Secuestro Experimental ©

由 JhonCastilloBarreto

97.1K 3.3K 250

Desde que fui secuestrada me obligan a prostituirme, obedezco, no por placer, sino para no ser maltratada y p... 更多

Sinopsis
Frase
Prefacio
Capítulo 1: El cumpleaños
Capítulo 2: La iniciación
Capítulo 3: Amor aparece
Capítulo 4: El cuarto del baño
Capítulo 5: El cuarto del sexo
Capítulo 6: El secreto de Ira
Capítulo 7: Viejo Amor, nuevo amor
Capítulo 8: La salida
Capítulo 9: El salvador
Capítulo 10: Miedo
Capítulo 11: Las puertas
Capitulo 12: El entrenamiento
Capítulo 13: El deseo
Capítulo 14: Amor de hermanos
Capítulo 15: La misión
Capítulo 16: El rescate
Capítulo 17: Clara
Capítulo 18: Las quimeras
Capítulo 19: La historia de Bianca
Capítulo 20: La academia militar
Capítulo 21: Escapando de las celdas
Capítulo 23: La cita
Capítulo 24: Adiós, Amor
Máscara de Ira
Máscara de Amor
Máscara de Tristeza
Máscara de Alegría
Máscara de Envidia
Máscara de Pereza
Importante
nuevo libro!

Capítulo 22: Sebástian

1K 50 0
由 JhonCastilloBarreto

—Ya falta poco para empezar de nuevo con mi trabajo, a decir verdad, lo estaba extrañando, estar todos los días acostada y sin hacer nada, pronto me volvería loca. Odio el sedentarismo —se dijo Bianca a sí misma, mientras se encontraba en la cama acostada —. Espero que este cliente sea diferente, no sea un gordo o viejo asqueroso.

Llegan las seis, y la luna se estaba empezando a apoderar el cielo azul, poco a poco la luz desaparecía para que la oscuridad reinara. Bianca ya tenía la vestimenta lista, así que se la empezó a colocar, un vestido con escote tipo u de color rosa, el cual dejaba su espalda al descubierto, de una manera muy sensual, tanto que hasta el propio aire dudaría en no tocarla. Se maquilló de una manera muy sencilla, pero gracias a su cara angelical logró ocultar la falta de pigmentos. Y como si no faltara, eligió unos grandes tacones tipo pump que resaltaban el vestido y la ayudan a verse un poco más alta. Era un cambio muy radical, se veía mayor de lo que realmente era, pero hermosa, como un joven en sus quince años. Sin decir más subió al cuarto y se dirigió a la puerta con gemas de rubí. Bianca ya había pasado por la de plata y la de oro, tan solo le faltaban dos puertas más y sería libre. Con delicadeza abrió la puerta, entró y la cerró, para su sorpresa no se encontraba nadie dentro, «¿Y el cliente?» Pensó al no ver a nadie, pero a los pocos segundos un hombre entra, su respiración se veía un poco acelerada y se encontraba sudado, seguramente estaba corriendo. Mientras el desconocido cerraba la puerta ella lo detallaba más a fondo. El hombre se volteó y dijo:

—Disculpe señorita, no fue... —pero antes de terminar la frase se detiene, su boca queda medio abierta y la observa fijamente. Ninguno de los dos dice nada, parece que el silencio es capaz de responderlo todo.

El hombre desconocido era de piel blanca, aunque no pálida, cabello de color castaño, un poco alborotado, labios rojizos y de altura de un metro setentaicinco; pero algo en él era llamativo, y fue lo primero que Bianca pudo observar, se trataba de su mirada, esos hermosos ojos color gris. Estos proyectaban una sensación de calma e inocencia, pero a la vez mostraba una persona determinada, con fuerza de voluntad.

—Mi... nom... bre... es... Sebástian —dijo el hombre nervioso.

Como Bianca también se encontraba nerviosa solo le tendió la mano y optó por no decir su nombre.

