Después de encontrar a Roier junto a Juan simplemente nos despedimos de nuestro amigo y volvimos a nuestra habitación, ambos parecían confundidos por mi cambio de actitud pero simplemente me urgía hablar con él.
Llegamos y cerramos la puerta, simplemente me miraba como si temiera decir algo
—Sé que te tengo muy confundido pero después de charlar con algunas personas tengo las cosas mas claras y creo que esta vez tú te mereces una disculpa.— empecé a hablar —Fui muy impulsiva y te terminé sin que me constara lo que había pasado, me dejé llevar y...—
Me interrumpió dejando un pequeño beso en mis labios
—Realmente yo no me tomé en serio lo de terminar contigo, sé que eres inteligente y que a pesar de todo sabrías que yo no podría hacerte nada malo.— dijo con una pequeña sonrisa —Admito que quizás tuve miedo de verte ser esquina de Spreen o algo por el estilo, mi Mulán es muy vengativa y sabría que ese sería el peor golpe para mí.—
Reí un poco, sin duda era algo que hubiera hecho antes sin siquiera pensarlo pero ahora las cosas habían cambiado bastante
—Como sea, ni siquiera lo pensé.— aseguré —¿Si me perdonas?.—
Roier simplemente suspiró manteniendo esa pequeña sonrisa y despeinó mi cabello
—No hay nada que perdonarte.— dijo —Yo hubiera tenido las mismas dudas al encontrarte en una situación similar.— confesó
Quizás ahí tenía un buen punto pero también me había perdido el pesaje y su último entrenamiento por estar de insegura, debía buscar la manera de compensarle todo esto
—Por cierto.— ahora su tono de voz era nervioso —Supongo que ya te dijeron lo que pasó ayer pero... ¿me podrías decir si sabes todo?.—
Por un momento había olvidado que Produ me había contado la idea de proponerme matrimonio, su honestidad había sido nuestra salvación pero quizás debió buscar la manera de omitir la sorpresa de su amigo
—¿Qué es todo?.— cuestioné fingiendo no entender su pregunta —Solo me contó que fueron a buscar un regalo para mí porque estabas agradecido por todo lo que te había apoyado con tus entrenamientos pero que no encontraron nada y que después Osvaldo quiso salir de fiesta aprovechando que estaban en España y pues terminaron así.—
Mientras contaba toda esa mentira hubo momentos donde me quedaba callada intentando que todo lo que acababa de decir tuviera sentido pero por su cara noté que estaba aliviado
—Que bueno que te contó eso.— exclamó y lo miré —Me refiero a que es la misma historia que me dijo Juan y...—
—¿No hay nada más que deba saber?.— pregunté para ponerlo más nervioso pero él simplemente negó —¿Seguro?.—
—A decir verdad tal vez tengas que saber que te extrañé hoy, fue un día infernal.— respondió queriendo cambiar el tema y sonreí, no seguiría presionándolo —Cuando Ari llamó a Juan a decirle que tú lo estabas buscando vinimos directamente para acá, créeme que rogaba para que quisieras escuchar la historia y no nos echaras de la habitación como esta mañana.—
Al recordar eso sabía que debía disculparme con Juan, lo haría cuando lo viera
—Ahora que estamos bien, ¿me dejas invitarte a comer algo?.— cuestionó y asentí poniendo una mano sobre mi estomago
— Siendo sincera solo comí un poco de fruta.— confesé y me miró mal —¿Cómo podía comer si tenía un gran misterio sin resolver?.—
—Si sigues poniendo como prioridad otras cosas antes que comer te voy a acusar.— avisó
—¿Con quién me vas a acusar?.— pregunté burlona —¿Con mi mamá?.—
Vi como sacó su celular y fingió llamar a alguien, yo simplemente lo miraba intentando aguantar la risa
—¿Hola Rivers? Si, te llamo porque ______ no quiere comer.— sabía que era una llamada falsa pero aún así le quité el celular
—No cruces la línea Sebastián.— amenacé y ahora él reía
Escuchamos unos leves golpecitos en la puerta de la habitación
—Iré por un suéter, tú puedes abrir la puerta y después vamos a comer.— organicé y él asintió, besé su mejilla y caminé a donde había dejado mis cosas
La habitación era muy grande, parecía incluso un mini departamento que lo tenía todo, por algo era tan cara. Saqué mi suéter más lindo y después fui a sacar uno de Roier también, ya hacía frio y no quería que se enfermara, menos ahora que faltaban solo algunas horas para la velada.
