La felicidad no tenía espacio en aquel par de corazones jóvenes, tanto Yamaguchi como Tsukishima vivían su día a día con un cambio totalmente notorio para los demás, Karina incluso deducía que todo había terminado para bien por la cercanía que había surgido entre ambos.
Los días continuaron con plenitud, llegando al tan esperado día, día en el que el par tendría su segundo encuentro. Esta vez quien esperaba desasosegado era el pecoso mismo que sacudía su ropa cada 5 minutos y peinaba su rebelde cabello que sobresalía, causando entre las chicas que pasaban y estaban ahí una risita por tan graciosa y linda escena, por lo mismo pensaban que estaba a la espera de una joven, sin embargo aquellos comentarios y risas pasaron muy por debajo cuando Tsukishima entró en escena deteniéndose frente al pecoso que a pesar de verse ansioso le recibió con una adorable y enorme sonrisa.
–Lo lamento, tuve un pequeño contratiempo ¿te hice esperar mucho?–
–Descuida, no tengo mucho tiempo aquí– continuó con su sonrisa
Un disparo directo llegó hacia su pecho cuando aquella ostensible y enternecedora sonrisa se dibujo ante sus ojos, demasiado obvio para las chicas qué continuaban viendo la situación con suma atención
–D-de acuerdo, vamos– acomodó sus anteojos para disimular su verdadera reacción.
El alegre y saltarín Yamaguchi asintió repetidas veces mientras le seguía el paso al más alto. Mientras paseaban por las calles el rubio decidió dar varias opciones para comer, sin embargo Yamaguchi negó al instante y suplico por una hamburguesa.
–¿Hablas en serio? No te detengas en pedir algo, hay más opciones–
–Y yo te digo que quiero una hamburguesa–
–Ah, bien~ si eso quieres entonces serán hamburguesas–
Después de una breve indecisión, ambos fueron rumbo al restaurante, sitio donde se encontraba lo que el peliverde deseaba comer, hicieron fila y poco después tomaron asiento, siendo Yamaguchi quien desenvolvía rápidamente su hamburguesa, eso inevitablemente causó una risa pequeña en el rubio, realmente las cosas tan simples podían volver feliz a su "amigo"
–Tienes un estomago pequeño Tsukki, y eres más grande que yo–
–No es eso, simplemente no me gustan las papas fritas–
–¿Eh? Pero si son ricas–
–No para mi–
–Mmm bueno en ese caso si no las quieres ¿Puedo quedarme con tus papas fritas?– sus manos ya se encontraban al acecho
–Acabas de comer las tuyas ¿aún tienes espacio?–
–¡Si! Además no me gusta ver comida desperdiciada–
Tsukishima sin pero alguno dejó que sus papas fritas acabarán en manos del hambriento pecoso, aunque posiblemente también tenía razón y su estómago era pequeño a comparación a la de él. Al finalizar ambos salieron del lugar para dirigirse a lo que era su segundo destino, el zoológico, el rubio había planeado todo no obstante el zoológico era algo que él deseaba y agradecía que Yamaguchi gustará de ello también, por lo que podían disfrutar del recorrido que les esperaba sin problemas.
Iniciaron con la entrada donde a simple vista se miraban familias divirtiéndose, grupo de amigos, parejas o simplemente personas paseando por el lugar, entre risas y gritos de los más pequeños por la sorpresa de ver a tan majestuosos animales convirtiendo el ambiente en uno muy vivaz y lleno de movimiento, que por alguna razón no era tan irritante para el rubio, no cuando se trataba de ver diferentes especies.
–Wooo! Los leones son tan enormes! Una mordida y me desaparecen– rio el peliverde mientras sus ojos se enfocaban principalmente en aquel león que dormía tranquilamente mientras sus orejas se movían espontáneamente.
–Lo son, su mordida tiene una fuerza que es casi imposible sobrevivir o escapar de ella, aunque la mordida de un cocodrilo es tres veces mayor, en especial la del cocodrilo del rio nilo–
El rubio detuvo su hablar cuando sintió que aquellos ojos marrones estaban sobre él y tan equivocado no estaba, ya que cuando volteó a verle Yamaguchi ya se encontraba observándole con una mirada titilante.
–¿Pasa algo?–
–No no, solo que me gusta mucho cuando hablas de cosas que te gustan o simplemente de lo que sabes, no sueles soltar muchas palabras pero cuando lo haces...me encanta–
Sobre aquel rostro pálido se pinto un lindo color rojo mismo que indicaba su timidez, pero eso no fue ningún impedimento para acercar su mano al pecoso con la intención de entrelazar su meñique con el suyo, pero todo esto paso a ser inconcluso cuando el grito de la multitud le hizo sobresaltar.