—¿Eres... Bianca, cierto?

—Si... —respondió ella mientras seguía perdida en su mirada.

De nuevo el silencio los atrapa, la tensión se apodera de todo, y sus temperaturas suben al instante.

—¿Si quieres nos ponemos más cómodos? —aconsejó Sebástian.

—Esto hizo que Bianca se colocara más nerviosa y su cara se ruborizara aún más.

«¿Qué me esta pasado? ¿Por qué mi cuerpo no responde? Esto nunca me había pasado, ni con un cliente ni con Amor. ¿Qué tiene este hombre? ¿Que hizo que mi cuerpo se tambaleara?

—¡Me refiero a sentarnos! ¡Disculpa si lo malinterpretaste! —dijo apenado. Su cuerpo se tambaleaba por culpa del nerviosismo.

Los dos se sentaron y Bianca aún se encontraba con la mirada agachada y las manos entre sus piernas. Para ella era extraño, nunca se había comportado así con un cliente, el sentimiento de pena nunca había surgido de esta forma. Una manera imprevista, según pensaba ella. Con mucha vergüenza levantó la mirada y dijo sus primeras palabras:

—Disculpa... Esto jamás me había pasado con un cliente... Dame unos minutos y te atenderé.

—Tranquila, no vengo para eso —comentó con una voz suave y segura. Ya no era la misma de antes.

—Bianca lo mira asombrada y le pregunta:

—Entonces, ¿Para qué has venido?

—Sé que te sonará raro, pero no vengo a tener relaciones con las jóvenes que trabajan aquí —hizo una pausa y prosiguió —. Vengo para estar con alguien que me escuche y me entienda. Como les tengo que pagar, sé que la joven se quedará conmigo hablando, aun así, no quiera. Algunas lo toman mal, ya que piensan que les estoy haciendo perder su tiempo, pero no es así, solo les pido que convivan conmigo por un tiempo determinado y me escuchen.

—Entiendo... ¿Entonces no quieres sexo?

—No. Solo que hablemos un rato, que seas mi amiga.

—En ese caso, ¿Dime qué te pasa? —Bianca entró en confianza.

—Pues que no sé qué hacer con mi vida... A veces siento que me quiero morir...

—¿Por qué? ¿Qué ocurrió? —preguntó bastante interesada por el asunto.

—Es por mi novia, con la que salí por muchos años. Me dejó... Dijo que necesitaba a una persona más madura y con más dinero, que no quería a un niño en su vida.

—¿Y qué edad tienes tú?

—Veintisiete años. Ella veintinueve...

—Entiendo... ¿Y acaso eres pobre?

—En realidad no, me gano la vida como toda persona humilde. Pero parte del dinero se lo doy a mi madre que está muy enferma y ella es mi única familia, lo único que me queda en esta vida.

—Entiendo, el amor de madre es algo muy fuerte, por lo cual se realiza cualquier locura.

—Sí, así es.

—¿Y cuánto duraste con tu novia?

—Cinco años...

Bianca quedó sorprendida.

—Eso es demasiado, y para que te dejara de esa forma... Que desperdicio de mujer...

—Cinco años, y nunca nos casamos, nunca tuvimos hijos, nunca fuimos una familia... ¿Sabes? El amor no correspondido es como el aguijón de una abeja, cuando te pincha, la abeja muere —comentó mientras miraba al vacío.

—Son palabras fuertes... Pero igual, tienes que seguir con tú vida. Por una piedra con la que tropieces, no significa que de un barranco caerás.

—Lo sé, y gracias. Eres la primera mujer que me escucha.

—Por cierto, Sebástian. ¿Por qué elegiste un prostíbulo para esto? Existen demasiados lugares mejores en el cual te pueden escuchar.

—Porque siempre las mujeres que se prostituyen llevan una vida llena de frustración, agonía y dolor. Pensé que una como tú me entendería, ya que ni mis propias amigas pudieron, y estaba en lo cierto. Apareciste tú.

