Y, allí se encontraba Xiao Zhan, fingiendo no conocer al hombre que lo había criado toda su vida, con una hipócrita sonrisa plasmada en su rostro y recibiendo una leve mirada de desaprobación de parte del anciano.
La noche anterior había ido a su casa a comentarle lo que su jefe quería hacer, y aunque el mayor no estaba de acuerdo, Xiao Zhan era su único nieto y lo que quedaba de su familia, ¿Cómo no podía ayudarlo? Obviamente a cambio de ciertas condiciones. Cómo visitarlo más seguido y llevarlo a comer comida deliciosa. A lo cual el pelinegro no se negó, pues, era verdad, últimamente había estado descuidando un poco a su abuelo.
— ¿Entonces... Qué es lo que quiere saber? Si es por si lo están cuidando, sí, lo están haciendo, por eso que tiene aquí... — señaló su pecho el hombre.
Yibo colocó una mano en su pecho sintiendo el dije de roca que usaba como collar, y el cual compartió en algún momento con su familia.
— Está repleta de energía. ¿Era familiar? ¿Lo compartían entre todos? ¿Qué hacían sus padres?
Zhan entrecerró un poco sus ojos mirando a su abuelo, al obtener la mirada de este, negó con la cabeza disimuladamente mientras con su boca modulaba la palabra "No"
Luego de que su jefe le contará la historia de su familia que incluso antes de contárselo prefería ahogarse en alcohol, supo que era un tema delicado para él.
— Era una piedra que encontraron mis padres, luego la cortaron y me dieron un pedazo a mi y otro a mi hermano. Y cuando ellos murieron, volví a unir la piedra en una sola... Sobre lo que hacían mis padres, mi mamá tenía sus propias fundaciones que ayudaban a niños, animales y adultos mayores. Y mi padre, él fundó la empresa que yo hoy manejo, también le gustaba dar cantidades de dinero a fundaciones que las necesitaban cada año, era lago que compartía con mamá, era como su... Cómo su algo especial que ambos gozaban realizar, solían contarme lo bien que se sentían al ver la sonrisa de felicidad en las personas que ayudaban.
— Es por eso que tiene tanta buena energía protegiéndolo.
— Si usted se preocupaba por si sus padres lo cuidan... Ellos lo hacen — comentó volviendo a señalar ese punto de luz en medio del pecho del castaño, y el cuál, solo él podía ver.
Y una corriente de energía recorrió el cuerpo de Yibo, de repente hacía frío, y su piel se erizó, miró hacia todos lados pero, no había nada, o eso creía.
— ¿Qué haces aquí niño? — habló el anciano mirando a la nada.
Esto hizo que los menores voltearan, Yibo no vio nada, pero Zhan si lo hizo. ShengCai estaba allí.
— Vete... Estoy ocupado.
— Pe-pero me llamó — respondió el fantasma.
— Yo no te he llamado.
Zhan se quedó en silencio analizando todo, mientras Yibo miraba algo asustado la situación. Fue cuando se dio cuenta de que no podía seguir ocultandolo y debía actuar ya.
— Espera, espera... ¿Abuelo, podrías llamar al hermano menor de Yibo?.
— ¡¿Abuelo?!
— Te explico luego — respondió ante la sorpresa del castaño.
— ¿ShengCai, podrías irte un momento? — pidió dejando a un Wang Yibo aún más sorprendido.
— ¡¿Puedes ver gente muerta?!
Fue ignorado.
— ¿Tiene algo que haya sido de su hermano? ¿Alguna pertenencia?
Yibo rápidamente se quitó la pulsera en su muñeca, había sido de su hermano, había sido la que cargaba el día que falleció.
— Vamos a ver...
El anciano colocó la pulsera en el centro de la mesa, he hizo lo que siempre había estado acostumbrado a hacer, llamar a seres queridos del más allá. Yibo estaba nervioso, Zhan lo estaba aún más.
Tuvo esa corazonada de que, había una relación entre ambos, y si era cierto, entonces ShengCai era el hermano menor de Yibo.
La situación, era clara. Cuando el anciano dejó de golpear la mesa, este y Xiao Zhan miraron a su costado izquierdo levantando la mirada.
— Está aquí...
Eso fue luz verde para que Yibo preguntara.
— ¿Do-Dónde está?
— Aquí... — señaló con su mano. — Aquí, mirándonos fijamente...
— Sh-ShengCai — llamó Zhan sin poder salir de su asombro.
Yibo se levantó, Zhan hizo igual.
— Hao... HaoWei — llamó el castaño con las lágrimas acumuladas en sus ojos.
— ¿Xiao Zhan-ge... Qué le pasa al hombre?
Con sus orbes abiertos como platos, tragó saliva con dificultad, estaba allí. Todo este tiempo había estado allí.
— ¿A-abuelo, podrías dejarnos solos un momento?
El hombre bufó irritado, pero no sé negó, por lo que se levantó del piso y salió lentamente de la habitación. Una vez estuvieron solo, Zhan decidió hablar.
— Yibo... Tú... — no podía, las palabras no salían.
— ¿Puedes verlo? — preguntó el mayor haciendo que Zhan suspirara.
— Escucha... Él está aquí, pero hay un problema-
— Zhan-ge — llamó el fantasma y Zhan volteó a mirarlo. — ¿Qué pasa?
— De acuerdo... No sé cómo decirlo pero... ShengCai, encontré a tu hermano mayor.
— ¡¿Enserio?! — asintió.
— Y tu nombre real... Es HaoWei.
— ¡¿Dónde- — y la brillante sonrisa en el rostro del menor desapareció de inmediato.