–Vamos con las jirafas–
–¡Si!–
El recorrido continuó, está vez con diversas fotografías que quedarían como recuerdo por suplica de Yamaguchi quien quiso una foto con cada animal que veían sus ojos, claro Tsukishima tampoco se salvó de tener sus propias fotografías con ciertos animales que él mismo había seleccionado como condición.
–Mira, la jirafa y tú tiene mucho parecido, son altos, delgados y tienen cara de pocos amigos– quiso no decir aquello último pero le fue imposible al igual que su risa mientras observaba la fotografía.
–Bien creo que te di mucha libertad al dejarte tomar fotografías–
–Ya! Ya! Es una broma– alarmado dio un paso lejos de él para evitar que borrara alguna fotografía, fue ahí cuando una idea brillante llegó rápidamente a su mente –¡Ya sé! Tsukki te gustan los cocodrilos ¿no? Bueno a mi las cebras–
– ¿Qué con eso?–
–¡Espera aquí! No tardo ¿ok?–
–¿A donde? Espera...Yamagu...–
El peliverde sin dejarle acabar desapareció de su vista entre la multitud, claramente eso le había dejado algo intrigado al no poder imaginar que "magnifica" idea había llegado a su mente. No fue hasta 5 minutos después cuando llegó a toda velocidad con un par de gorras con la forma de dichos animales, él por su puesto ya tenía el suyo solo faltaba que el rubio se lo colocará.
–No–
–¡Oh si! Claro que si–
Esta vez no hubo súplicas, más bien fue una orden directa que Tsukishima no pudo desobedecer, ahora ambos portaban dichas gorras, el más alto claro que se sentía ridículo pero Yamaguchi mantenía su gran actitud mientras sostenía su celular frente a ellos.
–Una dos....¡tres!–
Quien checara su galería solo podría ver la infinidad de fotografías que había tomado durante ese día además de uno que otro video, tomando cada uno de ellos como recuerdos graciosos y únicos. La tarde continuó dando exactamente las 5:55 pm mientras un peliverde salía del zoológico con un algodón de azúcar, su gorra, unas palomitas que no termino y que por cierto Tsukishima sostenía además de unas pulseras que iban en conjunto, portando cada uno la suya.
–¿Seguro que no quieres algodón de azúcar?–
–No, así soy bien~ ¿seguro que te lo acabarás?–
–Si si, lo haré, no hay prisa–
–De hecho lo hay...–
La mirada aperlada giró al instante ante las palabras del rubio, no sabía exactamente a que se refería así que presto total atención como cuando estaba en clases.
–Hay un último sitio al que quiero que vayamos~ pero no dejan entrar con comida así que deberías darte prisa–
A paso rápido el peliverde acabó con todo lo que le faltaba tan solo para que el rubio le llevara de una vez por todas al último lugar que le dejaría maravillado y pasmado. Era un sitio en él que Yamaguchi podía soltar todo lo que sabía además de soltar suspiros de emoción con cada especie que sus ojos observaban, se trataba nada más y nada menos que de:
–¡Un jardín botánico!–
Pronunció fuerte y claro frente a él, era tan difícil mantener su vista en un solo lado ya que toda planta o flor que había dentro de ahí robaba su completa atención.
–¿Te gusta?–
–¿Qué si me gusta? ¡me encanta! Mira la infinidad de especies que hay! Estas yo las he visto en Internet, no sabía que habían aquí, es difícil tenerlas en este tipo de ambiente pero supongo que aquí saben como cuidarlas! mira esta Tsukki! su color resulta peculiar por tener negro, se que le llaman flor murciélago pero no recuerdo su nombre científico y esta!...–
Dentro del lugar había un recorrido que debían seguir para poder observar todas las áreas que habían y cada una de esas áreas fue visitada meticulosamente por el insaciable pecoso, Tsukishima pensaba que no había regalo más grande que aquella sonrisa en los labios de su compañero, además de oírle hablar con gran facilidad sobre lo que le gustaba, creía comprender ahora a lo que se refería Yamaguchi cuando le veía tan emocionado en sus propios temas.
No hubo área que no fuera visitada por el par, cada una era alabada con grandeza mientras Tsukishima se disponía a oír atentamente y a preguntar cada vez que no entendía algo, engrandeciendo aún más al pecoso. Yamaguchi estaba disfrutando de su recorrido el cual estaba por llegar a su fin, pero antes el más alto tendría que detenerle.
–Ah ¿No es por aquí?–
–Si, es por aquí pero hay algo más–
–¿¡Más!? no no, ya es demasiado Tsukki...es decir me encantó este día pero creo que me siento algo apenado por no darte algo, ya sé! A la próxima yo invito la salida–
El rubio no pudo evitar esbozar un ligera sonrisa la cual vino acompañada de una pequeña risa la cual trató de ocultar con su mano.