Bianca soltó una sonrisa apenada.

—Gracias.

Y así empezó todo. Bianca y Sebástian establecieron una larga charla, como si se conocieran desde antes; sus corazones y sus mentes se encontraban unidos en ese instante, sincronizados. Risas aparecían y carcajadas surgían. Bianca se sentía feliz, hace tiempo que no reía como lo hizo con Sebástian. De pronto los dos se callan, el silencio aparece nuevamente, pero Bianca lo espanta.

—¿Sabes algo Sebástian?

—No, Dime.

—Realmente siento como si te conociera desde antes —confesó mientras se acercaba y le tocaba la cara —. Como si este momento ya lo hubiese vivido antes.

—Aunque me gustaría que fuese cierto, sé que no, es primera vez que te veo en toda mi vida y agradezco haberte conocido —Sebástian se levanta de la cama mientras le agarra la mano —. Gracias por darme esta placentera charla, espero verte pronto —dijo él antes de irse.

Le dio un beso en la mano y se fue.

***

Ya eran las diez de la noche y Bianca se encontraba en la cama pensando en aquel hombre desconocido.

«¿Por qué lo pienso tanto? Es un simple hombre, ya muchos han venido a verme, pero este fue diferente, en ningún momento vi sus palabras disfrazadas, todo lo que decía era verdad... ¿Será que me gustó? Pero es imposible, yo ya tengo a un novio que me quiere y me ama... Pero igual, no puedo sacar su hermosa mirada de mi mente, esos ojos penetraban mi corazón y mis manos sudaban cada vez que me miraba. Es extraño este sentimiento, ¿Se llamará pasión? ¿O simplemente es una ilusión? la verdad es que no lo sé, pero de una cosa si estoy segura, lo descubriré».

***

—¡Pronto mi plan se volverá realidad! ¡Ya tengo el modificador de cromosomas y el suero morfológico, solo me falta más especímenes vivos y animales para terminar y así completar mi objetivo! —dijo Ira comportándose como un completo psicópata mientras estaba en su laboratorio.

—¿Y cuándo la usaras a ella? —preguntó Amy.

—Todo a su tiempo, pequeña Amy, todo a su tiempo. Como sé que no puedo administrar tu sangre por ser única, o crear un cuerpo que la tenga, decidí crear un plan, pero este será a largo plazo. Aun no pretendo ponerlo en marcha, pero pronto daré inicio. No te desesperes pequeña Amy. Te gustará, ya verás —dijo soltando una gran carcajada.

Ira abrió una especie de capsula, esta soltó un aire criogénico y de él saco algo parecido a un tubo de ensayo, el cual tenía una etiqueta que decía: "Sangre X". Se le quedó observando.

—Esta es la sangre de los dioses, de alguna forma la trajeron ante mí, para purificarla y hacer que abunde en este mundo podrido.

***

Eran las doce de la noche y Tristeza se encontraba afuera con Envidia, observando aquella luna gigantesca, mientras el frío los abrazaba.

—¿Sabes algo, Envidia? —preguntó Tristeza.

—No —responde él con un vació en su voz.

—Tengo un mal presentimiento, Ira está equivocado. No se puede destruir la maldad en el mundo, es algo que siempre va a existir. Igual que Amor, yo también lo odio por haber jugado con la vida y creado a ustedes. Obviamente, no te odio a ti, no es tu culpa haber nacido así... Yo puedo parecer estúpida, pero no es así, se mucho más de lo que Ira nos deja averiguar, y sé que no estamos metidos en su plan de crear un nuevo mundo... Él querrá desecharnos y quedarse solo con "ellas".

—Pero ella no es mala... Sera hermana de Envidia...

—No lo es, pero puede volverse... —dijo Tristeza mientras observaba la blanca luna que posaba frente a ellos —. Espero que seamos lo suficientemente fuertes para sobrevivir a este apocalipsis que Ira creará.

