al lugar, aquello era una mezcla de hombres, digamos no tan atractivos, con alguna belleza colgada del brazo— ¿Qué nivel me darías en esta gama de... exóticas criaturas?— sonrió y Ángel le habló al oído también.

—Descuida, en escala del uno al diez, eres un veinte— Alex se rió, en realidad no le cabía duda de ello, tenía unos respetables uno ochenta de alto, unos hermosos ojos azul pálido y unos preciosos rizos rubios que se arremolinaban en su nuca dándole una apariencia angelical, sus rasgos perfectamente simétricos, pestañas pobladas, llenos labios y nariz recta no empeoraban el efecto general, si Miguel Ángel lo hubiese visto se abría lanzado a sus pies esperando el mensaje de Dios. Sin ropa también estaba bastante bien, se esforzaba por mantener su cuerpo atlético, como el de un nadador, definido y sin exceso de masa muscular. Ángel por su lado tenía una ventaja sobre aquellos sujetos, no era feo y en realidad era bastante alto ¿tal vez uno noventa? No le había preguntado hasta ahora, posiblemente su altura era, por raro que pareciera, lo que lo hacía no verse tan atractivo. De no tener una forma tan fluida de moverse solo su altura lo haría ver torpe.

—entonces ¿esto tiene alguna dinámica? —— Alex pregunto viendo despreocupadamente el lugar. Era perfectamente consciente de la miradas de atraía, no era algo nuevo así que no le prestó atención.

—¿La hay, pero cambia cada año, asi que por que no vamos a nuestro sitio mientras vemos que pasa? — Alex asintió y Ángel lo llevo escaleras arriba a la segunda planta, desde donde podía apreciarse la pista de baile, claro como era de esperarse había un guardia en la escalera que dejaba pasar solo a los miembros. En cuanto vio a Ángel el enorme hombre de color le sonrió y sin decir nada le dejo pasar.

—Entonces ¿que hay entre el cadenero y tú?— pregunto curioso cuando Ángel lo invito a sentarse en un sillón de media luna de cuero blanco. Iba a resaltar bastante sentado en blanco tal cual iba. Sonrió para sus adentros. Bien el resaltaba sin importar que hiciera, no había nada que hacer.

—A Jerry le gusta mi trabajo y a su mama también. Te traeré algo de beber ¿que quieres? — Pregunto dejando que Alex se sentara y permaneciendo de pie, inclinándose inconscientemente para escucharle mejor a pesar de que la música no era tan alta.

Alex claro estaba acostumbrado a tener un trato preferencial sin esfuerzo, simple y sencillamente por su apariencia, pero Ángel se comportaba más como si estuviese escoltando a alguna importante dama. Sonrió para sus adentros, Ángel en vez de presumirlo, alagarlo e intentar comprarlo parecía más bien querer cuidarlo.

—¿Que tal un Roy Rogers?— Vio a Ángel asentir y bajar a la primera planta, al parecer a buscar la bebida. Viendo a los meseros ir de un sitio a otro con pomposa elegancia, Alex se preguntó por que Ángel quería ir a buscar su bebida. Sonrió, ese hombre era curioso.

Se puso de pie para asomarse a la pista de baile, se apoyó de la preciosa baranda de cristal y busco a Ángel con la mirada, estaba ya en la barra y observaba al barman atentamente, quizá le gustaba el barman... no, no tenia sentido, si fuese a si Helena no habría tenido que buscarlo para que lo acompañara ¿Donde habría encontrado una chaqueta de Grease de su talla? Era un hombre bastante alto.

Estaba perdido en sus cavilaciones cuando noto que un hombre se había acercado a hablar con Ángel, desde donde estaba no podía ver el rostro de su acompañante, pero podía ver claramente la expresión sonriente y segura del extraño ¿Podría ser aquel el ex de Ángel? Se veía casi de la estatura de Ángel, cabello rubio, piel clara y no traía disfraz. Noto un rostro de burla en el extraño y frunció el ceño decidiendo bajar.

Sin ninguna dificultad salió de la zona vip y camino a través de la gente hasta la barra, estaba ya a dos metros cuando noto que el hombre extraño se reía y aun de espaldas daba la impresión de que Ángel estaba tranquilo y cómodo. Con más cautela se acercó a Ángel por detrás y después de saludar al extraño con un asentimiento de cabeza se giró a Ángel con una sonrisa. Estuvo a punto de decir algo, pero el rostro preocupado de Ángel lo detuvo.

—¿Ocurre algo? — pregunto tomándolo suavemente del brazo y echándose ligeramente atrás para examinarlo, buscando algún daño, pero no lo encontró.

—te extrañaba y vine a alcanzarte —se rio simplemente y noto a Ángel relajarse.

—lo siento, estaba por volver—se giró a su acompañante—Cazar, este es mi acompañante esta noche, Alexander Burgoa, es un amigo— explico y el extraño le miro sin ningún reparo de arriba abajo, naturalmente impresionado por su atractivo fuera de lugar—. Alex, este es Czar Kyros, es un socio y el anfitrión de esta fiesta.

—encantado— Czar le tendió la mano — disculpe la impertinencia y aléguelo a la tenebrosa fecha— agrego y Alex levanto una ceja preguntándose que le iba a decir— es todo natural? —pregunto girando su palma abierta sobre su propio rostro, haciendo referencia al ajeno. Alex no pudo evitar reírse de buena gana, ya no le ofendían ese tipo de preguntas.