Cuando tuve todo listo caminé hacia la puerta de la habitación pero me detuve al escuchar la voz de Osvaldo, incluso me escondí para no interrumpir
—Juan me ayudó a buscar y no hay nada men.— aseguró Osvaldo —En mi habitación no hay nada, tu pinche anillo debe estar aquí.—
—No se puede perder eso wey, debemos encontrarlo sin que _______ se de cuenta, si ella lo ve será el fin de la sorpresa.— mi novio se escuchaba preocupado —Iremos a comer algo, te dejo la llave para que mientras no estamos lo busquen, serían unos putos héroes si lo encuentran.—
—No mames, mejor quédate a ayudarnos a buscarlo.— se quejó su amigo
—Estamos saliendo de una crisis.— recordó —Además quiero asegurarme de que coma bien.—
—¿Tiene problemas alimenticios otra vez?.— cuestionó Osvaldo, quizás no lo hacía con mala intención pero esa pregunta simplemente elevaba mi enojo al máximo
Estaba a punto de salir pero vi como Roier simplemente lo miró tan mal que incluso asustaba
—Sé que te estoy pidiendo un favor que yo debería estar haciendo pero no aproveches eso para preguntar mamadas, incluso si preguntaras porque te preocupa mi novia me molestaría porque el tema de su alimentación además de muchos otros temas son simplemente de ella, nadie más tiene por que meterse u opinar al respecto, ni siquiera yo.— le respondió —Ella no tiene problemas, no es asunto tuyo pero para que te hagas ideas pendejas te lo resuelvo.—
—Tranquilo men, yo ya me disculpé por todo el pedo que traíamos, solo pregunté para chismear un poco.— se escuchó a Osvaldo —Dame la pendeja llave, cuando se vayan iré por Juan para que me ayude a buscar aquí.—
Salí de donde estaba justo en el momento donde Roier le daba la llave así que simplemente los miré
—Hola.— saludé con una sonrisa al de lentes y él me saludó con una sonrisa —¿Qué hacen?.—
Roier simplemente miró a Osvaldo como si le pidiera ayuda para inventar una mentira
—El pendejo de Roier me había pedido las llaves de mi habitación por si lo corrías de aquí pero como eso no pasó me las está devolviendo.— excusó ganándose una mirada de alivio por parte de mi novio —Ya me dio la llave así que me voy.—
Estaba a punto de irse pero lo detuve
—Justo íbamos a comer algo, ¿quieres venir?.— cuestioné amablemente, sabía que no podía pero aún así me gustaba ver su expresión
—Quedé con Juan de...— empezó a hablar pero se detuvo al no encontrar algo coherente que decir —Olvídenlo, me voy.—
Y sin más abrió la puerta para irse como si estuviera huyendo de algo, yo simplemente reí, Roier tomó mi mano así que lo miré
—¿Me trajiste un suéter?.— cuestionó y se lo di para que se lo pusiera —Vamos.—
Nosotros también salimos de la habitación directo al ascensor, lo tomamos y bajamos directo al primer piso. Caminamos directo al restaurante que tenía el hotel
—¿No quieres ir a comer a otro lado?.— cuestionó y negué
—Estoy muy cansada, quiero comer y regresar rápidamente a la habitación para descansar a tu lado.— respondí
—Pero debemos gastar tiempo.— susurró algo que escuché perfectamente
—¿Qué?.— cuestioné aún así pero él negó como si no hubiera dicho nada
Entramos al restaurante y nos sentamos, vi que sacó su celular y escribió algo, supuse que era un mensaje a sus amigos
—Recuerda que nosotros pusimos la regla de no comer con los celulares cerca.— dije haciendo que lo guardara
—Es que por todo lo de la velada mis amigos me están enviando mensajes.— contó —Hay algunos que no pueden venir hasta acá y me están mandando mensajes de apoyo.—
Asentí, había olvidado que debía estar nervioso por todo lo de mañana, teníamos muchos compromisos desde temprano
—Debimos pedir servicio a la habitación para estar más cómodos.— dije y él negó
—Estar afuera es como una cita más.— dijo ahora —Es romántico.—
Él debía estar estresado por todo así que no lo preocuparía más, debía ayudarlo a estar fuera de la habitación todo el tiempo posible
—Si quieres una cita podemos ir a recorrer un poco algunos lugares cerca de aquí.— propuse
—¿No estabas cansada?.— preguntó y sonreí un poco
—Jamás estaré tan cansada como para no querer tener una cita con mi novio.— respondí viendo como sonreía
—Entonces caminaremos un poco después de comer.— exclamó y asentí emocionada
Los minutos empezaron a pasar entre risas y pláticas sobre los nervios que tenía Roier por lo que fuera a pasar mañana, igual yo estaba segura de que lo haría perfecto y que ganaría. Después de casi una hora donde comimos y pagamos la cuenta decidimos salir a caminar, ya estaba oscureciendo así que el ambiente se estaba poniendo más bonito, esta ciudad era bellísima y recorrerla con mi novio era incluso mejor
—Te tomaré una foto.— escuché que dijo así que posé y vi como me tomaba la foto con su celular
Cuando terminó me hizo una señal así que me acerqué para ver como habían quedado
—Son las fotos más feas que vi.—me burlé —Eres pésimo fotógrafo, te enseñaré como se toman buenas fotos.—
Realmente habían sido fotos buenas pero era un pretexto para tomarle fotos también, la cámara de su celular era mejor que la mía así que me gustaba tomarle fotos para después pasármelas y poner su linda carita en mi fondo de pantalla
Él simplemente sonrió, parecía que sabía mi plan para tomarle fotos así que me dio su celular se alejó para posar. Tomé algunas fotos y le di la señal para que se acercara a verlas, cuando estábamos discutiendo por cual era la mejor foto apareció un mensaje de Juan: "No lo encontramos acá tampoco, oficialmente lo perdiste", yo sabía a que se referían aunque tendría que fingir que no, por la mirada triste de Roier pude notar que sus planes se habían arruinado