***

Eran la seis de la mañana. Sebástian se encontraba en su cama durmiendo, pero es despertado por el despertador, observa que son las seis am, luego lo apaga y se levanta, va al baño, se cepilla los dientas y finalmente se lava la cara. Después de secársela se ve en el espejo —¡Hoy es el día! —. Sin decir más se viste y se marcha a la calle. Al salir se dirige a su garaje y saca su auto: un Chevrolet Malibú de 1981, color negro. Sebástian siempre fue de esas personas que se quedaron en el tiempo clásico, prefería un auto antiguo, pero elegante, que uno nuevo y deportivo.

Después de manejar un largo rato llegó a un café, estacionó su auto y llamó por su celular. Tres tonos después alguien contestó.

—¿Sí? Buenas tardes, ¿Qué desea? —preguntó una chica atrás del teléfono.

—Buenas tardes. Quisiera programar una cita con la señorita Bianca.

—Disculpe señor, la señorita Bianca tiene un nuevo horario, solo trabaja de seis de la noche para adelante.

—Sí, lo sé, pero pagaré por ella diez veces su precio. También pretendo sacarla y llevarla a mi casa.

—Disculpe señor, eso no está permitido. Las empleadas solo tienen permiso de atender dentro del establecimiento.

—Eso también lo sé. Por favor, llama a su superior, y planteé mi caso.

—Deme unos minutos, lo dejaré en otra línea.

La joven llama por teléfono a otro número y esta contesta al instante.

—¡Aló! ¿Sí? Dime, que estoy muy ocupado —dijo Ira atrás del teléfono un poco molesto.

—Señor Ira, tengo a un cliente en otra línea. Este hombre me dijo que era capaz de pagar diez veces el precio de la señorita Bianca, a cambio de contratarla el día de hoy y sacarla fuera de los establecimientos. ¿Qué le digo?

—Mmm. Jamás he hecho esto, ¡Pero por dios, pagará diez veces su precio! ¡Eso es bastante! Dile que lo confirmo y puede buscarla. Pero antes de las ocho de la noche Bianca debe estar de nuevo en mis instalaciones, ya que tengo algo planeado para ella, ¿Entendido?

—Si, señor.

La chica corta la comunicación con Ira y vuelve a la línea del hombre desconocido.

—Disculpe la tardanza señor. Mi jefe me dio órdenes nuevas, se permitirá que salga la señorita Bianca, pero con tiempo límite; antes de las ocho de la noche debe estar de regreso.

—Ok, perfecto.

—¿Cómo pagara?

—En estos momentos le estoy transfiriendo a una de sus cuentas bancarias —dijo usando el teléfono como medio de transferencia.

—¡Ok, perfecto! ¿Cuál es su nombre señor?

—Mi nombre es Díaz, Sebástian Díaz. Por cierto, dile a Bianca que un auto color blanco la estará esperando al frente y este la traerá al lugar en donde me encuentro.

—Entendido señor Díaz. Ya llegó la transferencia. Que tenga un feliz día.

Sebástian cortó la llamada y apretó fuertemente el teléfono. Estaba emocionado.    

繼續閱讀

You'll Also Like

60K 4.6K 27
Inefable; sentirse amado es algo que no se puede expresar con palabras, pero si sentirlo en lo más profundo de tu ser.
12.7K 1.4K 40
En el año 737, Planeta Vegeta. T/N era un guerrero saiyajin de clase baja con un nivel de poder superior al promedio. Fue enviado a la Tierra con su...
11.3K 413 25
Siempre has sido una estudiante de 10, pero concentrarte sera difícil porque, ¡tu profesor es atractivo! El profesor Max Johnson es inteligente, atra...
105K 10.2K 32
Hyunjin y Minho son enemigos pero en una noche de borrachera ambos tienen sexo Hyunjin queda embarazado y ahora tendrán que lidiar con éso y con su o...