—soy tan natural como el día en que nací, tuve suerte— le aseguro. El hombre asintió, pero no pudo decir más ya que el vibrar de su teléfono en su chaqueta lo interrumpió, Czar saco su teléfono y viendo el remitente se disculpó y se alejó a un área más silenciosa.

Alex estaba por decirle algo a Ángel cuando una nueva voz les sorprendió por encima de la música.

—Ángel, no esperaba que vinieras hoy— Alex volvió la mirada igual que su acompañante, a tiempo para ver la expresión de sorpresa del sujeto que se acercaba hacia ellos, el hombre debía ser un poco más alto que él pero más bajo que Ángel... ¿Uno ochenta y cinco, quizás? Tenía a un jovencito adorable agarrado de su brazo, no hacía falta saber quién era. Solo viendo la apariencia del muchacho se hacía una idea, el chiquillo a su lado tenía un corto cabello rubio y unos grandes ojos azules, tenía un aspecto bastante agradable pero, sonrió para sus adentros, no le llegaba a la punta del betún —vaya... ¿quién es tu acompañante? — sintió la mirada sobre su cuerpo, no era estúpido. Ángel tenía razón, él era su tipo—¿Algún amigo de Czar? —Indago.

—Mario, cuánto tiempo— escuchó la voz de Ángel, tenía que felicitarlo por guardar la calma, es decir, tenía al sujeto que lo había dejado justo enfrente con aquel chiquillo colgado de su brazo, él estaría haciendo uso de toda su ironía y sarcasmo si estuviese en su lugar— Te presento a Alex, es un amigo— ¿un amigo? Estaba bien decirlo frente al otro sujeto, pero frente a este...¿de verdad lo iba a presentar solo como un amigo? Podría haber dicho que era su nuevo amante, qué idiota ¿para qué había ido entonces?

—¿En serio? — le preguntó aprovechando la molestia que sentía por actuar tan recto, para fingirse ofendido— ¿amigos?

—Parece que lo molestaste Ángel, no deberías tomarte tantas confianzas por tu cuenta— Mario se burló, suponiendo que aquel chico era en realidad apenas un conocido, incluso Angel debía conocer lo que era la vergüenza y el orgullo. Éste miró a Alex desconcertado como preguntándose por qué el enojo, no parecía molesto antes.

—Lo siento...— se disculpó aunque no entendía y Alex supo que si no actuaba por su cuenta, ese idiota dejaría que su ex se fuera con una sensación de superioridad de ahí. Le tomó por el cuello y le jaló hacia él, besándolo en los labios, Ángel se quedó paralizado y él forzó una entrada en su boca logrando que cerrara los ojos y le contestara.

El beso no se detuvo enseguida, Alex acaricio la lengua ajena con la suya y después de un instante sintió la mano de Ángel en su cabello y su cintura, bebiéndoselo y dejándose llevar. Había que darle crédito, el hombre sabía cómo besar...joder si que sabía. Suavemente se separó, viendo el rostro acalorado de Ángel, sus ojos viéndolo con un brillo que no había notado antes, aun a través de las gafas.

—No volverás a llamarme amigo ¿verdad?— le pregunto pasando un par de dedos por su mejilla en una caricia lenta. Ángel negó silenciosamente y Mario se aclaró la garganta. Alex se giró a él como si hubiese olvidado que estaba ahí.

—Lo siento, no quise dar un espectáculo— Ángel se disculpó y Mario le sonrió condescendientemente.

—Descuida—. Hablo entre dientes — fue un placer verte, tengo que reunirme con Czar— hablo dándose grandes aires, pese a que la única razón por la que conocía a Czar era Ángel— estaba muy interesado en mi trabajo, le hablare bien de ti. Nos vemos—se despidió moviéndose a otra parte del club, había contenido apenas todo el veneno que moría por escupir, lo que no habia podido contener era la perdida el interés en el chiquillo que le sujetaba.

—¿Cómo terminaste con ese tipo? Porque es tu ex ¿no?— también cabía la posibilidad de haberse equivocado.

—No lo sé, supongo que no sé juzgar a la gente— contestó despacio, aunque mirándolo aun descolocado por lo que había sucedido, completamente indiferente a la actitud de Mario— Como contigo... no... no tenía idea de que te interesara de esa forma— Alex abrió los ojos grandemente, no había esperado que Ángel también malinterpretara el asunto, se aclaró la garganta y Ángel entendió la confusión de repente, cambiando de color, probablemente pasando por todos los de arcoíris— Lo he malinterpretado ¿cierto?— se llevó una mano a la frente tan avergonzado que Alex se sintió culpable hasta los huesos— Por supuesto, tu no... no estarías interesado, lo he malinterpretado, Dios...— se veía tan abochornado que no pudo evitar tocarle el brazo para consolarlo.

—No lo malinterpretaste...— aseguró, él podía llevar aquella farsa unos días, haría que se desilusionara de él, quedarían como amigos y asunto arreglado— si me gustas... ese beso era de verdad— mintió descaradamente— Es sólo que no pensé que no lo hubieras notado... creí que había sido bastante obvio, pero me presentaste como tu amigo dos veces sin siquiera dudarlo...— continuó con su mentira y Ángel se ruborizó mirándolo con un par de ojos de cachorro que lo hicieron sentir aún más culpable.

—Yo... no lo noté— le contestó y sonrió de repente con algo más de entusiasmo, no parecía del todo el hombre centrado y maduro con el que había estado tratando hasta ahora... mierda.... ¿Cómo iba a hacer para no romperle el corazón?

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