–¿Qué es tan gracioso? No te rías, hablo en serio–
–Esta bien, no estoy diciendo nada...es solo que–
De regreso a la normalidad, Tsukishima fue en busca de aquellas manos pecositas las cuales saltaron al entrar en contacto con las suyas.
–Tsukki...alguien podría venir~– murmuró el nervioso yamaguchi quien volteaba no tan disimuladamente a sus lados.
–¿Y?–
–Que podrían ver esto como algo ¿extraño?–
–¿Es extraño que dos personas que se gustan se tomen de las manos?– cuestionó con una mirada confundida –pero esta bien puedo dejar de hacerlo–
El agarre se sintió más ligero señal de que Tsukishima había soltado las manos del contrario sin embargo estas fueron sujetadas de nuevo y con mayor firmeza por el peliverde quien le miraba totalmente determinado.
–Olvida lo que dije...no quise decir que fuéramos extraños o raros, la verdad es que desde que te vi llegar he querido tomarte de la mano y...abrazarte– la firme mirada fue decayendo con un ligero rubor adornando de maravilla aquellas pecas. –Solo que pensé que si lo hacía podría incomodarte y justo ahora pensé que te estabas forzando hacerlo.–
–Yo nunca me forzo hacer algo que no me gusta~ así que todo lo que haga es por voluntad mía y por gusto– respondió con una voz y una mirada apacible lo cual significaba una cosa, estaba feliz y cómodo. –Además es lo que hace una pareja ¿no?–
Al instante aquella antenita peliverde se levantó con firmeza al escuchar aquellas palabras que sin duda le hicieron observar directamente los ojos avellanas ¿ya lo eran? ¿Pero en que momento? ¿O ya era un hecho desde que se confesaron? O tal vez sucedió y él no lo recordaba, fuera lo que fuera estaba comenzando a bloquearse como un robot con daño en algún circuito.
–P-pero...tú y yo aún...no–
–Lo sé, por eso hice todo esto...esta fue nuestra primera cita–
–Entonces...si fue una cita....–
–Lo fue– en ese momento sus manos pasaron de estar entrelazadas a pasar a las mejillas pecosas mismas que ardían al contacto –Tadashi puedo...¿Puedo tener la oportunidad de ser tú novio?–
A simple vista se podía mirar a un inconmovible chico que parecía tener todo bajo control y totalmente determinado sin embargo la realidad era otra, las temblorosas manos de Tsukishima lo delataban y eso sin duda no podía ocultarse, pero vaya que era un chico totalmente perfecto en toda la extensión de la palabra o eso era lo que pensaba el peliverde que había quedado anonadado por unos instantes ante la gran pregunta. Ni siquiera era necesario una respuesta, su mirada lo decía todo pero para darle aquella paz interna al más alto le respondería.
–¡Si! ¡puedes! ¡Claro que puedes!–
Toda emoción que surgía en Tadashi era imposible de canalizar, solo daba brinquitos mientras su sonrisa iba de oreja a oreja, acabando con un salto sobre el más alto quien casi perdió el equilibrio al tratar de sostener al tan exultante pecoso, formando al final un fuerte abrazo lleno de impaciencia.
–Yamaguchi sabes...–
–¿Si?–
–Yo también quise tomarte de la mano~ pero también quise en varias ocasiones besarte–
El cuerpo completo de Yamaguchi se tenso al escuchar lo último, sintiendo de alguna manera como el latir de su frágil corazón retumbaba en cada parte de él.
–Y-yo también–
El abrazo había terminado para dar paso a ese beso que ambos habían deseado tener desde su encuentro, formando entre la calidez de sus labios un significativo beso que juraron guardar por ese día tan especial, demostrando así su plena unión sin miedo incluso a ser atrapados.
Al fin habían recuperado todo ese tiempo que habian dejado ir, al fin habían recuperado toda sensación indescriptible...y aunque su día había terminado el inicio de su relación había empezado.~
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Nota:
HOLAAAA HE REGRESADOOOO Y ESTA VEZ CON CAPÍTULO NUEVO <3 perdón por la demora, ya tenía el capítulo pero estaba dándole los detalles finales jsjs normalmente suelo darle mil revisadas antes de, pero luego se me va uno que otro error, así que pido perdón por si ven algo extraño por ahí jsjs
En fin no doy más vueltas! Espero que lo hayan disfrutado, para esta parte de la historia mis bbs ya son novios oficialmente! :'3 ya solo faltan tres capítulos más para su fin UnU pero esperen por ellos, ya están listos pero solo deben pasar por las revisiones finales jsjs
Ya ya, mucho texto jsjs, en fin! Los quiero musho! ♡