— ¿Ha-HaoWei? — dejó de mirar a Zhan para pasar su mirada al castaño.
Levantó su dedo señalando con duda al mayor, y Zhan asintió.
— Yibo es tu hermano Cai...
— ¿Zhan... Dónde está? — preguntó Yibo algo preocupado.
Pero este solo vio como su secretario bajaba la mirada al piso, ahora desearía poder ver fantasmas.
— Tu hermano está aquí... Sentando en el piso.
Hizo que el mayor se sentara frente al fantasmita en estado de shock.
— ¿Qué-
— Dele un poco de tiempo... Él no recuerda nada de su vida cuando estaba vivo... No lo recuerda a usted.
— ¿ShengCai?... — llamó, pero solo comenzó a recibir negaciones por parte del menor.
— Yo... Pensé que lo recordaría... Pero no es así. ¿Por qué no puedo recordarlo? — preguntó con su ceño fruncido.
— Tal vez... Tal vez disculparte con él no era tu último deseo.
— Zhan-
— Quiero irme.
— ShengCai-
— ¡Quiero irme Zhan-ge! — pidió con lágrimas en sus ojos.
El pelinegro volteó a mirar a Yibo, y este le digo una mirada esperanzada.
— Yibo... Quiere irse.
— ¿Por qué?
— Prometo explicártelo, pero si se quiere ir, debes decirle que puede irse.
Vaciló, quiso portarse egoísta y hacer que se quedara, pero al final, no lo hizo, y asintiendo, dijo aquellas palabras.
— Pu-puedes irte.
Y ShengCai desapareció.
— Zhan...
— Ven... Salgamos de aquí — dijo tomando la pulsera de la mesa.
Ambos salieron de aquella habitación, al estar afuera Zhan suspiró. Tomó la mano ajena y comenzó a caminar hasta casa de su abuelo, la cuál quedaba a un par de pasos. Abrió la puerta y con un "Abuelo estaremos en mi habitación" fueron al lugar mencionado.
— ¿Me podrías decir qué sucede? — habló desanimado.
Lo hizo tomar asiento en su cama y se sentó a su lado.
— Hace algunos días conocí a ShengCai, quería que encontrara a su hermano porque quería disculparse con él, dijo que ese era su último deseo. El problema llegó cuando, él no pudo recordar quien era su hermano, ni nada que haya tenido lugar cuando estaba vivo... Desde ese momento él y yo hemos estado averiguando quien era su hermano, y resultó que siempre fuiste tú...
— ¿Por qué... No me recuerda? — Xiao Zhan notó la tristeza en su hablar.
Y tomó su mano, tomó su mano poniéndolas sobre su pierna, suspiró.
— Tal vez lo que me contó ayer no está tan alejado de la realidad... Cuando un fantasma no recuerda cómo vivió o cómo murió, es por razones específicas. Murió con mucho enojo y rencor, o tuvo una muerte trágica y dolorosa... En el caso de ShengCai, digo, HaoWei... Fue la segunda.
— Lo asesinaron — su voz se quebró.
— El día que lo encontré ebrio en la sala, me contó la historia de su hermano... HaoWei estaba allí cuando la estaba contando, entonces cuando usted mencionó su nombre, él dijo que recordaba haber escuchado una historia con alguien que tenía ese nombre.
Algunos fantasmas vieron el cuerpo de tu hermano y cómo su alma salía de su cuerpo para luego desaparecer, dijeron que había alguien a su lado y que decía que HaoWei ya no estaba en este mundo... Así que, te creo, él no se suicidó, a él lo asesinaron y muy probablemente, sea alguien cercano a él.
Yibo bajó su mirada, y presionó sus labios con fuerza, los pequeños temblores se hicieron presentes, claramente eran señales de estar reteniendo sus ganas llorar. Pero, Zhan no iba a impedirle expresarse, últimamente se había dado cuenta que, de vez en cuando podía convertirse en alguien de consuelo para quien lo necesite, su jefe, al fin y al cabo. Soltó la mano del mayor y se acercó un poco más para rodearlo con sus brazos.
— Está bien llorar, ya no tienes porqué contenerte nunca más, yo te escucharé — y con esta palabras, el castaño terminó por romper en llanto.
Correspondió al abrazo y escondió su rostro en el cuello del menor, lo había necesitado tanto. Luego de la muerte de su hermano, tuvo que armarse de valor para poder seguir avanzando, tuvo que ser fuerte para sus padres, y por más que lo intentó, al final, tampoco pudo estar ahí para ellos. Se encerró en su propio mundo y se condenó a sí mismo a vivir de una manera cuando en realidad, solo quería llorar y a alguien que lo abrazara y le diga que todo estaba bien.
— Está bien... Está bien... De seguro querías a alguien a quien contarle todo esto.
Decía mientras daba suaves caricias y palmas en la espalda del mayor, el cual, solo se dedicaba a llorar y a aferrarse al torso de Xiao Zhan.
— ¡XIAO YOU! — gritó mirando a su al rededor.
— ¡XIAO YOU!
— ¡¿Por qué gritas tanto?! — reclamó la fantasma. — ¿Qué quieres enano? — preguntó algo irritada.
— Xiao You... — su voz tembló, y el semblante molesto en el rostro de la chica cambió a uno de empatía.
— ¿Qué sucede ShengCai?
— Encontré a mi hermano... — soltó en un susurro.
— ¡¿Qué?! ¡¿Y por qué no estás con él?! — preguntó emocionada, pero ShengCai muy por el contrario, no lo estaba.
— Porque no estoy emocionado... porque estoy molesto... — confesó con sus ojos vidriosos.